sábado, 9 de septiembre de 2017

Por un cambio hacia el socialismo en México: algunas ideas para reflexionar

Se pueden mirar demasiados contrastes en lo que pudiéramos llamar la vida social y política que abarca a los mexicanos. Hay, desde prominentes capitalistas que cotizan en los mercados de valores, hasta decenas de millones que sobreviven con un salario mínimo o que ni siquiera tienen dicho ingreso asegurado. Es, sin duda, un país donde encuentran oportunidades aquellos que tienen capital suficiente para costear los gastos del diario vivir, o su trabajo les permite estar dentro de la clase que forman los llamados emprendedores. También es importante considerar que la gran burocracia emplea sectores importantes de la población, además de hacerlo otras actividades del ámbito público y privado como las universidades, los tecnológicos, colegios, etcétera. Es la mexicana una economía fuerte aún con sus baches; e infortunadamente el moderado crecimiento sucede al tiempo que se disuelven garantías básicas del bienestar social para la población. Aquí se destacan las vorágines neocapitalistas en las expresiones del neoliberalismo que apartaron a la población de la protección del Estado. Esto significa que ha habido cambios considerables en todos los ámbitos que alcanzan a la mayoría de las personas afectándoles de formas distintas, según los contextos y el estatus de cada colectividad. Algunos tuvieron y tienen aún diversas formas para enriquecerse o al menos estar dentro de las redes sociales que forman grupos que dinamizan la economía; los circuitos del dinero que expanden y multiplican los nichos de empleo de trabajadores sean especializados o no, en los múltiples giros industriales, comerciales, sector de servicios u otros que proveen productos internamente junto con aquellos que exportan y que en su conjunto representan el verdadero movimiento de la economía. Sin embargo, éstos forman un porcentaje muy por debajo del que constituyen las mayorías; esto equivale a una cifra quizá entre cincuenta y sesenta millones de ciudadanos que son pobres, pese a que la población en pobreza en el país disminuyó 3.5% de 2014 a 2016, con lo que ésta sumó 53 millones 418,151 personas. Ese total representó 43.6% del total de habitantes, de acuerdo con la Medición de Pobreza en México 2016, que llevó a cabo el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Sin duda todo este panorama económico no es nada alentador, tomando en cuenta que los meses del gobierno que ha ejercido Dinald Trump han hecho estragos en el gabinete de Peña Nieto, que ha sido exhibido incapaz de resolver sus graves conflictos internos, al tiempo que pasa los años del sexenio ahogado en un mar de corrupción. Se vive una crisis en su fase extrema previa a estallidos de gran magnitud de los que en un cierto momento algunos pudieran enfrentar aún más a la población. La guerra de baja intensidad que comenzó Calderón en cuanto asumió la presidencia, evolucionó a un control de mandos totalmente ajeno al Estado. Éste, de acuerdo a informes de acceso público, multiplica sus márgenes de acción en escalas que van de las cúpulas ministeriales y fiscalías, el Ejército u otras fuerzas de seguridad, hasta corporaciones estatales y municipales de vigilancia policial. Todo ello en eslabones que traspasan fronteras hasta conectar con las redes que controlan estos mercados y sus estructuras (rutas, embarcaciones, contactos, sobornos, etc.) entre Estados Unidos, Europa, Asia y Latinoamérica. Los políticos han tenido que seguir la línea marcada, por lo que, sus actividades, al igual que sucede con lo que hacen los periodistas, es vigilada constantemente. La toma del poder de los grupos criminales y terroristas, que en alguna de sus etapas fueron o continúan siendo apoyadas por distintos gobiernos y fuerzas armadas, pone en riesgo las democracias. Crear guerras en contra de estos grupos y sus múltiples ramificaciones, no tan sólo ha sido una política errónea, toda vez que alimenta más este incendio que conlleva grados de violencia como cualquier guerra que se pudiera presentar. La liberación de las drogas no ha de lograrse jamás de esa manera, con esas reglas, con esas leyes y acciones punitivas. Lo más lamentable es que no hay visos de cambio de sentido sino al contrario; miramos que se vuelve más reacia la política que controlan los gobiernos para que las cosas cambien. Es mayor para unos cuantos el rendimiento en términos de dinero que se obtiene tipificando y penalizando todo lo relacionado con drogas que poner todo en el mundo de la legalidad y acabar de una vez, como sucedió en Portugal o en Uruguay, entre otros países, con una de las mayores calamidades que ha envuelto a la humanidad en los últimos tiempos. Narcotráfico y la secuela de crímenes que se relacionan, junto con los daños del consumo, principalmente en los jóvenes, no tienen lugar en el socialismo que se tiene en funcionamiento ya histórico en países como Cuba o Corea del Norte. Esto es evidente. Las medidas que se toman para recuperar mínimos márgenes de seguridad y control del Estado que puedan frenar el caos, son erróneas en tanto que utilizan más violencia. No está la respuesta en combatir con fuego sino en gobernar con justicia, equidad y legalidad. Para ello es preciso cambiar las cosas al lado opuesto de lo que mantiene ahora el rumbo de México. La propaganda que emana de Estados Unidos y los países alineados con el Consejo de Washington (G-9) creó durante más de un siglo los imaginarios del socialismo como experimentos catastróficos que acabarían con la civilización. La realidad es que la banca internacional perdería su dominio a través de endeudamiento si las economías de los países se inclinaran por esta opción, expulsando a los agiotistas y creando sus propias instituciones fiduciarias o financieras controladas por los propios ciudadanos. Como todos conocemos, en la historia de los países que lograron hacerlo hubo de por medio revoluciones. No es posible hasta hoy cambiar pacíficamente a un modelo que abruptamente corte las venas del capital que se va hacia otro lado, mientras que en el lugar donde se origina con el trabajo de su gente, ésta se desangra, empobrece y no hay ningún lugar para la educación. Lo han intentado gobiernos como el del comandante venezolano Hugo Chávez y el sucesor Nicolás Maduro, y no se ha dejado de sufrir en este país por los embates del colonialismo del siglo veintiuno, impulsado por Estados Unidos y otros que le secundan, fortalecidos con el modelo de economía que distingue a Occidente. Por eso hemos de fortalecer el ya basta. El socialismo martiano de Cuba, junto con el socialismo bolivariano de Venezuela o la filosofía del modelo juche de la República Democrática de Corea del Norte, son un ejemplo inspirador de lo que sería un modelo socialista mexicano. La idea Juche (también escrita Chuch'e) es la ideología nacional de la República Popular de Corea (Corea del Norte). Fue desarrollada por Kim Il Sung y se centra sobre el concepto de autodependencia. Esta filosofía fue por primera vez mencionada en 1955 y en 1965 Kim Il Sung hizo un discurso en Indonesia en donde presentó la idea a la comunidad internacional como una solución a los problemas de países en vías de desarrollo. La idea Juche vas más allá de la autodependencia y fue descrita por Kim Il Sung como "la independencia política, autosuficiencia económica y autodefensa militar." También declaró que "la revolución y su construcción vienen de las actividades conscientes del hombre y para establecer la idea Juche hay que ser consciente de que uno es el dueño de la revolución y de su desarrollo, pensando y haciéndolo todo, centrando la revolución en el país de uno mismo y solucionando todos los problemas que éste pueda tener mediante la iniciativa y el talento individual de uno" concluyendo que "el partido y el pueblo son los dueños de la revolución de su país." Poco después de la fundación de Corea del Norte, el Marxismo-Leninismo fue adoptado como ideologí¬a polí¬tica oficial del paí¬s. Sin embargo el Líder Kim Il Sung no querí¬a depender de ninguno de los dos gigantes comunistas que rodeaban a la RPD de Corea. La ideologí¬a Juche fue considerada en un principio como una adaptación creativa del Marxismo-Leninismo y gradualmente fue cobrando importancia hasta convertirse en la filosofí¬a oficial del paí¬s. La filosofí¬a Juche tiene fuertes connotaciones nacionalistas, lo que podrá ver de primera mano cuando vaya a Corea del Norte. http://www.north-korea-travel.com/idea-juche.html Es posible que se pongan a templar los grandes capitalistas educados en la doctrina de Adam Smith, de Milton Friedman, de los gurúes del mercado mundial para quienes todo es la pirámide del dinero y la economía que se derrama puede así llegar hasta la base; todos ellos que fueron parte del sueño sin cumplir, los financieros que horadan en busca de todas las minas posibles para explotar, hasta en el espacio, deben entender que el modelo que les fue benévolo tanto tiempo ha fenecido, por tanto, en la mayoría de los países en occidente se vive del espectro económico; esto es, se mantiene una gran simulación económica donde los fantasmas que logra crear dicha especulación financiera para postergar el rompimiento, ya no asustan a nadie. Todo conduce a un tipo de crak financiero en la mayor parte del orbe capitalista occidental. Se vislumbra una debacle mundial del dinero, una devaluación en cascada y generalizada de alcance global. Como ejemplo en México, la economía no avanza en lo que va del siglo pese a las promesas y pronósticos que resultaron quimeras o de plano incapacidad técnica para prever cifras. El mínimo del 7% del PIB acumulado, no ha llegado en todos estos años más allá de un 3% y en promedio se ha mantenido inferior a 2%. ¿Cuál buena economía a través de la incorporación del modelo neoliberal con los tratados comerciales, en especial el TLC, después de 1982? Todo ha sido peor. El país se nos va de las manos. Esta expresión se repite cada vez más a menudo. ¿Por qué falla todo y el país se vuelve peligroso, infernalmente corrupto? Corea del Norte crece económicamente, pese a bloqueos, y por su parte la economía de Cuba ha logrado resistirlos y mantiene un ritmo interesante hacia arriba. Venezuela vivió un quinquenio extraordinario en su economía (2003-2008) con tasas del PIB por arriba del 5.5% que se sostuvo durante todo el periodo del chavismo, y más allá. Hoy no sabemos qué va a suceder en tanto que Trump insista en su asedio verbal hacia el gobierno de Maduro y éste se convierta en algo más concreto y serio. Bolivia con Evo y Ecuador con Rafael Correa, fueron bastiones importantes que demuestran el músculo de la soberanía de los países que se deciden a obtenerla. Por todo ello y demás ideas que caben en este espacio pero que el tiempo de momento impide que lleguen a posarse en estas páginas, invito a que en esta página que doy a conocer como México Socialista, participen quienes deseen un cambio cimentado en las ideas más claras del socialismo, asimismo se nutra de la experiencia de los países que han tenido el privilegio de volverse socialistas. Es suficientemente claro que las políticas neoliberales han socavado, hasta niveles insostenibles, la viabilidad de la nación. Es impostergable, por tanto, un rescate integral de la sociedad, de su estabilidad. Retirarla de su estancamiento. Es necesario hacerlo con las bases y directrices de un plan esencial, un fundamento constituyente de gran alcance, al corto, mediano y largo plazo. Además de una voluntad multiplicada y compartida por la gente de toda condición de este espacio vital que es México. Sin que el orden en que son citados los puntos propuestos, defina la importancia de los mismos se anotan a continuación: 1. Cancelar de forma definitiva las dinámicas neoliberales en todo orden. No más libre mercado con privilegios y concesiones sin control a empresas nacionales y trasnacionales. (Como exención de impuestos, aranceles, etc.) 2. Volver a revisar y en su caso modificar la Constitución con la finalidad de que permanezcan los bienes de la nación garantizados para utilidad e interés del pueblo, en lugar de ser propiedad de intereses capitalistas oligárquicos. Esta medida requiere aplicación a partir de un nuevo pacto social constituyente. 3. Restituir a la ciudadanía, bajo este mismo esquema, la riqueza del suelo, los recursos estratégicos, así como espacios de litoral y otros que han sido adjudicados a particulares, incluso extranjeros. 4. Suspensión inmediata del pago a la deuda externa en forma unilateral y definitiva. Sin que pese en el ánimo el temor de una invasión o embargos de parte de los acreedores. La deuda externa es el pretexto sustancial de la opresión y explotación de los pueblos y de esa manera debe ser considerada. No existe manera de probar la legitimidad de esta medida financiera a todas luces inmoral, obsoleta por su carácter colonialista y por demás injusta, hasta la criminalidad. 5. Cancelación de forma definitiva de las licencias o concesiones para los medios de comunicación otorgados a particulares. Es preciso inaugurar una era de la comunicación con objetivo social, plural, democrático, incluyente y popular. 6. Crear nuevos medios de comunicación con pertenecía y representación de los diferentes ámbitos sociales, esto es: Sindicatos, ONGs, instituciones de educación públicos y privados, agencias y compañías artísticas y promotores culturales, el Estado y accionistas. 7. Impulsar la economía mixta. 8. Ejercer un movimiento civil pacifista y progresista para respaldar dicho proyecto de reconstrucción país. 9. Llevar a cabo un plan conjunto de tareas colectivas para la recuperación de la sociedad y la calidad de vida de los mexicanos o extranjeros residentes o naturalizados en México. 10. Pactar un nuevo orden social que obedezca a los intereses populares, como principio rector, y contemple además una distribución equitativa de la riqueza y las oportunidades. 11. Retomar ideas y prácticas socialistas que han probado eficacia en países latinoamericanos. 12. Frenar de golpe el intervencionismo e injerencia norteamericana en los asuntos de la política interior y exterior del Estado mexicano. 13. Finiquitar la compra de armamento a Estados Unidos. 14. Desmilitarizacion del país. 15. Suspender en forma definitiva el TLC, con Estados Unidos y Canadá y pactar un nuevo acuerdo únicamente con este último. 16. Pactar un acercamiento de cooperación solidaria y estratégica con los países que integran la ALBA. 17. Depurar las fuerzas armadas a través de tribunales civiles y militares. (ejército y policías del país). 18. Reconstruir el tejido social mediante iniciativas y acciones que estimulen la participación de la juventud. 19. Aplicar medidas antimonopólicas en todas las actividades industriales y mercantiles. 20. Controlar y limitar la inversión extranjera. 21. Recuperar y fortalecer la banca. 22. Exigir visa a los turistas o visitantes norteamericanos. 23. Confiscación de bienes nacionales o estatales que fueron adquiridos por particulares, a partir del ingreso y aplicación del neoliberalismo, principalmente instalaciones y equipo ferroviario, medios de comunicación, ingenios, siderúrgicas y transportes. 24. Crear una banca nacional para impulsar el desarrollo. 25. Conformación de asambleas de grupos y comunidades étnicas, con respeto a su autonomía de gobierno. 26. Impulso al desarrollo pecuario mediante créditos de bajo interés, asimismo implementar toda la asistencia técnica estatal posible, para recuperar la producción alimenticia en el campo. 27. Protección total al medio ambiente y los recursos naturales. 28. Cancelación de políticas de exclusión, que alimenten fobias racistas o de cualquier índole que atenten contra la diversidad cultural. 29. Protección irrestricta de los derechos de la mujer, inclusive el derecho al aborto en todas las legislaciones del país y principalmente en la Constitución política mexicana. 30. Protección absoluta a los derechos del niño. 31. Protección a las libertades políticas, religiosas o de cualquier especie, que no alteren el orden social. 32. Garantizar educación gratuita, servicios de salud y seguridad social, en todos los niveles, a la totalidad de la población. 33. Impulso y fortalecimiento a la democracia mediante una reforma política integral, que inhabilite a los partidos políticos, en tanto se conforma un nuevo orden de participación representativa eminentemente popular. (Cancelación temporal de los partidos políticos) 34. Instauración de procesos electorales libres, transparentes y participativos. 35. Desarticulación y erradicación de núcleos de fuerzas de facto que violentan leyes. 36. Incremento sustancial y amplio a la inversión directa en investigación y desarrollo tecnológico. 37. Expropiación de bienes y aplicación de procesos judiciales a quienes se enriquecieron ilícitamente por medio de cargos públicos, comenzando por los ex presidentes que gobernaron a partir de 1988. Lo mismo para funcionarios, militares y jefes policiacos que se les compruebe crímenes de lesa humanidad contra ciudadanos o contra los intereses de la nación. 38. Recomposición de la política exterior para que México sea nuevamente garante de derechos humanos y solidaridad con los pueblos históricamente oprimidos y explotados. 39. Expulsión definitiva de agentes del Pentágono, la CIA, la DEA o cualquier tentáculo oficial o extraoficial del gobierno norteamericano. Impedimento tácito y firme para que lleven a cabo operaciones en territorio nacional. 40. Readaptación de la economía con base a una moneda de plata. 41. Cancelación definitiva a las concesiones mineras de compañías extranjeras o nacionales que incumplan leyes laborales, ambientales u otras. Exigencia de pago de impuestos justos en base al nuevo marco constitucional. 42. Impulso racional y firme a la generación de energía limpia y renovable. 43. Ejecutar un plan de rescate con urgencia a los sectores más empobrecidos que suman casi la mitad de la población. 44. Revisión y control de la cultura que circula en forma popular y masiva, para erradicar discursos o mensajes atentatorios de la moral ciudadana. Prohibición para la producción y circulación de material que incite prácticas que degradan los valores de la sociedad. Esto debe ser cuidadosamente aplicado para no incurrir en prácticas inquisitoriales, sino simplemente depurar la cultura, sin incurrir en sesgos unilaterales religiosos o de cualquier índole. Esto equivale a elevar la mentalidad y la conciencia, con orientación hacia el respeto mutuo y a las diferencias, dentro de un marco legal y consensuado en cuanto a dichos valores que enarbola la sociedad. 45. Protección irrestricta de los derechos y libertades humanas. 46. Promoción de una cultura de la vida, del trabajo digno y de los deberes ciudadanos. 47. Control racional de la densidad poblacional, la reproductividad, la potestad familiar y patrimonial. Erogación de leyes demográficas y familiares, en base a análisis y cálculos socioeconómicos y culturales. 48. Diseño y aplicación de seguros para el desempleo y seguridad social, por edad para todos o por trabajo en el hogar que no fue remunerado para el caso de las mujeres adultas. Tal como se lleva a cabo en Argentina. 49. Becas alimenticias y de ayuda económica para todos los estudiantes del país que lo requieran. 50. Recuperación y fortalecimiento de la marina mercante y flota pesquera nacional. 51. Impulso a un plan alimenticio nacional basado en la producción marítima y pesquera. 52. Reconstrucción y fortalecimiento del sindicalismo. Colofón La VII Cumbre de las Américas efectuada en la ciudad de Panamá, puso de relieve el nuevo estatus adquirido por naciones latinoamericanas como hacedoras de sus propios destinos. Algo muy distinto a lo que aconteció durante su histórico proceso. Esto quiere decir que han logrado ser autónomas de la política expansionista y explotadora que, de forma unilateral, les impuso Estados Unidos, apoyando regímenes y dictaduras abyectas y criminales a lo largo del continente. El mensaje es claro: el periodo de dominio de este país sobre sus vecinos ya es cosa del pasado. Con toda la firmeza y claridad que cabe en un discurso de menos de una hora, los presidentes de las naciones que integran la ALBA hablaron para ser entendidos por propios y extraños. Dijeron así que América Latina vive ya otra etapa en la que el imperio norteamericano no participa, a menos que lo haga dentro de un marco de respeto y acatamiento total hacia la independencia y soberanía de los Estados que conforman esta región del mundo. Prevalece un rechazo unánime hacia el intervencionismo norteamericano y el pretendido arbitraje que forzadamente y siempre, ha deseado implementar, sobre todo en base a medidas bélicas, violatorias de toda clase de derechos, como lo hizo en cada ocasión que se le presentó la oportunidad. Seguramente muchos ciudadanos de Estados Unidos sienten vergüenza de sus representantes, por tanta infamia e injusticia cometida durante casi dos siglos en el continente. Evidentemente esta superioridad moral que muestran los países pertenecientes a la ALBA e igualmente aquellos otros que aún sin formar parte de esta organización que, de manera firme, dignifica y fortalece a las naciones que la integran, mantienen sus democracias firmes, gracias al rumbo progresista que han elegido continuar, como Argentina o Brasil en los tiempos de los Kirchner y Lula Da Silva. Hay mucho más de democracia en el sur que en el norte. Es más inteligente la dirigencia política de las naciones independientes y libres, que el estilo capitalista que los gobiernos de Estados Unidos eligieron para desgracia de sus víctimas y de sus gobernados, igualmente sometidos al capricho y designio de los capitales; como México. En cambio, el mísero oprobio llegó a su fin en los pueblos que se apartaron de la visión y objetivos estadounidenses. Son cada vez más evidentes las circunstancias y coyunturas que permitieron encauzar esta nueva versión de nación latinoamericana puesta en práctica. Entre ellas se puede mencionar la emergencia de economías capaces de resolver los asuntos de supervivencia al margen del Consejo de Washington y las agencias del ominoso mundo financiero que estrangula a los débiles. China, por su parte también es causal importante de la debacle norteamericana con su notable crecimiento producto del tesón y la audacia de sus gobiernos durante las últimas décadas. El acercamiento a Latinoamérica que de forma contundente ha tenido la nación asiática, ha hecho que los norteamericanos reaccionen inusualmente, como la aproximación al gobierno cubano, aunque igualmente recurren a sus viejos esquemas tales como la guerra de baja intensidad, desde hace años instalada en México como una más para paliar efectos de su economía debilitada. (Vendieron al país más de mil trescientos millones de dólares en armamento en tan sólo un año, esto como cifras oficiales declaradas que por supuesto no incluyen la venta de armas a las organizaciones criminales que se realizan en forma soterrada) Asimismo, la presión financiera contra el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, fue igualmente una parte de esa reacción desesperada. ¿Es este un momento idóneo para que México cambie rumbo y destino? El deterioro actual de la imagen de este país ante la comunidad de naciones es el más desfavorable de la historia. La desigualdad social profunda es tan elocuente como las prácticas y dinámicas de corrupción propias de un Estado que perdió aliento, soberanía y legitimidad, debido a políticas erráticas que han fracasado en casi todos los órdenes, por no decir que en la totalidad de su ámbito. Un relator de la ONU que realizo una visita al territorio nacional, confirmó lo que tantas voces han pronunciado respecto a las prácticas inhumanas que son comunes por parte de los organismos oficiales, tales como tortura, desaparición forzada de personas, juicios sumarios y hasta fusilamientos por parte del ejército y con una total impunidad. El Estado de Derecho es letra muerta en México, debido a los continuos regímenes que pueden ser comparados con las atroces dictaduras que padecieron las naciones del continente a lo largo del Siglo XX. Los procesos electorales adolecen de vicios que los convierten en un obstáculo insuperable para la democracia, los comicios son manipulados por las fuerzas que en contubernio interactúan para que el control de la riqueza y los bienes que produce el país, queden bajo el poder de las elites económicas y políticas que las mantienen invariablemente de su lado. Esta situación ha elevado considerablemente las cifras de pobreza hasta niveles extremos, son más de cuarenta millones de mexicanos que la sufren, con lo cual los índices delictivos van igualmente al alza, junto con otros indicadores que señalan el resquebrajamiento del país, que por cierto desde hace décadas mantiene una de las peores economías del continente. Caminar de la mano del vecino del norte ha traído consecuencias funestas. El neoliberalismo impuesto de formas por demás amañadas, como lo han sido los fraudes electorales que permitieron gobernar a presidentes incondicionalmente obedientes a los mandatos de Washington, han dejado una impronta desoladora en la que peligra no tan sólo la estabilidad para el necesario progreso, sino la propia seguridad personal de los ciudadanos ante una escalofriante escalada de la violencia criminal que ejecutan las organizaciones que crecieron y se multiplicaron al amparo de esta política: la llamada narco violencia, sus ramificaciones y modus operanti. No existe un sólo rubro en el cual se destaque alguna mejoría, todo ha sido retroceso en detrimento de la calidad de vida de los ciudadanos, a excepción, como dijimos, de minorías acaudaladas que de forma oportunista obtienen ventajas de este caos social. El anquilosamiento de las instituciones es por igual consecuencia del devastador neoliberalismo que defienden enérgicamente y con toda la fuerza posible los favorecidos. Impera la corrupción en prácticamente todas las esferas de la vida institucional e igualmente se ha degradado la sociedad ante esta lacerante realidad, donde las leyes y la justicia son aplicadas en forma discrecional. Conformamos una sociedad cada día más desequilibrada, desigual e injusta. Aportamos al mundo más gente empobrecida, sin preparación y enferma. Las tasas de mortalidad infantil, los desplazamientos masivos como producto de la violencia en territorios in gobernados, la desesperanza y la explotación, incluso de niños, confirman el equívoco de las directrices y de las políticas que los que mal conducen a la nación. Las protestas reprimidas son el pan de cada día en México. Ante la inconformidad de grupos civiles la respuesta del gobierno, de los sucesivos gobiernos, es, invariablemente, el uso de la fuerza. Ante la opinión pública crítica en el país y en el mundo, la respuesta gubernamental es demagógica, mediática o simplemente de absoluta indiferencia. La cerrazón e incapacidad gubernamental para hacer frente a la crisis, acude en cambio a una derrama económica bastante considerable en campañas mediáticas que pretenden crear imaginarios sobre una realidad distinta en la que muchos llegan a creer. México se pierde y todavía lo podemos evitar. Viva el socialismo, muera la barbarie.