sábado, 15 de diciembre de 2012
Con y sin PRI, México es igual.
sábado, 13 de octubre de 2012
¿Por qué reeligen a Hugo Chávez?
sábado, 8 de septiembre de 2012
Dumping mediático y elecciones
jueves, 12 de julio de 2012
El ciudadano democrático
domingo, 8 de julio de 2012
Nuevas modalidades de fraude electoral en México: cualquier cosa con tal de regresar al poder.
sábado, 16 de junio de 2012
#YoSoy132
martes, 15 de mayo de 2012
El narcoterrorismo en México estrena formas de salvajismo ensañándose con víctimas débiles e indefensas.
miércoles, 2 de mayo de 2012
Primer debate entre candidatos al gobierno de Jalisco 2012
martes, 10 de abril de 2012
Uno amoroso y el otro rijoso
La campaña de López Obrador, desde sus inicios en la pasada elección, ha estado marcada por sentidos y contra sentidos espectaculares, como cuando levantó la mano de Juanito y ahora que hace lo mismo con Enrique Alfaro, candidato a la gubernatura de Jalisco por el movimiento que encabeza el tabasqueño.
Andrés Manuel cambió radicalmente el discurso que lo llevó a confrontarse con las cúpulas empresariales y los medios de comunicación, como parte del bloque que conformaron sus adversarios políticos. Ahora se muestra como un hombre de paz, que extiende su mano franca a la concordia, para sellar pactos que permitan civilizadamente avanzar en la democracia que tanto ha costado. Y, a contrapelo, Enrique Alfaro, hace un llamado a la ruptura con un partido y en específico con un personaje de la política, que si bien no es de su agrado, existe mucha gente que aprecia y valora muy distinto su trayectoria. Alfaro quiere utilizar a la gente para su venganza personal contra Raúl Padilla y eso amarga el caldo que pretende endulzar el Peje. Como de locos.
Esto demuestra la poca trayectoria, el currículum políticamente pobre, de un muchacho que se entusiasmó con meterse a la política cuando su vocación va más bien por el lado empresarial de su familia. Son gente de negocios, no todos muy transparentes, según opiniones de personas que han trabajado cerca de las notarías y otros rubros que maneja el clan Alfaro, que se presume de izquierda, ¿de dónde?
Alfaro se hizo famoso por los medios y sobre todo, con su inolvidable paseo a Cuba en compañía de amigos, entre quienes estaba el que facilitó el jet para hacer la gira de relajo a la isla de los placeres. Por eso es fácil que hable lo que sea, total, ya ha sido favorecido por la ayuda del propio Padilla cuando quiso ser diputado y ahora cuenta con un capital político considerable al juntarse con enemigos del grupo universitario, como Emilio González, el líder de todos ellos. Es evidente que Alfaro rema con la derecha, con la ultra derecha, que tanto sin sabor le causó al que ahora llega a impulsarlo en su aspiración. Una verdadera contradicción por la que nadie levanta ni un dedo. No extrañe que cuando termine esta elección busque acomodo en el PAN y seguro que lo ubicarán en algo, donde sea, los favores en política sí se pagan o no se es.
lunes, 19 de marzo de 2012
México se desgarra entre el TLC y el Vaticano, mientras lo arrulla Televisa.
Dos acontecimientos recientes no dejan lugar a dudas de la aguda dependencia de los agentes externos que definen a México: el consenso de Washington y el Vaticano.
El vicepresidente de EU pasó revista hace días a los candidatos a la presidencia de México, evidentemente para tener un cálculo sobre el cual diseñar y operar la política que aplicarán cuando se elija alguno de ellos: el que mejores garantías ofrezca para que el tutelaje político y económico continúe, sin causar mayores dolores de cabeza, es el que van a apoyar.
¿Por qué México ha de permanecer sujeto a lo que señalen o “sugieran” coactivamente, los sucesivos gobiernos del norte? La respuesta que podemos imaginar es que así lo ha determinado la historia, o mejor dicho, quienes formaron parte de ella en los distintos momentos en que individuos, de ambos países, fueron los artífices de la relación bilateral, con resultados que dejaron enormes asimetrías a la vista, dado que las sociedades de ascendencia novohispana mestiza, estuvieron siempre, por sus propios errores o debido también a la veleidad y astucia de los vecinos norteños, en condiciones de inferioridad prácticamente en todos los aspectos socioculturales y, sobre todo en lo económico. Nunca ha sido equiparable el nivel sociocultural y el poder financiero de ambas naciones. La nuestra tiende más al estado de pobreza crónica, a la desorganización, y por ello a generar grandes desigualdades, en tanto que los que se definen como americanos demostraron con las armas, el dinero y una sed de progreso que se volvió insaciable, la supremacía de su nación sobre el mundo entero.
Se padece aquí un histórico rezago en prácticamente todos los órdenes de la cultura y de la sociedad, por lo que toda esa superioridad demográfica, tecnológica, militar y hasta cultural, que ostentan los estadounidenses, ha impuesto de ordinario su visión del mundo y que se haga su voluntad en este lado de la frontera, sin que haya algún impulso de soberanía capaz de enfrentar este nuevo coloniaje, aún en el tiempo pos moderno. Por su parte, la sociedad mexicana se ha imaginado a sí misma continuamente siguiendo la pauta que se le marca desde el “cerebro” de la región, al tiempo que vive negada de su pasado, circunstancia que analizaron o narraron en su obra varios preclaros filósofos, escritores y pensadores como Octavio Paz, Carlos Fuentes, Daniel Cosío Villegas o el norteamericano Alang Riding en el libro cuyo título es al mismo tiempo una advertencia: "Vecinos distantes".
No se han trasladado del todo hacia el futuro los imaginarios desde la época virreinal, circunstancia reflejada en las tradiciones y demás actividades que marcan culturalmente la vida de nuestras comunidades, por más heterogéneas que se muestren. Todavía existe una resistencia importante a los cambios culturales que impulsaron los medios, como el cine o la televisión extranjeros, junto con otras dinámicas del intercambio global, al igual que las nuevas tecnologías de la comunicación y la información.
Por su parte, la visita de Benedicto XVI conlleva una agenda de aspectos políticos encaminados a la apertura de espacios para el catolicismo en la comunidad mexicana. Esto significa conseguir facilidades para contar con licencias que permitan la operación de medios de comunicación de señal abierta y que además se incluya la enseñanza de religión católica en las escuelas públicas. Temas sumamente sensibles que requieren debates serios y sobre todo, mayor fluidez de información confiable.
El Vaticano tiene en México una de sus más eficientes fuentes de financiamiento, lo cual incluye una lista que no se conoce públicamente de bienes de toda índole, que van desde factorías hasta cadenas de supermercados, desarrollos, rentas de inmuebles, entre otros. Igualmente se han enturbiado las actividades de esta institución con la escalada del capital que deriva del narcotráfico, pesando la sospecha de que la iglesia igualmente se ayuda de estos dineros. Cuando aconteció el asesinato del Cardenal Posadas Ocampo se generó opinión pública en este respecto, después de la entrevista del nuncio apostólico Prigione con el capo del cártel de Sinaloa, Ramón Arellano Félix. La explicación que dio el clérigo como motivo del encuentro fue más bien ridícula: arguyó que el narcotraficante solicitó el servicio de la confesión. Después del crimen que tuvo lugar en el aeropuerto de Guadalajara, los asesinos viajaron tranquilamente durante más de dos horas en un vuelo comercial hasta la ciudad de Tijuana, sin que nadie los molestara. Como para Ripley.
Con estas evidencias difícilmente se puede dudar de los intereses oscuros que mueven estas redes de religiosos que jalan millones de dólares de todo el mundo, posiblemente al amparo de algún poder que recuerda la “cosa nostra”, el cual quita enemigos y obstáculos del camino, como el malogrado cardenal y el candidato Luis Donaldo Colosio, junto con el diputado Ruiz Macieu, quienes de acuerdo a algunas opiniones que se dejaron escuchar en aquel momento, analizaban la posibilidad de revertir estos efectos modificando las reglas del juego. Es algo irracional que las naciones golpeadas durante siglos por la pobreza, la injusticia y las desigualdades, alimenten los excesos de este imperio. Es posible suponer que por pensar así, les haya costado la vida en condiciones altamente extrañas, a los políticos mexicanos, al Cardenal, y otros que trataron de desentrañar los móviles de estas muertes.
El papa sin duda vendrá a dar apoyo explícito al partido identificado con la iglesia, para que tenga ventaja en el presente proceso electoral. Así cuida los intereses millonarios de su organización, ocupando este empobrecido país el noveno lugar en cuánto aportaciones al Vaticano.
Este modelo ya debe cambiar, sin embargo la tarea se vuelve cada día más difícil porque los principales medios también se suman en esta cruzada en favor de la ignorancia y la ceguera del pueblo, siguiendo la lógica de que dominando las conciencias se exprime más fácilmente el bolsillo.
Dos amos o nanas, las cuales junto con el monopolio televisivo llevan de la mano al país, a través de espinas y barrancos. Pobre México, con estos tutelajes infernales que lo mantienen en la miseria moral y material.
martes, 13 de marzo de 2012
Una jornada de violencia en sincronía azota Guadalajara.
Los datos que circularon en los primeros minutos en que se daba a conocer la noticia mencionaron enfrentamientos entre efectivos del ejército y supuestos delincuentes. Había al menos una persona muerta que yacía en la calle junto a un minibús incendiado. Después se confirmó que se trataba del cuerpo de la persona que prendió fuego al vehículo después de rociarlo con gasolina: accidentalmente se impregnó y quemó también. Había columnas de humo en varios lugares que, incluso, ocasionaron el paro del servicio del Tren Ligero por falta de visibilidad.
Se escucharon sirenas durante toda esa tarde. Varios helicópteros militares y de la policía federal sobrevolaron la ciudad. Todo esto se desencadenó durante las últimas horas del dos de marzo en la capital de Jalisco y en otras poblaciones del estado, sin que las autoridades hayan pronunciado ese día algo al respecto, únicamente el gobernador declaró que todos los cuerpos de seguridad trabajaron en la reacción ante dicho operativo; el mensaje fue difundido por algunos medios. Silencio gubernamental y ruido mediático a través de los noticieros y las redes sociales. Más tarde, hacia las quince horas aproximadamente, ya circulaba por Internet la noticia de la detención de Erick Valencia, sucesor de Nacho Coronel, apodado el 85, según la misma nota. Entonces se suponía que los ataques a los vehículos con gasolina que fue inflamada para formar literalmente cortinas de humo y con ello causar mayor caos citadino, eran una respuesta por la captura del capo y sus cómplices.
Hace unos meses aconteció algo semejante, aunque con menor intensidad, según lo que puede apreciarse en el espacio virtual donde circula la mejor información. En aquella ocasión hubo mensajes en contra de las autoridades, después de que incendiaron un camión urbano, de acuerdo a lo publicado por la prensa en su momento. El Estado mexicano anda en zozobra, no ha sido capaz de poner control a la escalada de violencia que cada día nos muestra en forma siniestra su alcance.
También hace días salió a la opinión pública la noticia sobre el secuestro y asesinato de tres choferes del transporte urbano de pasajeros, en distintos escenarios, se rumoraba de venganzas por la participación de choferes en accidentes viales que costaron la vida a personas. Una extraña forma de ajuste de cuentas popular, según este rumor. ¿Hay alguna relación entre estos crímenes de operarios y lo sucedido el pasado dos de marzo?
Las preguntas se amontonan sin ninguna respuesta, hasta este momento. Se ignora si los incendios sincronizados de vehículos y la fuga de los que lo ocasionaron por medio de autos que robaron en el lugar, fue orquestada por un cartel a través de una célula delincuencial o qué origen pudiera tener esa oleada que mantuvo a la población dentro de sus casas, por recomendaciones que se hacía entre sí la gente. ¿Tiene esto alguna liga con la fuga de reos en Apodaca? ¿Son ellos los que vinieron a pagar por su salida?
El miedo se instaló con su carga de incertidumbre, hay desmoralización por la forma como ha sido conducido el país, que no tan sólo ha conseguido más pobres y angustiados por lo económico, sino que también se teme por la propia seguridad e integridad física de los ciudadanos. Como si fuera un guerra, decían quienes pude escuchar cuando salí a observar un poco más de cerca los acontecimientos. Había escaso tráfico en algunas partes en tanto que en otras, estaba totalmente paralizado; por doquier embotellamientos a causa de los bloqueos de las avenidas. Se veía mucha gente en las esquinas, esperando inútilmente un transporte, las rutas fueron suspendidas y los autobuses guardados. Miles quedaron varados durante horas y, algo extraño: se interrumpió el servicio de los celulares desde el momento de los enfrentamientos ¿Lo ordenó el gobierno para interrumpir la comunicación entre los sujetos perseguidos? Se siente una rara impotencia cuando se suspenden estos sistemas que ya nos tienen tan acostumbrados a su uso a diario.
Los locutores de radio y periodistas daban cuenta de lo que les llegaba de información y todo giraba sobre lo mismo, sin profundizar un poco más, como para provocar reflexiones y con ello tener un mapa más completo de lo que acontece, en términos de lo que el Estado tiene de participación o culpabilidad debido a los elevados índices de corrupción que descompusieron la estructura desde hace tiempo. Tampoco nadie hasta ahora ha relacionado lo ocurrido hoy con el interés que tiene Estados Unidos en el fracaso gubernamental mexicano para enfrentar la crisis y con ello allanarse el camino para abrir paso a la intervención militar, (la política ya la realizaron desde hace décadas) tienen intenciones de instalar bases militares en la región, de acuerdo al discurso de los demócratas y de los republicanos. ¿Es una soterrada anexión militar a partir de generar la clase de violencia que observamos, para enseguida venir a sofocarla y cobrar por los servicios? ¿Es el comienzo de algo peor?
viernes, 17 de febrero de 2012
De la chingada a la Chingada
“Tengo menos vigor, eso sí. Porque ya estoy muy cansado. ¿Te acuerdas en tu casa que te dije que si la elección era limpia y libre, si perdía, me iba yo a ir a La Chingada? ¿Te acuerdas? Y ahora sí. Es que yo tengo una quinta que me dejaron mis padres”.
El buen humor en que se mantiene Andrés Manuel López Obrador ya lo quisiera otro que no tuviera los arrestos que se requieren para ir siempre contra la corriente, que no es otra cosa que una sociedad apropiada de imaginarios envilecidos como eso de creerse que Hugo Chávez estaba detrás de la campaña de AMLO, o que en realidad su figura o posible gobierno representa un peligro para México, sin ninguna reflexión de por medio. O tan siquiera permitirse observar críticamente algo de lo que hurtan o destruyen los que según eso gobiernan.
Lo que verdaderamente ha sido y es, un peligro para éstas y las futuras generaciones, se encuentra en el torbellino de opinión desinformada que provoca la gente que se deja llevar por la marea que generan en el imaginario social los medios de comunicación, que son totalmente elitistas y poderosos a expensas de lo que han exprimido al Estado. (a través de pagos publicitarios, concesiones y todo tipo de privilegios conseguidos con argucias legaloides que les confieren a precio de ganga la explotación del espacio radioeléctrico y la fibra óptica, que supuestamente es propiedad de la nación) Padecemos una mediocracia sin contrapesos, como la definió Trejo Delarbre.
Es políticamente nociva la clase de personas que se comportan como rebaño a la hora de hacer sus juicios, si es que los llegan a hacer, sobre el estado que guarda la economía doméstica o los salarios. Vaya, la mayoría ni siquiera conocen y mucho menos exigen el respeto de sus derechos como individuos. Se trata de una sociedad esquiva ante su realidad, que fácilmente se entrega a lo que le divierte o “distrae”. Su naturaleza es dispersa, tiende a escaparse en cada oportunidad; por el aire, por la carretera, por la pantalla de la televisión, o en muchos casos, millones todos los días, a través del alcohol y el ruido ensordecedor de las bocinas a su máximo volumen. ¿Esos por quien van a votar cuando se llevan a cabo elecciones?: Seguramente por aquellos que les señale la tele o el cura, a la hora de la homilía. Por lo que oyen decir en las tertulias, por los colores que indica la tradición de la familia. Esos, se dejaron contagiar del veneno inoculado en los imaginarios de una sociedad acrítica, pasiva, que vive apoltronada en sus prejuicios, al tiempo que convierte a sus integrantes en víctimas de un Estado socavado por el peso de su propia descomposición.
En una sociedad caracterizada por estos niveles de apropiación de ideas que flotan en el ambiente imaginario, un luchador social que elige el camino de la política para la transformación del país, que se manifieste transparente, honesto, humilde, objetivo, etcétera, es más bien autodestructivo, está casi condenado al fracaso. Los tiempos canallas exigen mentiras, montajes, simulación, circo y espectáculo, como tan bien lo hacen los clichés de comunicación política utilizados por los partidos.
Este candidato desistió de ponerse en las manos de los expertos en imagen, los que pueden hacer historietas de veinte segundos para vender un producto. En cierta forma lo hizo, pero lo hizo mal o sus asesores no entienden a fondo de este tema. Algo hubo siempre en la relación de López Obrador con los medios y no fue manejado desde el principio o quizá se manejó con tanta trasparencia que hasta rayó en candidez. El caso es que los medios en cada oportunidad destrozaron la imagen del Peje.
“Por el bien de todos primero los pobres”, es una estupenda idea que denota un auténtico compromiso social congruente con una visión de Estado, sin embargo es una pésima ocurrencia el utilizarlo como slogan de campaña, ya que las distintas apropiaciones de ese discurso le dieron variables que fueron totalmente contraproducentes. Algunos imaginaron la pérdida de sus bienes, en tanto que otros pensaron en que se gobernaría con la impronta que han dejado los estados socialistas o comunistas. Por supuesto que un cincuenta por ciento o más, de los habitantes de este país que son lo que se encuentran sumidos en la pobreza requieren de medidas tajantes, sin miramientos, pero esto no se utiliza como posicionamiento de marca o branding, para decirlo en términos de mercadotecnia. Tampoco esperemos que Andrés Manuel se hubiera prestado a ese artífico que pueden lograr los medios, a base de representar conceptos superficiales o banales, la frivolidad que impregna las campañas ordinarias. Una amplia sonrisa y palabrería hueca, que no dice nada pero impacta a la gente que quiere escuchar cantos de sirenas o admirar copetes.
Más, sin embargo, eso mismo se volvió en su contra y ahora amenaza con dejarlo en tercera posición en la futura contienda. ¿Quién le aconsejó que no asistiera a aquél debate tan mentado durante la campaña de 2006, y en cambio lo mandó a postrarse ante Televisa en horario estelar a finales del 2011? ¿No era la negación de acudir a ese estudio la forma de dar un golpe de audacia contundente, que ahora lo tuviera en los primeros planos de la opinión pública, no tan sólo nacional sino internacional? ¿No valoraron sus asesores de comunicación política que ese era el As bajo la manga? Televisa es el mismo enemigo antes y después, ¿Quién lo duda? ¿No hubiera sido mejor un poquito de simulación y de política mediática, una estrategia a la medida de esas muchedumbres adoradoras del espectáculo, para estar en la primera posición? Yo opino que si, con tal de no irnos todos a la chingada, pero no a la quinta de Campeche, sino a la chingada en serio, lo que significa seguir igual.
jueves, 26 de enero de 2012
Del fraude electoral de 2012 en México, a las amenazas sociales por el incremento de la delincuencia
Sirva como ejemplo para otros países de lo que puede suceder si la gente que vota y aquella otra que se abstiene, permite que las elecciones deriven en un fraude, como sucedió en este país latinoamericano cuando se robaron la elección presidencial en 2006.
Felipe Calderón, teniendo como cómplices a varios empresarios: banqueros, propietarios de medios de comunicación, entre otros rubros, así como ex presidentes y figuras del clero católico, se ungió como primer mandatario acudiendo al recinto a recibir la simbólica banda presidencial por la puerta trasera, custodiado o blindado por policías, en medio de una protesta ciudadana que cobró la magnitud de sucesivas concentraciones multitudinarias en la ciudad de México y en otras capitales del país, como jamás se vio antes en la historia de la etapa pos revolucionaria. ¿Qué sucedió después? Lo que hemos visto: un desquiciamiento institucional y social, donde se fraguó este clima de pobreza e inseguridad que empeora día con día.
Robarse una elección se paga caro y la peor parte la lleva el pueblo, como siempre sucede. Haber permitido que llegaran a los máximos cargos del gobierno, individuos cuyos compromisos e intereses se orientan en la búsqueda del dinero, exclusivamente a base de estar cerca del poder necesario para obtenerlo de manera fácil y con toda impunidad, ha llevado a la sociedad completa a un estado de caos que ya se nombra Estado fallido.
Quienes tienen como única expectativa amasar fortunas, sin ver más allá, fácilmente se comprometen con intereses oscuros con tal de lograr sus fines. No hay moral que valga, ni algo parecido a escrúpulos, a la hora en que políticos, empresarios, narcotraficantes, especuladores, lavadores de capitales y delincuentes de toda laya, se reúnen a negociar. Todos se ponen en el mismo nivel. El modelo económico orilla a los sujetos a rebajarse hasta los más ínfimos niveles de la condición humana; se vuelven esclavos de las dinámicas del mercado, donde también se ofertan los sentimientos que ha logrado concebir la humanidad.
El amor filial, la lealtad, la honestidad, los lazos fraternos, la amistad, la solidaridad, la fidelidad, entre otros valores, son parte de la mercancía que el mundo tasa para que se vuelvan comercializables. El capital no tiene ojos ni sensibilidad ante nada que no sea negocio, tampoco patria, ni reconoce los límites de la intimidad o la dignidad a la que todo ser humano tiene derecho. Vale el que tiene y punto.
Sobre esa escoria se cimentan las instituciones en los gobiernos y las sociedades contemporáneas, incluída la iglesia dominante, como sucede en México y por ello sucumbe ante su propia descomposición.
La película que nos pasan de una pseudo persecución de hampones no muestra la totalidad del guión, que a cualquier costo tratan de ocultar y es donde tiene lugar el rol que desempeñan los banqueros y gente de negocios, además de funcionarios, políticos, militares o policías. Son verdaderos contingentes que forman quienes interactúan con estas actividades y jamás son nombrados de manera explícita o directa. Lo que se conoce como narcotráfico no pudiera ser posible sin ser acompañado de apoyos de toda clase, brindados por cuerpos policiacos, militares, políticos, funcionarios, banqueros, empresarios, tecnólogos, etcétera. Hasta los propios medios de comunicación son parte de la élite beneficiada con todo lo que sucede.
El primer paso que debiera emprender el Estado es recuperar su fuerza, es decir, nacionalizar bienes estratégicos como transportes, comunicaciones, banca, recursos naturales, entre otros. Enseguida ha de cambiar el modelo económico para volver a la productividad interna, fomentando nuevamente el desarrollo del campo facilitado a través de financiamiento otorgado por una banca nacional, que además brinde asistencia técnica, como sucedía en el pasado.
Es evidente que el neoliberalismo mal planificado y peor aplicado, fue devastador para la economía de millones de familias. Urge un freno y cambio de rumbo, recuperando lo que funcionaba adecuadamente antes de que los presidentes se convirtieran en martilleros y comisionistas de los remates de los bienes públicos nacionales y no sirvieran para otra cosa que seguir con una alta dieta del presupuesto hasta el final de sus días.
Urge un plan nacional de gran aliento, para rescatar la educación, terminar con el parasitario sindicato que la asfixia, así como crear un modelo distinto, que incluya alimentación para el alumnado de las escuelas públicas en los niveles primario y secundario, como lo hacen en Argentina y otros países del mundo. Al menos duplicar el presupuesto en este rubro es un requisito que no se puede pasar por alto si se pretende realmente un rescate de México.
Modificar las relaciones exteriores, regresando a la Doctrina Estrada, donde se prima el respeto a la soberanía de los pueblos y a su dignidad, así mismo, establecer otra clase de relaciones con EU, para contra restar el tutelaje vergonzante a que ha llegado dicha relación, que se ha vuelto además peligrosa por los grados de corrupción que existen entre los cuerpos policiacos, militares, aduanales y políticos, de ambas naciones. El paso descomunal de armas hacia México, sin que poder alguno lo contenga, es una prueba irrefutable de este fenómeno. O recuperamos en el corto plazo soberanía política o nos veremos envueltos en una escalada de violencia multiplicada exponencialmente.
Por su parte, los ciudadanos adeudan su auténtica participación en los procesos políticos. La indiferencia ciudadana ante el acontecer cotidiano, se suma a la lista de flagelos que padecen nuestras sociedades contemporáneas. Seducidos o enajenados por los medios de comunicación y doblegados por una vida de consumismo en que la única divisa, el único valor, es el dinero y lo que con éste se puede conseguir, se producen a sí mismos grandes vacíos existenciales, que hacen aún más difícil el insoportable caos en que se ha convertido la vida en este país subdesarrollado.
Los productos de valor asociados a la cultura y el crecimiento interior de los sujetos, lo que se define como desarrollo intelectual y espiritual, quedan, en el mejor de los casos, en segundo término. No tienen el significado que se les da en otras latitudes. La nuestra es una sociedad de bajos niveles culturales y educativos por decisión propia.
De no cambiar estas dinámicas, el país seguirá evolucionando hacia la descomposición en todos los órdenes. 2012 es la última oportunidad quizá, para cambiar.