viernes, 29 de agosto de 2008

El delirio de un vergonzante rector de la Universidad de Guadalajara

Como universitario, catedrático y trabajador de la Universidad de Guadalajara, por más de veinte años, manifiesto la enorme vergüenza y preocupación compartida con miles de compañeros y ciudadanos en general, por haber visto en la rectoría a un sujeto inmoral, que vino a desencadenar un conflicto cuando la universidad vivió, hasta el rectorado de J. Trinidad Padilla López, la mejor etapa de su historia, según los indicadores nacionales de eficiencia en educación superior. Yo estuve presente en la ceremonia de cambio de administración y presencié un aplauso atronador, prolongado, emotivo, que todo el pleno de la asamblea universitaria le dedicó a Trino. Fue altamente significativo ese gesto de reconocimiento a una administración impecable, donde prevaleció la institucionalidad, el orden, la armonía y legalidad, que este pervertido del poder llegó a intentar destruir arteramente.
Traición: violación de la lealtad y fidelidad debidas. Delito cometido contra la patria o el estado al favorecer o servir al enemigo.
Se le ayudó desde joven a formarse académica y políticamente; en respuesta, se comporta como un enemigo atroz de quienes sí muestran calidad y autoridad moral, estando a años luz de distancia en otras cualidades como cultura, prudencia, madurez, honestidad. Atributos desconocidos por este personaje oportunista, invadido de rencor, que, según admite, guardó por más de veinte años, hasta que se le brindara la oportunidad de apuñalar por la espalda, como vemos que hace con sus antiguos camaradas.
Menos mal que no ha llegado más lejos esta desafortunada experiencia. Supimos a tiempo de la clase de persona instalada en ese cargo tan importante para la academia y la sociedad en general. No debió llegar nuca este individuo a ser directivo de tal institución que no merece este lance que puso en entredicho su curso formal en paz.
Por fortuna acabo de escuchar por la radio la noticia de su destitución por parte del Consejo General Universitario. Esta decisión será sin duda respaldada por la mayoría que integra la comunidad universitaria y espero también por la sociedad, cansada de conflictos. Seguramente no aceptará uno más, menos aún cuando éste es originado en el capricho de un ex porro estudiantil, que pactó con la tenebrosa FEG para volver a los tiempos cavernarios de las pistolas y pandillas.
En lugar de presenciar una sesión del concejo, atestiguamos una actitud denigrante de parte del rector que insultó al máximo órgano de gobierno al que debe obediencia; lo trató como a una instancia pasiva, que debe acatar sus ocurrencias por demás mediáticas y protagónicas, producto de la ceguera que le provoca el poder que le prestó la sociedad.
Por el bien de la Universidad se nombró, durante la continuación de la sesión, al académico Marco Antonio Cortés Guardado, rector del CUCSH, como rector sustituto. Enhorabuena por la solución de esta crisis creada por Briseño Torres y demás secuaces.
Felicito al Consejo de Rectores y al Consejo General Universitario por el acierto de haber desplazado del cargo a tan peligroso personaje que da muestras de mesianismo y otras conductas extrañas, que desde luego un especialista en siquiatría sabrá diagnosticar mejor que este blog.

jueves, 28 de agosto de 2008

Conflicto universitario

La Universidad de Guadalajara es codiciada parcela para el PRIAN y utilizan a Briseño para poder meter el arado y los bueyes.

“Si se deshacen entre sí los grupos universitarios, los beneficiados serían los que históricamente han permanecido fuera de la institución por razones ideológicas. Precisamente los que se han manifestado siempre, tanto en discursos como en acciones, en contra de la educación popular y todo lo que representa. O sea, la derecha”.

Éste enunciado aparece en una de las hipótesis teóricas que hice sobre la situación atípica que se vive en la Universidad de Guadalajara
Una de las líneas que plantee como posible motivo del ataque de Briseño hacia Raúl Padilla, apunta hacia el gobierno federal. Cierta fuente me informó que el mismo Calderón está en la trama, lo cual tiene sentido en tanto el grupo universidad ha sido tradicionalmente incómodo para la consolidación del poder de la derecha en Jalisco. No les parece favorable el semillero de políticos de distintas corrientes, excepto del conservadurismo, que surgen de nuestra institución.(Recuérdese también que en esta casa hay muchos críticos de un sistema agotado y corrupto que ya no da para más.) Los discursos de ambas corrientes políticas e ideológicas son antitéticos, sólo que ahora que se vive una época especialmente compleja, que desplazó las formas del pasado, se han soterrado con montañas de capital a los perennemente fragmentados grupos de izquierda. La Universidad de Guadalajara se definió en esta posición desde el origen y no obstante la fidelidad mantenida en gran parte de sus cuadros, el modelo económico neoliberal ha hecho mella en sus fundamentos básicos, tan es así que en estos momentos imparten cátedra maestros cuya mentalidad de extremo conservadurismo se ve orientada hacia el nuevo esquema capitalista estadounidense. En vez de fomentar pensadores críticos, se forman sujetos mercancía que a su vez reproducen en sus prácticas el sistema mundo capitalista dominado por las trasnacionales.
Por otra parte, tuve ocasión de encontrar material publicado en la Gaceta que, a pesar de justificaciones que se me hicieron en el sentido de apertura y equilibrio de opiniones, evidentemente denotan ese cambio. Por supuesto que la universidad jalisciense es universal, plural y abierta a toda corriente ideológica, sin embargo, dicho con todo respeto, pasan por alto las autoridades actuales, inclusive algunos directivos involucrados en medios de comunicación, que la universidad, dentro de su laicidad y apertura ideológica, tiene un origen que le da sentido y éste es precisamente su carácter popular. Es una universidad de la sociedad en tanto ésta representa, es el pueblo.
Quedó de sobra demostrado que el modelo económico adoptado en México hace aproximadamente treinta años, atenta contra la dignidad y la calidad de vida de los sectores marginados. Los explota y subordina para servirse de ellos. La universidad tiene miles de volúmenes en sus bibliotecas que describen perfectamente este fenómeno socioeconómico y político, desde distintas posturas de pensamiento filosófico: Marx, Max Weber, Gramci, Adorno, Habbermas, Wallerstein, Thompson, Guidens, entre otros.
Es una institución que se creó para defender a la gente de la opresión a la que un destino de ignorancia la condenaría, como sucede ahora con los que se quedan marginados. Gracias a la universidad cientos de miles de individuos han tenido mejores opciones que los llevaron al éxito profesional y por ende una mejor calidad de vida que la que tenían cuando ingresaron.
La gratuidad para llevar a cabo esta empresa es una condición inalienable y todo lo gratuito causa escozor a los capitalistas, porque no conciben dar nada a un semejante si no es por un acto de caridad, la mayoría de las veces condicionado culturalmente.
Los críticos de nuestra forma de pensar, se sostienen en argumentos con los cuales tratan de explicar y sobre todo justificar, razones para que la universidad abandone su discurso popular nacionalista y laico. Algunos de ellos se enfocan en los cambios que tienen lugar en la configuración geopolítica mundial, donde los sistemas totalitarios se desmembraron, sucumbieron a la fuerza de los mercados liberados y globalizados.
Pocas cosas han sido tan estigmatizadas como las políticas de asistencia social. Se les ha dado carácter de paternalismos y sangrías para las economías de los gobiernos. Nada más falso y criminal a la vez. Esa idea acuñada por los organismos financieros no tiene otra finalidad que garantizar en su beneficio la pobreza y debilidad de la gente y conseguir así mano de obra depreciada y capital político en tiempos electorales. De esta manera se adueñan de los recursos que el Estado destinaría a los pobres. El actual gobierno mexicano se ha distinguido, aparte de su fracaso asistencial y político, en regalar dinero a los millonarios.
Los que gobiernan junto con Calderón profesan, además de la religión del papa, un fuerte arraigo cultural que los identifica con movimientos fascistas europeos y latinoamericanos, semejantes a los que derrocaron, con auxilio de la CIA y sirviendo a intereses de Washington y de las trasnacionales, a gobiernos legítimos como el de Salvador Allende en Chile o Noriega en Panamá para invadirlo y conservar el canal.
Estas agencias tuvieron y tienen, una sucursal en Guadalajara a través de la Universidad conocida como la UAG o los Tecos.
Hace más de medio siglo, los fundadores de dicha universidad cohabitaban en una sola con los que continuaron el rumbo de la UdG que conservamos. Rompieron los conservadores ante el carácter socialista que asumieron los universitarios. Hubo golpes y enfrentamientos serios entre las fuerzas opositoras que luchaban por el espacio y los contenidos de la cátedra, la orientación ideológica. Hasta que finalmente se fueron unos a fundar otra universidad conforme a sus ideas y costumbres. Con el tiempo su escuela recibió financiamiento de la Fundación Rockefeeler. Entrenaron grupos paramilitares e inclusive hicieron espionaje contra funcionarios y periodistas. Todo documentado por entre otros, el periodista asesinado Manuel Buendía.
Esa es la derecha, misma que hoy tiene los ojos y algunos peones en el tablero de la Universidad de Guadalajara.
Briseño, engolosinado por el poder y los cantos de las sirenas azules y tricolores, parece no percatarse de la usada que le dan, tal vez con la promesa de la gubernatura, que finalmente se la van a hacer de jamón o de pavo.
Esto es lo que por ahora examino para tratar de explicarme lo que sucede en las entrañas políticas de la institución.
Lo comparto con mis lectores nuevamente para que formen sus opiniones. Saludos y sigan pasando bien los momentos en la conexión.

martes, 26 de agosto de 2008

La metáfora del funeral en la UdG

“Asistimos a un funeral”. Mientras no pase de lo retórico lo dicho por Carlos Briseño Torres, todos estaremos más tranquilos.
Utilizó él esa fúnebre idea para anunciar que la etapa en la que Raúl Padilla era el fiel de la balanza en las principales decisiones de la institución llegó a su término. Convocó a una rueda de prensa para dirigir las exequias de su antiguo mentor político. Exhibió ante los medios las cabezas plasmadas en oficios legales de varios directivos que pasó a cuchillo nominalmente, respaldado en los poderes que le confiere el cargo. Entre ellas está por supuesto la de su más odiado rival, compadre, ex amigo y superior en la jerarquía explícita e implícita universitaria. Con voz exaltada, literalmente a gritos, como si estuviese en un templete, acusó, señaló y finalmente lanzó de la estructura universitaria, a quienes en primera instancia le significan enemigos que piden el propio pellejo. Franca guerra abierta que tendrá otros enfrentamientos.
La bandera que enarbola este emancipador como se autodefine, acusa lo que según él y quienes están detrás, constituye su nuevo ritual: la crucifixión del que “tanto daño hizo a la universidad durante veinte años”. Siendo él mismo parte de ese daño que señala nunca se dio cuanta o bien le favorecían las cosas como estaban, el caso es que esperó dos décadas para conocer su verdadera vocación y conciliarse con su conciencia. Ahora es el apóstol de la limpieza y el nuevo orden bachiller universitario.
Como un nuevo Savonarola, esgrime causas que en principio se contradicen. Los buenos indicadores que ubican a la UdG en el segundo lugar de eficiencia en el país y los eventos internacionales de promoción a la cultura como la Fil, la Cátedra Julio Cortázar o el Festival de Cine, que le dan proyección mundial de primera categoría en el ámbito cultural, por supuesto que no son producto de sus dieciséis meses de gestión, sino más bien obedecen al trabajo de por lo menos dos décadas en las que Raúl Padilla fue una figura central ¿Dónde está el daño? Tendrá que demostrarlo y convencer a la sociedad y a los que somos universitarios de que tiene razón, de lo contrario difama y convulsa inútilmente a la institución que le ha dado más de lo que merece, sin duda.
O bien no es verdad que la universidad tiene ese reconocimiento por su calidad, dado que Raúl lo impidió o Briseño tiene tal coraje que le corroe las entrañas por no ser la voz cantante y por tanto ha disparado toda la fusilería mediática y burocrática a su alcance. O sea, ¿Cómo puede una universidad, dañada durante veinte años por un personaje maligno, estar en ese nivel reflejado en estadísticas y resultados académicos y científicos? ¿Salió del pantano en los meses en que ha estado parcialmente manejada por el grupo de la rectoría, por cierto tan dado a utilizar los medios de comunicación y otras argucias para quedarse con el pastel? ¿No es más bien odio jarocho el que estamos presenciando? ¿Bilis a raudales, provocadoras, que con desazón profieren injurias y despropósitos desmesurados, cargados de violencia verbal y simbólica, con altas dosis de ironía y sarcasmo? ¿Qué es eso de funeral? Ojala no sea una invocación.
En los tiempos mucho más tranquilos de Raúl Padilla como rector, después de haber superado aquella toma de la rectoría, que por cierto no la ha sufrido Briseño, el doctor Juan López y López, connotado cirujano y cardiólogo, tío de los Padilla López, hizo un comentario en mi presencia que nuca olvidé y en el que hacía referencia a Armando Macías, ahora sumado contra Raúl Padilla. En aquélla ocasión el desaparecido tío Juan comentó que Armando Macías “ponía el pecho por Raúl”. Bonita expresión que denotaba la lealtad y afecto de esa relación de universitarios tan diferentes en todos los sentidos, excepto el gusto por la cercanía y ejercicio del poder. Esperemos que no pase por su cabeza, ahora que se ha volteado contra su antiguo amigo y jefe, poner otra cosa ante Raúl en lugar del pecho. No en balde la política ha caído en el peor de los desprecios contemporáneos de los ciudadanos, con esta clase de actores que dan nota todos los días.
Se ha extendido un rumor, como niebla en la madrugada, que anuncia el miedo de la gente por los fantasmas de la violencia que durante tanto tiempo tuvieron a la universidad como su casa. Tiempos brutales de donde milagrosamente salieron a salvo los valores que distinguen a la institución, como son sus tesoros académicos de ilustres catedráticos y la estructura fundamental para la impartición del conocimiento.
Tengo frescos los recuerdos de los grupos enfrentados a golpes y balazos. Las frecuentes suspensiones de clases, los crímenes a plena luz del día y a mansalva. En aquél entonces me dio miedo estudiar y me salí de la universidad para asistir a una privada. Me llevé un enorme dolor que conservé hasta mi regreso, cuando las aguas fueron tranquilizadas gracias al arribo del grupo que dirigía Raúl Padilla.
Él fue el artífice de la calma y el encauzamiento que hizo posible la universidad que tenemos. Están las hemerotecas para comprobar los cambios. Se desterraron los matones. Apareció la red con la reforma universitaria y comenzó una era de proyección internacional, no solamente en el ámbito cultural, sino en el académico principalmente. Se elevó el número de investigadores y programas, ahí está la historia de los años recientes para comprobarlo. Ahora este rector no tan sólo se monta en resultados y logros que no fueron de su parcela y no conforme con ello, ataca a quienes cultivaron lo que se ha conseguido.
Indudablemente no todos los del equipo de Padilla son universitarios de primera. Desde luego que están encaramados varios individuos que no se les puede reconocer gran cosa, sin embargo gozan de la gracia del jefe y ahí están, sin más méritos que la fidelidad, como un antiguo chofer y ayudante de Raúl, convertido en director de una preparatoria y cuya capacidad no me parece como para un cargo de semejante importancia. Esas cosas desde luego que no aplican favorablemente a la contabilidad del líder en aprietos.
Es necesario que se equilibren muchas cosas, mas no es el clima favorable para ello. Habrá confrontación, batallas mediáticas que esperemos no pasen de ahí. La suerte está echada, dijo el rector. ¿Para quién? Preguntamos, porque todos vamos en el mismo barco y nos conviene un buen capitán, no un filibustero con patente de corso que busca la gracia de algún reyezuelo a base de entrar en combate con cualquier nave que no sea de su flota.
La gente de armas tomar como Carlos Briseño, no cambian. Genio y figura hasta la sepultura. Utilizo el viejo refrán para darle un final al texto a tono con los novenarios que organiza la rectoría.

domingo, 24 de agosto de 2008

México delincuente

México se convirtió en pocos años en un país eminentemente delincuencial: Los bajos niveles educativos, la aguda crisis socioeconómica que padece la mayoría, así como los obstáculos para construir un sistema realmente democrático, son factores que repercuten en la violencia que descompuso el clima social.
El miedo que sentimos por la inseguridad se lo debemos por igual a los delincuentes que cazan en las calles a sus víctimas, como también a los que atracan al pueblo aplicando políticas que favorecen a los dueños del capital. Tan ladrón es el que saca una pistola para despojar de su automóvil a un ciudadano, como el que vende litros de gasolina de ochocientos mililitros o kilos de ochocientos cincuenta gramos.
El crimen organizado y las iniciativas que asumen los gobiernos neoliberales que permiten a ciertas empresas el retorno de los impuestos que pagaron, guardan semejanzas. Se devolvieron a dichos empresarios privilegiados 100 mil millones al año durante el sexenio de Fox, cifra que ya superó el gobierno de Calderón al regresar a los empresarios que aseguraron su triunfo 93 mil millones de pesos; esto en el primer semestre de 2008. Se trata de los cincuenta magnates que lo mantienen gobernando, pese a que no les ha dado la tranquilidad y tersura que quisieran para seguir multiplicando su dinero.
Delinque lo mismo el que se mete a una casa para llevarse lo que pueda, como aquél que se introduce con palancas a una dependencia pública para obtener contratos. Unos se especializan en extorsionar por vía telefónica a las víctimas, en tanto que otros les sacan el dinero voluntariamente, con redondeos que acumulan cifras que solamente ellos saben a donde van a parar.
Hay quienes roban con engaños o violencia y también otros que roban con el favor del cargo o puesto público que les prestaron, a ellos, o bien a los amigos o parientes. Existen tantas formas de robar como maneras de hacer las cosas honestamente, pero la gente prefiere jugársela con lo primero y este país es un paraíso para ese estilo de vida.
México es un territorio de robadera: roban los funcionarios, comenzando con la gente del círculo presidencial, que no están ahí precisamente por honrados. El mismo Calderón fue sorprendido en malos manejos cuando dirigió una institución de banca oficial: Banobras.
A los pocos meses le vimos de candidato y millones de mexicanos no creemos en un triunfo legal, porque el “aiga sido como aiga sido” nadie se lo puede desmentir.
Roban los policas a los que roban algo o cometen faltas y son descubiertos; roban los políticos que se enriquecen con el poder; los industriales que fabrican sus productos con baja calidad y venden como si la tuvieran; los empresarios que evaden impuestos o faltan a sus compromisos con los clientes; los trabajadores que hurtan cosas o no hacen su trabajo correctamente.
Los medios de comunicación también se roban la verdad para cambiarla por ficciones a su conveniencia. Hasta los intelectuales suelen robar conceptos o ideas investigadas o pensadas por otros.
Vaya situación que nos dificulta ya bastante la existencia. De pronto nos dan deseos de robarnos algo para no sentirnos tan extraños, aunque sea unos minutos de alguien que nos pueda escuchar y quizá comprender.
Con cierta razón Calderón dijo que la responsabilidad por la inseguridad es de todos. Vio al pueblo como gente de su misma condición en general, es decir, los impulsos o costumbre de sus connacionales por el acto de robar: es agudo, como el que padece él y su gente: se roba aquí y se roba allá, por dentro y por fuera, por arriba y por abajo.
En un país donde toda la población, incluidas las autoridades, es parte del delito ¿qué se puede hacer? Bueno, eso es lo que declaró el presidente de esa fracción tan dada a creerle. “Dijo que todos”, como dice el clásico chiste. “todos y todas”, diría el descarado inepto de su antecesor.
Quíteles lo delincuente a los ciudadanos, don Felipe, y se va a quedar sin ciudadanos o acaso unos pocos, según lo que declara y no es tan alejado de la verdad. ¿Por qué no empieza por algo más fácil para regresarnos algo de tranquilidad, por ejemplo usted y su gabinete?
Señor Martí: ¿Le queda claro cual es la dinámica de la delincuencia en este país? Estamos de acuerdo con usted, que renuncien.

martes, 19 de agosto de 2008

Por qué mantengo mi apoyo hacia Andrés Manuel López Obrador

Yo, como mexicano, profesionista con estudios de posgrado, padre de familia, con ingresos suficientes para mantener a mi esposa e hijos, dignamente, sin lujos, contando un modesto patrimonio costeado durante aproximadamente treinta años de trabajo continuo, sigo convencido de que la propuesta de López Obrador es la mejor alternativa, si no la única, para corregir el rumbo de este país.
No tengo nada contra el Estado, al contrario, gracias a él obtuvimos el primer hogar propio por medio de un crédito del Infonavit, además, mis hijas mayores se formaron en una excelente universidad pública que las hizo competentes profesionalmente, por lo que han recibido la oportunidad de elegir ofertas. Su nivel de preparación y cultura es, diría yo, de excelencia: dominan dos idiomas además del nuestro, se desenvuelven con seguridad en sus respectivas especialidades y hasta las veo que disfrutan demasiado lo que realizan. En mucho se lo debo todo esto al gobierno de México, sin duda.
Se trata de un sistema que aún con sus enormes fallas y deficiencias, nos tiende la mano. Puedo aumentar más motivos como las veces que el Seguro Social nos ayudó; en lo personal padecí hace aproximadamente veinte años un hemotórax que puso en riesgo mi vida y en el Centro Médico de Occidente me atendieron muy bien, dejándome aliviado hasta el día de hoy.
Mi hijo adolescente tuvo el infortunio de ser atropellado por un chamaco que iba en su bicicleta, fracturándole el cubito y el radio. Esto durante las recientes vacaciones. La sala de urgencias de la clínica 86 estaba atestada un fin de semana en que ocurrió el accidente. Después de pasar un filtro burocrático un tanto desesperante, todo fluyó de maravilla, hasta la hospitalización y posterior cirugía de la que hoy se recupera satisfactoriamente. Al visitarlo pudimos constatar muy buenas instalaciones, limpieza y sobretodo una atención médica de primera.
Pienso yo que si deseamos conservar lo poco que le queda al país para mantener la relativa paz social, es necesario apoyar un proyecto político que detenga las privatizaciones que son el sello de la casa de las trasnacionales que manipulan al ocupante de los Pinos y su grupo. En la mira de Calderón y sus patrones, se encuentra el IMSS, por su puesto el ISSTE, como hemos visto, al igual que PEMEX.
Digamos ¡NO! Para evitar que se apropien de estos bienes que costaron un esfuerzo enorme, que incluyó vidas humanas.
Apoyo cabalmente a López Obrador, junto con mi familia, incluida mi madre que es su admiradora número uno en nuestro clan, porque estoy seguro de que es el dirigente que necesita el país en estos momentos decisivos para el futuro de nuestros hijos y el tiempo que nos queda a los adultos.
Coincidimos con tantos cientos de miles, que digo miles, millones de mexicanos que tenemos la percepción de que el verdadero peligro para nuestra patria son quienes apoyados por fortunas de dudoso origen, tienen secuestrado al gobierno y pretenden convertirlo en una sucursal de los mafiosos más envilecidos del planeta.
Por ello, aprovecho cada encuentro con mis alumnos, con mis amistades, además de los espacios mediáticos que he conseguido, para compartir mis puntos de vista y reflexiones. Hago lo que puedo en la gran muralla que construimos los ciudadanos para frenar la avalancha de abusos que desataron los que se dicen representantes y gobernantes de México y no son más que una pandilla de sinvergüenzas; saqueadores sin escrúpulos, que operan gracias al clima de impunidad que han tejido con la ayuda del clero y los enfermizos medios de comunicación, que son como el cáncer de la mente de este pueblo reprobado en conocimientos y malogrado en el deporte.
El ejemplo de los que dizque gobiernan solamente sirve para que los delincuentes profesionales vean el camino despejado y flageen a la sociedad.
Un gobierno de ladrones disfrazados de políticos, encubiertos en partidos que evocan los refugios de las miserables partidas de pillos que tanto asolaron a la gente durante sus correrías y asaltos a lo largo de la historia, es lo que padecemos y de alguna forma tenemos que quitarnos de encima.
Por fortuna tenemos a este hombre infatigable y honesto, que nos señala un rumbo. Gracias a él se han destapado las cloacas donde chapalea en detritus Mouriño y su familia enriquecida por su amistad con el ex secretario entreguista de energía mexicana, ahora puesto como presidente (chin) para desgracia de tanto futuro promisorio. Por el movimiento que dirige López Obrador, principalmente, no han podido mantener su chiquero oculto.
Jalisco es el colmo de podredumbre porque tristemente escogieron este bello estado como guarida ¿Y qué tenemos? Un gobierno de santurrones, ineptos y corruptos que se reparten el dinero público cual si fuesen cacos de arrabal. Guadalajara tiene las calles hechas pedazos y luce inmunda, con un tráfico atorado en pasos a desnivel clausurados por malhechos y otros obstáculos. La delincuencia amenaza en cada esquina que no sea la de un “coto residencial” y ni siquiera estos espacios se escapan de los sicarios o juniors que matan gente con el automóvil. Es la cosecha por tanta corrupción y el afán electoral que es lo único que tienen en la cabeza los funcionarios instalados en el gobierno. Ricos que se enriquecen más torciendo la ley. Ni siquiera el Registro Público de la propiedad ha escapado a este cartel, pues han despojado a personas de sus propiedades. Los casos se pueden consultar en la PGJE.
Hasta el menos informado de los ciudadanos sabe que la situación es insostenible y los responsables de este caos se visten de azul y llevan las manos y la conciencia negra.
Yo, con una vida razonablemente resuelta en cuanto a no semejarme a la mitad de mis compatriotas que se debaten en la miseria, después de haber estudiado y trabajado prácticamente con muy poco descanso, analizo a fondo la situación que vivimos y reafirmo mi convicción de que la única esperanza por ahora la lleva en sus manos y en su pensamiento Andrés Manuel López Obrador.
Como mexicanos responsables y preocupados por los acontecimientos, ayudemos a difundir nuestras ideas a favor de esta lucha pacífica, por el cambio, por nuestra juventud y su descendencia, por el medio ambiente comprometido a los explotadores, por México.
Este es mi testimonio y razones por las cuales me mantengo en esta línea que considero la única opción que aún tenemos. Si te parece buena idea manifestar por qué sigues y confías en López Obrador para que continúe al frente de este movimiento hasta la victoria, sigue la cadena. Sería muy interesante conocer distintas opiniones y razones de los ciudadanos que firmemente estamos dando la batalla pacífica por las nuevas generaciones de mexicanos. Un saludo fraternal a todos, queridos lectores amigos míos.

domingo, 17 de agosto de 2008

Gobierno espurio: servidumbre de los guasones políticos

Felipe Calderón, en lugar de ser gestor de bienestar social hacia la mayoría de mexicanos, se dedica a allanar el camino a las trasnacionales para que accedan a los recursos que son la base de la economía del país. En vez de presidir un gobierno que ayude a solucionar los grandes problemas como son la inseguridad, la crisis por ineficiencia e insuficiencia institucional, las inercias que aceleran el empobrecimiento de la población, la falta de incentivos para generar empleo estable y seguro, así como frenar el acelerado y gigantesco deterioro ambiental, este político de la ultraderecha favorece los fines particulares extranjeros interesados en productos y materias de nuestro país, así como de las élites locales que, multiplicadas, demandan más privilegios a costa de la mayoría que sostiene por diferentes vías dicha exigencia.
México se encuentra al borde del punto crítico que puede desencadenar una fractura social profunda, violenta, que quizá se haga presente en la proliferación de estallidos populares, con las consecuentes represiones, descontrol e ingobernabilidad, que solamente beneficiarían a los que esperan tales escenarios con la intención de aprovechar la situación de desventaja en que quedarían los afectados, principalmente los pobres, pero también empresas y capitalistas medianos o menores, para lucrar con la posible reestabilización.
Se advierte una especie de crisis programada con todo y control de daños preestablecido, donde seguramente intervendrían fuerzas armadas reclutadas o contratadas no necesariamente en el país. Los tratados internacionales contemplan las movilizaciones militares para protegerse intereses mutuos por parte de los propietarios de negocios. Sin embargo, los promotores neoliberales de este dramático cambio con el que han embestido al pueblo, no pueden estar tan seguros de obtener resultados que les favorezcan, dado que las crisis sociales, las rupturas derivadas de posturas irreconciliables, suelen salirse de cauce y acarrear una vorágine en la que todos o la mayoría, salen perdiendo.
En todo caso, serían las trasnacionales quienes aprovecharían cualquier pretexto para hacer valer cláusulas que derivarían hacia controversias dirimidas en instancias jurídicas internacionales, lo cual redunda en el cobro de indemnizaciones millonarias, tal y como sucedió con la minera estadounidense que opera en San Luis Potosí, al demandar al gobierno mexicano porque las autoridades locales, presionadas por organismos civiles, clausuraron un vertedero de desechos tóxicos habilitado por la empresa, obviamente pasando por encima de las normas ambientales, como suelen hacerlo, según casos documentados en otros sitios como la zona de los nahoas en la Sierra de .Manantlán, perteneciente al estado de Jalisco.
“Los TPPI incluyen cláusulas previendo la indemnización en caso de expropiación u “otras medidas de efecto equivalente”. Esta última frase, ambigua, permite exigir la indemnización en caso de medidas adoptadas por el Estado receptor que “privan al inversor de los beneficios que podría razonablemente esperar”, como dijo el tribunal arbitral en el caso “Metalclad c/México”, en el marco del TLCAN. En 1996 la empresa norteamericana Metalclad demandó al gobierno mexicano por violar el capítulo 11 del TLC, cuando el gobierno de San Luis Potosí impidió abrir a dicha empresa un depósito de desechos tóxicos. Bajo las normas del TLC, la denegación del permiso para abrir un vertedero fue considerada un acto de “expropiación” y el gobierno mexicano tuvo que pagar a Metalclad una indemnización de 16,7 millones de dólares. (5) Alejandro Teitelbaum
Argenpress

5) El laudo arbitral en Metalclad Corporation c/Estados Unidos Mexicanos (caso Nº ARB(AF) 97/1 se puede encontrar en http://www.worldbank.org/icsid/cases/mm-award-s.pdf Dicho laudo es muy ilustrativo porque el contenido del TLCAN es muy similar a muchos TPPI en vigor y a los TLC en proyecto o a los ya vigentes (Chile, Guatemala, El Salvador y Honduras con Estados Unidos) y las interpretaciones del tribunal arbitral en el caso Metalclad pueden dar una idea del grado de subordinación económica, social, política e institucional a que quedan sometidos los Estados que celebran tales tratados. Hay que decir que el Gobierno Federal mexicano autorizó, por servilismo e irresponsabilidad, la instalación del vertedero y que fue el Gobierno local quien posteriormente se opuso, lo que debilitó la situación jurídica del Estado mexicano en el juicio arbitral”.
Es muy claro lo que espera al país si este señor impuesto para servir intereses meramente particulares, lograra hacer que PEMEX pase a manos de la iniciativa privada extranjera. Los grandes corporativos tienen toda una estructura fincada con el propósito de sangrar lo que sea posible de quien se deje, en este caso una sociedad subordinada a un gabinete constituido a modo, que recibió sumas excesivas de dinero probablemente contaminado, con las cuales tiene comprados a los medios de comunicación, a las fuerzas armadas que pudieran evitar el catastrófico y anticonstitucional entreguismo, así como a algunos intelectuales que abandonaron la crítica con los bolsillos llenos y la moral en el resumidero.
Solamente nos queda el poder ciudadano para salir adelante, si es que se logra la remota posibilidad de unificar voluntades para defenderse contra un gobierno que dio la espalda, resultó traidor. A estas alturas hasta los organismos supuestamente civiles como el IFE, están preparándose para asegurar la continuidad de esta ocupación capitalista de nuestras instituciones y bienes públicos. Si no resuelve la gente hacer algo ahora, seguramente los procesos electorales servirán de instrumento, como sucedió en el 2006, para imponer autoridades que trabajen para este móvil antipatriótico y antipopular. Los accionistas que apostaron contra el pueblo han provocado una situación de alto riesgo, incluso para ellos mismos, a menos que sean a la vez proveedores de armamento para los enfrentamientos que probablemente tendrán lugar o se beneficien del agio que conlleva toda transacción financiera donde se obliga a una de las partes a endeudarse en condiciones leoninas.
Prepárese la ciudadanía para lo que viene: el asalto final del puño de empresarios que tienen al país como rehén, gracias al empeño de una clase política entregada al saqueo, que envileció aún más el de por sí desprestigiado por corrupto e inepto, sistema político mexicano.
Lo más vergonzoso de todo esto que hemos vivido, es que nuestra historia patria contemporánea quedó manchada por una vil mentira que cala muy hondo. Un grupúsculo de individuos que se hicieron pasar por gente de principios democráticos, provocó que el Estado cayera en las peores manos como son las de ellos mismos y los grupos que mandan de facto e instauraron la era de la violencia. A ellos y no a designios sobrenaturales o peligros tropicales, debemos el retroceso social generalizado y evidente en todos los ámbitos.
Los gobiernos de Acción nacional, apoyados por cómplices de otros partidos y su aliado principal que es el clero radical, han redundado en un peligroso fracaso que nos tiene divididos al borde del derrumbe total, sin que aparezca alguna señal positiva congruente. En realidad sucede lo contrario: cada vez que intervienen en algo, los políticos de esta corriente denotan una falta absoluta de oficio y sensibilidad para ejercer los cargos. Desde el mismo presidente que se puso presto para encabezar a las huestes que igualmente adolecen de falta de ideas útiles para salir del atolladero, hasta los gobernadores de la misma filiación que fanfarronean ebrios y quienes junto con otros de su calaña medran del presupuesto y el poder del cargo.
Toda esta cofradía de sujetos, hacen grave daño a un maltrecho país cuyo pueblo tenía esperanzas de caminar hacia el progreso con la mayor armonía y orden posible.
Los ilusos creímos en buenas voluntades y conciencias que se anunciaron insistentemente como verdaderas encarnaciones de la decencia, la probidad y toda virtud asociada al servicio para los demás, incluidos los diferentes. Tuvimos confianza que terminó defraudada de la forma más inmoral imaginable. No tan sólo se empeoró la existencia en términos de seguridad individual y colectiva, falta de oportunidades para sobrevivir y menos para crecer, derechos civiles y todo factor de bienestar social, sino que se puso al país en riesgo de mayor derramamiento de sangre, a causa de la violencia desatada por las mafias y la que emana de las condiciones extremas a las que son sometidas las clases más golpeadas por décadas de crisis. Nos quedamos sin rumbo ni mapas; a merced de “iluminados”, fanáticos religiosos y políticos de ocasión, subidos al barco de oportunidades lucrativas que hacen pasar por acto de gobernar.
Hipócrita y cínicamente organizan marchas para protestar contra el estado de vulnerabilidad de la población creado por el sistema que “aiga sido como aiga sido” mantienen. Pusieron la gasolina, la pólvora, los fósforos, y están a punto de provocar la chispa.
Trajeron empresas extranjeras que ahogaron la planta productiva nacional e infiltraron mafias. Privatizaron empresas del Estado en lugar de acabar con la corrupción que las hacía (no a todas) una carga por ineficientes o improductivas. Dejaron proliferar y fortalecerse a los grupos armados violentos que ejercen el crimen organizado. No evitaron (al contrario) que los capitales de la delincuencia se integren a la economía nacional. Abrieron el paso de armas por las fronteras. Permitieron que las autoridades del catolicismo agredieran constantemente al Estado laico. Atentaron contra las leyes constitucionales modificando artículos a favor de individuos y firmas que se apoderan masivamente de bienes y recursos como playas, esteros, aguas subterráneas y reservas forestales. No invierten fondos del Estado en nada que no sea con fines electoreros o políticos. Se apropian para cobrar el ingreso a espacios públicos como unidades deportivas y parques. Negocian con las mafias de tala bosques, desarrolladores inmobiliarios y explotadores de bancos de materiales. No impiden que los barcos extranjeros extraigan especies de nuestros litorales. Criminalizan y persiguen a luchadores y líderes sociales. Desacreditan todo acto de reclamo civil, así sea ordenado y pacífico. Permiten que el pueblo sea conejillo de indias para que laboratorios y empresas extranjeras bioquímicas experimenten con transgénicos en alimentos y otras sustancias de uso pecuario y hasta médico. Dilapidan el erario para que los medios callen sus delitos y corruptelas. Amagan y castigan a quien se atreve a señalarlos. Dejan que los ríos y cuencas continúen como vertederos de metales pesados que exterminan la vida, porque a las compañías extractoras en su mayoría extranjeras, no les importa nuestra salud y mucho menos los equilibrios ecológicos que destruyen. Modificaron la ley para que los delincuentes se liberen de manera más expedita, gracias a ello han salido de la cárcel varios narcotraficantes y ladrones. Asesinan, roban, secuestran, ocultan, sobornan, encarcelan y aplican lo que sea con tal de mantener sus privilegios, pero al mismo tiempo han alimentado la caldera al punto que, de no encontrarse rápido una salida, estallará con estrépito. Ya es posible escuchar un zumbido de advertencia y no se ve ni la sombra de lo que pudiera desactivar lo inminente. La ambición es capaz de perder los estribos hasta el suicidio.
Quienes sirven como piezas de esta maquinaria saben que cuentan a su favor con sectores dúctiles, fácilmente manipulables a través de púlpitos y medios de comunicación afanados en cerrar filas y hacer causa común con ellos.
Lo que está en duda es que tanto estén enterados los dirigentes del régimen sobre la extendida oposición que se organiza y mantiene en constante movilidad. No se sabe hasta qué punto tomen en cuenta el hecho de que la información sobre el descontento popular ha rebasado las fronteras, pasando por lo alto a los medios comprados locales con todo y sus campañas abrumadoras altamente costosas. Quien sabe si algo les indique que se llegó al límite donde ya no se contiene la sustancia y se derrama.
Obedecer ante todo las exigencias de algunos estadounidenses y gente de distinta nacionalidad, como lo hacen los gobernantes mexicanos, nos ha llevado a estar a un paso de la inviabilidad como país. Se perdió la independencia en la antesala de la fiesta bicentenaria de símbolos para la que nadie puede asegurar si habrá condiciones apropiadas, cómo realizarla y sobretodo quién y bajo qué ánimo lo haría. En una de esas hasta sirve de detonador para la masa ardida, desesperada y hambrienta.
El hecho de convertir el Estado mexicano en oprobiosa servidumbre de los intereses trasnacionales, redundó en un peligro de desencadenamiento violento de consecuencias difícilmente predecibles.
Pagarán caro nuestros hijos el montaje de un gobierno sin atributos ni legitimidad, instalado exclusivamente para beneficio de los que imponen su voluntad por medio del dinero y las armas. Será costosa la secuela que dejarán quienes operan alejados de la razón y los principios democráticos que rigen en teoría el trabajo de los servidores públicos. Nos dolerá mucho tiempo la herida causada por quienes actúan sin ética, movidos por ambiciones insanas, como lo vemos en quienes infortunadamente secuestraron el Estado; los del gobierno espurio que les hacen el trabajo sucio a los de más arriba.
Por el presente que nos queda y por el futuro de ellos, los nuestros, ojala, espero encarecidamente que así sea; que termine pronto la pesadilla del “cambio”. Deseo vehementemente ya no volver a ver tanto ciudadano engañado por guasones de la política.

lunes, 4 de agosto de 2008

Saga universitaria: la lucha otra vez por el poder (tercera y útima parte)

¿Qué va a suceder en la universidad?
La renuncia de Carlos Jorge Briseño Torres no se debe descartar. Ante un escenario tan adverso en cuanto a simpatías en los interiores universitarios, con semejante mega regañada en sendos desplegados públicos por parte de la plana mayor de rectores y el recientemente formado Consejo de Análisis Social en el seno del CUSH, el rector quedó exhibido ante la opinión pública como alguien que anhela ser el número uno y hace lo que sea por conseguirlo, incluso saltarse las reglas.
Se le acusó de protagonismo político, sin embargo el cargo puede aplicarse a varias camadas de universitarios que hacen política partidista y que por supuesto ha sido la universidad su pista de despegue.
Tengo la percepción de que la parte delgada del hilo que se rompió es la que registra algunas expresiones donde el rector deja entrever su intensión de acabar con una etapa, como dando a entender que su período marcaba una línea que le separaba de lo que había sucedido durante tres sexenios en la universidad. Se acababa el padillato con su característica unipersonal de decisión y control de los designios universitarios. Lo que no contó Briseño fue que no obstante la no muy favorable reputación que ha ganado Raúl entre gente que no comparte la idea de que sea saludable para una institución el hecho de que una sola persona acumule y prolongue temporalmente tanto poder de decisión, Padilla mantiene la confianza de los cuerpos universitarios. Los líderes de los distintos grupos prefieren continuar unidos a quien por más de veinte años ha estado al frente de la universidad sin parecerlo. Su capacidad de acción inspira como para adherirse a sus ideas y proyectos. Toma tan en serio las cosas que las concretiza. Da cabal seguridad su personalidad extremadamente prudente y calculadora. Además ha sabido ayudar a muchos que le han solicitado apoyo, como a un padrino. Tiene mucho más adeptos que críticos según lo que vemos en la respuesta de los universitarios que no toleran las palabras y los hechos de Briseño.
En la sociedad tapatía corre la especie de que Raúl Padilla es el hombre más rico del estado. Tan dada la gente a medir con el dinero a los demás, esto les suena a glamoroso rumor que le pone otro acento al polémico líder. No tan sólo es influyente si no que además posee fortuna. Vaya elemento que puede ir a favor o en contra, dependiendo de los sectores. Para el mundillo de los negocios locales, la élite de aquí, el tener dinero es símbolo de prestigio, independientemente de su procedencia. Los luchadores sociales auténticos, que por cierto los hay en número importante en Jalisco, consideran inmoral que alguien que utilizó discursos de la izquierda ahora se de el lujo de poseer capital en sumas considerables. Se le achaca la posesión de universidades y centros de copiado, entre otros negocios. Lo cierto es que nadie ha demostrado algo irregular en las operaciones que ha realizado. Al contario, quienes han colaborado con él saben de su intolerancia ante manejos turbios.
No puedo imaginar un Carlos Briseño sumiso y entregado a la causa de quien ha sido acusado por él mismo como un poder detrás del trono. Fue tan contundente en sus declaraciones ante los medios, que se pensó que el cisma provocado traería malas consecuencias para el tradicionalmente conocido grupo UdG. Algunos vieron y cantaron la caída estrepitosa del hermano mayor de los Padilla. Se equivocaron rotundamente. Él está en buena forma, tan es así que sin siquiera aparecer propinó semejante tunda a quien osó desconocerlo y desafiarlo. No dijo nada, no se dejó entrevistar, simplemente alguien en su lugar movió los hilos y botones necesarios para aplacar a un desaforado Briseño que se le cuecen las habas por verse sentado en un trono durable, seguro y en absoluto compartido.
Presenciamos una batalla de desplegados que afortunadamente no pasó de ahí. Lo que sigue tendrá relación con dos factores: Primero, las ganas que conserve BT para continuar en el mejor cargo que ha conseguido en su vida, tendrán que acompañarse de un comportamiento obediente y cordial para con quienes le acompañan en su aventura y representan fuerzas al interior de la universidad, llámense colegios, gremios o centros universitarios. ¿Conseguirá su carácter tendiente a dar ordenanzas someterse a plenitud como seguramente le demandarán después de haberles provocado? El poder es tan adictivo que los individuos se sacrifican con tal de obtenerlo al máximo.
Segundo, los frentes que se encontraron en la discusión quedaron sensibles y por tanto cualquier confrontación está a la vuelta de la esquina. Es difícil imaginar que los briseñistas y padillistas no continúen enfrentándose en cuanta oportunidad se presente, lo cual en la universidad es más que probable. Las fricciones entre grupos pueden dar lugar a crisis mayores. La tregua es endeble en tanto esté en juego el presupuesto universitario y los conflictos que se dirimen judicialmente lleguen a otra etapa. Hay brazas ardiendo aún que no se pueden apagar con un chisguete.
El próximo evento de mayor envergadura es la Fil. Al universo de personalidades que asisten o presencian mediáticamente lo que sucede en la feria no se le debe mostrar nada fracturado de parte de los anfitriones. ¿Estará este rector ahí junto a Raúl?
Briseño tiene la salida todavía decorosa de renunciar cuanto antes. Le quedan unas horas para sostenerse en sus dichos y abandonar un barco que le es indigno de acuerdo a su postura cuando comenzó este lío.
Irse y acomodarse en algún lugar que le de acogida. De alguna manera ya consiguió escribir su nombre entre los actores políticos locales que logran hacer que los medios les acosen y dediquen planas. Su nombre y apellido ya tiene precio entre los grupos oponentes al grupo UdG, sobre todo a su primer jefe. Puede conseguirse una trinchera y con suerte hasta un puesto de combate con mayor panorámica que le permita algún día ir por la revancha. En política no todo está escrito y tampoco tiene validez la palabra de honor.
Conociendo la sagacidad del líder es probable que él mismo esté a estas alturas preparando la solución para el antiguo discípulo rebelado. Le conseguirá, siguiendo este tenor, un cargo decoroso donde pueda seguir su trayectoria de político profesional, que sin duda lo es. Lo puede colocar en altos escaños partidistas donde le pondrían listo un paquete plurinominal de distrito para la intermedia. Limarían personalmente el desencuentro y por conservación mutua pactarían la no agresión definitiva. Esto sería lo más deseable porque a ninguna imagen le conviene las marcas de rupturas, ni huellas de conflicto alguno.
Carlos Jorge Briseño no es alguien que pueda señalarse como inhábil. Es rudo eso sí, en sus rasgos como su tono agresivo al hablar de quienes no son de su parecer. Se equivocó según la percepción de la gente, con traer al paraninfo al repudiado gobernador de Puebla. Se vio prepotente por esos días en que se acercó tanto a estos y otros personajes que no gozan de buena imagen como el cardenal y el propio gobernador Emilio González.
Mandó mensajes a diestra y siniestra que no fueron bien vistos por su tono que evidenciaba pretensiones anticipadas de erigirse como máxima autoridad universitaria, cuando el mando se vuelve más horizontal en la medida en que se fortalecen las instancias. No todo lo acapara Raúl. Él, básicamente atiende la parte cultural que en efecto ha crecido hasta igualarse con otros aspectos. Su plan es congruente con la separación del mando central en rectorías de centro. De ahí vinieron las respuestas contra Briseño. Raúl ni siquiera movió un dedo. Ese sí es poder en serio.
Lo complicado del Centro Cultural es de orden financiero. Fallas de origen que pudieron evitarse con mayor consenso. Como que al líder Padilla no le viene bien el traje de empresario, por más cultural que lo quiera adornar. Después de vestir galas como la de promotor de la Fil, verlo hacer negocios junto a un hombre que rebana la cultura con su léxico y que se hizo millonario vendiendo paliativos, es por decir lo menos, contradictorio. Sin embargo, es parte de los roles que desempeñan los actores sociales que se ven obligados por intereses mutuos a conformar alianzas ante una realidad donde lo más escaso es el dinero.
Padilla López, está obligado a continuar el proyecto hasta el final, pero no tiene comprado su éxito aún. Éste dependerá de factores como el buen flujo del presupuesto universitario, las simpatías de posibles accionistas y más que nada el posicionamiento del Centro como un espacio rentable. Panorama bastante complejo en todo sentido. Comenzando por la elección de una zona de menor plusvalía cuyos terrenos le fueron donados a la universidad. Sin embargo, la tenacidad ha logrado orientar poco a poco los resultados para que sean favorables a lo que se espera del CCU.
De cualquier manera, un proyecto de esta naturaleza no tiene por que ser coartado, mucho menos si se trata de razones de egocentrismo o celo político. Con sus fallas de origen y aciertos en cuanto a su estética y uso como espacio para las artes, lo más conveniente es tenerlo completo y en continuo aprovechamiento.
Ojalá sirvan los acontecimientos para que los protagonistas tengan oportunidad de reflexionar en torno a lo que conviene o no a la Universidad de Guadalajara. Hay áreas abandonadas a su suerte en tanto que otras reciben más de la cuenta. El conflicto debe servir para incluir estos desbalances y atenderlos, junto con la revisión de la infraestructura primordial, el nivel de la enseñanza y la producción científica.
Esperaríamos los universitarios que estas experiencias nos sirvieran para elevar la calidad de los servicios que damos a la sociedad. Que no se reduzcan las diferencias a la lucha por el poder simplemente por ejercerlo, si no que sean más bien choques que permitan dar el siguiente paso, como en toda entidad dinámica.
Que no sean ni Briseño o Padilla quienes salgan fortalecidos del problema, si no la universidad y la sociedad, en la medida en que surja un modelo donde prevalezca el origen institucional que le da sentido popular y al mismo tiempo se socialicen las decisiones para que no sean solamente unas cuantas personas las que lleven a cuestas tan difícil tarea como es llevar el control y destino de la universidad. Que no sea una simple lucha de poder si no la búsqueda de un mejor camino entre los más aptos para encontrarlo.
Aquí finalizo este relato que entrego a mis interesados lectores y que logré completar en unas horas gracias a una gripa que me mantiene en casa.
Hasta la próxima.

sábado, 2 de agosto de 2008

Saga universitaria

Saga universitaria: La lucha otra vez por el poder
(Primera parte)

A los hombres se les conoce por sus obras, máxime cuando hay un número considerable de espectadores.
Por si fuera poco el clima enrarecido, tan a tono con el temporal que estamos viviendo en este verano de acontecimientos, el enfrentamiento entre grupos de la UdG subió de nivel y quien atiza el fuego con la espada desenvainada en primera línea, es el rector Briseño Torres. Sus declaraciones perdieron todo sentido amistoso, se fue con todo contra Raúl Padilla y lo que se relacione. ¿Por qué?
Hipótesis.
A) Se trata de un plan preconcebido desde que ocupaba el cargo de secretario general y para ejecutarlo disimuló muy bien su lealtad al grupo que encabeza RP. De ser así debemos preguntar quién más está con él, aparte del vicerrector que hasta ahora se ha mostrado como gente leal a BT y los dos rectores visiblemente afines, entre otros académicos y funcionarios.
Si es un grupo formado exclusivamente al interior de la universidad o si la táctica mantiene ligas con intereses externos, como algunos políticos provenientes de la iniciativa privada que no han sido afines al grupo universidad, es algo que conviene tomar en cuenta. Esta lógica nos lleva a considerar la posibilidad de apoyos a otro nivel, debido a cierto añejo interés por desvanecer de la universidad los proyectos asociados a Raúl. El plan es acabar con este poder grupal que es determinante en una entidad clave en el contexto político nacional y no es idea exclusiva de Briseño. Puede estar el mismo gobierno federal detrás. Incluso por qué no pensar en el Yunque como posible actor de la trama, según huellas que ha dejado en algunos círculos que se manifiestan contra todo principio laico, liberal, popular o socialista.
B) BT tenía disposición para continuar en la hasta cierto punto tradición política de disciplinarse al liderazgo del hombre de mayor peso y encontró una coyuntura que le hizo cambiar de insignia. Probablemente alimentaron su ego, de por sí obeso y se le ofrece apoyo en forma de alianzas con tal de debilitar al político más reconocido y posicionado de las últimas décadas en el estado.
C) Quizá su carácter chocó con las formas que mantiene el grupo que hasta ahora conlleva el mayor control universitario y desde el inicio de su rectoría se percató de que no contaba con el apoyo de este sector mayoritario. Se le fue haciendo el vacío que menguaba el control sobre los grupos abiertamente afines a los ex rectores Padilla López. Ante ello reaccionó utilizando lo que piensa puede desacreditar gravemente a los que ahora considera enemigos, (por cierto disculpándose con la esposa de uno de ellos por ser su comadre) para tratar de sobrevivir o hundirse juntos. Esto refuerza la hipótesis A: si se deshacen entre sí los grupos universitarios los beneficiados serían los grupos que históricamente han permanecido fuera de la institución por razones ideológicas. Precisamente los que se han manifestado en discursos y acciones en contra de la educación popular y todo lo que representa. O sea, la derecha.
D) La manera de proceder de Briseño fue alentada por personas que se fueron distanciando de Raúl Padilla, al considerar que éste dejaba poco margen de maniobra o espacios, entre otras razones que provocaron resentimiento y/o rupturas. Pensaron que la percepción negativa hacia RPL entre universitarios de distintos rangos, atizada por algunos medios de comunicación, era una señal de que llegó el momento de atacar el ámbito favorable al universitario más influyente durante más de veinte años. Hicieron el cálculo que les favorecería según ellos para asestar los primeros golpes mediáticos y judiciales, conscientes de recibir apoyos internos y externos gracias a un discurso articulado con los recursos controlables en este campo: Los medios UdG y la sed sensacionalista que padecemos. El escarnio público como agenda que desafortunadamente manejan las empresas mediáticas, con escasas y honorables excepciones. Todo ello medido por quienes iniciaron la fisura: el rector y el vicerrector que aspira a suceder al primero. Recobran el ajado discurso que propone subordinar recursos a la urgencia de abrir preparatorias, como si fuesen sucursales de franquicias. En este tema se montó el rector y anunció quitar los recursos al Centro Cultural para destinarlos en otros rubros no especificados. Se fue con la corriente hostil a los planes de Padilla, para encontrar acomodo entre filas y voces adversas a su antiguo amigo.
Nos llevará un tiempo quizá saber con certeza qué motivó exactamente a BT para desconocer el liderazgo de Raúl Padilla, pero además envuelto en una actitud francamente hostil, con señalamientos directos que tienen toda la intención de romper afinidades de cualquier naturaleza.
Algo muy severo alimenta la iniciativa de BT y puede ser o no personal. Por ahora ya desplazaron en ruido los acontecimientos universitarios a cualquier otro acontecimiento y esto no es nada favorable más que para quienes desean ver destruirse a los hombres y sus obras que han destacado en la vida reciente de la Universidad de Guadalajara.
Es necesario conceder la parte de razón que corresponde a BT en cuanto a la problemática que representa un núcleo que maneja una gran influencia en las directrices y decisiones que se toman y asumen en la universidad, el cual compite con el ámbito de la rectoría y vicerrectoría juntas. Un liderazgo que no se controla totalmente para sí, inevitablemente será un foco incómodo. La capacidad de Raúl Padilla en crear áreas que se convierten en centros de gravedad al interior de la institución ya había sido probada desde antes de que fuera rector. Como director del Departamento de Intercambio Científico y Académico, DICSA, Raúl acaparó mucho mayor movimiento que se transformó en poder, que el rector entonces Enrique Alfaro. Literalmente éste fue eclipsado por el dinamismo y la visión de quien es ahora el coco de otro rector que se ve perdido en el espacio universitario y para salir dispara con lo que puede contra los que ve como opositores a su causa, que por cierto no ha sido bien explicitada en términos de seguir o no una trayectoria política ocupando cargos de elección popular. Dice que no tiene interés en ello pero hace todo lo contrario.

(Segunda parte)
Los actores.
De Carlos Briseño conozco mucho menos que de Raúl Padilla. Se sabe que militó en la izquierda con partidos como el PSUM y el PC, según han publicado algunas fuentes y de acuerdo también con la trayectoria más o menos ligada a esta ideología que según esto ha seguido el susodicho rector, hasta que ocupó puestos de importancia que le dejaron saborear las mieles del poder y del dinero. Estuvo con Trinidad Padilla en la planilla de la FEG cuando la presidió.
Años después, cuando Raúl Padilla ya había llevado a cabo gran parte de la Reforma Universitaria que creó la red de campus, se le asignó la rectoría del Centro de la Ciénega, en la región de donde es oriundo. Buscó por entonces también una diputación por el PRI, partido al que necesariamente se afilió.
Se le tuvo confianza por parte del grupo y del propio líder máximo universitario, colocándosele en la secretaría general durante el rectorado de Trino Padilla. Ignoro las razones que hicieron tomar esta decisión que seguramente tuvieron que ver con dotar a trino de una mano derecha fuerte para tener escudo y arma por si acaso los vaivenes de la relación con los gobernantes no fuera tan tersa. Sin embargo, resultó todo lo contrario en cuanto a este alfil que más bien se dedicó a agrandar su espacio político y obstaculizar hasta donde le era posible la tarea de Trino. Marcó una fuerte distancia desde el principio con el equipo del hermano de Raúl, para convertirse en el puente entre la administración central y el líder.
Además, creó una oficina de enlace que funcionaba como línea directa entre Gabriel Torres, su segundo de abordo, y algunos periodistas del ámbito local y otros de la ciudad de México. El bajo perfil de Jurado Parres al frente de la oficina de comunicación social facilitó la maniobra de Briseño y Gabriel Torres, quienes le retiraron de su despacho para instalar otra persona en su lugar. Desde entonces puso la mira en los medios de comunicación, tanto de la institución como los externos con quienes comenzó a tener una relación más estrecha. Caso concreto el de la amistad que cultivó hasta hoy con José Antonio Fernández de Canal 4.
Creció el área de comunicación, despareciendo lo que fuera la oficina de comunicación social, para sustituirla por una coordinación de medios que aumentó el personal en más de cien por ciento. Esto en acuerdo con Raúl Padilla, quien muestra igualmente especial atención sobre los medios de comunicación, sobre todo en la parte correspondiente a la promoción de los proyectos culturales que dirige.
BT tomó para su proyecto político el plan de estudios de la carrera de periodismo, obviamente con algunas modificaciones, elaborado por el equipo de trabajo que coordinó el maestro y periodista Arturo Noriega. Instauró dicha licenciatura en el Centro Universitario de la Ciénega para tener más relación con periodistas y medios de comunicación. Ahora ya se abrió la misma licenciatura en el Centro Universitario del Sur, controlado por Gabriel Torres. Saben, ambos (Gabriel y Carlos) que los medios de comunicación son imprescindibles para cualquier proyecto o empresa.
La diplomacia y prudencia de Trino prevalecieron siempre por encima del la rudeza y deslealtad de este personaje que sabe tejer telarañas políticas.
“Este si es político” me dijo tía Abi, la mamá de Raúl y de Trino Padilla, hace alrededor de un año, “pero no se le ve muy leal” añadí yo. Esto durante una conversación que tuvimos en su casa. La visité para platicar sobre libros principalmente, como lo habíamos hecho durante casi cuarenta años cuando teníamos oportunidad. Escritora, políglota, traductora autodidacta, experta en filosofía e historia, mujer dulce y profundamente culta. Ella se daba cuenta de lo que sucedía en la universidad que sus hijos ayudaron a transformar de acuerdo con el ejemplo de un gran padre, político de la vieja escuela, íntegro y sumamente inteligente.
El licenciado Raúl Padilla Gutiérrez, tuvo una vida digna de recogerse en una biografía porque caminó junto a personajes que marcaron su tiempo como el presidente Adolfo López Mateos. Presidió el PRI local y fue diputado federal, además de haber sido de los fundadores del FESO en su época estudiantil. Participó en más de un movimiento político por lo que inclusive tuvo que ocultarse durante algún tiempo.
Se puede decir que Raúl Padilla López vive la política desde niño. Convivía con su padre y con los amigos de éste que constantemente le visitaban para tratarle infinidad de asuntos, la mayoría de ellos peticiones. Su fama de buen amigo era grande, sobre todo tenía sensibilidad con la gente pobre, como buen político de la vieja usanza. Mi padre me habló siempre de él como lo hace un amigo. Estaba agradecido con él porque al igual que a muchos le ayudó en algo decisivo en su profesión. Sabía de sus errores y me los comentaba en un nivel de comprensión humana, sin juicios porque no corresponde hacerlos, si no reflexivamente, con respeto y afecto. El poder cambia la actitud de quienes lo alcanzan a tener. No siempre estamos psíquicamente aptos para ejercerlo porque es transformador, irresistible y desconocido. Nos puede encantar y ayudar para realizar nuestra existencia más cómodamente, sin embargo, en ocasiones también opera en nuestra contra. Las cosas que se tienen al alcance pueden y de hecho así ha sucedido muchas veces, perder al más sobrio e inteligente de los hombres. Mi papá le tuvo un gran aprecio al papá de mis amigos y lamentó mucho su partida.
En edad adolescente Raúl enfrentó la muerte de su padre y al mismo tiempo tuvo que resolver la situación económica familiar que no estaba a flote. Ni siquiera contaban con casa propia. Había una sociedad para pasteurizar jugos de naranja, como negocio incipiente que recién había comenzado don Raúl y otro señor cuyo nombre se me escapa y quien por cierto al final se quedó con todo. Acompañábamos a Raúl a repartir los jugos a bordo de una camioneta guayín Peugeot de principios de los sesenta.
Su intuición lo llevó a buscar a Carlos Ramírez Ladewig, el líder entonces de los universitarios quien de inmediato lo acomodó en una prefectura. Además lo instó a ingresar a la FEG y continuar sus estudios en la preparatoria nocturna de donde terminó siendo profesor.
Lo demás fue un ascenso vertiginoso, no exento de conflictos como un sorpresivo allanamiento de fuerzas armadas en su domicilio. Por fortuna no se encontraba Raúl esa noche que celebraba su cumpleaños y que fuera sacada a punta de fusil su mamá que en ese momento descansaba en su recámara. Estaba en auge la dictadura del PRI y Raúl militaba en el socialismo estudiantil como dirigente de la máxima organización de esa naturaleza en Guadalajara. Después se convirtió en líder nacional.
Para mi es un misterio cómo se da su tiempo en medio de tanta actividad para cultivar el intelecto. De que tiene muchísimas lecturas no hay duda. Es licenciado en filosofía y sin ostentar posgrado alguno, se puede decir que está empapado de conocimientos que le son indispensables desde la concepción de los proyectos que con tanto éxito ha emprendido.
Es más bien osco. Impone respeto por ser tan serio, sin llegar a mal gesto ni mucho menos. No me compete ni es la intención de este análisis hacer una descripción de la personalidad de Raúl Padilla. Tampoco sería objetiva por el gran aprecio que le tengo más que a él mismo a su familia, principalmente a su madre a quien llamo tía Abi, porque desde niño se ganó mi cariño y admiración, lo mismo que Trino quien es de mi edad y hemos compartido muchas historias a través de la vida. No pocas veces hablamos de que fuera yo una especie de hijo putativo porque se puede decir que era como alguien de la familia. A don Raúl lo recuerdo más distante aunque me tocó convivir con él en muchas ocasiones por cuestión de paseos familiares, incluso hasta en el DF cuando la familia se trasladó allá para estar más cerca de su papá quien trabajaba a comienzos de los años setenta como oficial mayor de la Secretaría de Salubridad y Asistencia.
Al principio se me hacía muy raro que alguien educado en colegios maristas, perteneciente a una familia de clase media acomodada, con modales de joven que se desenvuelve con finura, pudiera codearse con pseudo estudiantes con aspecto de pandilleros, sumamente violentos y propensos al alcohol y los desmanes. La mayoría de ellos llevaban armas.
Su rostro más bien fino era motivo de bromas entre los camaradas, la mayoría de ellos bastante experimentados en pleitos callejeros y balaceras. Por supuesto que había también intelectuales, pero éstos no figuraban a la hora en que se subían precipitadamente a los autos que se iban en fila a toda velocidad. Raúl les frecuentaba en otra parte y seguramente de allí abrevó ideas que le formaron ideológica e intelectualmente para complementar la enseñanza familiar. Nacho Arriola, fue uno de sus amigos de aquélla época en la que ni se imaginaba quizá que llegaría a departir con premios nóbel de literatura y personajes del más alto nivel, como hombres de Estado y artistas de todas las disciplinas.
Antes del rectorado la Fil
Antes de iniciar su periodo como rector cuando apenas rebasaba los treinta años, Padilla concibió una idea que a la postre se convirtió en uno de los eventos culturales más sobresalientes del mundo. La Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
La versión que tengo de cómo nace este proyecto es la siguiente: a mediados de los años ochenta, Raúl impulsó una oficina en la ciudad de México para hacer trabajo de distribución de libros, entre otras actividades ligadas a sus tareas de intercambio científico y académico. Por ese entonces operaba la distribuidora universitaria Onofre Sánches, quien a su vez presentó a Raúl con Miguel Bolívar Zapata. Bolívar había sido el director de la Feria del Libro en el Palacio de Minería por cuatro ocasiones y al parecer ya había dejado el cargo. Cenaron juntos y pensaron en una feria semejante, es decir, con carácter nacional, sin embargo Padilla desde ese momento vislumbró la internacionalización del proyecto y se dio a la tarea de consultar y buscar la forma de llevar a cabo la idea.
Se me contrató como vendedor de stands con el nombramiento de "responsable de ventas” y me trasladé a la ciudad de México para emprender una tarea ardua pero bastante compensadora. Visité cientos de casas editoriales para hablar con los directivos comerciales sobre las bondades de nuestro proyecto. No creían en el DF que los tapatíos tuvieran capacidad de convocatoria para una feria de libros de semejante naturaleza. Una vez más imperaba la visión centralista y las cosas se pusieron cuesta arriba. Tuve que pedir que me autorizaran diferir los pagos de los stands, porque estaban muy escépticos los clientes. Recuerdo especialmente a un sujeto de origen español que estaba a cargo de una empresa llamada Red Editorial Iberoamericana. Cuando pasé a su oficina me mostró chocante la invitación en el cesto de la basura. Dijo que no asistiría a una feria provinciana que para nada prometía crecer. No recuerdo si le vendí finalmente o no, pero le callamos la boca muy aprisa.
La Fil ha sido un gran éxito desde que abrió sus puertas por primera vez hace más de veinte años. Tampoco han faltado exabruptos como la híper seguridad que implantó Salinas cuando se acercó por ahí a inaugurar o los guardias especiales de Salman Rushdie. Nadie va a olvidar las interpelaciones a Calderón, repudiado por un auditorio repleto de señoras que lo increpaban llamándole espurio. Multitudes, prisas, glamour, grilla, espectáculo y cientos de miles de libros acompañados muchas veces de sus autores. Eso es la feria. Por cierto en su primera o segunda edición allá por 1987-88, se le ofreció un homenaje a Juan José Arreola, a quien se le vio departir con los colegas en esa y otras ediciones. La lista de personalidades que han dado vida a la feria de libros junto con los públicos es enorme.
La rectoría, la diputación y otros proyectos.
Raúl Padilla se hizo rector y dio lugar a la reforma universitaria que ha marcado una etapa en la universidad y en la historia de Jalisco. Se crearon los centros universitarios regionales y se dotó de tecnología de sistemas a través del CENCAR. Entramos a la era digital al tiempo en que se hizo una universidad realmente estatal, desconcentrada del área metropolitana. Esa fue una gran idea que cambió la vida de miles de estudiantes y sus familias.
Raúl en la política partidista obtuvo una diputación federal por el PRD. Su desempeño dio varios dolores de cabeza a más de un diputado del PAN y no se diga al gober llamado Bebeto, por su férrea defensa de asuntos como impedir el famoso crédito japonés para la construcción de una presa. Desde la rectoría gestionó a favor del bosque de la Primavera y mucho tuvo que ver con la creación de la zona protegida y el retiro de la CFE, que ya depredaba el bosque con sus instalaciones geotérmicas. Es muy recordado el maquillaje que hicieron los técnicos derramando pintura verde sobre una ladera para que los funcionarios a la hora de volar en el helicóptero advirtieran algo vegetal. Una burda maniobra de tantas que experimentadamente realizan los gobernantes y funcionarios. Ha peleado por los Colomos y por las comunidades nahoas de la Sierra de Manantlán. A él se debe la fundación de la Unidad de apoyo a comunidades indígenas que opera en la universidad y en módulos de los hospitales civiles para dar ayuda a las personas que pertenecen a alguna etnia.
Su afición por la cultura en sus distintas manifestaciones artísticas, lo llevó a crear el festival de cine y la cátedra Julio Cortázar. Ambas iniciativas posicionadas internacionalmente nos han dejado más de un día inolvidable junto a personajes de la farándula cinematográfica o bien, al aprender en los seminarios de individuos de la talla de Noam Chomski o Walerstein, entre muchos más.
Raúl le ha dado un dimensión de amplio espectro al horizonte universitario, sin embargo, un par de proyectos no han sido tan exitosos. El auditorio Telmex y el festival Zapopún. Algo tenía que fallar porque somos perfectibles. Hasta al mejor pastelero se le quema un bollo.
Desde que supe de su idea al inicio del rectorado de Trino, no me pareció ésta tan acertada como otras probadamente exitosas. Algo no me cuadraba y ese algo tenía que ver con la zona elegida y la alta concentración de espacios, en lugar de repartir presupuesto cultural en la red. Quizá un teatro de la ópera en Puerto Vallarta hubiera sido más atractivo incluso para inversionistas. Un centro rulfiano y biblioteca Juan José Arreola en Ciudad Guzmán y museos temáticos en los Altos. Así se lo hice saber a Trino porque intuí desde el principio grandes problemas presupuestales y dificultades para vender y sostener el proyecto, como efectivamente ha sucedido. Gran parte del conflicto que hemos visto tiene origen en ello.
No le agrada que le lleven la contra. Así se convierten los hombres de poder. Este rasgo de su personalidad es el que menos gusta entre quienes tienen trato con el líder. Corre la voz de que muchos han caído de su afecto por refutarle o discrepar en cuanto a proyectos.