Como universitario, catedrático y trabajador de la Universidad de Guadalajara, por más de veinte años, manifiesto la enorme vergüenza y preocupación compartida con miles de compañeros y ciudadanos en general, por haber visto en la rectoría a un sujeto inmoral, que vino a desencadenar un conflicto cuando la universidad vivió, hasta el rectorado de J. Trinidad Padilla López, la mejor etapa de su historia, según los indicadores nacionales de eficiencia en educación superior. Yo estuve presente en la ceremonia de cambio de administración y presencié un aplauso atronador, prolongado, emotivo, que todo el pleno de la asamblea universitaria le dedicó a Trino. Fue altamente significativo ese gesto de reconocimiento a una administración impecable, donde prevaleció la institucionalidad, el orden, la armonía y legalidad, que este pervertido del poder llegó a intentar destruir arteramente.
Traición: violación de la lealtad y fidelidad debidas. Delito cometido contra la patria o el estado al favorecer o servir al enemigo.
Se le ayudó desde joven a formarse académica y políticamente; en respuesta, se comporta como un enemigo atroz de quienes sí muestran calidad y autoridad moral, estando a años luz de distancia en otras cualidades como cultura, prudencia, madurez, honestidad. Atributos desconocidos por este personaje oportunista, invadido de rencor, que, según admite, guardó por más de veinte años, hasta que se le brindara la oportunidad de apuñalar por la espalda, como vemos que hace con sus antiguos camaradas.
Menos mal que no ha llegado más lejos esta desafortunada experiencia. Supimos a tiempo de la clase de persona instalada en ese cargo tan importante para la academia y la sociedad en general. No debió llegar nuca este individuo a ser directivo de tal institución que no merece este lance que puso en entredicho su curso formal en paz.
Por fortuna acabo de escuchar por la radio la noticia de su destitución por parte del Consejo General Universitario. Esta decisión será sin duda respaldada por la mayoría que integra la comunidad universitaria y espero también por la sociedad, cansada de conflictos. Seguramente no aceptará uno más, menos aún cuando éste es originado en el capricho de un ex porro estudiantil, que pactó con la tenebrosa FEG para volver a los tiempos cavernarios de las pistolas y pandillas.
En lugar de presenciar una sesión del concejo, atestiguamos una actitud denigrante de parte del rector que insultó al máximo órgano de gobierno al que debe obediencia; lo trató como a una instancia pasiva, que debe acatar sus ocurrencias por demás mediáticas y protagónicas, producto de la ceguera que le provoca el poder que le prestó la sociedad.
Por el bien de la Universidad se nombró, durante la continuación de la sesión, al académico Marco Antonio Cortés Guardado, rector del CUCSH, como rector sustituto. Enhorabuena por la solución de esta crisis creada por Briseño Torres y demás secuaces.
Felicito al Consejo de Rectores y al Consejo General Universitario por el acierto de haber desplazado del cargo a tan peligroso personaje que da muestras de mesianismo y otras conductas extrañas, que desde luego un especialista en siquiatría sabrá diagnosticar mejor que este blog.
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