viernes, 29 de mayo de 2009

Trino Padilla

Esta agencia individual cibernética de propaganda y noticias, junto con el blog.www.carlosvillaguzman.blogspot.com, así como el programa radiofónico “A ciencia Cierta”, que me honro dirigir y conducir en la frecuencia 1280, de AM, dentro del grupo Radiorama de Occidente y Radiofórmula, tenemos el agrado de presentar a todos mis amigos y conocidos que comprenden la lista de mis contactos, la audiencia del programa y lectores de mi página, un candidato que trabaja para ocupar una curul federal en el Congreso de la Unión. (Distrito VIII)
Comienzo por manifestar a quienes lo desconocen, mi profundo lazo amistoso que se remonta aproximadamente a 1964 y más allá, porque nuestros padres fueron grandes amigos y después lo han sido las respectivas familias, inclusive nuestros hijos ya se han hermanado.
Crecimos juntos, literalmente. La mayoría de la gente que nos conoce a ambos sabe que es mi mejor amigo, lo digo así, aún cuando he sido muy afortunado para tener excelentes amigos que tienen todo mi afecto e igualmente cultivamos la amistad desde la infancia o la adolescencia, como sucede normalmente con este tipo de lazos humanos, lo que distingue el que tengo con Trino y su familia, es que nos viene de herencia, como lo he señalado, independientemente de una enorme química o empatía con las dos ramas: los Padilla y los López, quienes son personas con quienes me une un cariño auténticamente familiar.
Trino fue un niño notable en muchos aspectos, principalmente en el estudio, siempre figuraba su nombre en los respectivos salones que ocupó en la primaria del Colegio Cervantes Colonias y más tarde, en secundaria, en la Escuela Técnica 61, creo que ahora es la 4. Tenía entonces y yo creo que todavía algo conserva, una habilidad para la música y el canto, recuerdo verlo ganar varios concursos donde me tocó ser testigo y porrista. También actuó en un largometraje del cine local de los años sesenta. Juntos cultivamos una afición por la música en distintos géneros, incluida por supuesto la música orquestal sinfónica, llamada “clásica” y no se diga el gran amor por la literatura: en su casa los libros y los discos eran prioridad sobre todo lo demás.
Su madre, a quien llamo tía desde la niñez, me representa una figura dulce y a la vez tenazmente culta, que me llevaba al campo casi cada semana durante años, me daba consejos, dialogábamos sobre la vida, los misterios de lo que nunca podemos esclarecer del todo porque están más allá de la racionalidad o qué se yo, de política, de artes; una belleza en toda la extensión de mis recuerdos. Tengo hacia mi tía Abi el más enorme cariño que puedo concebir y la gratitud más sincera que puede existir; la admiré y la admiro con todo lo que soy y siento.
Soy mayor que Trino por seis meses, así que prácticamente llegamos al mundo en la misma camada. Paradójicamente nunca coincidimos en alguna escuela, él cursó en pocos planteles, en cambio yo recorrí más colegios y escuelas que un inspector de la SEP.
Solamente estuvimos juntos en los cursos de la Alianza Francesa, sin embargo, fue durante un periodo muy breve porque no tuve constancia. Él si se graduó y eso le facilitó años después la estancia en París, donde hizo estudios de posgrado. Se desenvuelve muy bien en la lengua de los franceses, al igual que en inglés, desde muy joven. Siempre me ha dicho que nada es más placentero en las letras que leer un autor favorito en su lengua original. Definitivamente estoy de acuerdo, aunque yo solamente he experimentado con libros académicos escritos en el idioma sajón. Es verdad, una buena traducción no es fácil de encontrar.
La trayectoria académica y personal de Trino, me consta, es impecable. Tuvo bondad a raudales para aprender y nutrirse desde las dos vertientes familiares. Sus abuelitos paternos vivían en San Pedro Tlaquepaque: una casona con un corral y unos tejabanes donde había “montañas” de sorgo, salvado o maíz, que almacenaban para hacer pastura. Para nosotros era parque de diversiones.
Con el tiempo se hizo político, igual que su padre y que su hermano mayor: Raúl.
Primero como estudiante y más tarde como funcionario de la universidad. La honestidad, la transparencia, la vocación conciliadora, entre otras cualidades como un don de gentes excepcional, hacen de Trino un personaje en toda la extensión de la palabra. Lo quieren muchísimo, tanto alumnos como colaboradores y no se diga un verdadero contingente de amigos que coincidimos en conocerle y valorar su gran espíritu, la calidad y calidez humana que irradia siempre.
Él si piensa como un estadista (es sociólogo con estudios de posgrado) aunque nunca haya ejercido como tal. Gracias a una formación intelectual suficientemente sólida como para haber llevado intercambios de tipo cultural en repetidas ocasiones, con personas sumamente distinguidas en el mundo: artistas de todas las ramas y disciplinas, estadistas, líderes sociales, figuras públicas, vaya, de todo lo que puede estar en la agenda de un rector de una universidad de la importancia que tiene la UdG. Además, le otorgaron dos títulos de Doctor Honoris Causae en sendas universidades de Corea y China.
Ambos somos académicos en la Universidad, y en casi veinticinco años, solamente estuvimos juntos en el proyecto de la Fil, durante los dos primeros años: 1987-89. Cada quien ha ido por su lado, con vocaciones y actividades diferentes, inclusive tenemos rasgos que no compartimos tanto: yo no tuve mucha disciplina al principio y hasta me pasé de soñador, idealista, inquieto, curioso y poco fiel a lo que emprendía. En cambio, mi amigo desde joven trabajó de manera formal, a la vez que estudiaba, porque su padre dejó este mundo cuando él apenas salía de la infancia, era un adolescente demasiado joven. Lo vi sufrir esa pérdida, entre otras desdichas que no faltaron en su vida, al igual que los momentos verdaderamente sublimes donde el calor de la familia ardía con más vigor que la chimenea.
Siempre ha sido un ser humano íntegro, capaz como el más preparado de los mortales, me consta que tiene una biblioteca formidable, una memoria prodigiosa, al igual que la inteligencia que irrefutablemente distingue a toda su familia.
Trino ha sido y será siempre una persona que puede tomarse como ejemplo de ética, congruencia y lucidez, por mencionar varias de sus cualidades, porque tiene en su haber tantas facetas como puede tenerlas un diamante bien tallado.
La sociedad se verá beneficiada en la medida en que los políticos de verdad ocupen los cargos. Digo político como sinónimo de hombre o mujer que son intrínsecamente honestos. Que practiquen esta actividad motivados por un claro y sólido compromiso de servir con lo mejor que esté a su alcance, a la sociedad.
Como hijo y hermano, como estudiante, como líder y funcionario, como amigo; Trino se ha comportado como uno de esos seres que la historia se reserva para honrar sus páginas.
Espero, deseo vehementemente, que mi amigo tenga más espacios e instrumentos para desempeñar lo que tan bien realiza: meterse en los engranes del poder con un propósito definido: que cambie para bien este país.

martes, 26 de mayo de 2009

Voto anulado o voto ponderado

Cada elección en México nos deja ver que el abstencionismo rivaliza con el total de votos que reciben los candidatos. Las cifras entre votantes y abstencionistas casi se equiparan. Solamente un poco más de la mitad de los ciudadanos que conforman el padrón a nivel federal, acude a votar.
Este ha sido históricamente el comportamiento de los empadronados, lo cual ha dado lugar a que un porcentaje muy reducido de ciudadanos esté realmente presente a la hora en que se decide quiénes serán los depositarios de la administración y valor de los intereses públicos, es decir, aquéllos que van a hacerse cargo de la arquitectura social que los organiza y distribuye. De ahí que sean beneficiados siempre quienes construyen este formidable montaje (Incluidos los económicamente privilegiados concejeros del IFE) y la historia se repite con distintos actores y maquillajes.
Evidentemente los magros resultados en la conducción del Estado Mexicano, reflejada en el hondo resquebrajamiento social que padecemos, indican que los responsables elegidos o bien nos han tomado el pelo por décadas y todavía no aprendemos a distinguir y hacer buenas elecciones o, el individualismo colectivo que alimenta la abstinencia política (aunque parezca contradictorio) constituye un vector social que deja al libre albedrío de los grupos de poder los asuntos del orden público.
Es ya un rasgo cultural vivir al margen de lo que se relaciona a política. En realidad, la sociedad desistió de politizarse lo cual convirtió la función pública en campo de interés de pocos que se privilegian de ello. Si los ciudadanos no cuidan su parcela social, no puede ser que los grupos que sacan bastantes filones del presupuesto, de los recursos, lo hagan por ellos: obviamente que éstos van a defender y acrecentar sus manantiales de riqueza, a expensas de una población contemplativa, que igualmente sólo se preocupa de que su entorno contenga la mayor comodidad y diversión posible, aunque carezca de todo lo demás.
Se ha polarizado la opinión pública respecto de este punto, según observamos en los debates que llegan a tener un espacio de comunicación, como lo es este medio de la Internet. Por un lado se habla de los ciudadanos como “víctimas del engaño”, por parte de quienes en principio les pidieron su apoyo para elegirse a un cargo, en tanto que en el otro extremo figuran los políticos y sus partidos considerados, casi en su totalidad, indignos de la confianza de esos ciudadanos tantas veces timados. La verdad es que la gran mayoría no se molesta, antes de acudir a llenar una boleta, ni siquiera por averiguar por sus propios medios quienes son los personajes cuyos nombres aparecen en los recuadros. La gente vive por lo regular para sí misma, porque ancestralmente aprendió que los asuntos de lucha de poder, las manifestaciones masivas, las revoluciones, son asuntos de otros, que sólo provocan tristeza y miseria. Según el álbum genealógico de un gran número de familias mexicanas así ha sido.
La casi nula cultura política es virtualmente borrada por las culturas del consumo de cuanta cosa se anuncie en los medios, del culto a los artistas, del deporte vuelto espectáculo, así como por múltiples variantes de productos o prácticas que cubren de alguna manera las expectativas de los sujetos o agrupamientos.
Para un grueso importante de individuos, los significantes de la política, lo mismo que los actores y las dinámicas que le acompañan, son como otra realidad separada del contexto donde tiene lugar la vida del resto de los ciudadanos. Así, los medios de comunicación se convierten en vasos comunicantes que hacen que se forme lo que se conoce como la opinión pública. Muchas veces la gente que ve o escucha noticiarios o programas sobre política, se cree que con ello es suficiente como para justificar que sí participa en los debates sobre los temas relevantes para la ciudadanía. Consideran que sintonizar a ciertos personajes que aparecen por las frecuencias radiales y televisivas, es al mismo tiempo adquirir estatus de persona informada, lo cual los convierte en agentes que pueden incidir en la agenda pública, aunque sea únicamente como estadística en las mediciones de raiting.
Transcurrió casi un siglo de apaciguamiento que incluyó represiones criminales y también adoctrinamientos oficiales y sectarios, que apagaron poco a poco los rescoldos de las revueltas. La última, la llamada Cristiada, ya casi no tiene sobrevivientes.
La mañana del 3 de octubre de 1968, nada había pasado en el ciudad de México, según el célebre Jacobo, y lucía despejado el espléndido valle de los volcanes.
La masacre se ocultó y no varios días, sino años, décadas. Porque la gente no estaba, como ahora, acostumbrada a interesarse por saber realmente qué pasa.
Los golpes, las experiencias dolorosas como el terremoto del 85, los fraudes electorales repetidos, las represiones sangrientas contra gente indefensa, el cotidiano atropello a los derechos humanos que comete la autoridad, la discrecionalidad en el manejo de los bienes de la nación, la ruleta con la que juegan el destino de más de cien millones de seres humanos, toda esta carga de amargura y coraje, van socavando el andamiaje que se fabricó la oligarquía. Observo a la gente cada vez más firme en su decisión de que las cosas tienen que cambiar en el plazo más breve posible.
Por si fuera poco, lo acontecido antes y después del seis de julio de 2006, dejó una experiencia suficientemente amarga como para poder digerir otro bocado que pudiera contener los mismos ingredientes y la gente ya no quiere atragantarse. Es comprensible que mucho prefieran quedarse frente a la televisión o hacer cualquier otra cosa que les distraiga o les sea prioridad, antes que acudir a votar. Aunado a este esperado panorama viene otro más: los que se van a poner algún objeto para llamar la atención y anularán su voto.
Algo que llama la atención de este movimiento ciudadano, a todas luces legítimo en tanto reclamo abierto al poder partidista, al maniqueísmo de Estado que convierte los procesos electivos en simples aparatos de simulación, es que quienes lo impulsan son individuos que gozan de un elevado prestigio y honorabilidad. Todas las personas que difieren de su postura, subrayan el gran respeto que sienten hacia ellos, como por ejemplo el académico Jaime Preciado Coronado.
Tales intelectos al servicio de una materia tan importante, como lo es cualquier proceso democrático, bien merece una atención especial. Trato de unirme a su derrotero, sin embargo, pienso que no es el momento de abandonar, más de lo que está, el campo donde se mueven las fuerzas que mantienen este desmedido dominio sobre la sociedad.
Propongo ponderar el voto, es decir, darle la importancia que tiene, lo cual comienza por hacer un ejercicio de reconocimiento para saber quiénes son los contendientes. Estudiar a fondo y diversificar la elección, buscando las opciones más identificadas con movimientos ciudadanos. Requerimos una fuerza real que revierta las tendencias anteriores y permita el paso a otra clase política con vocación de lucha social.
Bueno, estamos tratando de construir un mejor país ¿no es así?
Un saludo cordial extensivo a los que coinciden o difieren de mis ideas.

lunes, 18 de mayo de 2009

La droga y más allá

El lenguaje coloquial ha abusado de un término con el cual pretende nombrar una extensa variedad de productos, sustancias o agentes de origen natural o sintético: droga.
Al parecer la palabra se incluyó en nuestra lengua hace aproximadamente quinientos años, discutiéndose aún cuál es su raíz. En el idioma de los celtas existió desde mucho antes el vocablo drug, que hace referencia a una especie de botiquín que contiene plantas y sustancias medicinales.
Otras fuentes señalan que es de origen incierto y que puede ser del holandés droge-vate (barril seco), donde transportaban las hierbas que servían de medicinas.
Por su parte el linguista catalán Joan Coromines en su Diccionario Crítico Etimológico Castellano e Hispánico, (el Corominas) menciona que el término proviene de la palabra darog, que en el idioma Iraní significa medicina o remedio.
Aún con las distancias geográficas, al igual que los variados contextos históricos y culturales, el significado, en diferentes lenguajes, guarda relación alusiva a sustancias de uso medicinal que con el tiempo se conseguían en las llamadas droguerías.
En Hispanoamérica también se utiliza la palabra droga como sinónimo de deuda: tengo drogas, estoy endrogado, que es diferente a estar bajo el efecto de drogas o drogado. En este caso se asume como algo que se padece.
Otra connotación negativa orienta el sentido a lo que representa una trampa: caer en las drogas.
La experimentación y uso de sustancias de orígenes tanto vegetales como animales o minerales, con fines terapéuticos o mágico-religiosos, puede remontarnos a la prehistoria, dado que la supervivencia de los grupos humanos en gran medida dependió siempre de su capacidad de adaptación y del dominio sobre el medio ambiente, lo cual se traduce en el conocimiento e incorporación de las propiedades de los elementos vivos o inertes que se encontraban en dicho medio o hábitat.
Los efectos que algunas sustancias producen en la mente y en el organismo fueron cuidadosamente observados, llevándose de ellos registros, al igual que de las técnicas de extracción y procesamiento utilizadas.
De esta clase de prácticas continuadas durante siglos y milenios, nació la herbolaria, bastante avanzada en Mesoamérica, lo mismo que la medicina desarrollada desde los albores de la civilización occidental.
Sin embargo, no tan sólo los efectos curativos han sido valorados en el conocimiento antiguo, sino que sus propiedades se destacaron por algo más trascendental para las sociedades: Los efectos en la conciencia o el alma.
La raíz religiosa de la cultura wirrárica, refugiada en la sierra árida (Norte de Jalisco) a causa de la expansión de los mestizos y blancos que le disputan el territorio desde hace quinientos años, se sustenta en una cactácea. Aquéllas latitudes desérticas proporcionan peyote a sus habitantes, un vegetal que consideran sagrado por sus propiedades no tan sólo energéticas, sino mágicas y curativas; por servir para la indispensable comunicación con los dioses que establecen los maracames o sacerdotes magos, que al comerlo disponen sus sentidos a recibir mensajes que consideran provenientes de los seres que no se encuentran en la tercera dimensión, como lo es el Venado azul, quien traspasa las fronteras que lo separan de este mundo para llegar y sacrificarse en beneficio de la tribu.
El ritual que se lleva a cabo cada año y que incluye el largo viaje a wirikuta, sirve a su vez para la recolección del peyote, cuyos usos no solamente se dan en torno a los trances, sino que forma parte de las sustancias utilizadas para curar desde heridas hasta intoxicaciones, estados nerviosos alterados, cansancio excesivo: prácticamente lo utilizan como remedio para cualquier tipo de padecimiento. Situación por demás comprensible debido a la lejanía que tiene esta región respecto de cualquier centro de salud.
Por su parte algunas sustancias que se encuentran en ciertos hongos, al ser ingeridas producen desde sensaciones llamados “viajes alucinógenos”, hasta envenenamiento y muerte.
Desde la más remota antiguedad se acostumbra ingerirlos en determinados clanes o grupos étnicos, con la finalidad de conseguir estados de conciencia ligados a los dioses encarnados en los elementos: agua, fuego, aire y tierra.
“Niños santos que brotan” o “Carne de los dioses”, “Nánacatl” en lengua náhuatl, son nombres comunes a los hongos que desde hace milenios son utilizados por los “hombres medicina”.
De acuerdo con un estudio, los Enteógenos (Dios dentro de nosotros); consisten en sustancias vegetales que cuando se ingieren proporcionan una experiencia divina. En el pasado solían ser denominados “alucinógenos”, “psicotomiméticos”, etc., términos que han sido objetados de manera seria porque la idea de darles el nombre científico de enteógenos, parte de un grupo encabezado por el estudioso de Grecia Carl A. P. Ruck, quien propone este término como una designación “que llena por completo las necesidades expresivas y que además capta de manera notable las ricas resonancias culturales evocadas por dichas sustancias, muchas de ellas fúngicas, en bastas regiones del mundo”.1
Una investigación conjunta entre el grupo de científicos, (R. Gordon Wasson, Albert Hofman y Carl A. P. Ruck) se centró en el enigma que envolvió siempre a los llamados ritos eleusinos, que se llevaron a cabo durante más de un milenio y medio hasta que, finalmente, en el siglo IV de nuestra era, la religión pagana sucumbió bajo la persecución y rivalidad de una secta nueva, los primeros cristianos.
El grupo de investigadores plantea algunos conceptos que acaso con el tiempo lleguen a modificar lo que se ha pensado en torno al origen de las religiones. Los autores propusieron como punto de partida una ciencia relativamente nueva: la etnomicología, “articulada _con erudición, paciencia y audacia intelectual_, a lo largo de los años, por el investigador norteamericano R. Gordon Wasson a raíz de sus descubrimientos en la sierra mazateca, de prácticas rituales de origen milenario a base los “hongos sagrados”.2
Desentrañar el enigma de los ritos que se practicaron en esta región agrícola de Grecia, constituyó la tarea principal que se propusieron estos investigadores quienes gracias a los hallazgos obtenidos, nos ofrecen una obra de gran valor científico y calidad literaria: El camino a Eleusis. Una solución al enigma de los misterios, (FCE, 1985), donde se analiza la complejidad psíquica-religiosa, así como el enorme acervo antropológico que hay alrededor de la experiencia mística que tuvieron las multitudes que durante mil quinientos años consumieron voluntariamente sustancias que les provocaron visiones, éxtasis “el fuego sagrado interior”, en medio de ceremonias que dieron lugar a uno de los rituales más admirados en el mundo de aquélla época: Los ritos sagrados eleusinos.
Eleusis estaba entonces situada a unos veinte kilómetros de Atenas y cada año acudían nuevos candidatos de todas las clases sociales a la iniciación que comenzaba con el recorrido de la Vía Sacra.
La narración ofrece pruebas de que las visiones acompañadas de estados de éxtasis, vividas por tantas personas que habitaban las aldeas de ésta zona agrícola griega (que reunían además determinadas características por las que eran seleccionadas por las sacerdotisas o iniciadores) eran consecuencia de la ingesta de un “pan sagrado” elaborado con cereales. La materia prima había pasado por un proceso de fermentación que daba lugar a que brotara cierta clase de hongo: el cornezuelo. Los iniciados caminaban a través de la Vía Sacra, (sitio que se conserva en los suburbios de la ciudad) detenían su marcha en un punto donde recibían su alimento: los hiera dispuestos en los cestos místicos, antes de traspasar las murallas donde tenían lugar los ritos. “El viaje a Eleusis representaba una travesía al otro mundo para recobrar de la muerte a la hija de la generatriz de los granos, Démeter, cuyo dolor por la pérdida filial podía ser aliviado sólo a través del misterio del renacimiento”3.
El mito sagrado que describe los acontecimientos en torno a los misterios aparece en el llamado himno homérico a Démeter, un poema anónimo que data del siglo VII a.c. es decir, siete siglos después de la fecha probable en que se llevó a cabo la primera celebración de la ceremonia. La obra nos habla de cómo la diosa Perséfone “fue raptada y llevada al reino de los muertos por su futuro esposo Hades, mientras cortaba un narkissos singular de cien cabezas, cuando recogía flores en compañía de las hijas de Océano, en un lugar llamado Nisa.
"Todas las palabras griegas que terminan en –issos provienen del lenguaje hablado por las culturas agrícolas que habitaban en el territorio de Grecia antes de la llegada de los pobladores indoeuropeos”4. Los griegos pensaban que el narkissos se llamaba así debido a sus propiedades narcóticas, precisamente porque tal era el simbolismo esencial de la flor de Perséfone.
El rapto de doncellas mientras recogen flores es un tema presente en los mitos griegos. “Platón anota una versión racionalizada de tales historias en que la compañera de la muchacha secuestrada recibe el nombre de Pharmaceia o, según el significado de tal palabra, el “uso de drogas”. El mito específico que Platón está racionalizando se ocupa de trazar el origen del sacerdocio en Eleusis. No cabe duda de que el rapto de Perséfone fue provocado por drogas”5.
La práctica de la ingesta de alimentos que contenían sustancias derivadas de hongos de tipo claviceps purpúrea, (trigo, cebada, centeno) rebasó los propósitos del misticismo religioso que trataban de inculcar en el pueblo los sacerdotes y las sacerdotisas junto con sus diákonos, así como los ancianos o presbíteros que aconsejaban a la eklessia. Los ritos que por cierto se mantuvieron en el mayor misterio posible, procurando que la gente escogida viviera la experiencia de estar en la presencia de los dioses gracias al fuego sagrado interior que producían, poco a poco se fueron extendiendo hasta llegar a ser practicados por multitudes hasta de tres mil individuos, un número mucho mayor al que tenían de ordinario las aldeas de aquélla época y región.
En oposición al origen secreto y la práctica realizada en espacios que se consideraban sagrados, con el tiempo las ceremonias derivaron en convivios mundanos donde se desinhibían los límites impuestos por las costumbres o códigos que normaban la conducta.
Al igual que sucede en las sociedades de la llamada posmodernidad, en aquélla edad las élites se dieron licencia para dar un uso a las drogas asociado a los placeres corporales y satisfacción del instinto sexual. “Así, Alcibíades y los demás que fueron convictos de sacrilegio en 415 a. c., seguramente no habrían tenido dificultades para adquirir los hiera para sus celebraciones seglares, pues tales profanamientos, según se descubrió, habían ocurrido repetidamente en un ámbito social, entre grupos de amigos que se embriagaban en cenas celebradas en algunas de las casas más aristocráticas de la ciudad”6.
Como vemos, hay evidencias históricas de uso de drogas asociado a grupos o élites que desvirtuaron rituales primigenios que tenían propósitos eminentemente místico-religiosos, encaminados a la depuración del alma a través de frecuentar los espíritus o lo que forma parte de lo que llamamos el más allá. Las drogas, con diversos fines, fueron conocidas y utilizadas prácticamente por todas las civilizaciones, hasta nuestros días.
El lugar que tiene en la sociedad lo que se relaciona con ciertos aspectos de las drogas no es como para tomarse a la ligera. Se pudiera decir que el uso y abastecimiento ha permeado todas las capas sociales, en proporción a los niveles de concentración demográfica urbana.
De acuerdo con la OMS, en las zonas de mayor densidad demográfica, sobre todo en países desarrollados o en proceso de desarrollo, en promedio seis de cada diez individuos entre los dieciocho y cuarenta años de edad, ha experimentado al menos una vez con alguna sustancia catalogada como droga. Sin incluir el alcohol que para algunos puede ser considerado como tal, de acuerdo a las sustancias etílicas y otros añadidos que conlleva el proceso, los cuales producen efectos semejantes a los que conlleva el abuso de sustancias que alteran la conducta.
El café, algunas variedades de té o infusiones de plantas como la pasiflora, pulsatila, o las hojas de lechuga, pueden cambiar estados de ánimo, produciendo cierta euforia o bien, relajar y hasta provocar sueño.
Casi todas las plantas contienen algo que nos puede crear reacciones de tipo anímico en el organismo, al igual que las ponzoñas de ciertos insectos. Tales venenos aplicados en dosis cuidadosamente administradas, tienen efectos benéficos. Las vacunas se basan en este principio.
Algunas personas que han sido atacadas por víboras u otros animales o insectos venenosos, manifiestan estados mentales, delirios e incluso convulsiones, como les sucede muchas veces a quienes se exceden o son alérgicos a los alcaloides u otras sustancias contenidas en las drogas.
Algo que es característico en los llamados viajes psicodélicos o experiencias “enteogénicas” o místicas, es que quienes los han experimentado lo mismo refieren estados sublimes, de verdadero éxtasis o místicamente contemplativos, hasta vivencias en los bordes de lo infernal, donde el trance se vuelve una experiencia terrible, que deja marcas indelebles en el subconsciente y tal vez hasta ocasione severos desequilibrios como pueden ser paranoias o crisis de angustia, culpa, depresiones e inclusive ataques autodestructivos o de ira.
La faceta de la droga que quizá tenga mayor impacto en la sociedad es la creciente demanda en lugares como Estados Unidos o Europa, donde el uso ha alcanzado niveles de permisibilidad que denotan la falsa conciencia que existe alrededor de las drogas. Allá y en algunos círculos de las sociedades de aquí, el uso de la cocaína, por ejemplo, puede ser tomado como un factor que distingue ciertos ambientes exclusivos en torno a negocios, el glamur de los espectáculos o bien, los juegos de azar o “juegos” abiertamente sexuales.
Por su parte los medios como la televisión y en mayor medida el cine, reproducen todo esto como la médula de su “oferta visual”. Se debate constantemente acerca de la forma en que impactan dichos medios en las audiencias, toda vez que los actores frecuentemente se asumen como moldes depositarios de virtudes o dotes que les hacen salir airosos de los problemas. Se vuelven guías de la conducta, marcan patrones que conviene imitar, aunque muchos de ellos padezcan la condición de estar en la gran trampa de la droga. Así sucede con estrellas de rock o del cine, quienes a la par de las demostraciones de su talento, frecuentemente son protagonistas de alarmas y escándalos al verse afectados por excesos “sobredosis”, o por problemas legales derivados de la portación de sustancias prohibidas judicialmente.
Tales escándalos no les restan fans, sino que sucede exactamente lo contrario: acentúan su carisma, ya que los seguidores “viven” junto con ellos tales experiencias. Lo sienten como si les sucediera a ellos mismos, en carne propia. Alterar el orden y salir como si nada, es como vencer a la autoridad. A cualquiera de las nuevas generaciones le es particularmente atractiva la posibilidad de hacerlo o de que alguien lo haga por él.
Salen en realidad fortalecidos todos los famosos que son pillados por la policía y se les “consigna” por ello: enseguida la presión de la fama y la fortuna los deja libres, sin que se les incomode siquiera durante los procesos, ya que éstos también se vuelven parte del espectáculo que sirve además para que den autógrafos. Les ayudan a crecer la fama en cuestión de horas, a precios de multas demasiado ínfimas para ellos.
Los consumidores que se cuentan por millones en la humanidad, repartidos en los cinco continentes, van desde usuarios de alcoba que pueden ser parejas de clase social alta o media y que desean incrementar el placer sexual a través de alguna droga “blanda”, como lo es la marihuana, hasta jóvenes de todas las clases sociales que están acostumbrados quizá a llevar algunas dosis de algo que les produzca estados de ánimo que por alguna causa desean tener.
La juventud es reconocida como altamente propensa al consumo de drogas en sus múltiples variantes y clasificaciones, tanto duras como blandas: Entre las primeras encontramos los alucinógenos sintéticos como el lsd y los de origen natural u opiáceas, como la heroína y la morfina. Las drogas sintéticas de recientes generaciones: crak o el llamado kristal, se consideran altamente nocivas debido a los niveles de adicción que causan, lo mismo que por los efectos destructivos en algunas zonas como el tejido cerebral y en los pulmones. Todo ello independientemente del peligro exponencial de contraer enfermedades de tipo infeccioso, a causa del antihigiénico intercambio de jeringas u otros objetos que se utilizan para preparar y aplicar las dosis.
En las urbes del mundo abundan los “picaderos” que consisten en cuartuchos o boardillas ocultas en callejones sombríos o fincas abandonadas que se prestan para que un grupo de adictos se inyecten en el cuello, brazos, piernas, cualquier superficie que permita la entrada de la aguja directamente hasta alguna vena.
Tanto jóvenes como adultos de distinto sexo, conforman actualmente sociedades donde se acompañan de las drogas, sin que existan fronteras objetivadas que lo impidan, ni el interés legítimo para ello, simplemente porque se da por descontado que es prácticamente imposible desactivar como si fuese por decreto, algo que está inserto, desde las raíces históricas, en la vida cotidiana de la humanidad.
Tanto los consumidores de drogas, como los agentes sociales que comercializan con ellas, la forma como operan, han sido conceptualizados de diferente manera. ¿Están realmente prohibidas las drogas?
El discurso dominante puede hacer pensar que siempre se ha perseguido a los traficantes, se habla de “guerra contra las drogas”, “narcotráfico”, “cárteles”, “crimen organizado”, etc., “como si fuesen sustancias”. De acuerdo con Luis Astorga de la UNAM, “todas estas categorías de percepción son construcciones sociales históricas y creaciones intelectuales cuyos autores han tenido éxito en imponer no necesariamente porque sean más explicativas, sino en gran medida por las posiciones ocupadas por ellos en la estructura social y su capacidad de hacer valer sus percepciones por encima de la competencia. El universo epistemológico en el que estas categorías adquieren su significado empieza a definirse con mayor claridad a principios del siglo XX, cuando se inaugura la era prohibicionista moderna promovida activamente por los diferentes gobiernos estadounidenses. La conferencia de Shanghái, para controlar el opio en 1909, es el punto de partida. ” 7.
El análisis histórico nos permite conocer los usos sociales que han tenido las distintas drogas a través del tiempo, así como las percepciones acerca de ellas y los consumidores. De igual manera se han inventado palabras para designar tanto a las sustancias como a los agentes sociales relacionados.

Bibliografía:
Astorga Luis, “Crimen organizado y la organización del crimen” en Crimen organizado y gobernabilidad democrática. México y la franja fronteriza) (2000) Bailey John, Godson Roy (compiladores) P.85.
R. Gordon Wasson, Albert Hofmann, Carl A. P. Ruck. El camino a Eleusis. Una solución al enigma de los misterios. FCE, 1985. (1,2,3,4,5,6, Pp. 54, 58, 131)

jueves, 7 de mayo de 2009

Ahora sigue lo anti chino

La fascinación del juego de salón conocido como billar, consiste en que los jugadores expertos saben dónde y de qué forma golpear la bola con el taco, para que ésta choque con otra o bien rebote en las bandas de la mesa y de ahí golpee a la o las demás bolas. Carambolas les llaman a ciertas jugadas en esta especialidad de billar.
También está el pool que se juega con esferas numeradas del 1 al 8, además de una de color blanco utilizada para hacer las jugadas al estrellarla con las demás y procurar que caigan en las “buchacas”, según el plan que lleva en la mente el jugador cuando llega su turno y estudia de qué forma quedaron dispuestas en la mesa las bolas después de la jugada anterior.
Viene al caso esta breve referencia del famoso juego para dar una explicación de ciertos efectos de la crisis real o mediática, de la influenza A/H1N1. Leo en el medio impreso que reviso a diario así como en los correos electrónicos recibidos, que unos mexicanos fueron confinados, tratados como pestilentes y finalmente expulsados de China y Singapur.
Obviamente han de venir de regreso en el avión que el gobierno mexicano fletó para sacarlos de esos lugares, jurando rechazo total a todo lo que sea de origen asiático, sea chino, coreano, japonés, o tailandés, puesto que los mexicanos por costumbre resumen toda esa variedad racial en un sólo origen: chino.
En los años recientes el número de establecimientos de toda índole, desde comida hasta ropa o baratijas de origen asiático, ha tenido un incremento bastante notable, no se diga la cantidad de manufacturas que abastecen a la industria. Asia literalmente invadió los mercados mundiales y América Latina de forma especial gracias a la cuenca del Pacífico que se comparten ambos continentes. Alrededor de veintidós países latinoamericanos diversificaron sus economías, de ser clientes y/ o proveedores casi exclusivos de Estados Unidos, pasaron a serlo de los países asiáticos. México, como buen patio trasero del vecino, no se propuso siquiera cambiar de condición y ahí está: anegado de calamidades y sujeto al patrón de la casa que se conoce como América del Norte.
Sin embargo, el poder chino que radica en vender más barato, aunado a una ayuda de los políticos y funcionarios mexicanos, abrieron de par en par las fronteras a quienes con todo y sus familias abren negocios en México. Los tiempos de la Nao de China regresaron con un ímpetu que seguramente inquietó al dueño de la casa, no la cabaña del gerente de los pinos, sino la del norte, quien sin chistar ordenó poner orden.
Ahora sigue de este lado lo anti-chino y ya comenzó según la iniciativa de los industriales de Jalisco, quienes han propuesto un veto al consumo de productos de procedencia china.
Una carambola de tres bandas, tan rápida y sutil que ni se vio, solo se sienten los efectos. ¿Quién se anotó el punto?

miércoles, 6 de mayo de 2009

¿Y las universidades apá?

En medio de la confusión de cifras, así como el origen y niveles de peligrosidad entre otros datos aún no esclarecidos sobre el virus H1N1, surge otra interrogante ¿Dónde quedaron las universidades del Estado mexicano? La alerta se dio desde el 15 de abril y hasta hoy, miércoles ocho de mayo, (casi un mes después) aparece una nota en la Jornada que señala que “expertos de la UAM y del IPN se suman al combate a la influenza” y para ello instalaron desde el pasado lunes el Comité Científico de Vigilancia Epidemiológica y Sanitaria de la ciudad de México. ¿Y el resto del país?
Es que no sólo se esperaría que los expertos en epidemias, virus y salud pública se pongan a trabajar ante la real o exagerada emergencia, sino que otros académicos y expertos en asuntos sociales también debieron ser convocados por sus respectivas comunidades o cuerpos académicos, para hacer un análisis profundo y multidisciplinar sobre algo que hasta el momento no ha generado la mínima parte de víctimas que se dieron en otras épocas y ya ha sido causa hasta de conflictos diplomáticos con varias naciones. No se diga el estigma anti mexicano que se ha desatado en el mundo. ¿Qué opinan nuestros sociólogos, comunicólogos y demás académicos?
Es muy importante conocer el impacto económico, sobre todo el que resintieron los comerciantes o propietarios de giros que tuvieron que mantenerse cerrados y no son lo suficientemente adinerados como para soportar los gastos sin recibir ingresos por más de una semana. ¿Qué dicen al respecto los economistas, administradores y expertos financieros que imparten cátedra en las universidades?
Por otra parte vemos que el régimen sale beneficiado por las ayudas internacionales que pueden servir para paliar angustias en pleno proceso electivo y el ejecutivo se pone al frente de la movilización en esta precisa fecha, como si el ambiente político no fuera a sufrir alteraciones a causa de este manejo que por lo menos despierta sospechas. ¿Dónde están los estudios políticos y los politólogos que nos pudieran dar opiniones muy valiosas en estos momentos de crisis multifactorial?
Se habla igualmente de la cortina de humo que escondió una serie de aprobaciones a nivel legislativo y que prefiguran un Estado represivo totalmente anti popular ¿Qué dicen las universidades del pueblo al respecto?
Denota una gran pobreza en todo sentido el hecho de que las universidades públicas reduzcan esta situación totalmente atípica y de gran trascendencia social a un asunto meramente sanitario.
Ni siquiera la UNAM que ostenta el lugar 150 en el ranking mundial de universidades ha sido capaz de dar a la comunidad que la sostiene una evaluación fehaciente de lo que se presenta en México y mucho menos ha tenido la iniciativa de convocar a otras universidades para que utilicen sus redes internacionales y procuren salvar con base científicas a los mexicanos que han sido y son objeto de vejaciones y maltratos. ¿Dónde está la ANUIES?
Los ciudadanos tenemos serias dudas sobre todo lo que ha acompañado desde el principio a esta alerta que se convirtió en algo muy cercano al pánico generalizado. Nadie hasta ahora ha sido capaz siquiera de cuestionar a fondo lo que realmente mueve las aspas de estos remolinos.
Como universitario y académico, lo único que he recibido de mi casa de estudios son memorándums que repiten lo mismo que dicen todas las dependencias federales y estatales en cuanto a las medidas, suspensiones y fumigaciones. Nada más.
Los académicos pudimos haber integrado foros virtuales de discusión sobre todo lo relacionado a la crisis sanitaria que se filtró a toda la sociedad y más allá. Finalmente el material reunido seguramente aportaría suficiente como para hacer un extrañamiento a las autoridades acerca de lo que les han señalado en el mundo: fueron absolutamente rebasadas por la situación y solamente exhibieron las carencias técnicas, políticas y económicas del país.
Ofende al sentido común este extraño silencio y más aún la subida al barco del miedo y la incertidumbre, acompañadas de máscaras de tela que ni siquiera en la SSA las utilizan. ¿Este es el nivel medio superior y superior de estudios? Ante el mundo son párvulos.
Se esperaría una verdadera masa crítica científica que pusiera en su lugar y su justa dimensión lo que la burocracia ha revuelto como capirotada. Comenzando con el pelmazo presidente que declara que “Defendimos al mundo del virus”. ¿A este discurso se montan nuestras Almas mater? ¿Temen cuestionar y hacer crítica de este Estado fallido y ahora apestado? ¿Las doman con la piñata del presupuesto? Lástima influenza H1NI, para eso me gustabas.
Nuestras universidades públicas en lugar de mantener su autonomía crítica y litigar el presupuesto correspondiente con la ley en la mano, optan por bailar salsa al ritmo que el dinero de los ricos impone en la rocola del gobierno a modo. Son burguesas de la cintura para arriba, (hasta llevan corbata) indefinidas de la cintura a los tobillos y solamente tienen los pies en el pueblo.
El mundo nos hace trizas, el gobierno solamente piensa cómo perpetuarse para exprimir los recursos, la ciudadanía obedece y padece ¿Y las universidades apá?

martes, 5 de mayo de 2009

Influenza: entre rumores, sospechas y certezas

Más dañino aún que cualquier virus en pleno siglo XXI, es la propagación de informaciones falsas, infundadas o totalmente irracionales, como es el hecho de dar nacionalidad a una epidemia. “La gripe mexicana”, llaman a tontas y a locas algunos comunicadores extranjeros a esta epidemia cuyos primeros brotes probablemente aparecieron en EU, según admiten las autoridades sanitarias de dicho país y que desde luego no se limitaron a su territorio, sino que han surgido hasta hoy contagios en dieciocho naciones.
Ahora, gracias al infundio propagado, los mexicanos son los más temibles portadores de bichos que hay en el planeta y tienen que sufrir todo tipo de atropellos a sus derechos donde quiera que se encuentren, como lo son las constantes revisiones sanitarias o confinamientos, entre otras medidas aplicadas con todo rigor discriminatorio.
La SRE está obligada a circular un memorándum internacionalmente o lo que sea que pudiera servir de contrapeso a algo que a la larga va a ser muy costoso, puesto que ya prefigura un estigma aunado a los que han etiquetado históricamente a los connacionales.
La sorpresiva irrupción del virus así como la contundente y hasta drástica respuesta de los gobiernos, principalmente el de aquí, han generado sobre todo dudas y pánico.
Puede ser una enorme coincidencia pero da lugar a sospechas un asunto que de la noche a la mañana acaparó todos los espacios de los medios de comunicación y la atención pública se quedó prendida del tema, olvidándose una serie de asuntos prioritarios, como el mayor endeudamiento del país aprobado en el congreso y la crisis social que nos flagela.
Los virus constituyen entidades moleculares fronterizas entre la materia inorgánica y la vida, por tanto su comportamiento apunta hacia la búsqueda de formas de perpetuarse y propagarse. Como la mayoría de las especies, utilizan para ello vehículos o medios, como son las proteínas de las células de los organismos donde se alojan después de burlar los cerrojos que los sistemas inmunológicos no lograron mantener. Para este aprendizaje utilizaron millones de años y a su vez los cuerpos invadidos desarrollaron cada vez mejores medidas de seguridad o inmunidad que les permitieron subsistir y hasta dominar el medio ambiente por encima de otros seres.
La raza humana en todas sus variantes y épocas los ha padecido como parte de un todo viviente, que se conforma en base a múltiples interacciones entre las partes que lo integran, desde los virus y bacterias hasta los grandes mamíferos, pasando por la vida marina y el manto vegetal de la tierra. Ahora se sabe que hasta los componentes de la radiación solar y otros cuerpos cósmicos contienen partículas que inciden en la salud y desarrollo de los organismos vivientes. ¿Tienen los virus un origen de naturaleza extraterrena? Algunos opinan que así es.
De cualquier forma los registros de epidemias y pestes son abundantes y han incidido en el curso de la historia, como fue el caso de los pueblos invadidos y conquistados por los europeos en el siglo XVI. Los virus de los advenedizos mataron más individuos que las espadas y arcabuces.
El desconocimiento de la higiene o la negación de la misma a causa de los dogmas europeos arrastrados desde el Medioevo, crearon las condiciones para que se propagara la llamada peste bubónica transmitida por la rata o el cólera morbus que se transmitía por fuentes contaminadas, como los llamados hidrantes o las norias donde se filtraban residuos sépticos.
¡Aguas! Gritaban desde las ventanas para que se apartaran los transeúntes de los chorros vertidos por bacinicas al “arroyo” de la calles de las villas y ciudades europeas. El drenaje es un invento relativamente moderno aunque ya se le utilizaba en Tenochtitlán, gracias a las facilidades hidrológicas de los valles del Anáhuac y el elevado valor que concedían los prehispánicos al baño corporal. De ahí proviene la tradición del temaxcal o baño cerrado, donde el vapor se encarga de humedecer, limpiar y hasta sanar a quien lo toma.
Un estigma semejante han vivido los asiáticos, principalmente de origen chino, al atribuírseles epidemias como la “fiebre amarilla”, de origen rural, explicada por la convivencia demasiado estrecha entre humanos y animales.
La sofisticación de la higiene que trajo como consecuencia cambios radicales en el entorno humano, ha sido la mejor defensa contra los virus, junto con la información proveniente de la ciencia y los consecuentes productos antivirales, tanto alopáticos como homeopáticos, siendo estos últimos más confiables por la técnica de empleo, como lo es la aplicación de dosis infinitesimales que no dejan secuelas negativas en el organismo, a diferencia de las sustancias que desarrollan los laboratorios: Los peores casos de gripa o influenza que me han referido, provienen de personas que se vacunaron contra tales padecimientos.
Otro de los asuntos relacionados que llama la atención consiste en las diferentes formas en que la gente ha tomado la “emergencia sanitaria”. Las actitudes van desde la indiferencia total de quienes vieron en la suspensión de ciertas actividades una oportunidad para pasear o descansar, hasta los que van por la calle con parte del rostro cubierto como quien protagoniza un libreto de película catastrófica.
Desde luego que el activismo comercial mostró los reflejos acostumbrados al elevarse el costo de las mascarillas de tela (no son solamente cubre bocas) por arriba de treinta pesos en las farmacias.
No faltaron los políticos vivales como un candidato del PAN a la gubernatura de San Luis Potosí, quien sin más se puso a repartir dichos artefactos faciales junto con volantes donde se promociona. Nada extraño por cierto entre la clase política mexicana bastante entrenada en esos menesteres, que no en aprender qué es y cómo se lleva a efecto el servicio público que consiste en el arte de gobernar.
Las universidades públicas y privadas en lugar de llamar a sus comunidades científicas para enfrentar analíticamente la situación, cerraron la puerta y se plegaron al discurso oficial del régimen. Mala sintonía que no augura nada provechoso para la sociedad en estos tiempos que reclaman un criterio absolutamente crítico basado en el conocimiento.
En el momento que exige una auditoria social a fondo, optaron por fortalecer las tesis gobiernistas arriba del carro del miedo.
No queda más que la sociedad que pudiera y de hecho puede organizarse, para emplear a fondo estrategias novedosas que no dejen todo en manos de quienes por costumbre controlan lo social: llámese políticos, empresas trasnacionales y hasta medios de comunicación.
En este sentido me alienta mucho contar con este medio fabuloso de la Internet, que nos permite el libre y amplio intercambio de textos apoyados muchas veces con imagen y siempre o casi siempre orientados a desentrañar la escenografía que los tramoyistas internacionales se afanan en mantener, a expensas de los que mansamente les sirven.