sábado, 29 de mayo de 2010

Carta de Obama y respuesta comentada

Consulado de los Estados Unidos
Oficina de Asuntos Públicos
Por considerar que esta información sea de interés, le enviamos la Carta del Presidente de los Estados Unidos sobre Estrategia de Seguridad Nacional

LA CASA BLANCA
Washington

"Una y otra vez en la historia de nuestra nación, los estadounidenses se han puesto de pie para enfrentar, y dar forma, a los momentos de transición. Este debe ser uno de esos momentos. Vivimos en un momento de cambios radicales. El éxito de las naciones libres, los mercados abiertos y el progreso social de las recientes décadas ha acelerado la globalización en una escala sin precedentes. Esto ha abierto las puertas de la oportunidad en todo el mundo, ha ampliado la democracia a cientos de millones de personas y ha hecho posible la paz entre las principales potencias. Sin embargo la globalización también ha intensificado los peligros que enfrontamos, desde el terrorismo internacional y la propagación de tecnologías mortíferas, a los desórdenes económicos y el cambio climático".

Señor Obama:

Ya que por alguna razón me ha sido enviada esta carta que escribió, me permito dar respuesta a lo que usted nos expresa.
No se en qué se basa para hablar del “éxito de las naciones libres, los mercados abiertos y el progreso social de las recientes décadas”. Seguramente usted es una persona con acceso privilegiado a todo tipo de información y ha de estar enterado de las crisis que afectan a países que inclusive suelen mantener buenos estándares de PIB, u otros indicadores. El suyo es uno de ellos y vaya que enfrenta uno de los peores momentos por los que ha atravesado su economía cuando menos en los últimos veintisiete años.

La agencia informativa Reuters publicó el jueves 27 de mayo un informe de gobierno, concretamente del Departamento de Comercio, que da a conocer que el PIB del primer trimestre de EU fue revisado a la baja al 3%. La economía de Estados creció a un ritmo más lento de lo estimado anteriormente en el primer trimestre del año, debido a que la inversión en empresas se redujo, mientras que los gobiernos locales y regionales contrajeron su gasto en un 3.9 por ciento, la mayor caída desde el segundo trimestre de 1981.Los mercados abiertos no han sido en absoluto saludables para nuestras economías sino todo lo contrario, las consecuencias de esta práctica asimétrica son devastadoras en la medida en que exterminaron cientos de miles de pequeñas empresas, muchas de las cuales eran talleres familiares que permitían a la gente vivir dignamente con el producto de su trabajo. Sus “exitosos mercados abiertos”, solamente han enriquecido más a los enormes monopolos que pueden extraer materias primas a bajo costo, explotar la mano de obra con salarios infames, y saltarse las leyes de las naciones que son presionadas para que les den toda clase de facilidades y garantías, inclusive exenciones de impuestos y pago por servicios.

¿Qué es lo que usted entiende por “naciones libres? Supongo que no tenemos el mismo significado sobre libertad, señor Obama. Para mi una nación libre es aquella que prima el bienestar de la mayoría de su pueblo al imponer condiciones a las trasnacionales que buscan llevarse todas las ganancias. Nación libre es la que no permite que sus ciudadanos sean explotados, ni sus recursos sean expoliados por los poderosos: Los recursos se reparten equitativamente entre todos. La riqueza regresa a la gente con bienes y servicios, con una verdadera política social, en lugar de armar un ejército y amenazar con él a los propios ciudadanos y al resto de la humanidad. Para usted evidentemente una nación libre es la que libremente deja que los ricos, de cualquier nacionalidad, se aprovechen de sus recursos humanos y materiales. En esto difiero radicalmente de lo que piensa usted.


"Durante casi una década nuestra nación ha estado en guerra con una red de largo alcance, de violencia y odio. Incluso cuando terminamos una guerra en Iraq, nuestros militares han sido llamados a renovar nuestro enfoque en Afganistán, como parte del compromiso de trastornar, desmantelar y derrotar a al Qaida y sus afiliados. Esto es parte de un esfuerzo amplio, multinacional, que es correcto y justo, y nosotros seremos constantes en nuestro compromiso con la seguridad de nuestro pueblo, nuestros aliados y nuestros asociados. Es más, al enfrentar múltiples amenazas, de naciones, actores no estatales y estados fallidos, mantendremos la superioridad militar que ha asegurado a nuestro país, y ha apoyado la seguridad mundial, durante décadas".

La fuerza bruta, la violencia, históricamente ha demostrado que solamente provoca más daños, sufrimiento y destrucción, señor, no me venga con que por la seguridad de su país estén dispuestos a exterminar más gente inocente, porque esa clase de gente es la que más se muere. No se preocupe por el desafío de otros pueblos, déjenos en paz. Estas expresiones se escuchan como amenazas de que intervendrán sus ejércitos cada vez que decidamos ser libres de todo lo que tenga relación con aquellas políticas estadounidenses que busquen sometimiento y control hacia nuestros Estados y sociedades. La invasiones, las intervenciones bélicas, nunca serán ni correctas ni justas, no pretenda dar otro matiz a lo que es claro. Déjese de términos estigmatizantes como “actores no estatales y estados fallidos”. Esa es una vulgar farsa para justificar sus crímenes. Para nada la superioridad militar de Estados Unidos a coadyuvado a la seguridad mundial, al contrario, ninguna nación durante los últimos cien años ha sufrido a un enemigo más temible del que ha sido su nación. Ni siquiera el Estado alemán de la Segunda Guerra Mundial, hizo padecer tanto a la gente como lo han hecho las fuerzas militares de Estados Unidos: Alemania, Japón, Corea, Viet Nam, Panamá, Irak, Afganistán. Si no fuera por el escudo de la Unión Soviética y la ejemplar defensa de los cubanos, esta nación latinoamericana hubiese sido arrasada por ustedes. Sin embargo, lograron buenos golpes en el continente con la “ayuda” que dieron a las contrarrevoluciones en El Salvador, Nicaragua, o Guatemala. Fueron ávidos copartícipes de las dictaduras y golpes de Estado en Uruguay, Paraguay, Bolivia, Chile, Argentina y en su última correría en Honduras, donde sus temibles Halcones derrocaron un gobierno pacífico y democrático.

Seguramente mantienen a Cuba, Venezuela, Ecuador y Bolivia en la mira electrónica de sus misiles. Porque simplemente no comparten sus ideas e interés, de usted y de los que son como usted.

Esa frase en su carta: “a medida que combatimos las guerras que tenemos al frente”, aparece con el verbo equivocado, debiera ser “provocamos”.


El liderazgo al que aspiran, señor presidente, me parece que tendrá que solicitarlo con mejores modales a la nación china. Dudo mucho que esta nación permita que le ocurra lo que a otras a las cuales han sometido a mansalva. Ahí si topan con una gran muralla, más qué física y logística; intelectual, moral, cultural y decididamente nacionalista.
Nosotros nos entendemos perfectamente con ellos, pese a las barreras geográficas y lingüísticas. Mire, diga a sus múltiples asesores y agentes diseminados por todas partes, que se asomen a los escaparates de las tiendas, a los negocios, donde sea, para que le informen de que China está aquí, en cada lugar, en cada comercio. De seguro usted lo sabe a través de otras fuentes, como lo son las bolsas accionarias o de valores que operan internacionalmente, así como los análisis sobre reservas económicas ¿Quién tiene ahora el verdadero poderío, industrial, tecnológico, comercial y puede ser que hasta militar, señor Obama? Imagine todo el Oriente unido. No, mejor ni se lo imagine porque el sueño americano se le va a esconder debajo de la cama.


"Sin embargo, a medida que combatimos las guerras que tenemos al frente, debemos mirar al horizonte más allá de ellas, un mundo en que Estados Unidos sea más fuerte, más seguro y capaz de superar nuestros desafíos, a la vez atienda las aspiraciones de los pueblos de todo el mundo. Para llegar a eso debemos seguir una estrategia de renovación nacional y liderazgo mundial, una estrategia que reconstruya los fundamentos de la fuerza y la influencia estadounidenses".

Dudo mucho que a estas alturas pudiesen reconstruir tales fundamentos, tal fundamentalismo. Hoy el mundo es distinto y varias naciones se convirtieron en potencias. La India, China, Japón, Brasil, Rusia y otras que siguen aumentando su influencia económica y capacidad técnica.

"Nuestra estrategia comienza con el reconocimiento de que nuestra fuerza e influencia en el exterior comienza con las (sic) pasos que demos en nuestro país. Ahora debemos hacer crecer nuestro (sic) economía y reducir nuestro déficit. Debemos educar a nuestros niños para competir en una era en la que el conocimiento es el capital, y el mercado es mundial".

Pobres chicos si se pretende seguirlos domesticando, alienando de esa manera tan inhumana y perversa, por eso precisamente han logrado estos niveles de terror y degradación de valores. Justamente la fórmula para lograr la máxima infelicidad de los sujetos.

"Debemos desarrollar energía limpia que pueda impulsar nuevas industrias, desatarnos del petróleo extranjero y preservar nuestro planeta. Debemos seguir en el camino de la ciencia y la investigación que favorezca los descubrimientos y revele las maravillas que aún no podemos ver hoy, como lo fueron hace un siglo la superficie lunar y el micro procesador. Sencillamente, debemos considerar la innovación estadounidense como el fundamento del poderío estadounidense".

¿Y, de qué sirvió ver la superficie lunar, más allá de inspirar películas de Hollywood? Y dale con el “poderío estadounidense”. No salen de su nube.
Los microprocesadores se debieron un grupo interdisciplinar y a la vez internacional de investigadores.


"Debemos construir e integrar también capacidades que avancen nuestros intereses y los intereses que compartimos con otros países y pueblos. Nuestras fuerzas armadas siempre serán la piedra fundamental de nuestra seguridad, pero eso debe complementarse. Nuestra seguridad depende también de diplomáticos puedan actuar en todo rincón del mundo, desde las grandes capitales a los lugares más peligrosos; de expertos en desarrollo que puedan fortalecer la gobernabilidad y apoyar la dignidad humana; y de la inteligencia y aplicación de la ley que puedan revelar los complots, reforzar los sistemas judiciales y trabajar sin obstáculos con otros países".

Nada bueno les puede esperar a ellos y a los demás con la religión de las armas y los espías de complots. Entiéndase complot por toda iniciativa de estar en contra o simplemente abstenerse de practicar la filosofía yanqui. Perfectamente definida en estas líneas que escribió quien es hoy el presidente de ese país.

"Las cargas de un siglo joven no pueden caer solamente sobre los hombros estadounidenses, indudablemente, nuestros adversarios quisieran ver que se afloje nuestro poderío al extender en gran medida nuestras fuerzas. En el pasado hemos tenido la visión de proceder con criterio y evitar actuar solos. Fuimos parte de la coalición más poderosa en tiempos de guerra en la historia humana, durante la Segunda Guerra Mundial, y logramos una comunidad de naciones e instituciones libres para resistir la Guerra Fría. Tenemos visión clara del desafío de movilizar la acción colectiva, y de las debilidades de nuestro sistema internacional. Pero Estados Unidos no ha tenido éxito sobrepasando las corrientes de la cooperación internacional. Hemos tenido éxito al orientar esas corrientes en dirección de la libertad y la justicia, para que las naciones prosperen, al cumplir con sus responsabilidades y enfrenten las consecuencias si no lo hacen".

Claro, ningún enemigo por potente que sea, puede llevar a cabo una operación militar o golpe político si no cuenta con el apoyo directo de los que conocen bien el terreno. Desde César y Atila hasta Cortés y Pizarro, así se plasmó la historia.
Sin el entreguismo de los gobernantes, la venia de los dirigentes, la complicidad de instituciones como el clero o las agrupaciones de empresarios, todo esto que se conoce como “ultraderecha”, jamás hubiese sido posible el control de la economía y del imaginario social, por parte de potencias extranjeras o mafias locales. Las dictaduras, los golpes de Estado, las persecuciones, desapariciones, represiones, etcétera, no hubieran tenido lugar si no es porque estas “corrientes” que menciona Obama, se dejaron orientar en dirección de la libertad y la justicia. El problema es que éstas románticas metas se escondieron tan bien que a la fecha no se les encuentra por ninguna parte.


"Para hacer esto, seremos firmes en el fortalecimiento de aquellas viejas alianzas que nos han servido bien, al tiempo que las modernizamos para acometer los desafíos del nuevo siglo. A medida que la influencia se extiende a más países y capitales, construiremos nuevas y más profundas asociaciones en todas las regiones y fortaleceremos las normas e instituciones internacionales. Esta participación no es un fin en sí misma. El orden internacional que buscamos es aquél que pueda resolver los desafíos de nuestros tiempos: contrarrestar el extremismo violento y la insurgencia; detener la diseminación de armas nucleares y asegurar materiales nucleares; combatir el cambio climático y sostener el crecimiento mundial; ayudar a los países a alimentarse a sí mismos y a cuidar de sus enfermos; resolver y prevenir el conflicto; al tiempo que también se sanan las heridas".

Esto suena a grito de angustia de la bestia herida. La caída del monstruo puede resultar muy peligrosa. Anuncia que entre sus garras se llevará todo lo que alcance. Les llama “viejas alianzas” porque evidentemente ya crecieron y se pueden ir con otro aliado que ofrezca mejores perspectivas.
Hemos de tener cuidado con esos términos que confunden la defensa de la soberanía y los derechos con “extremismos violentos”. Se trasluce el interés por yacimientos de minerales que pudieran considerarse para uso nuclear. “asegurar materiales nucleares”.


"En todo lo que hacemos, defenderemos y haremos avanzar los derechos básicos sobre los que fundó nuestro país, y que pueblos de toda raza y región han adoptado. Fomentamos estos valores al vivirlos, inclusive nuestro compromiso con el imperio de la ley. Fortaleceremos las normas internacionales que protegen estos derechos, y crearemos el espacio y el apoyo para aquellos que se resisten a la represión.
Señor Obama, estas son sus palabras textuales, por primera vez en su discurso lo noto sincero. Aquí, en esta frase, subyace nítido el pensamiento represivo que caracteriza a su nación. Dotarán de garrotes para apalear a quienes se resisten a ser reprimidos por exponer sus derechos, por clamar por sus libertades, tal cual ha sucedido y sucede en las naciones que se forjan una verdadera libertad y autonomía".

"Nuestro compromiso con la dignidad humana incluye el apoyo al desarrollo, que es la razón por la que luchamos contra la pobreza y la corrupción. Rechazamos la noción de que una seguridad y prosperidad duraderas se pueden lograr al alejarse de los derechos universales: la democracia no representa meramente a nuestros mejores ángeles, sino que se opone a la agresión y la injusticia, y nuestro apoyo a los derechos universales es fundamental para el liderazgo estadounidense y fuente de nuestra fortaleza en el mundo".

Ese liderazgo los vuelve locos. Seguramente sienten la presión interna de casi trescientos millones de individuos que son la población estadounidense y desean mantener sus estándares de vida a cualquier costo en sangre y dinero".

"Como un país compuesto por gentes de todas las razas, regiones, credos y culturas, Estados Unidos continuará fomentando la paz entre gentes diferentes y creemos que la democracia y el facultar al individuo no tienen que producirse a expensas de las identidades que uno valore. Desde luego, ningún país debería estar en mejor posición para liderar en la era de la globalización que Estados Unidos, el país que ayudó a crear la misma, cuyas instituciones están diseñadas para preparar a los individuos para tener éxito en un mundo competitivo, y cuyo pueblo puede encontrar sus raíces en todos los países de la faz de la Tierra".

Esto se escucha tan ridículo y torpe que mejor ni gasto el tiempo en contestarlo. El tiempo y los lectores de esta estupidez le darán la interpretación correcta. Palabras huecas y delirantes que asoman la trama burdamente. La fiera se tambalea, sin dientes, enferma y con daño cerebral.

"Como ciudadano, senador y presidente, siempre he creído que el activo más valioso de Estados Unidos es su pueblo – desde la fascinación que sentí cuando niño al ver una cápsula espacial dispararse en el Pacifico, pasando por la fuerza que obtuve de los trabajadores que reconstruían sus vidas en Illinois, hasta el respeto que siento por las generaciones de Estadounidenses que han servido a nuestro país y sirven hoy día. Esta es la razón por la que también creo que debemos impulsar incluso mayores conexiones entre estadounidenses y gentes de todo el mundo. Nuestra seguridad a largo plazo se producirá no por nuestra capacidad de amedrentar a otros pueblos sino por nuestra capacidad de hablarles a sus esperanzas. Y esa tarea se hará mejor mediante el poder de la decencia y la dignidad del pueblo estadounidense, de nuestras tropas y diplomáticos, pero también de nuestro sector privado, organizaciones no gubernamentales y ciudadanos, Todos tenemos una función que desempeñar".


Yo paso, no me conecto por nada con esta raza, aunque sea multicolor o variopinta. Que me dejen mis esperanzas en paz. Con la dignidad de sus tropas y diplomáticos no tengo absolutamente nada en común. Tampoco con su ambicioso y usurero sector privado. Demasiado daño han hecho como para pedir que los compren, vaya cinismo.
Si este presidente se puso chocho con ver cuetes en la televisión y las películas de guerra donde sus compatriotas mataban a la gente como conejos, allá él.


"Desde el nacimiento de nuestra libertad, Estados Unidos ha tenido fe en el futuro –la convicción de que a donde vamos es mejor de donde hemos estado, aunque la senda a seguir sea incierta. Para cumplir esta promesa, generaciones de estadounidenses han construido sobre los cimientos que pusieron nuestros fundadores: encontrando oportunidades, luchando contra la injusticia y forjando una Unión más perfecta. Hemos creado también redes de comercio, apoyado la arquitectura internacional de leyes e instituciones, y derramado sangre estadounidense en tierras extranjeras, no para crear un imperio, sino que para dar forma a un mundo en el que más individuos y países puedan determinar su propio destino y vivir con la paz y dignidad que se merecen".

Sobre todo derramando sangre, aunque también sobornando.

"En 2010, Estados Unidos sufre guerras y se inspira en el servicio de las mujeres y los hombres que luchan en ellas. Nos castiga una crisis económica devastadora y estamos decididos a ver que su legado sean nuevos cimientos para la prosperidad; y nos ceñimos por un credo que nos ha guiado en el país y ha servido de ejemplo para el mundo. La grandeza de Estados Unidos no es algo que esté asegurado; el lugar de cada generación en la historia es una pregunta sin respuesta. Sin embargo, aunque nos prueben los nuevos desafíos, la cuestión de nuestro futuro nadie la va a responder por nosotros, la responderemos nosotros. Y en un nuevo siglo cuya trayectoria es incierta, Estados Unidos está listo para ser el líder una vez más".

¿No que no había una severa crisis? Presidente contradictorio, discurso contradictorio, país contradictorio…
Que sus profecías no se cumplan y su boca se vuelva chicharrón.



Barack Obama.
NNNN
 Before printing think about the Environment.-Antes de imprimir, piense en el Medio Ambiente.
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miércoles, 19 de mayo de 2010

Los antipopulares ¿nuevos dueños del mundo?

Nunca como ahora los que detentan el poder lo habían tenido de manera tan rotunda. La gente común que conforma y representa lo popular, los pobres, los aislados étnicamente, las clases medias, son más débiles que en tiempos pretéritos. Ya no les pertenece casi nada, ni siquiera la política porque están cada vez más fragmentados, constantemente acechados por el “exterior constitutivo”.

La unidad del nosotros es permitida por el exterior constitutivo, es decir, un determinado exterior que no lo es en el sentido estricto del término, porque de alguna manera es parte de la identidad que ayuda a conformarla pero al mismo tiempo le impone un límite. Amenaza y confirma, contribuye a configurarla a esa identidad pero simultáneamente la acecha. Gabriel Carrizo (2009)

Las elites que controlan los flujos materiales y económicos, han puesto en jaque a los demás. Los nuevos administradores han sumado entre sus activos la propiedad industrial, entre otras áreas de productividad que fueran de los estados que las administraban y que, pese a las incertidumbres o deficiencias, éstas operaban, generaban rendimiento que se traducía en utilidad común. Con todos los inconvenientes que siempre mostraron, constituían una base social que en distintas formas era fructífera, mucho mejor, desde la perspectiva del pueblo, entendido como la parte excluida de la planificación institucional.

Una frontera de exclusión divide a la sociedad en dos campos. El “pueblo” en ese caso, es algo menos que la totalidad de los miembros de la comunidad: es un componente parcial que aspira, sin embargo, a ser concebido como la única totalidad legítima. (...) El pueblo puede ser concebido como populus -el cuerpo de todos los ciudadanos o como plebs -los menos privilegiados-. (...) A fin de concebir al “pueblo” del populismo necesitamos algo más: necesitamos una plebs que reclame ser el único populus legítimo – es decir, una parcialidad que quiera funcionar como la totalidad de la comunidad- (Laclau, 2005 a: 108)

Haber conservado lo que se privatizó en el estatus de bienes nacionales, sin duda fuera un resultado más positivo en términos de democracia, que lo ofrecido por las privatizaciones, desmontajes o demoliciones: el aceleramiento de la desigualdad en aras de abrir el campo de los negocios a grupos e individuos constituidos como beneficiarios directos y desproporcionados del proceso. Baste mencionar como ejemplo una de ellas: los ferrocarriles, ahora desaparecidos como medio de transporte colectivo y en algunas regiones incluso como sistema de carga.
Los neo administradores son dueños de ejércitos, de grandes extensiones de tierra, minas, medios de comunicación, hospitales, universidades y todo lo que humanamente es necesario para continuar existiendo. Lo único que dejan y no siempre, según la conveniencia en términos económicos, son algunas bibliotecas, los museos, las plazas con sus monumentos, parques y lugares de recreación, que son cada vez más acotados.
Se trata de un cambio cultural ejercido a base de mostrar y aplicar el músculo. Toda la fuerza de los particulares, los propietarios y dueños, según su manera de entender y defender las propiedades, ha entrado en juego para dar en este escenario de inicio del siglo XXI, el gran golpe a lo que era o se creía como beneficio común. ¿Qué significa ahora este concepto, más allá de la posesión de unos cuantos bienes y libertades relativas? ¿Qué es ahora lo comunitario? ¿Acaso solamente los endeudamientos que ponen a cuestas sobre los comunes los gobiernos que los llevan a cabo? Maristella Svampa ha nombrado a este escenario como “gran asimetría de fuerzas”, proceso visible “por un lado, en la fragmentación y la pérdida de poder de los sectores populares y amplias franjas de las clases medias y, por otro lado, en la concentración política y económica en las elites de poder internacionalizado” (Svampa, 2006: 142).
Será un proceso largo y doloroso para las poblaciones desposeídas y fragmentadas la recuperación de lo perdido, máxime si en sus propias filas abundan líderes del momento que los dividen aún más.
Tantas veces acusada la izquierda de estar fragmentada, no atina a engrosar un cauce común que haga frente a los que aceleradamente se adueñan del espacio y de la materia, en desmedro de lo que es indispensable a otros, como el agua o los campos para producir alimentos. Algunos opinan que esto se debe a la tendencia en la que cada grupo o movimiento civil atiende solamente a sus límites o cotos de poder, sus bordes periféricos que encierran su propio interés. Falta una visión de coincidencia y aglutinamiento como factor de cohesión e impacto.
Las diferencias entre los qué más ganan dinero y los que menos acceso tienen a éste, pueden llegar a proporciones entre cien y uno, como sucede en México, inclusive mucho más.
Es claro también que el sistema o modelo económico colapsa en sus redes o circuitos, no opera más el orden especulativo de la acumulación, del mercadeo. O se vuelve a lo social, se regenera lo distributivo, comenzando por los monopolios, o ya no habrá más formas de estabilidad.
Durante milenios, prácticamente toda la historia, el desarrollo tuvo que pasar por el Estado bélico, la guerra como agente acelerador del cambio. No hay nación desarrollada o próspera que no haya sido beneficiaria de la economía de guerra de forma directa o indirecta. De ahí que nunca se suspendiera la guerra y todo lo que se hace para la guerra. Sin embargo, hemos llegado a una etapa donde ya no es tan factible hacerla entre naciones, quizá por esta razón se ha optado por modalidades internas de luchas dentro de los límites de un Estado. Un ataque de un país a otro corre el peligro de encontrar gran resistencia e involucramiento que pudiera revertirse en contra del atacante. Hay ahora mucho más equilibrio de fuerzas y mayor resistencia social a la guerra. En esto los medios juegan un papel definitorio porque llevan a las conciencias los acontecimientos genocidas y demás atrocidades propias de la violencia militar. Esto sin duda frena el curso de las agresiones aunque no del todo. Por tanto, la guerra se ha vuelto algo más difícil dado que el peligro, la amenaza que conlleva puede volverse en contra de quienes la organizarían.
Suena paradójico que parar la guerra equivalga a paralizar también la economía, sin embargo así es. El abastecimiento originado por las vorágines o torbellinos bélicos acelera la acción productiva, canaliza materias primas, activa finanzas, permite alimentar las balanzas de oferta y demanda, donde descansa la ganancia de unos al tiempo en que se despoja a otros. ¿Es este el orden natural que debiera seguir? Tal vez, aunque si se quisiera continuar en esta lógica, ya no corresponde a la realidad de nuestra edad.
Por supuesto que los poderosos se negarán por siglos a cambiar cediendo a otros parte de su fuerza. La lucha de contrarios reales o imaginarios es sustancial al género y a cualquier género de vida. Ya lo apuntaban así los filósofos y pensadores más antiguos, desde Aristoteles y Platón, hasta Kant, Bodino, Maquiavelo, Montesquieu, Marx, Tocqueville, entre muchos otros politólogos y observadores de la realidad humana.
Pero también es cierto que la supervivencia depende de un nuevo acuerdo que puede ser contrario o en buena medida distinto, a este tipo de evolución o aparente evolución de lo social. Se tendría que revalorar la mayor parte del todo constitutivo que conforma lo material y social. Dar un viraje rotundo y profundo, desde la implantación de otra ética, que haga posible el cambio sustancial de esta inercia tanto tiempo acumulada, así como todo aquello que lo sustenta. Se tendría que pensar distinto, concebirse la especie desde otros ángulos, con otros referentes que revaliden lo invalidado y recuperen así un diferente sentido, en tanto se logre disminuir lo atribuido a aquello por lo que se ha sostenido el luchar. La conciencia y la inteligencia han demostrado que juntas pueden deconstruir otra realidad y mostrarla como pausible ante el mundo. Es posible objetivar otro orden que subvierta el actual que es cada día mayormente destructivo, exponencialmente letal para la especie y otras que han padecido nuestra conducta.
Quizá nunca el género humano haya experimentado algo tan promisorio, dado que es como una utopía, pero siempre lo ha buscado. El relato de la historia nos habla de que así ha sido por siempre y por esta suerte, que no ha sido sencillo crear, se han logrado equilibrios que en muchas ocasiones llevaron a la paz. Gracias a ello hemos avanzado en la lógica de la ética, se ha acrecentado la sensibilidad de muchos en tanto que pugnan por el rescate de lo humano. Estos estadios acunaron las ciencias y el arte, el don de vivir y dejar vivir. Aunque siempre se mantuvo este otro lado oscuro de choque de fuerzas, lucha de poder, que tal vez perdure aunque destruya cada vez más.
Por alguna parte tendrá que surgir un consenso que comience a cambiar para que los antipopulares dejen de ser los dueños del mundo, los amos de la humanidad.

lunes, 17 de mayo de 2010

2010, la doble celebración y otras intenciones

2010 engloba una doble conmemoración de fechas centenarias para el país de los mexicanos: en septiembre sumarán doscientos años desde el inicio de la lucha por la independencia y, en noviembre, se cumplen cien a partir del llamado revolucionario de Francisco I. Madero.
La disposición del oficialismo para realizar actos de corte nacionalista o una fiesta de la patria, (siguiendo la costumbre de enaltecer los símbolos, con luces de gala en las plazas públicas, recepciones y banquetes ofrecidos en amplios y decorados salones de los recintos gubernamentales, con la concurrencia de invitados de honor y embajadas extranjeras) no resuelve unificar el ánimo popular que se distrae con un campeonato mundial de futbol, como disipador de la desazón generalizada por tantos problemas que parecieran surgir de un Apocalipsis, como lo definió el propio presidente Felipe Calderón, con jinetes incluidos y supuestamente vencidos de acuerdo a su triunfalista visión.
Inclusive, las contradicciones de hoy se han vuelto tan palpables como las del pasado, con sus convulsiones y enfrentamientos. Los viejos antagonismos vuelven con ímpetu señalando nuestras hondas diferencias, por las que tanto se luchó y que dejaran su impronta en monumentos, edificios públicos y calles de todas las ciudades o pueblos. Nombres y acontecimientos son repetidamente mencionados desde los balcones o en los patios de las escuelas u otras instituciones, al pasar lista durante las ceremonias en las fechas que señala el Calendario oficial.
Un dieciséis de septiembre de mil ochocientos diez, al igual que el veinte de noviembre de mil novecientos diez, se han evocado con desfiles militares, saludos a la Bandera y entonaciones del Himno Nacional, innumerablemente. Como un acto reflejo en que la historia se reduce a momentos retóricos y solemnes, a los que también por costumbre la fragmentación de imaginarios no suele responder.
Los agotados discursos caen desplomados con el peso de otra realidad, en tanto que el difuso significado de la independencia se desvanece ante un eclipse que lo trasforma en su opuesto: somos cada vez más dependientes de lo extraño y ajeno, al tiempo en que la fecha que conmemora la revolución con un desfile cívico y ceremonias, ha sido suplantada por la ideología del actual régimen, que la ha apropiado para dar tributo luctuoso a los “mártires cristeros”, actores de esa otra etapa siniestra y oscura e igualmente estampada en el lienzo de la historia: Pinceladas de la mano huesuda del clero y el puño cerrado de una burocracia incapaz de dialogar y conciliar. Ahora resulta que la iglesia católica unilateralmente y con el beneplácito de las autoridades adoptó ese día para honrar a sus guerrilleros, sacerdotes o laicos, que lucharon y murieron por “Cristo Rey”.
“Religión y fueros” clamaban los conservadores poscoloniales que lucharon contra la Reforma por defender sus privilegios. Lema derrotado cuyo espectro retorna cíclicamente a cobrarse la revancha y aparece hoy resucitado en plena doble efeméride patria.
Ni aprendizaje ni memoria del devenir, esta es la fórmula idónea para repetir la vorágine que hace enfrentar las ideas y las armas, en un vaivén sangriento que nos ha condenado desde que somos nación.
Tierra y Libertad, volvieron a decir años después los seguidores de Zapata, retomando el Zemblya i Volya, del movimiento del pueblo ruso de 1876. Gritos que se ahogaron en sangre sin lograr que cambiara nada para ambos pueblos. Los acontecimientos siguieron otros derroteros que ahondaron las distancias, al empobrecer más al pobre y dejar en los ricos los frutos cosechados al amparo de la maquinaria del gobierno.
Se llama independencia lo que nunca fue cabalmente y lo mismo sucede con la revolución, que se quedó en el tintero o duró lo mismo que los disparos. Sin embargo, hemos atestiguado como son utilizados esos ánimos exaltados que recuerdan los acontecimientos de lucha, vertidos con grandilocuencia durante las arengas de los portadores de promesas, esos heraldos “del partido”, de los gremios corporativos, por los que se revuelven las masas con azoro y esperanza. Vimos después como se abrieron paso las corrientes más radicales que conoció el siglo veinte, para que una generación de intelectuales y artistas les dieran techo y cobijo con devota convicción: ¡Patria o muerte, venceremos!
De ahí que los adinerados, como buenos prácticos azuzados por los curas, constantemente buscan conducir los rebaños que suponen extraviados, tantas veces engañados y olvidados. Las inconsecuencias y agravios de unos u otros bandos vulneran y tironean al Estado, una y otra vez, hasta dejarlo como un membrete descolorido, pálido, un logotipo contrahecho.
Sin embargo, a pesar de ésta orfandad identitaria se va a celebrar el Bicentenario y el Centenario, con repicar de campanas, desfiles, salvas y fuegos de artificio: brindis con tequila, mezcal en las calles y champán sobre los manteles largos.
El régimen desea oficiar la misa del Bicentenario y del Centenario sobre las aguas divididas en varios cauces. Tratará de festejar en plena tempestad, sin clarificar en qué lugar ha puesto la historia o qué importancia le debe a la historia.
Por tanto, lo que se vislumbra es realmente una ocasión política para llenar la platea y el foro dentro de una contienda electoral. Es una arista de la lucha por el poder Los ¡Viva México! se aprestan a salir.

La mexicanidad

Todo el caleidoscopio que es la historia, dejó a su paso usos y costumbres, como una mixtura cultural considerada patrimonio simbólico del que se adueñaron los discursos y con el tiempo fuera arrebatado por los medios de comunicación.
La lista puede comenzar con el escudo nacional que representa el sitio donde el águila sobresale entre la fauna y vegetación de un islote, en el que aparece el nopal, seguramente cercano a un nido de serpientes del cual un espécimen fue devorado por el ave real. Lugar mítico que la tradición de los migrantes aztecas eligió y adoró, paradójicamente también durante unos doscientos años, hasta que abruptamente la conquista lo desintegró.
Tuvieron que transcurrir otros trescientos más en los que esa identidad quedó sepultada por la real voluntad ibérica. Las edificaciones postrimeras con fisonomía de catedrales, fueron construidas sobre las ruinas de los escalonados templos, cuyos dioses desmembrados rodaron para hundirse en el pantano. Ahí aguardaron la otra edad que les volvió a la luz. Los hijos del pasado sufrieron tormentos y de señores o ciudadanos, pasaron a ser esclavos para servir a los advenedizos amos. Casi extintos los entregaron a los adelantados y encomenderos que los aperreaban con sus mastines, para que aprendieran a obedecer. Enseguida los frailes pretendieron lavarles su pecado de haber nacido aborígenes.
Herrados, tuvieron que labrar la tierra y socavar las minas, hasta que ya no quedaba casi nadie porque la mayoría murieron, si no es que huyeron a los montes o se refugiaron en los desiertos. De ahí que los colonizadores hicieran traer sangre africana que aún se conserva. Un levantamiento en San Lorenzo, Veracruz, allá por el final de los mil seiscientos, fue sofocado con saña y para escarmiento, fueron colgados unos cincuenta negros en el Zócalo de la ciudad de México.
Las nodrizas de raza negra pasaron a ser las favoritas para amamantar a los escuálidos críos de los blancos que fácilmente enfermaban. Los varones fueron expertos caballerangos o soldados que iban al frente en las batallas, hasta que corrieron igual suerte que los mexicanos porque muy pocos se salvaron. Entre los descendientes de su genética hubo guerreros como el cura Morelos, quien dio bravía pelea a los extranjeros que arrojó la península europea. Los negros más puros y los mulatos, vengaban así el tormento que por siglos les dieron los mercaderes de gente.
El ocaso de esa triple centuria colonial dio letras de oro, como las que escribiera la admirable Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, que pasó a ser Sor Juana Inés de la Cruz, en su vida conventual.
El siguiente símbolo que surgió para alentar a la muchedumbre encarnó en la imagen de Guadalupe, la llamada también Virgen morena.
Un artista me comentó hace años, que sus estudios sobre esta figura le llevaron a conocer que la extraordinaria pintura había sido obra de un religioso o sacerdote indígena, quien trató de plasmar de manera interpuesta a la misma Coatlicue, la diosa azteca, que era dual, carismática e igualmente misteriosa. Él veía, en el manto decorado con estrellas que le acompaña, la constelación donde aparece Huxilopoxtli en el firmamento. De igual forma, el moño negro que lleva en punto áureo corresponde al ángulo donde se ve una calavera en la deidad de piedra, el cual recuerda el luto por el hijo muerto que igualmente aparece como un ángel levantando ligeramente, desde abajo, la túnica de la Virgen.
De esta manera, me decía aquél pintor y escultor de cuyo nombre no puedo acordarme, los naturales de México continuaron adorando a su diosa, pues era este el mejor desagravio que pudieron ofrecer.
Lo cierto es que el nombre de Guadalupe y la figura original semejante a otras vírgenes, son de origen español, dado que ese nombre es voz árabe. Desde el siglo XIV, existe el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe en Cáceres, región de Extremadura, la tierra de Cortés. En realidad el nombre es utilizado desde mucho antes de que brotara en México el mito del Tepeyac.
Este símbolo es de los más significativos para los mexicanos. La imagen acompañó en forma de estandarte a las multitudes conducidas por Miguel Hidalgo y Costilla, el cura de Dolores, quien levantara al pueblo armado en contra del virreinato colonial. Criollo él y sus principales capitanes, iniciaron una guerra a la cual no sobrevivieron más de un año al ser detenidos, fusilados y decapitados. Esto, después de haber sido pasados por la excomunión y los tormentos inquisitoriales que se aplicaban en la época a quienes se consideraba contrarios a la fe y además sublevados.
La campana de la parroquia que tañó el 16 de septiembre de 1810 el llamado “Padre de la Patria”, con la finalidad de atraer a los vecinos hasta el atrio donde dirigió su arenga independentista, es otro símbolo patrio.
Como sabemos, el movimiento continuó su curso y en 1813 fue convocado el Congreso de Chilpancingo al cual asistieron doce delegados en representación de algunas provincias, entre ellos: José María Cos, Andrés Quintana Roo, Carlos María Bustamante, Ignacio López Rayón, José María Liceaga, Sixto Verduzco y el propio José Mría Morelos y Pavón. El 14 de septiembre de 1813 se instaló el primer parlamento constituyente. En el discurso inaugural Morelos pronunció el contenido de un documento inspirado en la constitución francesa, al cual se le llamó los Sentimientos de la Nación.
En este escrito quedaron definidas las nuevas políticas de un gobierno independiente, dividido en los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, que prohibió la esclavitud y la división de castas, así mismo consignó la eliminación de las alcabalas, estancos y tributos que pagaban los indígenas, entre otros aspectos de carácter social.
Al día siguiente, el nuevo Congreso decidió nombrar a Morelos con el cargo de Generalísimo y tratamiento de "Alteza serenísima", pero el caudillo no aceptó tal nombramiento y pidió en cambio ser llamado "Siervo de la Nación".
Guardando fidelidad a su ideología se sometió al Congreso, lo cual fue un error estratégico pues los congresistas pocas veces consensuaron acuerdos militares y obstaculizaron la libertad de acción y la unidad de mando requerida por las fuerzas de los insurgentes.
También se le otorga carácter simbólico al voluminoso libro que registra la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que se redactó un siglo después, en 1917, la cual reforma la del 5 de febrero de 1857, siendo la actual ley suprema de la Federación mexicana.
Esta Constitución fue promulgada por el Congreso Constituyente que se reunió en la ciudad de Querétaro el 5 de febrero de 1917. La convocatoria se llevó a cabo por iniciativa del Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, a su vez encargado del Poder Ejecutivo, don Venustiano Carranza, en cumplimiento del mandato establecido en el Plan de Guadalupe. Su texto es la consagración de muchos postulados sociales de la Revolución mexicana que sistemáticamente han sido eliminados al paso del tiempo.
La Constitución de 1917 es una aportación de la tradición jurídica mexicana al constitucionalismo universal, dado que fue la primera constitución de la historia que incluye los llamados derechos sociales, dos años antes que la Constitución de Weimar de 1919. Entre los cambios respecto de la Constitución de 1857, se encuentran la eliminación de la reelección del presidente de la República y el cargo de vicepresidente. Contiene 136 artículos y 19 artículos transitorios.
Pese a la importancia del pacto social que encierra, la Constitución ha sufrido 376 modificaciones en sus 84 años de existencia. Un total de 98 artículos, de los 136 que contiene han sido modificados.
Es importante tomar en cuenta los cambios sociales que hacen que el documento sea analizado y adaptado a las nuevas circunstancias, sin menoscabo de aquello que es sustancial para mantener los equilibrios pactados, sin embargo, esto no se contempló y con mayor descalabro de sus preceptos se le intervino de manera determinante a partir de la integración al modelo económico neoliberal que adoptaron los políticos plegados a los intereses de Washington. El régimen de Miguel de la Madrid comienza esta etapa de privatizaciones y adelgazamiento del Estado. Salinas emprende cambios sustanciales a los Artículos 3, 5, 24, 27, 80 y 130, permitiendo mayor derecho a extranjeros sobre bienes nacionales, llegando a privatizar el ejido, lo cual hizo de la propiedad de los campesinos un blanco para las trasnacionales y otros inversores. Además se otorgan poderes políticos al clero como es la facultad de hacer proselitismo religioso así como también la participación de clérigos en cargos electivos. Esta problemática se pensó resuelta a favor del laicismo y vemos que no es así, lo cual abre nuevamente la posibilidad de conflictos y enfrentamientos con tintes religiosos: luchas ideológicas.
Este político fue ungido de manera cuestionable dado que la elección no resultó clara, “se cayó” el sistema que comprobaría la legitimidad del proceso, con lo cual se golpea una vez más al Estado y al interés de la sociedad por arribar a una verdadera democracia, que hasta hoy no ha conocido. Salinas vendió los medios de comunicación nacionales, entre ellos el llamado entonces Canal 13, que tenía una programación que competía con Televisa, incluida su producción de telenovelas, así como su cobertura deportiva. Lo mismo sucedió con la compañía telefónica que fue a parar a las manos del individuo que en pocos años se convirtió en el hombre más rico del mundo, según lo confirman algunos medios especializados en este tipo de información, por cierto que la telefonía cuesta a los usuarios mucho más cara en proporción a lo que se paga en otros países por este servicio. A Ernesto Zedillo se debe la venta de las empresas estatales de ferrocarriles que explota principalmente una compañía estadounidense y donde él forma parte del concejo accionario. Desde su administración ya no se contó en México con este transporte económico, eficiente y seguro. Clave en el desarrollo de a economía y las relaciones humanas de cualquier país o continente. Europa, Norteamérica, Asia, África, le dan un uso importante a sus ferrocarriles. Constituyen arterias que comunican y transportan mercancías y productos, toda vez que permiten el traslado de personas y por tanto el fomento al turismo. Este sin duda fue un golpe artero y certero contra la patria. El saqueo y explotación que vinieron a realizar los extranjeros, ayudados por los mexicanos que se ven beneficiados con tales desastres y tropelías atentatorias de derechos humanos y contrarias al espíritu republicano, no tiene para cuándo terminar. Extraña e impúdicamente, los políticos disponen de los bienes de toda una nación. Los entregan implacablemente quedándose con ganancias que los convierten en capitalistas impunemente poderosos. ¿Qué puede ser celebrado si gran parte de lo que labraron nuestros próceres, al precio de su vida y sacrificios indescriptibles, ha sido mancillado por estos gobernantes? Lo más probable es que este desgarrador destino provoque mayores males y conflictos para una sociedad que aprendió más a resignarse que a luchar. La injusticia y oprobio de los que dirigen a la nación mexicana desde el gobierno y los corporativos privados cómplices, llaman a una guerra civil. ¿Será este 2010 nuevamente la fecha que confirme la reinvención o cambio abrupto y sangriento de las dinámicas de nuestra sociedad? 1810…1910…2010.
Esta brevísima síntesis menciona algunos momentos clave del devenir histórico mexicano, que dio lugar a los llamados símbolos de la Patria, que son algo distinto a los símbolos de la mexicanidad. Estos otros se hayan representados en elementos o prácticas culturales como la música vernácula del mariachi, la charrería y la costumbre de beber tequila, considerada como bebida nacional. Los mariachis tal y como los conocemos pertenecen a épocas más recientes, se considera que el primer grupo conformado por esta clase de músicos apareció hacia el año de 1926 y lo dirigía el coculense don Cirilo Marmolejo. Constaba de vihuela, arpa, guitarrón, chirimía y tambor. La indumentaria con la que vestían estos artistas era de calzón de manta, propia de la gente de campo en ese entonces.
El grupo se dio a conocer en la ciudad de México. Coincide esta presencia con el inicio de la XEW, radiodifusora cuyo propietario Emilio Azcárraga, tuvo la idea de invitar al conjunto musical y la presentación resultó bastante exitosa. Se comenta como anécdota, que el arpa no cupo por las angostas escaleras del edificio donde se hallaba instalada la radio, por lo que a sugerencia del propio don Emilio, el instrumento fue sustituido por la trompeta. Así es como según esta historia, ésta se integra a la música de los mariachis.
Con el auge cinematográfico se cambia la indumentaria de los cantantes e intérpretes musicales, por el típico traje charro. La charrería se practica desde la época colonial al llevarse a cabo las faenas campestres, convertidas en un atractivo popular de la vida rural mexicana.
La identidad o “mexicanidad”, se halla multiplicada y distribuida regionalmente. Representa una gran variedad de relieves asociados a fórmulas o recetas gastronómicas, o bien, ceremonias donde el sincretismo entre lo indígena y mestizo cobra singular relevancia al combinarse danzas prehispánicas con bailables e indumentaria de estilo español. En la geografía del país se distribuyen particularmente estas costumbres, adquiriendo su propia esencia según las formas o características climáticas o del propio terreno en cuanto a flora y especies de la fauna. En los desiertos norteños se consume carne seca de res, llamada machaca y tortillas de trigo. Es propio de sonora el llamado bacanora, bebida embriagante que se consume principalmente en el campo. En las costas abundan lo platillos a base de pescados y mariscos, en Oaxaca se saborean los gusanos de maguey, chapulines y las exquisitas tlayudas, con quesillo y mole picante elaborado a base de cacao y semillas. En Michoacán se comen las corundas, entre una múltiple gama de antojos típicos como los llamados pambazos; en los estados del centro se acostumbra la barbacoa, en Guadalajara se sirve pozole, en Nuevo León el famoso cabrito a las brazas. La lista es sumamente extensa pues cada estado tiene su propia naturaleza culinaria y costumbrista, incluso muchas veces se mezclan entre sí.
Platillos, música, tradiciones, ritos, estilos de vida, lenguaje, entonación y sintaxis múltiple, acoplada a los dialectos autóctonos, todo ello conforma esa mexicanidad. Cada una de estas facetas pudiera definir un rasgo de ella y todas en conjunto reflejan un alma, un carácter que llamamos mexicano.
Más allá de las profundidades del subconsciente y sus representaciones captadas por el intelecto de Octavio Paz y a su vez vertidas en los ensayos que componen su obra El Laberinto de la Soledad, donde el escritor reconstruye lo mexicano, a través de estigmas como el de los hijos de la Malinche, los complejos del pachuco o las festividades dedicadas a los muertos o a los santos, estas formas de ser y vivir se transforman en el tiempo.
En parte por el cine y sobre todo debido a las dinámicas del radio y la televisión, tales rasgos aparecen trastocados conforme a las exigencias de un mundo mercantilizado. La esencia de los usos y costumbres, del modo de ser de los mexicanos en su multiplicidad y pluralismo, ahora son estereotipadas hasta en sus más íntimas raíces por un mercado mediatizado, que arrebata la sustancia que les proveyó su naturaleza histórica.
El origen y evolución de la mexicanidad se debate entre el oficialismo que la deforma con fines políticos y los medios de comunicación que la transforman en mercancía de consumo masivo.
La presente época digital y su entorno global, cada día más marcado, van a dar sin duda distinto matiz al concepto de la mexicanidad, a sus variables o diferentes acepciones. Las nuevas comunidades de esta sociedad en red, donde se transforma el pensamiento según el modo de interpretar y transmitir el texto y la imagen, acentúan de distinta manera el sentido de lo que es originario, convirtiéndolo en algo universal, que ya no corresponde a un determinado lugar ni tiempo. La comunidad virtual deslocalizada tiende a comenzar de nuevo la historia y para ello trata de desdibujar el pasado, comenzando por el renunciamiento hasta terminar en el rotundo olvido. Abandona la identidad o la consume en tanto producto de venta comercial, de alguna oferta o, la rechaza por su aspecto inocuo como pieza vacía de la oratoria.
La identidad mexicana, desprendida de su autenticidad, es motivo de chiste, folclore barato y patriotero, instrumento de políticos que buscan reconocimiento, artículo de escaparate mediático. Es la parte “Light” del día festivo de la escuela, emblema de competencias deportivas, gritos desde la tribuna, escapes del puente largo a la playa, a los centros de reunión donde se desahogan los instintos. Pretexto oficial, social, comercial, asociado a lo que define nuestro tiempo: líquido, fugaz, desprendido, individual, desmemoriado y elocuentemente superficial.
El presente clima que anuncia estallido, como un fragor que retumba con fuerza en ocasión del resquebrajamiento y el quebranto en el ánimo colectivo, es preocupante. México no supera las razones que han cristalizado en historia de sufrimiento para las mayorías. Cíclicamente se deja que las abismales diferencias se alimenten de mayores y caóticas injusticias. No hay una verdadera vocación de consensos, de distensión de los opuestos que van en distinto rumbo y conciben divididos su propio escenario. Sociedad fragmentada y múltiple, reacia para dirimir el conflicto y, extrañamente unificada para el festejo, la fiesta tricolor. Alegrías evocadoras del Fénix que otorga a la historia su continua expiación de pueblo irredimible que construye cada cien años su parte aguas y añade nuevos ídolos y objetos de culto a su peculiar simbología. Sin desprender las raíces que le nutren milenariamente, se inflama el ser de la mexicanidad. A menos que tenga lugar algún conjuro, la historia se volverá a repetir.

domingo, 9 de mayo de 2010

Aforismos y reflexiones

"Enseñemos a nuestros niños y jóvenes qué son los medios de comunicación, antes que éstos les enseñen qué es el mundo".

“La guerra es la renuncia colectiva a hacer el intento de seguir viviendo”

“Estados Unidos es un país que invoca y provoca guerras, por conveniencia, por costumbre, por vocación, por sed, por hambre y por sueño: el sueño americano”

“El problema de Latinoamérica es un problema de ubicación, porque el problema latinoamericano se encuentra en América del Norte”.

“La mayor riqueza que puede darnos un día es encontrarnos con alguien que puede convertirse en un amigo. Hay días que ofrecen el privilegio de conocer a más de una persona y en ocasiones hasta una familia completa. Entonces sucede un estado de alegría incomparable, me reconozco inmensamente afortunado”.

“Paso momentos inolvidables en Argentina, pues me han invitado a platicar con alumnos de nivel secundario. Hasta ahora visité seis escuelas.
Me paré delante de las jóvenes y los muchachos estudiantes y les dije: “vengo a aprender de ustedes”, “voy a tomar una clase aquí de lo que deseen enseñarme”
Después todo fue un rato delicioso en cada lugar”

“Un famoso es aquel con quien aún sin tener conexión o apuntar el propio interés en otras direcciones, en alguna forma se topan nuestros sentidos”

“El acto creativo es ante todo recrear, es decir, no hay nada nuevo excepto aquello que hacemos con lo que ha sido previamente creado”

“No hay más que un creador y todo lo demás ha sido recreado”

“Los momentos más felices de la infancia pasaron en el recreo”

“La mejor herencia que nos ha dado el universo es el tiempo, porque éste hace posible que veamos, sintamos, percibamos, todo lo demás”

“Cada vez que puedas ofrece algo de tu tiempo, así tendrás más”

“El que ama en verdad nunca se encuentra sólo”

“Ganar el cariño de un animal y quererlo de la misma manera, es como darse la mano con Dios”, ser amado y amar a las personas es como abrazarlo”

“Deja que tus pensamientos y sentimientos se posen en ti mismo para que sepas de qué están hechos y lo que valen”

“Quien tiene hijos sabe lo que es la angustia”

“Quien piensa que vive en paz sólo desea la paz”

“Se conoce el desasosiego al escuchar que azotan la puerta”

" Empequeñecido es aquél por cuyas acciones se redujo el alma y con ello a si mismo, hasta llegar a creer que puede bañarse en un mar salado y cristalino cuando en realidad sólo flota en una lágrima"

jueves, 6 de mayo de 2010

El poder y delirio de un imbécil

El poder y el delirio de un imbécil
(Del lat. imbecillis).
1. adj. Alelado, escaso de razón. U. t. c. s.
2. adj. p. us. Flaco, débil.

La definición de un imbécil aparece así en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española y describe perfectamente al personaje Felipe Calderón. Un individuo imbécil, tal como lo requirió una camarilla de sujetos de la calaña de Carlos Salinas, Claudio X González, Emilio Azcárraga, del panadero Lorenzo Sertvitje, entre otros que vieron en esta presidencia la posibilidad de manejar una marioneta que les garantizara la impunidad necesaria para mantener sus cotos de poder. Un débil que se engolosinara con la banda presidencial en el pecho, aunque lo repudiaran millones de personas que mucho antes de su impostura advirtieron el nefasto desenlace de su gobierno espurio. Se organizaron marchas y actos de protesta que fueron estigmatizados, constantemente atacados por la artillería de saliva de tanto corifeo de Televisa y del otro apéndice o tumor mediático igualmente beneficiario de la nimiedad de este michoacano.
Es el presidente del ridículo, de la vergüenza para los gobernados frente a sí mismos y ante el mundo, como lo fuera el anterior Vicente Fox, un ignorante ex director de la Coca Cola, que supo cómo hacer riqueza para él y su familia, gracias al poder que da el cargo. Sólo que éste individuo refunfuñón ha resultado más peligroso aún que la caricatura antecesora: el señor de las botas.
Seguramente es imposible quitarle lo imbécil porque se lo implantó la naturaleza y su dogmática formación, pero quizá no lo sea retirarlo del gobierno, pues en lo que resta de mandato puede provocar más desastres. Lo imbécil con semejante poder deriva en cosas graves, como la muerte de inocentes, la debacle de la economía y el empleo, el descontrol de todo, porque así es como permanece esta nación: sin rumbo, sin proyecto, sin esperanza.
Ha sido una presidencia caótica que en su vorágine de desatinos aceleró una guerra literalmente sin cuartel, donde lo único visible son las víctimas que se cuentan por decenas de miles, en lo que va de este horripilante período.
Cuando el mundo abandona un modelo económico por ineficaz, que lo único que ha causado es devastación en todos los órdenes socialmente posibles, el presidente mexicano continúa aferrado a la entrega de lo poco que conserva nuestro país como bienes nacionales. Esta actitud se explica solamente por el miedo a quedar mal ante los que le abrieron el camino, como un tajo, para que se hiciera de ese puesto, a costa de lo que sea, inclusive el hundimiento total.
Otras naciones buscan recobrar sus bienes privatizados, porque sus dirigencias han corroborado el enorme error que significa dejar en manos de los mercados los recursos estratégicos, como los productos no renovables, los transportes o los medios de comunicación.
Sólo un imbécil traiciona de esa forma a su propio pueblo, como lo hicieran otros azotes a partir de Miguel de la Madrid. Gente dispuesta a sangrar lo más noble que tiene la sociedad en aras de los caprichos e interés de los agentes poderosos y de asegurarse fortunas para varias generaciones de sus descendientes. El pillaje, el bandolerismo elegante, suntuoso y siniestro que han practicado por décadas estos hampones, sólo se diferencia en las formas del que ha encumbrado en el poder financiero a los que supuestamente se persigue y que en realidad se les convierte en socios, con tal de que aporten su capital.
Ya es tiempo de que reaccione la gente ante un imbécil más, éste que fanfarronamente presume de que en su país todo marcha con buenos indicadores, como sucede en los más desarrollados. ¿Está alucinado? ¿Embrutecido o engañado por sus colaboradores? No, simplemente es un soberbio imbécil.