martes, 28 de marzo de 2023

 

Presidencia de México a partir de 2024: ¿quién va a llenar el vacío que deje AMLO?

Esa es la pregunta que muchos se hacen. La otra pregunta que va ligada sería ¿quién de los de la izquierda?, dando por descontado que el triunfo sobre la raquítica oposición está prácticamente asegurado para el movimiento que encabeza el presidente López Obrador.

Veamos quien de ellos:

Claudia Sheinbaum. La menciono en primer lugar porque me parece que lleva hasta hoy una cierta ventaja. Además, su condición de mujer puede ser un factor que aumente sus preferencias por la participación de otras mujeres en lo que pudiera comenzar a ser un movimiento nacional. La aparición de espectaculares, la movilización en las redes sociales, aparte de las giras continuas, son en realidad actos anticipados de campaña que sirven para lo que en términos de mercadotecnia se conoce como “posicionamiento de marca o de imagen”.

Los años que lleva su carrera muy cercana al presidente, le hacen ser reconocida como una virtual continuadora del proyecto, por lo que estaría ceñida a las ideas de su “padrino” político no sabemos durante cuánto tiempo. No más de un 30% del padrón votarían por esta opción, suponiendo que lograra mantener el apoyo a ella y al proyecto, por el mismo margen de votantes que dieron el triunfo en 2018. Para ello requiere de una participación igual o mayor de simpatizantes con la causa morenista que llamamos Cuarta transformación. Ya en el cargo estaría obligada a seguir el guion casi intacto de lo que se lleva hasta ahora; es decir, el impulso a los proyectos de instituciones nuevas, junto con obras que tengan gran impacto como el Plan Sonora, por mencionar algunas de mediano y largo plazo.

Sin embargo, la envergadura de los problemas nacionales, el tamaño de las dificultades que se enfrentan todos los días como representante del Ejecutivo, las múltiples y distintas agendas donde convergen intereses casi generalmente contrapuestos, los caprichos y vaivenes de la economía y del mundo en general, la codicia y ambición de los colaboradores o pseudo amigos, toda esa vorágine de energías humanas, ¿se alinearán o someterán ante un mandato firme que intente conseguir esta joven mujer?

Desde luego que su carisma y habilidades como gobernante están fuera de toda duda y rebasan con creces a las mediocres y criminales administraciones anteriores a 2018, pero el saco que va a ocupar, o la “silla”, para decirlo en términos mexicanos, es muy grande. Sin adelantarnos tanto, ¿será Capaz de ganar con su campaña la elección federal Claudia Sheinbaum? La respuesta estaría muy comprometida a lo que suceda durante la campaña, comenzando por las manos en las que se ponga su candidatura para ser promovida y llevada hasta el posible triunfo. En ese sentido, las redes digitales constituyen una de las claves para lograr movilizar al electorado e igualmente los demás aspirantes o contendientes cuando comiencen las campañas harán lo mismo, de hecho, todos los precandidatos de la totalidad de las corrientes políticas se hayan bastante activos en diversas plataformas. Es lo esperado para la contienda que viene el año próximo: que comiencen a ser proactivos desde ahora.         En lo personal, me han llegado de manera virtual algunos cuestionarios que tratan de indagar las preferencias que tienen hasta ahora los aspirantes a la candidatura para lograr la mayor investidura pública del país. Los he contestado con mucha curiosidad por saber de la metodología que aplican dichas encuestas. Imagino que quienes las realizan tendrán un panorama en el que los resultados sean confiables para, ahora sí “destapar a la corcholata”. Hago cálculos de que va a ser Claudia la elegida por ser lo más parecido al “aura” del movimiento morenista, en esa inspiración se basarán quienes voten por ella que no es otra cosa sino el pragmatismo de los futuros votantes que no desearán perder lo hasta ahora conseguido, socialmente hablando. Claudia puede sumar más para ganar a la oposición que seguramente llegará robusta.

Marcelo Ebrard.

El secretario de Relaciones Exteriores se mueve en otras esferas más lejanas del imaginario de la gente, pero no menos importantes para sus aspiraciones. Teje fino con los de arriba, los dueños del dinero, los publirrelacionistas y lobistas profesionales de las grandes ligas mundiales. Él ve el futuro económico, los indicadores que seguramente son la brújula para el proyecto en ciernes que seguramente prepara con todos los detalles posibles. Sus equipos de trabajo son profesionales y variados, sobre todo discretos, algo tan importante en la política.

No obstante, sus dotes de individuo del Estado no son popularmente reconocidas, las tareas que ejecuta pasarían desapercibidas si no fuera por los espacios que se les dedican en las conferencias mañaneras que hace el presidente, por lo regular acompañado de personas del gabinete. Tanta reserva hace pensar en otra estrategia que está siguiendo para conseguir la candidatura, pero ¿cuál? Las encuestas que se llevarán a cabo hasta fin de año serán supuestamente entre la militancia de morena y también de forma abierta, como las encuestas en Facebook que aparecen en estos días. Si la consulta es a la gente no se verá favorecido Marcelo Ebrard. Lo más seguro es que ha hecho sondeos que le corroboran esta información. Se encuentra en una verdadera encrucijada en la que cualquier oferta política puede ser tentadora. ¿Irse con la oposición? Ya se han escuchado voces que suponen esa posibilidad. Tal circunstancia significaría el fin de un largo recorrido junto al presidente de México, más no la ruptura entre ambos, es parte del juego democrático. De suceder esto cambiarían todos los balances que se hacen los grupos de poder, junto con los planes de muchos aspirantes a cargos públicos y políticos de todas las corrientes o partidos, se cimbraría el escenario abriendo las compuertas a lo desconocido y probablemente a lo desafortunadamente conocido. Tiene, por tanto, algunas limitantes que se deben considerar para ser el candidato de la continuidad de la izquierda.

Adán Augusto López

Su aspecto de veterano de la política es y no es favorable a sus aspiraciones. Salvo con un cierto aire que lo semeja con el presidente, además del carácter provinciano y el origen igualmente tabasqueño, llega tarde al proceso como para que su imagen pública alcance a penetrar en todos los ámbitos del país. De ahí su apuración por realizar giras. Sin duda su reconocimiento entre los posibles votantes crece y formará grupos de seguidores que alentarán su candidatura, ya lo siguen muchos en las redes digitales, su forma de ser y comportamiento político le ayudan bastante para ello, sin embargo, va contra reloj, se puso a competir mucho después de sus compañeros de grupo político. Aún así, puede desplazar a Marcelo Ebrard y eso es lo que se propone hacer, incluso con declaraciones y señalamientos, como al parecer está sucediendo en estas horas.

Gerardo Fernádez Noroña

¿Qué hará con tanta popularidad y reconocimiento de la gente si no logra conseguir la candidatura?

Esta es la paradoja que abriga a este político mucho más conocido que los demás aspirantes a la Presidencia de la República. Sabe cómo ganar, conoce perfectamente lo que tiene que hacer para conseguirlo, le siguen decenas de miles de mexicanos, es el más activo en las redes sociales y a nivel de calle. Él sólo puede reunir matemáticamente  mas votos en las internas de izquierda que los otros tres aspirantes mencionados juntos, pero no lo van a elegir, el sistema no va a aprobar su candidatura y él lo sabe. Es tremendo lo que está viviendo Noroña, como lo conoce la gente, aunque trate de ocultarlo se trasluce su decepción, su rabia. Por muchas razones sería el candidato idóneo, sin embargo por otras tantas no es factible que lo sea y quizá tampoco lo más conveniente al proyecto obradorista, no porque le falte capacidad o arrestos, carácter, que tiene de sobra todos estos atributos y más, es el mejor orador que ha pasado por las tribunas legislativas de los últimos años, junto con Pablo Gómez. Gerardo no pasa por su estilo, porque confronta abierta y directamente, eso incomoda a muchos, sobre todo a los timoratos y de esos hay de sobra en la política mexicana. Es de esperarse que le cierren filas para que no consiga el fin que tanto desea que es regir los destinos del país desde la presidencia.

Entonces, ¿qué va a suceder con su gigantesco capital político? ¿Con quién se va a ir? Puede ser que en las manos de este “incandidateable” se encuentre el triunfo del siguiente presidente o presidenta de México.