sábado, 15 de diciembre de 2012

Con y sin PRI, México es igual.


¿Qué cambios puede haber en el país con la recuperación de la presidencia por el PRI?

Si bien cada inicio de un periodo de gobierno trae consigo nuevas expectativas de acuerdo a las coyunturas y ámbitos situacionales en los que se desenvuelve y materializa el poder, los cuales abarcan desde las más altas cúpulas hasta los resquicios locales de las comunidades aisladas, pronto los comienzos dejan de tener su espectacularidad fulgurante y el fuego de la fe comienza a extinguirse conforme avanzan los días. Esto último ocurre de la misma manera pero  la inversa, es decir, desde los cimientos de la sociedad hasta llegar a elevarse a la élite. El desencanto regularmente comienza y se agita en la base.
Con el peñanietismo en ciernes la regla sigue sin atisbos de algo diferente, como si la concentración de poderes que finalmente se salen con la suya en las lides y controversias políticas que emanan de la desigualdad creciente que agobia a las mayorías, hundiéndolas en  vorágines de peligrosa incertidumbre, se permitieran el ejercicio de la creatividad. Nadie en los equipos de trabajo que confluyen en el puesto de mandos es capaz siquiera de reinventar otros rumbos que sean menos desequilibrantes y arriesgados, simplemente no hay imaginarios distintos para un México que sigue en descenso. Con toda claridad es posible advertir que rutinariamente prima el afán por obtener toda clase de ventajas materiales y políticas en cada individuo, en cada grupo. De ahí que, sexenio a sexenio, se hayan desprendido de la patria y de sus habitantes pedazos completos de bienes patrimoniales y estratégicos, tanto en recursos como en autonomía política, sin tomar en cuenta las quiebras y devaluaciones que acabaron con las ilusiones y la tranquilidad de miles de familias.
Más allá de que el señor Videgaray termine el sexenio con una calva semejante a la de Carlos Salinas y que el propio Enrique Peña pueda quizá subir unos kilos, además de encanecer la mitad de su copete, con esa fórmula que se conoce como si fuese lección de clase de historia mexicana de nivel primario, no pasará nada de lo que cándidamente algunos piensan que pasará. En seis años habrá más pobres porque siguen aumentando sin control. La ciudadanía seguirá igual o más expuesta a toda clase de delitos, porque las fuerzas que se disputan el poder  operan con la misma lógica de cada quien tome lo que pueda arrebatar a los demás, lo cual da lugar a que los delincuentes y los que están para perseguirlos, frecuentemente cambien de bando. La economía tampoco mostrará cambios que puedan ser tomados como activos para la población, si bien al contrario, las firmas capitalistas se han acostumbrado a toda clase de beneficios ordeñados a un Estado ingobernado, descapitalizado, permanentemente endeudado e institucionalmente corroído por la corrupción.
De entidad política el PRI se transformó en las últimas décadas del siglo veinte en una marca que embona en ideas con las trasnacionales y otros actores capitalistas mexicanos que afanosamente se hacen de los negocios que involucran al Estado, por tanto lo han dejado con un número muy reducido de bienes e hipotecado. Desde luego esta transformación no dejó perder los hilos del juego político del que igualmente vive un número desconocido de individuos de diferente perfil y filiación política, incluyendo aquellos que militan en otros partidos o figuran en gremios que hacen sinergia con el tricolor.
Los dos fugaces y erráticos periodos panistas parecieron como un alquiler; quienes tomaron la casa la dejaron hecha una ruina. La mayoría de la gente quedó hastiada e inclusive asqueada de ese cascajo en que fue convertido el país durante doce años. Así y con billones de pesos, más todas las pantallas, la radio  y buena parte de la prensa, coludidas en la trama, fue sencillo volver a la presidencia.
Los únicos cambios que puede provocar el PRI son de actitud ciudadana. Ya lo demostró en las primeras horas de gobierno. Es una antigua organización entrenada para hacerse del poder a costa de lo que sea y permanecer dominando los espacios políticos contra cualquier voluntad. Esta dinámica lo único que puede producir como algo positivo es la reacción pacífica, pero a la vez enérgica e inteligente por parte de cientos de miles de personas. Por tanto, el único cambio posible en seis años es de actitud pero en la gente, jamás en el PRI, éste tendría que volver a inventarse, en cambio ya muchos despertaron.

sábado, 13 de octubre de 2012

¿Por qué reeligen a Hugo Chávez?




Con un historial político no exento de momentos álgidos en los que inclusive peligró su vida, el ex teniente coronel y ahora presidente recientemente reelegido, se hizo notar ante la comunidad mundial por su tono beligerante ante las políticas neoliberales. En especial ha sido puntualmente crítico con el Consejo de Washington. Pero no sólo eso, sus ideas y acciones le han convertido en un líder al que su pueblo profesa una fidelidad que envidiaría cualquier jefe de Estado.
Hermanado con el régimen de Cuba, engranado al ALBA y recientemente al Mercosur, el gobierno de Venezuela es abiertamente opositor de las prácticas más desquiciantes del neoliberalismo y, en contraparte, impulsa causas progresistas envueltas en políticas propias de una visión adaptada, del socialismo más rancio.
Las alzas en los precios internacionales del petróleo, que pareciera una fuente inagotable al contar con una de las mayores reservas del planeta, ayudaron a triplicar la economía en la última década, por lo que el gobierno bolivariano ha logrado coberturas históricas en salud pública y otros asistencialismos. De 1999 a 2010, la inversión social fue de 300 mil millones de dólares, lo cual representa el 20 por ciento del PIB que contrasta con el 8 por ciento de la década anterior.
La mortalidad infantil fue reducida a la mitad en el mismo período en que se generalizó la enseñanza gratuita, el  analfabetismo se erradicó al tiempo que el Estado venezolano multiplicó por cinco el número de maestros en las escuelas públicas, por lo que es el segundo país de la región con mayor número de estudiantes matriculados en educación superior (83 por ciento, detrás de Cuba y delante de Argentina, Uruguay y Chile) y es el quinto a escala mundial (superando a E.U, Japón, China, Reino Unido, Francia y España).
La sanidad gratuita igualmente ha sido generalizada a toda la población, con una mejoría sustancial en los hospitales. También se multiplicó la construcción de viviendas (el año pasado fueron entregadas146 mil 22 viviendas a los sectores más humildes).
El salario mínimo se ha incrementado hasta convertirse en el más alto de Latinoamérica, pasando de los 185 dólares en 1998 a los 462 dólares en 2010.
Todos los trabajadores tienen derecho a jubilación y pensión, incluidos los informales, las amas de casa y ancianos que nunca habían cotizado. Si consideramos que en 1998 los beneficiarios eran 387 mil, en tanto que ahora son un millón 916 mil 618 personas pensionadas, el panorama es mucho más alentador para estos sectores poblacionales.
Por su parte las familias con menores ingresos y recursos para obtenerlos, se incluyen en un sistema Mercal que les permite adquirir productos a un 60 por ciento más baratos que en los supermercados privados.
El latifundio ha sido limitado para desalentar el acaparamiento de tierras a la vez que la producción de alimentos se duplicó, gracias a la formación técnica de millones de trabajadores.
La reducción de las desigualdades es uno más de los resultados altamente positivos en Venezuela, dado que el país presenta el mejor coeficiente de Gini, (que mide la desigualdad de América Latina). Gracias a ello la pobreza ha disminuido más del triple: según el Banco Mundial, la pobreza disminuyó de un 70 por ciento en 1996 a un 23.9 en 2009 y la pobreza extrema pasó de un 40 a un 5.9 por ciento. Igualmente ha disminuido la deuda externa. Se  ha acabado con la aberrante, por antiecológica, pesca de arrastre y ya el gobierno impulsa el ecosocialismo. La tasa de desempleo venezolana no supera el 6.2 por ciento.
Una de las consignas más utilizadas en contra del régimen chavista se refiere a la supuesta limitación de la libertad de prensa. La realidad es que de las 111 estaciones televisivas, 61 son privadas, 13 públicas y 37 comunitarias con alcance limitado. Por su parte las emisoras de radio AM, el 87 por ciento pertenecen al sector privado, el 3 por ciento a comunitarias y el 10 por ciento son públicas. En la FM el 57 por ciento son privadas, el 31 por ciento comunitarias y la minoría es pública. Finalmente, en la prensa escrita, el 80 por ciento es de la oposición.
Las elecciones en Venezuela tenían lugar cada cuatro años y a partir de Chávez se han organizado a razón de una por año (14 en 13 años), en condiciones de legalidad democrática, reconocidas por la ONU, la Unión Europea, la OEA y el Centro Carter.
Por si fuera poco, Chávez hizo valer las decisiones del pueblo al renunciar a una reforma constitucional rechazada por los electores a través de un referéndum en 2007. De ahí que la Foundation for Democratic Advancement (FDA), de Canadá, en un estudio publicado en 2011, situó a Venezuela en el primer lugar de los países que respetan la justicia electoral.
Las campañas difamatorias se han esmerado en crear leyendas urbanas que tratan de oscurecer los éxitos y logros alcanzados, por ejemplo correr el rumor de que prohibió la Coca cola, cuando únicamente no se autorizó el endulcorante de la Coca Zero, (igual que en EU y Canadá). En cuanto al retiro del programa de los Simpson, lo que se dio fue una recomendación de un organismo regulador para que cambiara de horario en una televisora privada. De la misma forma se dice que Hugo Chávez busca ser presidente vitalicio, cuando lo que pretendió y finalmente consiguió, fue ser reelegido, igual que puede hacerse en España y otros países.
En el ámbito internacional igualmente Venezuela ha despuntado con la creación de Petrocaribe, Petrosur, Banco del Sur, ALBA, Unasur, Celac, ingreso de Caracas en el Mercosur, asimismo ha logrado imponer una relación de respeto mutuo con EU.
La nación se ha modernizado notablemente con la construcción de carreteras, ferrocarriles, puertos, represas, gasoductos, así como un asombroso sistema de transporte urbano ultra moderno llamado Metrocable. Este sistema ecológico y altamente eficaz por su condición de ser suspendido en cables de acero, es ideal para trasladar miles de pasajeros diariamente en forma económica, rápida y segura.
Además se suma a este cambio en la nación sudamericana, la creación de la mejor orquesta sinfónica juvenil del mundo, que por años ha sido aclamada en los escenarios más destacados que existen en el orbe. Con un programa que se extendió por todo el país, fueron seleccionados grandes talentos que gozan de un estado de ánimo que, según el instituto de sondeos de EU Gallup, la hace ser la sexta nación más felíz del mundo.




Fuente: “Los éxitos y logros del chavismo”. Le Monde Diplomatic. Septiembre de 2012.


sábado, 8 de septiembre de 2012

Dumping mediático y elecciones


Exigir transparencia y equidad electoral en un país que carece de instituciones democráticas o son éstas débiles, equivale a pedir un hot dog en un barrio chino.
El dumping mediático que favoreció la candidatura de Peña Nieto es legal, más no legítimo. La democracia se fundamenta en legitimidad, que en este caso es sinónimo de equidad y transparencia.
¿Qué es el dumping mediático?
Tal como sucede en el mercado con las prácticas desleales (condenables pero no prohibidas) del comercio internacional, de donde procede la palabra dumping, igualmente se utiliza el término en las justas deportivas donde ciertas prácticas son consideradas como ilegales para la normatividad que rige tales actividades. En la competición política también se incurre en conductas o actividades que pudieran ser calificadas como ventajosas y por tanto ilegales, mas no se encuentra reglamentado su ámbito, desafortunadamente.
Si el dumping para un atleta equivale a dotar el cuerpo de sustancias que le dan más capacidad física o resistencia durante la competencia y con ello estar en ventaja sobre sus oponentes, en el caso de una contienda política el dumping consiste en contar con el mayor tempo de exposición favorable en los medios de comunicación, esto es; haber aparecido como cliente frecuente en programas o spots, asimismo promocionar mediáticamente actos de gobierno, eventos privados o cualquier actividad que logre construir imaginarios colectivos en gran escala. Esto es el dumping mediático y su medición se basa, entre otras técnicas, en las encuestas que se realizan en forma paralela a los procesos políticos, independientemente de que éstas ya también sirven al dumping.
Cuando un juez detecta dumping, inmediatamente el competidor queda incapacitado a participar en la prueba. En el caso del juez electoral y los árbitros que regularon parcialmente la elección que se llevó a cabo el 1° de julio en México, no hubo manera de sancionar lo que sectores de la sociedad y algunos medios de comunicación sí detectaron: que se estaba cometiendo dumping. La promoción de la imagen del candidato del PRI, se adelantó cerca de seis años. El posicionamiento o branding, estuvo logrado con antelación a otros candidatos, salvo el caso de López Obrador quien a su manera mantuvo la proyección de su imagen pública por medios no convencionales. La candidata del PAN entró tarde a la contienda y además lo hizo con una estrategia de comunicación y personalidad muy por debajo de los niveles de una campaña presidencial.
Cuando se comprueba que un medallista obtuvo la presea por medio del dumping, ésta le es retirada en medio de escándalos que se publicitan como si fuese un crimen. En cambio, en el caso del dumping que impulsó a Peña Nieto, las autoridades reguladoras y calificadoras de las elecciones, no tan sólo no eliminaron de la prueba antes de competir en las urnas a este competidor dopado, sino que después de obtenido el triunfo se lo reconocen de forma unánime, sin ninguna cortapisa. Los medios patrocinadores esperadamente opacaron todo.
En el colmo del desbarajustado desequilibrio electoral, a quienes protestan desde la tribuna y a través de diversos frentes por la evidencia del dumping al que se sumaron otras trampas, en este caso el intento de la compra masiva de votos en niveles superlativos y ultramillonarios, se les señala como incapaces de dar una prueba.
Sin embargo esto sucede porque la ley se queda corta, es fácilmente desbordada por quienes aplicaron el dumping sin ningún impedimento o escrúpulo. Por esta ocasión no van a retirar la medalla los jueces porque no está estipulado en sus reglamentos que se prohíba el dumping.
Quizá para las próximas elecciones se dé con los mecanismos que impidan estas prácticas desequilibrantes que ponen seriamente en entredicho la democracia.
Por ahora el daño ya está hecho sin posibilidad de retroceso, por lo que quienes conforman la opinión pública en contra del desenlace, tendrán que acatar finalmente el resultado, ya que esta gran falta cometida de alguna forma es conjunta entre los distintos actores que participaron en la elección. Es un vacío legal el que impide (a pesar de la Reforma de 2007-2008 que reglamentó equitativamente los pautados de los tiempos en los medios de comunicación) que la exposición de una candidatura reciba un trato preferencial mediático soportado en los formatos que tienen los medios, especialmente la televisión. En el caso de este candidato electo el dumping fue más intenso aún, dado la especie de libreto donde tiene una presencia destacada la esposa y actriz que lo acompaña y hasta el propio accionista mayor del monopolio televisivo que se ha retratado en varias ocasiones con el elegido.






jueves, 12 de julio de 2012

El ciudadano democrático



La democracia es producto de ciudadanos como respuesta a las tiranías soberanas o totalitarismos impuestos desde las cimas del poder. Se construye y funciona en esencia a base de mayorías y de otros factores que la conforman como un sistema de régimen político. Entre ellos podemos considerar los procedimientos necesarios para la rotación del poder mediante la participación de quienes acuden a elegir o ser elegidos, al igual que otras condiciones que hacen de este ejercicio pacífico la única posibilidad de convivencia entre quienes conforman las naciones como individuos que ejercen libremente todos sus derechos. En el ámbito internacional, la democracia sigue operando en un campo que obedece reglas basadas en la búsqueda del consenso mayoritario para efectuar los múltiples tratados de impacto global.
La democracia hace propicio el pacto social entre los distintos actores que ven por sus intereses de cualquier índole, para lo cual existe el marco constitucional que los ampara, respalda, regula, condiciona e incluso les inhibe o coarta libertades cuando llegan a ser contrarios al interés del consenso.
A diferencia de las naciones donde tuvo origen y se fraguó la democracia con el fortalecimiento de la esfera pública, conformada sobre todo por la burguesía floreciente que antecedió a la clase media, en los Estados colonizados donde llegó a ser implantada mucho después de que consiguieron sus independencias, surgen distintos inconvenientes que no ha sido posible superar. Por principio en estas naciones, como México, las masas fueron enseñadas más a venerar y respetar a los amos y superiores, que a ser ciudadanos, condición básica para modificar o intentar cambiar el orden social. De ahí que los caciquismos hayan proliferado históricamente en todos los sectores, desde el campesinado al obrerismo y hasta la gran burocracia junto con las estructuras partidistas. Toda la armazón del régimen, desde la presidencia de la República hasta las fractales que se replican por el país señalan ese patrón en el que el diseño de la imposición del poder y la fuerza para perpetuarlo, invariablemente han emanado de las cúpulas, en lugar de hacerlo desde las bases que simplemente obedecen y sirven.
Además el tapiz sociocultural mexicano hace que persistan costumbrismos ancestrales e igualmente una población que rebaza en número a otros sectores, la cual se haya muy distante de representar realmente una ciudadanía.
Se trata de la gran masa cuyo rezago cultural, específicamente en materia política, le vuelve dúctil a las voluntades de la élite. En esta franja poblacional, como lo acabamos de ver, se decide el mapa político que relevará al actual, como ha sucedido a partir de 1990, cuando se crean organismos ciudadanizados o no partidistas que se involucraron en los procesos electorales. Sin embargo éstos no alcanzaron a tener los niveles de autonomía necesarios con respecto de los partidos u otros poderes, incluso de facto, por lo que los procesos electorales de 2006 y 2012 manifestaron múltiples irregularidades que dieron origen a varios litigios que no han concluido, en el caso del anterior procesos electoral. En esta etapa del 2012, las faltas comienzan a ocurrir aún antes del comienzo de las campañas, cuando la expectativa mediática construyó la candidatura de Peña Nieto respaldada por grupos de empresarios cuya apuesta les redituará ampliamente para incrementar sus emporios.

El gran problema de México es la corrupción.
De ahí parte todo lo demás, inclusive la posibilidad de acrecentar la cultura ciudadana, cooptada por dichos poderes fácticos, en especial los medios de comunicación cuyo poder doblega al Estado quedando a merced de los corporativos locales y lobbies internacionales que aprovechan la coyuntura política al máximo, dejando aproximadamente la mitad de la población con una marginalidad de vida entre las peores en América Latina. Este sentimiento  lo manifiestan las protestas populares que se alzaron contra la imposición del candidato del PRI: “Televisa te idiotiza”.
Con este escenario que además de crear incertidumbre y desconfianza tiende a ser turbulento, no existirá democracia en México, comenzando con el obstáculo mayúsculo que imponen los medios de comunicación que forman un bloque; en especial la televisora y algunos diarios, que por años se han dedicado a construir imaginarios a favor de que no cambien las cosas. Recrean el país ideal, cuya divisa es el consumismo mediático y por ende la racionalidad de las multitudes acondicionada  a la que exhibe este poder fáctico.
Por estos motivos, principalmente, será casi imposible que un partido de izquierda llegue al poder y logre transformaciones. Y eso es precisamente una de las características de la democracia; la participación equitativa de todas las fuerzas sociales en los procesos políticos.
El derecho cancelado de antemano para que gobierne López Obrador, nos semeja a las peores dictaduras  padecidas en este continente y otras partes del mundo, donde el pueblo es visto como la correa de transmisión de los intereses concentrados en la élite.
Con su ignorancia y vida carenciada, la gente legitima esta clase de poderes que se pueden perpetuar ad infinitum, teniendo para ello los recursos en una cuantía difícil de calcular, tomando en consideración la hibridación del capital ilícito con el resto del capital.
 México entra en una etapa que supera en dificultad a las anteriores crisis recientes que se dieron a partir de la manipulación de los procesos electorales, con la venia de las autoridades elegidas supuestamente para vigilar escrupulosamente la limpieza y autenticidad de dichos procesos, de lo cual se abstuvieron en tanto cobraron puntualmente “sus servicios”.
La confianza en las instituciones en México se convierte así en letra muerta, como sucede con esta clase de reglamentación electoral que se presta más para la simulación, que para un proceso cuya legalidad no deje lugar a ninguna clase de dudas.
Los delitos electorales como los cometidos en 2006 y 2012, debieran ser castigados como delitos federales que no otorguen el derecho de fianza a quienes cometen tales latrocinios. Una muestra de justicia y equidad en esta vorágine política sería un buen ejemplo de que la Constitución tiene vigencia. Lo otro es incitar a la desobediencia civil, al desenfreno de las masas justamente indignadas, situaciones que nos recuerdan las ideas de Ortega y Gasset, quien describió  excelsamente en su obra el fenómeno de las rebeliones.

domingo, 8 de julio de 2012

Nuevas modalidades de fraude electoral en México: cualquier cosa con tal de regresar al poder.


            
Uno de tantos problemas con la democracia en México es que en materia electoral la propensión al fraude por parte de quienes tienen la capacidad de hacerlo es inmensa. La Ley es violentada con el mayor descaro sin que autoridad alguna incida para evitarlo. Hasta el propio presidente de la República es capaz igualmente de cometer una falta o un delito electoral con la mayor impunidad.

Enseguida se suman los “periodistas”, alineados para machacar que la sociedad, junto con el o los candidatos estafados electoralmente, deben “dar vuelta a la página” y ponerse a trabajar. Hay incluso quienes claman por volcar el apoyo nacional a quien gastó las sumas más altas de toda la historia en promover su propia imagen en televisión.

Eso no es todo, le piden al pueblo que manifieste su respaldo hacia un candidato severamente cuestionado por sus bajos niveles de ética, de formación cultural, entre otras carencias o defectos,  como el abuso de la representación mediática de corte tele novelesco o de talk show, de acuerdo a la biografía publicada por los medios de comunicación y las evidencias, que parecen guiones de terror con altas dosis humor negro y sodomía.

La vacuidad de la plataforma política impuesta a base de créditos de supermercado es preocupante. El discurso peñanietista gravita en la futilidad, en el sentimentalismo que apela a las emociones de un pueblo igualmente sometido a un molde cultural estrecho.

El PRI populachero aliado de Televisa, es el que se apropió anticipadamente de los imaginarios, en tanto que faltan unos meses para asumir el poder, desde donde evidentemente vendrá la transformación en el paradigma del poder omnímodo, utilitario, clientelar y coercitivo de siempre. Legitimado por argucias millonarias y hasta estrafalarias, como provocar repartos multitudinarios que derivaron en paros por incumplimiento en la compra del voto. Esas canalladas hicieron unas elecciones grotescas; regresa el PRI de siempre.

Las multitudes vaciaron almacenes para adquirir despensas con las tarjetas que repartieron los promotores del voto, además hubo acarreos masivos que costaron igualmente una cifra importante de dinero.

Por todo lo observado que hizo el PRI para ganar la elección, será difícil que haya una forma distinta de ejercer el poder. Los dueños del capital financiero estarán aún más blindados, porque la protesta ciudadana hacia el fraude o la serie de abusos e inequidad que dieron el triunfo a Peña Nieto, es criminalizada por los voceros de los medios de comunicación y los principales actores políticos del PRI y el PAN, quienes conforman un red de negocios e intereses de beneficio económico y político.

En lo que tal vez se hayan equivocado los compradores del voto es en el hecho de ignorar la capacidad de respuesta que tiene una sociedad justificadamente indignada, que a todas luces procesa información más rápido que el anquilosado grupo aferrado al garrote, entre otras prácticas que utiliza la hegemonía para ejercer el sometimiento a su voluntad. O se hacen responsables estos grupúsculos del incendio que están provocando con la imposición de un candidato mundialmente conocido por la falta de capacidad y tacto político, o la historia los pondrá en el rubro de los asesinos que sacrifican al pueblo. Porque ya se abrieron las compuertas y el torrente crece.

Lo sensato sería que cedan en esta ocasión, en que ya no se detendrá el pueblo para luchar por sus derechos a través de los medios que disponga, inclusive los más radicales.
A eso le apostó el PRI: a volver al poder a cualquier precio y ya lo estamos pagando con creces.

México entra en una de las peores etapas políticas de la historia reciente, en que el poder llegó a grados extremos de cinismo para perpetuarse, cuando la sociedad ha decidido rechazar esa forma de constituirse como gobierno. Ya no son esos tiempos y debe asumirlo la hegemonía de este país o correrá su suerte al parejo de las víctimas que no tienen el dinero o el estatus de ellos. Hay un enorme descontento popular que rebaza sus cálculos. No lo quiere entender así el insulso, bisoño, Peña Nieto, quien se atreve a ofender al político más admirado y seguido de México. La falta de formación política de este individuo es altamente peligrosa.

Es inminente la confrontación y los culpables son quienes se aferran a que la democracia no prospere en México. 

sábado, 16 de junio de 2012

#YoSoy132




Si el agrupamiento estudiantil #Yo Soy132 hubiera acudido a una agencia de comunicación con el fin de recibir asesoría que ayudara a encontrar un nombre idóneo para esta manifestación colectiva de jóvenes universitarios, los creativos quizá no tendrían mejor idea acerca de cómo llamarlos, que esta que surgió gracias a la espontaneidad y las circunstancias.

Los del #Yo Soy132 se auto proclaman de esa manera cuando una de las formas del autoritarismo del sistema, los redujo a un dígito inferior a 132, es decir; únicamente 131 jóvenes que se grabaron en un vídeo mostrando su credencial de estudiantes. Ellos simplemente quisieron quitar el estigma que trató de imponer la cúpula priista, tildándolos de “manipulados”. “Son 131, no son estudiantes y los tenemos ubicados”. Con palabras más o palabras menos, esto es lo que dijo el presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional PRI, en respuesta a la manifestación que tuvo lugar hace unas semanas en la Universidad Iberoamericana.

Como un resorte apareció el # 132 y estos dígitos se imprimieron en el imaginario social, no como una cifra sino como un símbolo: ahora son 132 multiplicados por decenas de miles.

¿Qué buscan?

Todo fue tan espontáneo que no se tuvieron en principio respuestas precisas, cuando interrogaba la prensa a los muchachos, solamente era claro que las aspas que impulsaron desde el primer segundo de vida a este consenso de jóvenes, consistieron en el rechazo a la figura de Enrique Peña Nieto, candidato por el PRI a la presidencia de la República. La chispa se dio en el campus cuando el candidato en calidad de conferencista, fue interpelado por universitarios que ya alimentaban su encono hacia él y otros miembros de su partido, como fue posible apreciar en las máscaras que tenían los estudiantes y que probablemente estuvieron guardadas de antemano en la misma facultad. Sería demasiada coincidencia que ese día a varios de ellos se les haya ocurrido llevar cada uno por su lado la máscara con el rostro caricaturizado de Carlos Salinas de Gortari. Con esos objetos escondían sus propios rostros, pero no pueden ocultar que algunos tenían preparada la trama ¿trampa? contra el invitado.

La sorpresa desencadenó un movimiento nacional, que si bien los organizadores argumentan con demandas legítimas, su grupo nació con algunas contradicciones y hasta cierta ingenuidad como pensar que puede haber democracia en los medios de comunicación que existen en México y en el mundo. Es como pedir que los bancos dejen disponible el dinero que deseen o necesiten sus clientes, o sea, democratizar sus activos y el negocio.

Acabar con el cáncer mediático: la socialización de la comunicación.

Lo que sí es posible realizar, además de ser urgente, es inventar otros medios; como única opción para estabilizar al país. Es impostergable que se cancele el permiso que tienen los dueños de las fábricas de conciencias, para que el pensamiento de la sociedad sea producto de la propia sociedad y no un fruto, por lo regular contaminado o totalmente descompuesto, de las élites oligárquicas.

Esto equivale a la socialización de la comunicación y de los medios que hacen posible que ésta sea masiva;  para que el potencial estratégico que representa la comunicación realmente sirva a los distintos sectores de la población y no solamente a la visión mercantil, reduccionista, moralina, en todo sentido antidemocrática, que distingue a la comunicación que padecemos.

Que la televisión no prime la ignorancia bajo el supuesto de que se dirige hacia audiencias igualmente ignorantes, como es su perfil, sería uno de los avances de la socialización de la comunicación y los medios. El principal de ellos sería conseguir que la política y lo político, incluyendo a los políticos, ya no sean manipulados por el monopolio televisivo, sino que respondan al objeto para el cual están destinados, que es el mayor bienestar posible para el mayor número posible de ciudadanos, durante el mayor tiempo que se pueda continuar. En esencia ese es el fin de la democracia.

Aquí ya hay unas ideas para que aquellos que piensan y discuten el rumbo de ésta expresión política de ciudadanos jóvenes, se ayuden a tomar decisiones. Es importante que conozcan las entrañas del monstruo mediático, sus orígenes y trabazones con el sistema que lo vuelven un actor estratégico, cuyo poder es urgente que sea desactivado para rehacer otra comunicación que igualmente produzca dividendos a las mujeres y hombres de negocios interesados en la industria mediática, pero que sirva fundamentalmente a la cultura y el crecimiento integral de los sujetos en igualdad.

La televisión continúa siendo el medio de mayor cobertura e impacto social, por lo que los jóvenes que integran #Yo Soy 132, saben que es el factótum que estorba a la democracia, más que cualquier otra entidad o movimiento social. Esto en parte porque los grupos que controlan la comunicación en México, controlan a su vez el gobierno, y son quienes mantienen el modelo económico de libre mercado que asfixió a las clases en su conjunto, excepto las élites. A tal grado que la presión acumulada durante tres décadas de ajustes, han generado descontentos a gran escala; la gente se muestra sensible y fastidiada de estas formas de control social que han llevado el estado de cosas a niveles altamente peligrosos: Un México quebrantado por  niveles de corrupción y violencia nunca vista.

Un país sin medios de comunicación democráticos es un país como México. Siempre habrá injusticias y protección mediática para quienes las cometen. El gobierno de Calderón ha acumulado más de 60 mil muertes y Televisa no le ha dedicado ni un segundo de crítica. Ese poder mediático encarna un poder fáctico en connivencia con un Estado fallido. Lo cual inconforma y enciende el ánimo de los jóvenes y de otros actores sociales igualmente al límite de su tolerancia, con justa razón.

martes, 15 de mayo de 2012

El narcoterrorismo en México estrena formas de salvajismo ensañándose con víctimas débiles e indefensas.




Es difícil de imaginar pero existe, una entidad macabra o muchas, que al disputar entre sí la plaza seleccionan víctimas al azar para darles muerte con toda saña y enseguida profanar los cuerpos, como muestra de carácter sanguinario y perverso.
Se trata de bestias que desean provocar daño a otras bestias y para ello usan métodos bestiales, que igual después son contestados bestialmente. Un sinfín de muerte porque la muerte es nada para la escoria asesina que nada parece poder acabar.
Estas bestias creen que hacen daño a las bestias enemigas destruyendo vidas, cuerpos, familias de inocentes, pero se les olvida que el enemigo es igual que ellos y no le importa si mueren miles más. La muerte y la vida es lo mismo para estos muertos en vida. Cada uno sabe que vive hasta que otro igual de muerto decida matarlo.
¿Quién y por qué despertó y enfrentó a las bestias?
Jamás imaginé que llegaría a vivir en una sociedad donde cualquiera de los que vivimos puede ser llevado por la fuerza, ser torturado y finalmente asesinado por el simple hecho de que alguien disputa el poder de vender drogas, armas, o lo que sea en que se transmute el poder para hacer el mal. O simplemente sin razón alguna.
Los asesinos matan a mansalva, escogiendo víctimas inocentes e indefensas al azar, solamente para demostrar a sus enemigos que son bestias temibles. Entonces, los enemigos en lugar de creer que están frente a unas bestias superiores y contener la sed de sangre, repiten la misma fórmula y los únicos que sufren son los martirizados y sus familiares. Las bestias continúan sin tocarse un pelo. Son tan bestias que el sufrimiento que creen causar al enemigo en realidad le causa hilaridad. Éste se queda campante, planeando tranquilamente su siguiente venganza, aunque no tenga nada ni a nadie qué vengar. Matan pensando que se hacen daño y no se hacen nada entre ellos. Matan con miedo que es como morirse en el acto. Así son estos muertos vivientes que matan la esperanza en México.
Esta espiral del terror tiene artífices, seguramente, no brotó como la grama después de la tormenta, sino que es la consecuencia de un plan estratégico en el que se pretende socavar la confianza ciudadana, reducir a la nada los derechos, para finalmente traer el placebo, un ejército flamantemente bestial que se introduzca al territorio a perseguir bestias y cuando acabe con ellas se quedará para exigir su paga. ¿Es por ahí la cosa?, nos preguntamos. 

miércoles, 2 de mayo de 2012

Primer debate entre candidatos al gobierno de Jalisco 2012



Los debates son ventanas por donde es posible asomar un poco al juego democrático.
Ver y escuchar la forma como los debatientes exponen y promocionan sus ideas, al tiempo que restan sustancia o procuran evidenciar las carencias e inconvenientes que conlleva votar por los opositores, nos puede ayudar a conocerlos de forma distinta a lo que muestran los espots. Sin embargo, presenciar debates se antoja más como espectáculo que como una forma que verdaderamente abone para definir la intención del voto.
Los debates en torno a que si varía o no la intensión de voto después de un debate, se mantienen abiertos, no hay resultados convincentes ni estudios que avalen una determinada tendencia. Lo que sí se utiliza como ejemplo son algunos casos que marcaron momentos en que había gran expectativa por los resultados, tal como sucedió con el debate transmitido por radio y televisión entre Richrad Nixon y John F. Kennedy en 1960. Los que lo vieron por la televisión le dieron el triunfo a Kennedy, en tanto que los radioescuchas le adjudicaron el triunfo a Nixon. Obviamente éstos últimos ganaron al ser la radio un medio mucho más masivo. Sin embargo la elección fue cerrada: Richard Nixon (49.9%) frente a John Kenedy (50.1) por lo que difícilmente se puede aseverar que los debates inclinaron finalmente la elección en favor de alguno de los contendientes. En realidad hubo cuatro debates, el primero lo ganó Kennedy, el segundo lo empataron, el tercero Nixon y el cuarto igualmente fue empatado.
Los debates pueden ser analizados y comprendidos al menos desde tres enfoques; a) un enfoque democrático, es decir; tienen, entre otros, el objetivo de atender a la función básica de una campaña que consiste en legitimar el sistema democrático. Para ello es necesario dotar de información tanto a los potenciales votantes partidarios como aquellos otros desinformados o indecisos; b) un enfoque mediático-tecnológico que se relaciona con los componentes tecnológicos, las innovaciones y el potencial creativo de los soportes o plataformas sobre las cuales se monta el debate. “Suele suponerse que si alguien va ganando en los sondeos previos, no hace falta presentarse a un debate. No obstante ello, pareciera que esa regla rígida, en algunos contextos, es cada vez más permeable a una demanda pública y democrática para participar de un debate” (Crespo et al, 2010:201. Y finalmente un enfoque de “marketing político”, el cual analiza las prácticas que subyacen en los debates, considerando especialmente a los actores que participan, sus niveles de emoción, el dramatismo y en sí el montaje escénico que busca la seducción, motivar en favor de lo que se ofrece.
Lo que vimos el día de ayer fue una transmisión con un estilo propio del medio y el contexto local: imágenes centradas exclusivamente en el conductor y en los debatientes, cuando les tocó el turno de participar. Ninguna cámara portátil que mostrara las reacciones en la gestualidad de quienes eran aludidos. Ni un set con mamparas, un bag, decorados, nada. Un exceso de sobriedad que rayó en frialdad. Los de la audiencia nunca vimos cómo estaban dispuestos los candidatos, con quienes se acompañaron ni qué hacían  fuera de su turno para hablar.  Lo que sucedió en el estudio quedó totalmente oculto para los que se quedaron fuera. Obviamente ese era el formato, pero, pareciera que el IFE peca de austero. Si la idea es quitar espectacularidad en aras de que hable la democracia por voz de los candidatos, me parece que la medida adolece totalmente de creatividad. Es como el policía que encierra y reprime antes a los sospechosos para evitar desordenes. Muy severo el árbitro y riguroso para algo tan noble como es la televisión.
Quizá por ello los cuatro se manifestaron nerviosos, sobre todo al inicio. Se les veía como si estuviesen en el banquillo de los acusados en lugar de ir listos para polemizar, atacar verbalmente y defenderse de la misma manera, desde luego acatando las reglas. No hubo la frescura que propiciara una actitud más suelta y por tanto natural o espontánea. Todo fue exageradamente preparado, previsto, calculado, estudiado, lo cual generó finalmente  tanta desconfianza en sí mismos, que hasta se pusieron a leer. Vaya, hasta el conductor se puso rígido y poco faltó para que también se pusiera a leer las reglas. Qué solemnidad chingado.
La mención de un texto aprendido de memoria por parte de Aristóteles cuando inició, no traslució ninguna emoción, era un acto reflejo, que no fijó ninguna idea por su originalidad, espontaneidad ni nada parecido. Movió excesivamente los brazos y las manos, sin que tampoco transmitieran emoción alguna dichos movimientos, más bien eran como para disimular nerviosismo. Utilizó una impostura de la voz y ademanes que se vieron exagerados. Lejos de insinuar algo debatible, se dedicó a actuar un espot ampliado.
Como acierto tuvo la capacidad de no caer en las provocaciones que le hicieron y tampoco perdió compostura para defenderse.
El error más claro es no haber mencionado que encabeza las encuestas que realizan tiros y troyanos, y que esa es la mejor calificación que puede él tener y una de las opiniones a considerar, ya que es la voz de pueblo. No ponderó esa ventaja, tanto de él como de Peña Nieto. Debió agradecer públicamente ese respaldo y comprometerse a ser recíproco. Dejó ir el argumento esencial, su mejor arma política hasta ahora. La gente es fiel al PRI como al Atlas o las chivas. Unas flores al partido hubieran venido bastante bien. Señal de que le faltan buenos asesores en estrategias de comunicación política.
Enrique Alfaro era la figura que todos querían y esperaban ver. Comenzó nervioso igual que el resto de los aspirantes. Se le vio con más edad de la que en realidad tiene, tal vez porque sus asesores le informan de que sus seguidores aumentan entre los jóvenes y requiere ir por votos de personas con más edad. Es una suposición simplemente. Como sea, denota dominio del ambiente político que pretende gobernar, es inteligente, aunque le gana demasiado su visceralidad. Cuando refiere sus fobias políticas, en concreto a quien ha convertido públicamente en su enemigo, RPL, denota un sentimiento muy profundo de rencor y eso seguro que resta puntaje. Como estrategia fue buena en principio, dada la enorme enemistad que se le guarda al líder político que controla la UdG. Sin embargo, la comunidad no se mide por los liderazgos antiguos y recientes, sino por la diversidad que caracteriza a la universidad. Que el poder se concentre y sirva más para unos que para otros, es uno de los grandes problemas nacionales, incluso dentro de las filas de los propios candidatos donde siempre hay dolidos y premiados.
Traer a colación el nombre de este político, sin que viniera al caso, de seguro le acarreará más reacciones negativas que positivas en el pos debate. Los pos debates suelen ser más trascendentes que los mismos debates.
Los universitarios, aunque no simpaticen con el líder en cuestión, no creo que aprueben que alguien meta bronca en la universidad porque quiere cambiar los mandos. La figura de un gobernador tratando de intervenir en los asuntos medulares de la institución como es la remoción de cuadros, lo único que genera es rechazo. El recuerdo de Briseño sacudiendo a la universidad está muy fresco y cualquier acción en ese sentido es percibida como de ultratumba y por tanto causa inquietud.
Los contactos y las llamadas que comencé a recibir coincidían en ello; les pareció muy bien Alfaro hasta que se vino abajo con esas frases, inclusive criticando la Fil. Una de las actividades que produce la mayor derrama económica en el estado. Por muy proyecto padillista que sea, es de lo poco que podemos presumir culturalmente en el país.
Es probable que, como dicen las encuestas, la parte rijosa e inclinación a las rupturas mostradas por Enrique Alfaro lo tengan en último lugar.
Otro error fue no mencionar a López Obrador, ahora que su imagen crece y logra adherentes que en 2006 le dieron la espalda. Debió ser congruente con el discurso de Morena, con énfasis en la justicia social.
Fernando Guzmán y la señora Martínez fueron como la caricatura del debate. Él, con un look como de payaso desmaquillado se veía cómico. ¿Qué ocurrencias de teñirse el cabello como si fuera nacido en Noruega? ¿Por qué darse un aire nórdico tan artificial que parecía que iba disfrazado de algo? No vimos al Fernando Guzmán de la publicidad, lo trocaron por un actor que tampoco sabía de política.
Fue el único que comenzó seguro de sí mismo, hasta parecía que iba para más. Ya ni se fijaba uno en los pelos pintados que le resaltaban por el efecto de la luz. Pero zas, comienza con sus diatribas acusatorias, con todo y enumeración de apodos de los supuestos o reales acompañantes o ayudantes de Aristóteles.  Un discurso pobre, descafeinado, sin propuestas concretas. Padece el efecto Josefina.
La señora Ángeles Martínez? Ya no recuerdo muy bien el nombre. Es un ejemplo de lo ridículo que puede ser un proceso electoral. No por ella, que como mujer y ciudadana merece todo mi respeto, sino por su impreparación para una actividad tan delicada como es la política. Ni siquiera mostró habilidad para leer. ¿El Ife no puede aplicar exámenes a los candidatos antes de que se les dedique fuertes sumas en anuncios, giras, etcétera?
No tiene caso hablar de las propuestas de esta señora o lo que dijo, no recuerdo absolutamente nada. Ni creo que alguien más recuerde algo.
Qué extraño que ninguno de los debatientes mencionó a los candidatos a la presidencia de sus respectivos partidos, máxime quienes están mejor posicionados.
Tampoco denotaron conocer absolutamente nada de las problemáticas regionales del estado; los problemas de los indígenas, de la sequía que azota el norte del estado, de los problemas agrarios por el abuso de los desarrolladores, de la falta de seguridad en las carreteras, de la contaminación en las playas, del potencial económico de lugares como los pueblos mágicos, de la artesanía de Jalisco, como equipales, alafarería, cuchillería, etc.
Pareciera que no han recorrido Jalisco, ni mucho menos conocen sus rasgos culturales e históricos. Como que no han salido de Guadalajara.

martes, 10 de abril de 2012

Uno amoroso y el otro rijoso

La campaña de López Obrador, desde sus inicios en la pasada elección, ha estado marcada por sentidos y contra sentidos espectaculares, como cuando levantó la mano de Juanito y ahora que hace lo mismo con Enrique Alfaro, candidato a la gubernatura de Jalisco por el movimiento que encabeza el tabasqueño.

Andrés Manuel cambió radicalmente el discurso que lo llevó a confrontarse con las cúpulas empresariales y los medios de comunicación, como parte del bloque que conformaron sus adversarios políticos. Ahora se muestra como un hombre de paz, que extiende su mano franca a la concordia, para sellar pactos que permitan civilizadamente avanzar en la democracia que tanto ha costado. Y, a contrapelo, Enrique Alfaro, hace un llamado a la ruptura con un partido y en específico con un personaje de la política, que si bien no es de su agrado, existe mucha gente que aprecia y valora muy distinto su trayectoria. Alfaro quiere utilizar a la gente para su venganza personal contra Raúl Padilla y eso amarga el caldo que pretende endulzar el Peje. Como de locos.

Esto demuestra la poca trayectoria, el currículum políticamente pobre, de un muchacho que se entusiasmó con meterse a la política cuando su vocación va más bien por el lado empresarial de su familia. Son gente de negocios, no todos muy transparentes, según opiniones de personas que han trabajado cerca de las notarías y otros rubros que maneja el clan Alfaro, que se presume de izquierda, ¿de dónde?

Alfaro se hizo famoso por los medios y sobre todo, con su inolvidable paseo a Cuba en compañía de amigos, entre quienes estaba el que facilitó el jet para hacer la gira de relajo a la isla de los placeres. Por eso es fácil que hable lo que sea, total, ya ha sido favorecido por la ayuda del propio Padilla cuando quiso ser diputado y ahora cuenta con un capital político considerable al juntarse con enemigos del grupo universitario, como Emilio González, el líder de todos ellos. Es evidente que Alfaro rema con la derecha, con la ultra derecha, que tanto sin sabor le causó al que ahora llega a impulsarlo en su aspiración. Una verdadera contradicción por la que nadie levanta ni un dedo. No extrañe que cuando termine esta elección busque acomodo en el PAN y seguro que lo ubicarán en algo, donde sea, los favores en política sí se pagan o no se es.

lunes, 19 de marzo de 2012

México se desgarra entre el TLC y el Vaticano, mientras lo arrulla Televisa.

Dos acontecimientos recientes no dejan lugar a dudas de la aguda dependencia de los agentes externos que definen a México: el consenso de Washington y el Vaticano.

El vicepresidente de EU pasó revista hace días a los candidatos a la presidencia de México, evidentemente para tener un cálculo sobre el cual diseñar y operar la política que aplicarán cuando se elija alguno de ellos: el que mejores garantías ofrezca para que el tutelaje político y económico continúe, sin causar mayores dolores de cabeza, es el que van a apoyar.

¿Por qué México ha de permanecer sujeto a lo que señalen o “sugieran” coactivamente, los sucesivos gobiernos del norte? La respuesta que podemos imaginar es que así lo ha determinado la historia, o mejor dicho, quienes formaron parte de ella en los distintos momentos en que individuos, de ambos países, fueron los artífices de la relación bilateral, con resultados que dejaron enormes asimetrías a la vista, dado que las sociedades de ascendencia novohispana mestiza, estuvieron siempre, por sus propios errores o debido también a la veleidad y astucia de los vecinos norteños, en condiciones de inferioridad prácticamente en todos los aspectos socioculturales y, sobre todo en lo económico. Nunca ha sido equiparable el nivel sociocultural y el poder financiero de ambas naciones. La nuestra tiende más al estado de pobreza crónica, a la desorganización, y por ello a generar grandes desigualdades, en tanto que los que se definen como americanos demostraron con las armas, el dinero y una sed de progreso que se volvió insaciable, la supremacía de su nación sobre el mundo entero.

Se padece aquí un histórico rezago en prácticamente todos los órdenes de la cultura y de la sociedad, por lo que toda esa superioridad demográfica, tecnológica, militar y hasta cultural, que ostentan los estadounidenses, ha impuesto de ordinario su visión del mundo y que se haga su voluntad en este lado de la frontera, sin que haya algún impulso de soberanía capaz de enfrentar este nuevo coloniaje, aún en el tiempo pos moderno. Por su parte, la sociedad mexicana se ha imaginado a sí misma continuamente siguiendo la pauta que se le marca desde el “cerebro” de la región, al tiempo que vive negada de su pasado, circunstancia que analizaron o narraron en su obra varios preclaros filósofos, escritores y pensadores como Octavio Paz, Carlos Fuentes, Daniel Cosío Villegas o el norteamericano Alang Riding en el libro cuyo título es al mismo tiempo una advertencia: "Vecinos distantes".

No se han trasladado del todo hacia el futuro los imaginarios desde la época virreinal, circunstancia reflejada en las tradiciones y demás actividades que marcan culturalmente la vida de nuestras comunidades, por más heterogéneas que se muestren. Todavía existe una resistencia importante a los cambios culturales que impulsaron los medios, como el cine o la televisión extranjeros, junto con otras dinámicas del intercambio global, al igual que las nuevas tecnologías de la comunicación y la información.

Por su parte, la visita de Benedicto XVI conlleva una agenda de aspectos políticos encaminados a la apertura de espacios para el catolicismo en la comunidad mexicana. Esto significa conseguir facilidades para contar con licencias que permitan la operación de medios de comunicación de señal abierta y que además se incluya la enseñanza de religión católica en las escuelas públicas. Temas sumamente sensibles que requieren debates serios y sobre todo, mayor fluidez de información confiable.

El Vaticano tiene en México una de sus más eficientes fuentes de financiamiento, lo cual incluye una lista que no se conoce públicamente de bienes de toda índole, que van desde factorías hasta cadenas de supermercados, desarrollos, rentas de inmuebles, entre otros. Igualmente se han enturbiado las actividades de esta institución con la escalada del capital que deriva del narcotráfico, pesando la sospecha de que la iglesia igualmente se ayuda de estos dineros. Cuando aconteció el asesinato del Cardenal Posadas Ocampo se generó opinión pública en este respecto, después de la entrevista del nuncio apostólico Prigione con el capo del cártel de Sinaloa, Ramón Arellano Félix. La explicación que dio el clérigo como motivo del encuentro fue más bien ridícula: arguyó que el narcotraficante solicitó el servicio de la confesión. Después del crimen que tuvo lugar en el aeropuerto de Guadalajara, los asesinos viajaron tranquilamente durante más de dos horas en un vuelo comercial hasta la ciudad de Tijuana, sin que nadie los molestara. Como para Ripley.

Con estas evidencias difícilmente se puede dudar de los intereses oscuros que mueven estas redes de religiosos que jalan millones de dólares de todo el mundo, posiblemente al amparo de algún poder que recuerda la “cosa nostra”, el cual quita enemigos y obstáculos del camino, como el malogrado cardenal y el candidato Luis Donaldo Colosio, junto con el diputado Ruiz Macieu, quienes de acuerdo a algunas opiniones que se dejaron escuchar en aquel momento, analizaban la posibilidad de revertir estos efectos modificando las reglas del juego. Es algo irracional que las naciones golpeadas durante siglos por la pobreza, la injusticia y las desigualdades, alimenten los excesos de este imperio. Es posible suponer que por pensar así, les haya costado la vida en condiciones altamente extrañas, a los políticos mexicanos, al Cardenal, y otros que trataron de desentrañar los móviles de estas muertes.

El papa sin duda vendrá a dar apoyo explícito al partido identificado con la iglesia, para que tenga ventaja en el presente proceso electoral. Así cuida los intereses millonarios de su organización, ocupando este empobrecido país el noveno lugar en cuánto aportaciones al Vaticano.

Este modelo ya debe cambiar, sin embargo la tarea se vuelve cada día más difícil porque los principales medios también se suman en esta cruzada en favor de la ignorancia y la ceguera del pueblo, siguiendo la lógica de que dominando las conciencias se exprime más fácilmente el bolsillo.

Dos amos o nanas, las cuales junto con el monopolio televisivo llevan de la mano al país, a través de espinas y barrancos. Pobre México, con estos tutelajes infernales que lo mantienen en la miseria moral y material.

martes, 13 de marzo de 2012

Una jornada de violencia en sincronía azota Guadalajara.


Aún sin que alguna fuente pudiera informar sobre quienes perpetraron ese día los incendios de unidades de transporte de pasajeros y con qué fin, en las redes sociales se hablaba de narcobloqueos. Las autoridades y los medios de comunicación repetían que se trató de un “operativo”, expresión utilizada cuando las fuerzas armadas llevan a cabo ciertas “misiones”.

Los datos que circularon en los primeros minutos en que se daba a conocer la noticia mencionaron enfrentamientos entre efectivos del ejército y supuestos delincuentes. Había al menos una persona muerta que yacía en la calle junto a un minibús incendiado. Después se confirmó que se trataba del cuerpo de la persona que prendió fuego al vehículo después de rociarlo con gasolina: accidentalmente se impregnó y quemó también. Había columnas de humo en varios lugares que, incluso, ocasionaron el paro del servicio del Tren Ligero por falta de visibilidad.

Se escucharon sirenas durante toda esa tarde. Varios helicópteros militares y de la policía federal sobrevolaron la ciudad. Todo esto se desencadenó durante las últimas horas del dos de marzo en la capital de Jalisco y en otras poblaciones del estado, sin que las autoridades hayan pronunciado ese día algo al respecto, únicamente el gobernador declaró que todos los cuerpos de seguridad trabajaron en la reacción ante dicho operativo; el mensaje fue difundido por algunos medios. Silencio gubernamental y ruido mediático a través de los noticieros y las redes sociales. Más tarde, hacia las quince horas aproximadamente, ya circulaba por Internet la noticia de la detención de Erick Valencia, sucesor de Nacho Coronel, apodado el 85, según la misma nota. Entonces se suponía que los ataques a los vehículos con gasolina que fue inflamada para formar literalmente cortinas de humo y con ello causar mayor caos citadino, eran una respuesta por la captura del capo y sus cómplices.

Hace unos meses aconteció algo semejante, aunque con menor intensidad, según lo que puede apreciarse en el espacio virtual donde circula la mejor información. En aquella ocasión hubo mensajes en contra de las autoridades, después de que incendiaron un camión urbano, de acuerdo a lo publicado por la prensa en su momento. El Estado mexicano anda en zozobra, no ha sido capaz de poner control a la escalada de violencia que cada día nos muestra en forma siniestra su alcance.

También hace días salió a la opinión pública la noticia sobre el secuestro y asesinato de tres choferes del transporte urbano de pasajeros, en distintos escenarios, se rumoraba de venganzas por la participación de choferes en accidentes viales que costaron la vida a personas. Una extraña forma de ajuste de cuentas popular, según este rumor. ¿Hay alguna relación entre estos crímenes de operarios y lo sucedido el pasado dos de marzo?

Las preguntas se amontonan sin ninguna respuesta, hasta este momento. Se ignora si los incendios sincronizados de vehículos y la fuga de los que lo ocasionaron por medio de autos que robaron en el lugar, fue orquestada por un cartel a través de una célula delincuencial o qué origen pudiera tener esa oleada que mantuvo a la población dentro de sus casas, por recomendaciones que se hacía entre sí la gente. ¿Tiene esto alguna liga con la fuga de reos en Apodaca? ¿Son ellos los que vinieron a pagar por su salida?

El miedo se instaló con su carga de incertidumbre, hay desmoralización por la forma como ha sido conducido el país, que no tan sólo ha conseguido más pobres y angustiados por lo económico, sino que también se teme por la propia seguridad e integridad física de los ciudadanos. Como si fuera un guerra, decían quienes pude escuchar cuando salí a observar un poco más de cerca los acontecimientos. Había escaso tráfico en algunas partes en tanto que en otras, estaba totalmente paralizado; por doquier embotellamientos a causa de los bloqueos de las avenidas. Se veía mucha gente en las esquinas, esperando inútilmente un transporte, las rutas fueron suspendidas y los autobuses guardados. Miles quedaron varados durante horas y, algo extraño: se interrumpió el servicio de los celulares desde el momento de los enfrentamientos ¿Lo ordenó el gobierno para interrumpir la comunicación entre los sujetos perseguidos? Se siente una rara impotencia cuando se suspenden estos sistemas que ya nos tienen tan acostumbrados a su uso a diario.

Los locutores de radio y periodistas daban cuenta de lo que les llegaba de información y todo giraba sobre lo mismo, sin profundizar un poco más, como para provocar reflexiones y con ello tener un mapa más completo de lo que acontece, en términos de lo que el Estado tiene de participación o culpabilidad debido a los elevados índices de corrupción que descompusieron la estructura desde hace tiempo. Tampoco nadie hasta ahora ha relacionado lo ocurrido hoy con el interés que tiene Estados Unidos en el fracaso gubernamental mexicano para enfrentar la crisis y con ello allanarse el camino para abrir paso a la intervención militar, (la política ya la realizaron desde hace décadas) tienen intenciones de instalar bases militares en la región, de acuerdo al discurso de los demócratas y de los republicanos. ¿Es una soterrada anexión militar a partir de generar la clase de violencia que observamos, para enseguida venir a sofocarla y cobrar por los servicios? ¿Es el comienzo de algo peor?

viernes, 17 de febrero de 2012

De la chingada a la Chingada

Una de las características que tan nítidamente distinguen al mexicano consiste en que se tiene a la expresión verbal la chingada como uno de los ejes vertebrales del orden común de sentido en el habla popular. El inolvidable Octavio Paz le dedicó fabulosas páginas en su Laberinto de la Soledad, quizá igualmente admirado de los múltiples usos y significados. Tal vez ninguna otra sociedad incluye en su lenguaje una palabra tan versátil, que se utiliza indistintamente como verbo o sustantivo, para halagar o insultar, según sea el caso. Igualmente se puede pronunciar para festejar, o también en tono derrotista, como lo hizo López Obrador en una reunión “privada” con empresarios, donde algún listo se puso a grabar y enseguida generó la nota del día al divulgar lo grabado:
“Tengo menos vigor, eso sí. Porque ya estoy muy cansado. ¿Te acuerdas en tu casa que te dije que si la elección era limpia y libre, si perdía, me iba yo a ir a La Chingada? ¿Te acuerdas? Y ahora sí. Es que yo tengo una quinta que me dejaron mis padres”.
El buen humor en que se mantiene Andrés Manuel López Obrador ya lo quisiera otro que no tuviera los arrestos que se requieren para ir siempre contra la corriente, que no es otra cosa que una sociedad apropiada de imaginarios envilecidos como eso de creerse que Hugo Chávez estaba detrás de la campaña de AMLO, o que en realidad su figura o posible gobierno representa un peligro para México, sin ninguna reflexión de por medio. O tan siquiera permitirse observar críticamente algo de lo que hurtan o destruyen los que según eso gobiernan.
Lo que verdaderamente ha sido y es, un peligro para éstas y las futuras generaciones, se encuentra en el torbellino de opinión desinformada que provoca la gente que se deja llevar por la marea que generan en el imaginario social los medios de comunicación, que son totalmente elitistas y poderosos a expensas de lo que han exprimido al Estado. (a través de pagos publicitarios, concesiones y todo tipo de privilegios conseguidos con argucias legaloides que les confieren a precio de ganga la explotación del espacio radioeléctrico y la fibra óptica, que supuestamente es propiedad de la nación) Padecemos una mediocracia sin contrapesos, como la definió Trejo Delarbre.
Es políticamente nociva la clase de personas que se comportan como rebaño a la hora de hacer sus juicios, si es que los llegan a hacer, sobre el estado que guarda la economía doméstica o los salarios. Vaya, la mayoría ni siquiera conocen y mucho menos exigen el respeto de sus derechos como individuos. Se trata de una sociedad esquiva ante su realidad, que fácilmente se entrega a lo que le divierte o “distrae”. Su naturaleza es dispersa, tiende a escaparse en cada oportunidad; por el aire, por la carretera, por la pantalla de la televisión, o en muchos casos, millones todos los días, a través del alcohol y el ruido ensordecedor de las bocinas a su máximo volumen. ¿Esos por quien van a votar cuando se llevan a cabo elecciones?: Seguramente por aquellos que les señale la tele o el cura, a la hora de la homilía. Por lo que oyen decir en las tertulias, por los colores que indica la tradición de la familia. Esos, se dejaron contagiar del veneno inoculado en los imaginarios de una sociedad acrítica, pasiva, que vive apoltronada en sus prejuicios, al tiempo que convierte a sus integrantes en víctimas de un Estado socavado por el peso de su propia descomposición.
En una sociedad caracterizada por estos niveles de apropiación de ideas que flotan en el ambiente imaginario, un luchador social que elige el camino de la política para la transformación del país, que se manifieste transparente, honesto, humilde, objetivo, etcétera, es más bien autodestructivo, está casi condenado al fracaso. Los tiempos canallas exigen mentiras, montajes, simulación, circo y espectáculo, como tan bien lo hacen los clichés de comunicación política utilizados por los partidos.
Este candidato desistió de ponerse en las manos de los expertos en imagen, los que pueden hacer historietas de veinte segundos para vender un producto. En cierta forma lo hizo, pero lo hizo mal o sus asesores no entienden a fondo de este tema. Algo hubo siempre en la relación de López Obrador con los medios y no fue manejado desde el principio o quizá se manejó con tanta trasparencia que hasta rayó en candidez. El caso es que los medios en cada oportunidad destrozaron la imagen del Peje.
“Por el bien de todos primero los pobres”, es una estupenda idea que denota un auténtico compromiso social congruente con una visión de Estado, sin embargo es una pésima ocurrencia el utilizarlo como slogan de campaña, ya que las distintas apropiaciones de ese discurso le dieron variables que fueron totalmente contraproducentes. Algunos imaginaron la pérdida de sus bienes, en tanto que otros pensaron en que se gobernaría con la impronta que han dejado los estados socialistas o comunistas. Por supuesto que un cincuenta por ciento o más, de los habitantes de este país que son lo que se encuentran sumidos en la pobreza requieren de medidas tajantes, sin miramientos, pero esto no se utiliza como posicionamiento de marca o branding, para decirlo en términos de mercadotecnia. Tampoco esperemos que Andrés Manuel se hubiera prestado a ese artífico que pueden lograr los medios, a base de representar conceptos superficiales o banales, la frivolidad que impregna las campañas ordinarias. Una amplia sonrisa y palabrería hueca, que no dice nada pero impacta a la gente que quiere escuchar cantos de sirenas o admirar copetes.
Más, sin embargo, eso mismo se volvió en su contra y ahora amenaza con dejarlo en tercera posición en la futura contienda. ¿Quién le aconsejó que no asistiera a aquél debate tan mentado durante la campaña de 2006, y en cambio lo mandó a postrarse ante Televisa en horario estelar a finales del 2011? ¿No era la negación de acudir a ese estudio la forma de dar un golpe de audacia contundente, que ahora lo tuviera en los primeros planos de la opinión pública, no tan sólo nacional sino internacional? ¿No valoraron sus asesores de comunicación política que ese era el As bajo la manga? Televisa es el mismo enemigo antes y después, ¿Quién lo duda? ¿No hubiera sido mejor un poquito de simulación y de política mediática, una estrategia a la medida de esas muchedumbres adoradoras del espectáculo, para estar en la primera posición? Yo opino que si, con tal de no irnos todos a la chingada, pero no a la quinta de Campeche, sino a la chingada en serio, lo que significa seguir igual.

jueves, 26 de enero de 2012

Del fraude electoral de 2012 en México, a las amenazas sociales por el incremento de la delincuencia

A este que ha sido uno de los sexenios más fatídicos e infortunados de la historia de México, le falta todo un año por concluir.
Sirva como ejemplo para otros países de lo que puede suceder si la gente que vota y aquella otra que se abstiene, permite que las elecciones deriven en un fraude, como sucedió en este país latinoamericano cuando se robaron la elección presidencial en 2006.
Felipe Calderón, teniendo como cómplices a varios empresarios: banqueros, propietarios de medios de comunicación, entre otros rubros, así como ex presidentes y figuras del clero católico, se ungió como primer mandatario acudiendo al recinto a recibir la simbólica banda presidencial por la puerta trasera, custodiado o blindado por policías, en medio de una protesta ciudadana que cobró la magnitud de sucesivas concentraciones multitudinarias en la ciudad de México y en otras capitales del país, como jamás se vio antes en la historia de la etapa pos revolucionaria. ¿Qué sucedió después? Lo que hemos visto: un desquiciamiento institucional y social, donde se fraguó este clima de pobreza e inseguridad que empeora día con día.
Robarse una elección se paga caro y la peor parte la lleva el pueblo, como siempre sucede. Haber permitido que llegaran a los máximos cargos del gobierno, individuos cuyos compromisos e intereses se orientan en la búsqueda del dinero, exclusivamente a base de estar cerca del poder necesario para obtenerlo de manera fácil y con toda impunidad, ha llevado a la sociedad completa a un estado de caos que ya se nombra Estado fallido.
Quienes tienen como única expectativa amasar fortunas, sin ver más allá, fácilmente se comprometen con intereses oscuros con tal de lograr sus fines. No hay moral que valga, ni algo parecido a escrúpulos, a la hora en que políticos, empresarios, narcotraficantes, especuladores, lavadores de capitales y delincuentes de toda laya, se reúnen a negociar. Todos se ponen en el mismo nivel. El modelo económico orilla a los sujetos a rebajarse hasta los más ínfimos niveles de la condición humana; se vuelven esclavos de las dinámicas del mercado, donde también se ofertan los sentimientos que ha logrado concebir la humanidad.
El amor filial, la lealtad, la honestidad, los lazos fraternos, la amistad, la solidaridad, la fidelidad, entre otros valores, son parte de la mercancía que el mundo tasa para que se vuelvan comercializables. El capital no tiene ojos ni sensibilidad ante nada que no sea negocio, tampoco patria, ni reconoce los límites de la intimidad o la dignidad a la que todo ser humano tiene derecho. Vale el que tiene y punto.
Sobre esa escoria se cimentan las instituciones en los gobiernos y las sociedades contemporáneas, incluída la iglesia dominante, como sucede en México y por ello sucumbe ante su propia descomposición.
La película que nos pasan de una pseudo persecución de hampones no muestra la totalidad del guión, que a cualquier costo tratan de ocultar y es donde tiene lugar el rol que desempeñan los banqueros y gente de negocios, además de funcionarios, políticos, militares o policías. Son verdaderos contingentes que forman quienes interactúan con estas actividades y jamás son nombrados de manera explícita o directa. Lo que se conoce como narcotráfico no pudiera ser posible sin ser acompañado de apoyos de toda clase, brindados por cuerpos policiacos, militares, políticos, funcionarios, banqueros, empresarios, tecnólogos, etcétera. Hasta los propios medios de comunicación son parte de la élite beneficiada con todo lo que sucede.

Las listas de nombres y apodos que publican los medios corresponden exclusivamente a gente que pertenece a uno solo de los múltiples niveles en que se desenvuelven estos negocios. Éstos ponen el físico y el de sus propias familias, en cambio, el resto de la cadena vive tranquilamente aumentando su patrimonio. El día en que los sicarios se unan y rebelen contra sus amos, las cosas se van a poner mucho más difíciles, aunque para ello tendrían que derrotar ejércitos completos. Es imperativo revertir los efectos malignos de la corrupción, como lo es el crimen organizado.
El primer paso que debiera emprender el Estado es recuperar su fuerza, es decir, nacionalizar bienes estratégicos como transportes, comunicaciones, banca, recursos naturales, entre otros. Enseguida ha de cambiar el modelo económico para volver a la productividad interna, fomentando nuevamente el desarrollo del campo facilitado a través de financiamiento otorgado por una banca nacional, que además brinde asistencia técnica, como sucedía en el pasado.
Es evidente que el neoliberalismo mal planificado y peor aplicado, fue devastador para la economía de millones de familias. Urge un freno y cambio de rumbo, recuperando lo que funcionaba adecuadamente antes de que los presidentes se convirtieran en martilleros y comisionistas de los remates de los bienes públicos nacionales y no sirvieran para otra cosa que seguir con una alta dieta del presupuesto hasta el final de sus días.
Urge un plan nacional de gran aliento, para rescatar la educación, terminar con el parasitario sindicato que la asfixia, así como crear un modelo distinto, que incluya alimentación para el alumnado de las escuelas públicas en los niveles primario y secundario, como lo hacen en Argentina y otros países del mundo. Al menos duplicar el presupuesto en este rubro es un requisito que no se puede pasar por alto si se pretende realmente un rescate de México.
Modificar las relaciones exteriores, regresando a la Doctrina Estrada, donde se prima el respeto a la soberanía de los pueblos y a su dignidad, así mismo, establecer otra clase de relaciones con EU, para contra restar el tutelaje vergonzante a que ha llegado dicha relación, que se ha vuelto además peligrosa por los grados de corrupción que existen entre los cuerpos policiacos, militares, aduanales y políticos, de ambas naciones. El paso descomunal de armas hacia México, sin que poder alguno lo contenga, es una prueba irrefutable de este fenómeno. O recuperamos en el corto plazo soberanía política o nos veremos envueltos en una escalada de violencia multiplicada exponencialmente.
Por su parte, los ciudadanos adeudan su auténtica participación en los procesos políticos. La indiferencia ciudadana ante el acontecer cotidiano, se suma a la lista de flagelos que padecen nuestras sociedades contemporáneas. Seducidos o enajenados por los medios de comunicación y doblegados por una vida de consumismo en que la única divisa, el único valor, es el dinero y lo que con éste se puede conseguir, se producen a sí mismos grandes vacíos existenciales, que hacen aún más difícil el insoportable caos en que se ha convertido la vida en este país subdesarrollado.
Los productos de valor asociados a la cultura y el crecimiento interior de los sujetos, lo que se define como desarrollo intelectual y espiritual, quedan, en el mejor de los casos, en segundo término. No tienen el significado que se les da en otras latitudes. La nuestra es una sociedad de bajos niveles culturales y educativos por decisión propia.
De no cambiar estas dinámicas, el país seguirá evolucionando hacia la descomposición en todos los órdenes. 2012 es la última oportunidad quizá, para cambiar.