domingo, 25 de noviembre de 2007

Circo de humo

Por Carlos Antonio Villa Guzmán

Las principales fuerzas políticas que se enfrentaron en 2006, se preparan ahora para disputar la presidencia de la república en 2012, pero ¿quién aguantará hasta entonces?
Los acorazados actos públicos del presidente legal, se han convertido en cortinas de humo que están sirviendo para desviar la atención de las reformas que avanzan y que verdaderamente repercuten en los niveles de vida que tendremos en los meses que se avecinan. Habrá desde aumentos en gasolinas y tarifas eléctricas, hasta escaladas de precios en alimentos y servicios básicos como transportes y agua potable. Esto en forma paralela a los cambios que se promueven en materia electoral, participación política en medios de comunicación, sector energético, sistemas pensionarios, entre otros.
Pareciera que Calderón está consciente de la parte que le corresponde en el libreto donde tiene que enfrentar rutinariamente el repudio constante de aquéllos que le recuerdan los excesos cometidos para llevarlo donde se encuentra. Convertido en blanco de increpaciones, enérgicos desafíos verbales y hasta insultos, se desplaza rodeado de un escudo formado por decenas de policías y soldados, con y sin uniformes. En consecuencia, el aparatoso montaje de dispositivos de toda clase que cumple con la tarea del resguardo, provoca constantemente incidentes que van más allá de simples roces con la enardecida gente que se reúne y agolpa para disparar, aunque sea desde la garganta, las palabras necesarias para dejarse una sensación de que le han depositado los justos términos en los oídos, para que le retumben en el cerebro y en lo posible queden sin olvido.
Es preciso asegurarse de que entienda que no se le quiere a causa de todo lo que se cometió para favorecerle e imponerlo como presidente de los mexicanos. Donde va surgen reclamos, se gritan adjetivos o se le muestran letreros que no alcanza a ver por impedírselo las vallas metálicas o por las filas de agentes que cubren sus pasos; aún así no puede ignorarlos.
Las salidas de emergencia constituyen los puntos principales de la logística de dichos actos. Es, con todas las de la ley que aún prevalece, un presidente acosado por una marea incontenible de ciudadanos que reclaman el acatamiento a su voluntad, en este caso el reconocimiento del triunfo del presidente al que consideran legítimo.
Por lo que se ve, no se abandonará el clamor y el reclamo por este fin, al contrario; cada actividad que emprende el representante del gobierno proporcional al fraude que lo instaló, se convierte en un problema mayúsculo para los anfitriones y organizadores de sus intervenciones y apariciones.
Al parecer sus manejadores se han dado cuenta del beneficio que conllevan todos esos incidentes que hacen que se agrie el humor que todavía conserva su predecible marioneta y le sacan provecho. El juego de cubrirlo y acomodarle escenarios que invariablemente alguien desacomoda, se ha vuelto sumamente atractivo para los escandalosos medios y para mucha gente.
Lo volvieron un patiño que recibe cáscaras y escupitajos, en tanto quienes mueven los hilos preparan el terreno para embolsarse millonarias sumas que compensarán con creces lo invertido en torcer el proceso electoral de 2006.
Desde esta perspectiva, no sería entonces recomendable seguir en la espiral que disipa los verdaderos motivos por los que se mantiene la resistencia, que no son si no la conservación de los bienes del pueblo como patrimonio legítimo y soberano.
Allá el que se prestó, seguramente dominado por la fuerza de una banda presidencial, para subirse a cuestas el papel estelar de superhéroe descafeinado que enfrenta a las fuerzas del mal y rescata a los humildes de sus desastres.
Su capacidad de adaptarse a un guión propio de historieta y el empeño que tienen sus incondicionales e interesados seguidores, le mantienen ocupado pronunciando discursos, grabando spots y avalando hipotecas.
La intención y el deseo avieso de los titiriteros magnates es que el ego resista hasta que les sea posible atar todos los cabos o “conductos” que les aseguren a futuro las fortunas que han comenzado a extraer con mayores facilidades a partir del gobierno de Miguel de la Madrid y que fueron prácticamente un regalo durante el periodo que encabezó uno de los personajes más indignos de la historia mexicana; Vicente Fox.
Habrá que considerar hasta qué punto es útil a la causa del movimiento alternativo de nación prestar atención al circo que acompaña a la comitiva presidencial “mona”, en lugar de atender lo que está en juego y sí impacta en la sociedad.
Quizá las baterías deberían apuntar hacia el Palacio Legislativo, a las dependencias oficiales, a los medios de comunicación y hasta a las instituciones tambaleantes, titubeantes, o de plano vueltas contra el pueblo, como esa que presta sus campanarios para que se haga escarnio de una reunión democrática y pacífica.
La mayor atención probablemente la necesiten los actores que finalmente están resolviendo o dando al traste con lo que constituye el porvenir en términos de democracia y las opciones que nos quedan sobre el rumbo que nos conviene seguir.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Bien harían en cerrar

Por Carlos Antonio Villa Guzmán


Cuando me enteré que el obispo mexiquense anunció que cerrarían la catedral en respuesta a la irrupción que se presentó en el recinto, en respuesta a su vez, de un prolongado, eufórico e inoportuno, ¿provocador? “tañer de campanas”, que irrumpió el discurso que daba la senadora Rosario Ibarra de Piedra, lo primero que me pasó por la mente fue un “ojala lo hicieran y se mantuvieran hasta que se ilustre el pueblo.” Me parece que la medida nos acercaría al siglo XXI, en el que se encuentran las naciones que sí prosperan social y culturalmente. No encuentro mucha diferencia entre la clausura de este lugar o cualquier Walmart. Son, finalmente, sucursales de una enorme trasnacional. Tal es la lógica con la que opera dicha organización y ese es el estatus que sus administradores le dan, de acuerdo con las estrategias utilizadas por ellos y el estilo de vida que practican. “Por sus frutos los conoceréis”. Fiestas en fincas suntuosas, conducta licenciosa, autos, joyas y hasta zoológicos con especies exóticas, como las que se rumora que exhiben los jardines de la enorme residencia del Cardenal Sandoval Iñiguez en Tlaquepaque, Jalisco.
Conste, antes que nada, que mi opinión no va enfocada hacia la religión, no es el interés de esta reflexión, eso va muy aparte. Yo hablo de la institución como poder que se liga a cuestiones de geopolítica y otras sustancias y materias que salen completamente de sus postulados; al menos de los que aparecen inscritos en los famosos libros sagrados. Es preciso explicar el papel de este Estado cuyos intereses están y a la vez no se encuentran en este mundo. Por el momento, me avocaré superficialmente a lo que significa para el país el clero católico que opera en nuestro suelo y su mandato papal, desde una perspectiva distinta a la de los creyentes o practicantes que aprueban incondicionalmente todo lo que éste dicta y practica.

En 1960 el papa Juan XXIII encargó a todos los superiores religiosos estadounidenses y canadienses que enviaran 10% de sus fuerzas efectivas, entre sacerdotes y monjas, a América Latina en el curso de los 10 años siguientes. La mayoría de los católicos estadounidenses interpretaron esta solicitud como un llamado a modernizar a la Iglesia Latinoamericana de acuerdo con el modelo norteamericano. Había que salvar del “castrocomunismo” a un continente en el cual vive la mitad de los católicos del mundo. Illich Iván (2006) p.87. Obras completas. FCE.

De acuerdo con esta cita, la iglesia se confunde con una opción ideológica y política encarnada en el capitalismo más acendrado. Entró al juego de poder procurando estar cerca y a favor de aquellos que cuentan con mayores recursos económicos. Históricamente así ha sido: Los tres grandes movimientos sociales de México lo consignan; la Independencia, la Reforma y la Revolución de 1910.
No nos extrañe la actitud que tomó un grupo de personas que trepó al campanario de la catedral metropolitana para hacerla de Cuasimodos reaccionarios. Una fotografía que observé publicada, muestra a los que tuvieron la ocurrencia de jugar a las campanadas durante aproximadamente doce minutos, en pleno mitin. Miré que había mujeres de mediana edad, con lentes oscuros una de ellas, y jóvenes de ambos sexos, sonreían. No creo que hayan sido monaguillos con sus familias o alguien de rango semejante. No conozco tampoco los reglamentos de las catedrales, si es que tienen alguno, pero me parece que los campanarios, las sacristías u otros sitios, tienen una razón de ser específica, cuyo acceso y uso debería ser respetado por ajenos. Si las autoridades permiten que cualquiera suba y estrelle los badajos contra los bronces, simplemente por diversión o por aturdir al prójimo, quiere decir que, o bien la catedral es tierra de nadie y de todos a la vez, o hay ahí dentro quienes, en determinado momento, permiten, fomentan o al menos cooperan, para que la broza le aviente piedras al panal.
Esto último me hace pensar en la severa descomposición y despropósito que invade al clero. Imagino los cuarteles, hospitales, aeropuertos, instalaciones petroleras u otros lugares de importancia, real o simbólica, dispuestos para que alguien los preste al ocio, diversión o mala leche de cualquiera. Lo sucedido desde la catedral denota algo mucho más grave que lo que se vino de fuera; se trata de algo parecido a la anarquía o a una franca postura beligerante. Son, la una o la otra, y ambas están como para ponernos en alerta. Si estoy equivocado en mi apreciación, bueno, al menos no pasa nada, un error de mi lente individual que puedo corregir. Si mi percepción es correcta, mejor que cierren.

domingo, 18 de noviembre de 2007

El fraude y la esperanza

Por Carlos Antonio Villa Guzmán.

La esperanza muere al último, dice el conocido refrán. Por algo será. La verdadera esperanza quizá contiene la médula de la inmortalidad. No se agota, es más, cuando le dan la razón, se crece.
El movimiento civil contra el fraude electoral de 2006, es esperanza viva en crecimiento. Se funda en una verdad insoslayable: es apremiante cambiar a México; a partir de la renovación de las instituciones y de la cultura política. Están secuestradas, por gente de la mayor inmoralidad hasta ahora conocida en las páginas que registran la historia contemporánea.
Luis Mandoki documenta, quirúrgicamente, el fraude que cometió la parte más nociva de la derecha, que no tuvo escrúpulos ni escatimó recursos para ejercer acciones totalmente ajenas a cualquier principio ético y democrático. Ni siquiera el PRI, con el régimen demagógico y de complaciente simulacro que aplicó por décadas, logró crear tanto daño a las familias mexicanas, como la irresponsable arremetida mediática, financiera y clerical, que se desató en contra del proyecto alternativo de nación. Se nos muestran en la filmación, las piezas que tantos mexicanos teníamos señaladas y que sin embargo, se nos dificultaba conjuntar y demostrar, porque éstas aparecían sueltas, cuasi invisibles, debido a la parcialidad de la información que manejan los consorcios que han atizado el atraso socioeconómico que conlleva el neoliberalismo continuista del régimen. Se documenta la evidencia de los agravios en una entrega cinematográfica sin precedentes, misma que sufre, desde antes de colocarse en las salas de exhibición, la ira y desesperación del que ve descubierta su felonía y suciedad.
Ayer tuve una entrevista con el artista con vocación de emprendedor y promotor de causas sociales, Luis Mandoki. Durante la plática no dejaba de recibir llamadas; en algunas le informaban del estreno que se realizaba en ese momento en las diferentes ciudades del país. Le reportaban sobre apagones y otras limitantes dolosas; francos obstáculos que procuran dificultar o impedir la proyección de la película y que a su vez involuntariamente la promocionan. Tienen origen en los mismos que conforman ese clan guerrillero de cuellos blancos que a veces ocultan escapularios. Grupo delictivo y adinerado evidenciado como la verdadera causal del hundimiento social que padece México y que se agudiza a partir de la administración del tecnócrata de la Madrid.
Mandoki me habló de las razones que lo llevaron a elaborar el documental: son las que mueven a tantos a desconocer al gabinete ilegítimo y repudiado, porque obedece a intereses opuestos a la esperanza del pueblo que lucha por lograr la justicia y la democracia, hasta hoy desconocidas. Aparecen en la pantalla los paquetes electorales, rotos, violados; cientos, miles de testimonios y la cortina de cinismo que pretende cerrar, sin conseguirlo, el telón de uno de los episodios más asquerosos que ha vivido la incipiente democracia que habíamos conquistado. Las imágenes de esas bodegas que tenían las boletas “resguardadas”, parecen mostrarnos un basurero donde impera el desorden y la suciedad, en lugar de ser el recinto que garantiza la seguridad de los documentos que asientan la voluntad ciudadana. Ese cuidado tuvo el IFE para respetar nuestro ejercicio democrático.
Gracias a Luis Mandoki, los mexicanos conoceremos más pruebas contundentes. Espero que vean la producción los que tengan deseos de despejar sus dudas y aún aquellos que niegan rotundamente lo que ya nada y nadie puede ocultar: hubo un costoso y descomunal fraude que nos ha golpeado puntos vitales. En el documental, se suman declaraciones y conversaciones que delatan las intenciones y acciones de los verdaderos enemigos de México. Delincuentes que lograron engañar, comprar, amenazar y corromper a muchos.
Mantengo la convicción de que se impondrá el noble espíritu que mueve a la mayoría de las conciencias de los mexicanos de razón.
En cuanto tenga listo el video con la entrevista lo subiré al blog. En tanto, manténganse unidos en la lucha por conquistar el México de nuestros hijos; libre de la mezquindad del dinero contaminado, que convierte al ser humano en criatura envilecida que se descompone en su ruindad. Hagamos para ellos una República Mexicana que les de un espacio para crecer fuera del alcance de los fundamentalismos que condenan la razón y la verdad.
Por favor den toda la publicidad posible a esta película maravillosa. Nos hace un favor enorme a los ciudadanos que anhelamos un país despejado de los intereses mezquinos que atrasaron el reloj de la historia y que pretenden arrebatar el porvenir a las nuevas generaciones.
Aquí se denuncian para que les conjuremos. Con unión y firmeza es posible transformar el país por medios pacíficos. Ese mensaje nos deja el trabajo fílmico de Luis Mandoki y él nos lo repite al contestar con sencillez y emoción las preguntas, mientras esperaba que le sirvieran una suculenta ensalada con “fajitas de pollo”.
Nos encontrábamos en uno de los centros o plazas comerciales donde exhibieron la película, a las afueras de los cines que tiene el lugar. Él llegó ahí con el propósito de convivir unos minutos con los asistentes a la función que desearan intercambiar comentarios durante el intermedio.
Nos habíamos encontrado unos minutos antes, en otro sitio que teníamos previsto para la grabación de la entrevista. Se me perdió el camarógrafo y su retraso nos obligó a ir en procesión a otro compromiso que tenía Luís. (A esa hora ya éramos un pequeño grupo de familiares y amigos ávidos de conocer al autor) Al llegar a los accesos a los cines del “Centro Magno”, presenciamos la salida de la gente que ocupó la totalidad de las butacas de la sala. Los boletos de todas las funciones se vendieron en su totalidad y aún así mucha gente se quedó sin ver la película por esa noche. Nos dimos cuenta de que diez minutos antes de que comenzara la última función, ya no hubo boletos. Qué grato es constatar el interés de las personas por tener más información o por cualquier causa que les hace venir, aun sea buscar la forma de descalificar o utilizar lo visto para continuar el escarnio. Seguramente les deja sin argumentos confiables o creíbles, dado la contundencia de las pruebas y el ritmo de la película, que no deja cabos sueltos y es capaz de objetivar y esclarecer los eslabones que encadenaron el fraude electoral sucedido en julio de 2006, en México.
Los ánimos vuelven a ser como los días posteriores al fraude. La gente salía coreando que es un honor estar con Obrador. Aplauden de pie al final de la proyección y eso es muy conmovedor. Sucedió ayer, según me lo comentó mi madre y otras personas al salir del cine. Hoy fui a la última función y ocurrió lo mismo: un espontáneo y vibrante aplauso. Tengo la esperanza que nos contagia a todos los que de alguna manera y de acuerdo a nuestros recursos, hemos participado en esta movilización histórica. Conocí y amisté con gente nueva de mi ciudad y de otras entidades, durante las marchas y plantones. He cantado con ellos, gritado, a veces hasta con llanto, vivas a la patria liberada, a sus libertadores y al líder que nos inspira transformarla. Me uní a una corriente que se multiplica en millones de expresiones que convergen en un solo ideal: Un México donde la honestidad, la legalidad y la justicia, sean, entre otras virtudes, la condición para el desarrollo.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Bienvenidos a la República del Fraude

Por Carlos Antonio Villa Guzmán
(Este artículo fue publicado en el 2006, posterior a las elecciones presidenciales del 6 de julio. Donde quedó un sentimiento generalizado de fraude en la mitad de la población registrada en el padrón electoral)
México es un país donde puede darse una sucesión de fraudes en gran escala sin que se altere la vida de los que los cometen y de quienes los padecen. Con excepción del valor civil de algunos grupos ciudadanos que nos recuerdan que existe dignidad y carácter, el resto de la gente anda como si nada.
Estamos tan acostumbrados a la ilegalidad y la impunidad que ya no nos importa que continúen saqueando y delinquiendo, total, un fraude más no debe extrañar.
A un gobierno que resultó todo un fraude por lo que hizo y por lo que dejó de hacer, le sigue una elección igualmente calificada por los ciudadanos o por un sector importante de ellos y ahora presidirá la república un individuo que ha vivido rodeado de fraudes que ligan lo familiar con el servicio público que según esto desempeñó. Sabemos de ello gracias a lo informado por los medios de comunicación que no se arredran por publicar datos de esta naturaleza, más lo que vimos y le oímos decir en meses de campaña que nos hizo padecer.
¿Qué pesará más en la conciencia este doloso personaje, los intereses de sus cómplices y familiares o los de los gobernados que ni siquiera votaron por él? ¿Qué tiene más importancia en su forma de hacer política, la ética o el dinero? Los resultados de lo que vivimos nos demuestran que nada puede contra el poder económico de esta clase de gente, ni siquiera la ley.
El “aquí no ha pasado nada” una vez más fue sacado del armario y extendido como tapete mugroso encima de la voluntad y la inconformidad de millones que seguramente continuarán en su legítimo reclamo.
Ya sabemos el rumbo, la receta, el quienes y cómo se repartirán el pastel de privilegios y canonjías, ya es posible hablar del fraude del 2006 al 2012 y la vida seguirá...¿Los pobres? Que vean el azul del cielo y acepten su destino manifiesto, total es su cruz y su voto.¿Los ricos? A maquinar de qué manera vuelven a operar y engañar para no soltar la presa. ¿Los renegados? A dar ejemplo de lo que debiera ser el pueblo para levantar la cabeza y no vivir como aquellos personajes de Rius “Los agachados”. ¿Y los 7 enanos del cuento? La historia los pondrá en su lugar.

Que se calle el rey idiota

Por Carlos Antonio Villa Guzmán
No cabe duda que los trastornos congénitos de las familias que gustan adornar sus huecas testas con coronas, son reales. La endogamia que sufren les altera hasta llevarlos a cometer atropellos y locuras sin nombre. Se necesita estar severamente dañado de las facultades mentales, o ser muy perverso, para realizar un desplante como el que acaba de escenificar el testarudo rey de membrete español. El sujeto de marras, se encontraba en una cumbre de jefes de Estado electos y él no lo es. En todo caso encabeza uno de los resabios de un sistema que arruinó por siglos la vida de pueblos que finalmente se hicieron libres de tales tiranías. Se encontraba de visita en un continente que padeció dicho coloniaje. Eso, por lo menos debería hacerle comportar prudentemente, aún cuando se pronuncien discursos que no sean de su agrado. Sepa el rey idiota, que habemos muchos latinoamericanos que deploramos a su defendido. Alguien debería preguntarle a esta piltrafa de reyezuelo de pacotilla ¿por qué no tuvo cojones para callar al entrometido de Aznar, cuando vino a México en pleno proceso electoral y sin ningún pudor pidió votar por un candidato? Tenemos una constitución que señala claramente que los extranjeros han de abstenerse de participación política en nuestro suelo. El gobierno mexicano previsiblemente se doblegó también y estaba obligado a responder, de no haber sido cómplice. Por razones de elemental sensibilidad diplomática, Juan Carlos I. está obligado a ofrecer una disculpa al presidente de Venezuela Hugo Chávez. El resto de naciones que forman ALBA y aún aquellas que se mantienen al margen, deberían, quizá, considerar la posibilidad de hacer causa común y exigir una explicación y una disculpa de parte del gobierno español, por el error garrafal del personaje que cobijan como su rey. Por supuesto que el grito con el dedo extendido no surge del temple de un hombre, si no del hígado de un energúmeno que se sabe respaldado por grandes fortunas de empresarios de su país y otros que han exprimido al máximo los regalos que los gobernantes de aquí han entregado en bandeja de plata. Por supuesto que sabe y se hace el idiota, que Venezuela está en la mira de Washington y el delirante belicismo de la dinastía Bush puede intentar abrir otro frente en América y repetir la historia de los aliados contra Irak. Venezuela incomoda justamente porque cuenta con grandes reservas de petróleo y no tiene pensado abrir sus pozos a las potencias para que se adueñen del negocio. Al contrario, la era de Chávez aleja cada vez más toda posibilidad de subordinación a las trasnacionales y a los gobiernos que amparan al neoliberalismo. Es un revés que les duele y tratan de formar opinión en contra, a como de lugar. Sacan chamacos a la calle a manifestarse y no dejarán de hacer esfuerzos para desequilibrar al gobierno venezolano. De ahí que el borbónico haya pensado que el término de fascista, que aplicó el presidente al referirse a su ex homónimo, era una oportunidad para revirar y exhibirse como un ser superior, una autoridad que tiene mando como para hacer callar a un jefe de Estado reconocido por su pueblo y por la ONU. Vaya desatinado acto político, más bien es un resbalón que deja en ridículo y desnudo a un comparsa más de los clanes que se apoderan de los recursos mundiales. El atrabiliario monarca quizá no se ha dado cuenta que ya no son tiempos en que los de su estirpe manoteaban y despelucaban a los súbditos presidentes de audiencias, por los malos manejos de las arcas coloniales. Ahora, cuando vienen a América, se reúnen con jefes de Estados democráticos que les igualan en rango y les superan en adeptos que les eligieron. Ah, y también en inteligencia.

Si tienen algo mejor que lo digan

Por Carlos Antonio Villa G

Evidentemente a muchos les inquieta y les encorajina que la gente acuda a los actos convocados por la estructura del movimiento de AMLO. Me asombra encontrar desde simples insultos hasta ríos de tinta a cual más de saturados de descalificativos y cuestionamientos que van de lo pasional a lo llanamente inmoral. A veces pienso que ciertos articulistas tan recurrentes a nombrarlo y atacarlo, en el fondo lo desean, cuando menos esa impresión dejan, es que es tanta la pasión que hasta parece cosa personal. ¿Qué tiene de malo protestar por un fraude ya no digamos electoral (eso es una de tantas consecuencias) sino un fraude instalado en los ámbitos del poder que mantiene a la sociedad sometida a un crecimiento que ni siquiera alcanza el 3%, cuando nos prometieron crecer al 7%? ¿Por qué nos critican el estar en contra de que la vida pública sea controlada por grupos que van desde narcotraficantes hasta familiares de políticos que vuelven este país cada día más ilegal, miserable y envuelto en mentiras y disimulos? ¿Cuál es el problema en defender de las trasnacionales los recursos como bienes estratégicos que en última instancia constituyen nuestra casi única fuente de riqueza como lo es el petróleo? ¿Por qué no defender el laicismo y la educación? ¿Qué pecado comete la gente pobre que grita su desconsuelo y angustia y a la vez se abraza a una esperanza porque todos les han fallado, comenzando por el clero y las instituciones? Qué cómodo ¿verdad? contar con un espacio en los medios y desde ahí tildar y pontificar; típica actitud tibia y facilota. Ya los viera, viviendo con el salario que gana la gente común que de verdad trabaja y no le da re-vueltas a la cabeza para rete meter ideas necias. ¿Qué propuestas tienen que sean mejores que la letrina donde está México y que al parecer ahí va a continuar gracias al fraude y la impunidad que le antecede y secunda? ¿Por qué no critican con esa pasión a quienes se han devorado el porvenir de la gente? ¿Miedo? ¿Dinero? ¡Bingo! Viva la comodidad.
Ahí estaremos en cada convocatoria, multiplicando la fuerza ciudadana y provocando, desamodorrando, a despecho de los “contentos en foxilandia” y de los periodistas acostumbrados a la dieta de chayote. Y por último, decirle espurio a Calderón es utilizar un eufemismo ¡Córranle algunos para ver qué quiere decir esto!

Comunicación, religión y poder: ¿Medios laicos o confesionales?

CARLOS ANTONIO VILLA GUZMÁN.

INVESTIGADOR PROPONENTE
INTRODUCCION, JUSTIFICACION Y RELEVANCIA

En México, los dueños de algunos consorcios de medios de comunicación mantienen relaciones con el clero católico que van más allá del establecimiento de pactos comerciales por el uso de la pantalla, los micrófonos o la prensa.
Se encuentran grandes coincidencias entre los intereses que defienden los empresarios en la lógica neoliberal que les determina el capitalismo y el clero católico que a su vez promueve su autoconservación y expansión. Ambas instancias se utilizan mutuamente y consolidan cada una su poder patrimonial e influencia. Además, los gobiernos emanados de la corriente de conservadurismo capitalista como el que se tiene actualmente, se suman también a este bloque.
Los industriales mediáticos, quienes además se ostentan como creyentes, aprovechan los medios que poseen con la finalidad de poner un acento religioso en los productos que transmiten, sea como coberturas de actos litúrgicos, programas de corte clerical o como notas informativas que destacan, con el énfasis que les permite la tecnología, todo lo relacionado a dicha ideología. Es aquí donde encontramos la utilidad que tiene para el negocio de los medios de comunicación el barniz de religiosidad católica que se aplican para ser aceptados por audiencias y públicos que son parte de una sociedad que se muestra, al menos estadísticamente, mayoritariamente católica.
Por otra parte, es palpable el interés de cardenales y otros clérigos para opinar ante las pantallas y micrófonos sobre distintos tópicos del acontecer social y es común ver imágenes religiosas, ritos y hasta celebración de misas en los mismos estudios y oficinas de las empresas de medios de comunicación que son bendecidas inauguralmente.
Los frecuentes viajes al Vaticano por parte de los comunicadores de los distintos medios mexicanos alientan la aparición de notas y reportajes de contenido clerical que rebasaron, con mucho, en tiempo dedicado a otros temas como la violencia e inseguridad pública que impera en el territorio nacional o el aumento de precios a la canasta básica.
Las inversiones en espacios en los medios de comunicación por parte de las iglesias se han incrementado notablemente al contar con la autorización gubernamental de transmitir (por radio y televisión) sin restricción alguna sus mensajes de contenido religioso. “Aún cuando la ley señala que estos episodios deben ser sólo de carácter “extraordinario”, en los primeros nueve meses de la administración calderonista fueron autorizadas 5 mil 181 transmisiones de este tipo”. La Jornada 2007-12-01 ¿Y el Estado laico? Al parecer no es tomado en cuenta por dichos industriales de la comunicación, quienes mantienen vínculos con los grupos de corte conservador católico por medio de las escuelas donde asisten sus hijos o bien a través de las operaciones mercantiles que se realizan con a la venta de espacios que se utilizan para una suerte de adoctrinamiento mediado. “Lo que define los medios no es solamente el hecho de que sean prolongaciones más o menos precisas de los sentidos humanos sino que sean extensiones sociales de los individuos y de los grupos que los utilizan para reunirse y oponerse: se vuelven a encontrar todas las contradicciones sociales en un mismo medio”. Maigret (2005) p.171.


HIPÓTESIS.

Los empresarios mediáticos y comunicadores privilegian contenidos y coberturas que promueven el catolicismo, mismos que se venden como programas o noticias y al mismo tiempo mantienen y refuerzan el imaginario que se tiene acerca de una sociedad conformada mayoritariamente por católicos.
Las razones de esta alianza rebasan el interés primario de llevar o acercar a Dios a la gente e instaurar un mundo más acorde al dictado evangélico. Éstas se circunscriben más bien a reforzar los imperios y aniquilar enemigos. Las motivaciones obedecen sobretodo a factores que tienen que ver con sistemas políticos más allá de toda consideración de un orden sobrenatural. Son aristas de la lucha de poder y disputas ideológicas que distinguen el presente.

PROBLEMATIZACIÓN.

¿Debería respetar los preceptos laicos la comunicación masiva aún cuando sus directivos pertenezcan a la derecha clerical? En un Estado donde el laicismo es amenazado por el embate ideológico de las corrientes conservadoras en las que se hallan inscritos quienes manejan los medios de comunicación, es posible advertir que la disputa ideológica en los medios masivos estará marcada por esta circunstancia. Los dueños son creyentes o aparentan serlo y se vuelven defensores de su ideología gracias a las posibilidades que les ofrecen las industrias mediáticas que controlan.

OBJETIVOS.

Examinar qué tanto influye la alianza de la religiosidad y el capital en la construcción de la democracia en los medios de comunicación con los que contamos en México.

Explorar que tanto los medios juegan un rol importante en sus audiencias que los hace decisivos en el curso que toma la sociedad en sus vetas ideológicas.

¿Se dejarán estos aspectos que tienen que ver con la cultura y la conciencia de la sociedad al libre albedrío de los industriales mediáticos?




Metodología:

Se realizará un estudio cualitativo dividido en tres etapas:

- a) Escoger una etapa o corte de tiempo y analizar el contenido de mensajes en espacios y coberturas de tipo noticioso y que se han transmitido por las televisoras incluidas en el estudio.

-b) Se estudiará también el contenido y lo que se relaciona con la trasmisión de programas o mensajes en espacios contratados a las televisoras de paga o abiertas por parte de grupos o asociaciones religiosas

- c) Se incluye también un estudio de las prácticas culturales en los medios de comunicación por parte de los agentes que intervienen en la producción de noticias y espacios, con la finalidad de identificar la preferencia ideológica de dichos agentes.

PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN.

¿Qué tanto de la ideología que practican los directivos y periodistas que trabajan en los medios de comunicación se manifiesta en los productos mediáticos?
¿Está influenciada la comunicación por ideología religiosa, en este caso la católica? ¿Cómo interpretan estos agentes el Estado laico mexicano? ¿Por qué han decidido actuar en esta forma?
¿Tiene o tendrá consecuencias en el imaginario de las audiencias ésta práctica?
¿Desde cuándo tienen los medios de comunicación este lineamiento? ¿A qué obedece?




ACTIVIDADES DE INVESTIGACION A REALIZAR :

- Análisis preliminar de contenido de mensajes institucionales por parte de los medios analizados en el estudio.

- Análisis del discurso en los mensajes transmitidos en espacios pagados por agrupaciones religiosas

- Entrevista directa a alguno de los directivos y periodistas.

- Entrevista directa a representantes de distintas asociaciones religiosas en número de tres.

- Análisis antropológico de las prácticas culturales de orientación religiosa en espacios mediáticos (áreas o centros de trabajo de periodistas o comunicadores, tales como imágenes, símbolos, altares, rituales, etc.)



Tiempo estimado para realizar la investigación:


3 años a partir de la primera ministración de recursos.


Este proyecto de investigación se encuentra dentro del Marco del Cuerpo Académico 447, en donde el que suscribe: Mtro. CARLOS ANTONIO VILLA GUZMÁN es colaborador asociado.




Marco teórico

Los movimientos que buscan el regreso a los dogmas se hacen notar en diferentes partes del mundo. En los Estados Unidos por ejemplo, se ha fortalecido últimamente en ciertos sectores la idea del origen creacionista de la humanidad, en oposición a los postulados de Darwin. Faltaría demostrar qué tanto de estas corrientes corresponde a una estrategia mediante la que algunos grupos acoplan y justifican sus actividades, conforme a un “plan maestro” u “orden universal”, trazado desde la época bíblica. Es necesario entonces bajo esta lógica, aceptar, como mandato divino, los acontecimientos. Así se trate de arrasar bélicamente pueblos enteros.
No es nueva la fórmula de dar al exterminio un cariz de expiación que destierra a los infieles y demonios del Edén. Las potencias continúan cifrando el porvenir en la dinámica que finalmente puede traducirse metafóricamente en una “ley de la selva” donde el fuerte devora al débil y enseguida se da baños de pureza.
La diferencia entre las guerras ideológicas antiguas y los conflictos de esta “pos-modernidad”, además de los alcances letales de la tecnología, se encuentra en lo que difunden los medios de comunicación como armas paralelas a los ejércitos y bombas que estallan, destruyen y matan gente.
Las armas silenciosas de los medios masivos invaden previamente el terreno para aleccionar a propios y extraños. A los propios, los que son afines a la causa, se les enseña a fortalecer sus ideas y entender que el mundo puede ser un lugar mejor si se acaban los enemigos del orden dictado desde el cielo a través de los elegidos. A los extraños se les intimida y amenaza con el dedo flamígero de la intolerancia y la exclusión. Así, bajo esta perspectiva, se separan nuevamente las aguas para dejar paso a los rebaños que estarán a salvo en la tierra prometida, en tanto que los otros, los distintos y excluidos, sucumben bajo el peso de sus errores.
Esta puede ser, a grandes rasgos, la historia de las luchas que, por razones aparentemente sólo de índole ideológica, despojan a los perdedores pecadores de sus bienes.
Hacer creer a las masas que se hace lo correcto, es una práctica en la que se invierte una buena suma de dinero en propaganda mediática. Los receptores reciben más o menos de buen talante su alimento de argumentos y explicaciones sobre lo que deciden y hacen las cúpulas. Están convencidos de que todo ello no busca otra cosa sino su propio bienestar. Si mueren soldados o policías en la guerra contra el mal, en automático se vuelven héroes. Todo lo que se gasta y se pierde en las luchas contra tales calamidades se comparte solidariamente.
De esta manera se acumula y capitaliza el sentimiento de ira contra todo lo que altera el orden que inventaron y controlan los dominantes que a la vez se declaran creyentes.
Las tendencias globales por expandir o conservar dogmas religiosos tienen réplicas en nuestro país, según lo que muestran los medios que tenemos. Por ejemplo, el debate en torno a la medida de despenalizar el aborto en el DF no mereció más que la participación de los grupos opositores a la propuesta que ahora es ley, y muy pocas dosis de apertura a otros puntos de vista. Las televisoras han sido muy cautas para tratar de cerrar la discusión. Incluso a través de sus anunciantes transmiten mensajes en contra de ésta y cualquier iniciativa que desde el punto de vista conservador y eclesiástico sea ajena a su filosofía o mandato. Vemos frecuentemente a los ministros de culto condenando públicamente a quienes piensan distinto y todavía el clero católico exige más libertad para participar en las agendas públicas de la sociedad, como si hubiera sido poca cosa un sexenio encabezado por un político que besó los anillos de los jerarcas de la iglesia en actos de Estado y no tuvo ningún escrúpulo para mezclar imágenes y ritos eclesiásticos con actividades de gobernante. Este personaje se rodeó además de figuras que manifestaron una y otra vez su credo católico e impusieron un sello doctrinario en su quehacer, siendo funcionarios de un gobierno emanado de un Estado laico. De todo ello los medios electrónicos del dupolio hicieron mutis. No profundizaron en las razones del gran conflicto social que se generó por las irregularidades que desacreditaron la elección del 2006 y sí cubrieron meticulosa y extensamente la sucesión papal. No informan de la crisis que atraviesan las instituciones del Estado, pero son muy puntuales para dar cuenta de la agenda del arzobispo primado.
Sea fingida o auténtica la fe que aparentemente profesan, los dueños mediáticos la capitalizan bien. Se saben vistos y escuchados por la gente y le inyectan a la sociedad la sustancia que finalmente le mantendrá adicta a sus mensajes y a la forma de votar en los comicios. La religión y la política se reencuentran en las pantallas y bocinas para adoctrinar, convencer y vender. Así han vencido ellos a la razón y a los criterios democráticos.
La sólida alianza entre los medios de comunicación y los grupos hegemónicos que ejercen el control económico en México, dificultan la participación de corrientes de pensamiento ajenas a la visión única que pretenden imponer. El barniz ideológico que se calzan los propietarios de los consorcios mediáticos, es un señuelo más para formar el bloque de poder que hoy domina a la sociedad mexicana y que se conforma por el Estado, los empresarios que comulgan con esta forma de interpretación y práctica religiosa y clérigos asociados a grupos de ultra derecha. Así se enlazan el cielo, los medios y el gobierno.
La expresión: “Si Dios quiere” es contundente y frecuente en esta sociedad de tendencias atávicas. Ahí se deja todo el presente y el futuro. Solamente faltaría transformar la expresión en algo semejante a: “Si la televisión quiere”… o si los amos mediáticos quieren.
Entre el consumismo y la fe se juega un ejercicio híbrido bastante incómodo para los planes emancipadores y ajenos a las doctrinas ultraterrenas como sería una plural movilidad ciudadana en la agenda pública. Se acota la diversidad en aras del pensamiento único que propagan estos medios mexicanos tan acostumbrados a ser y hacer lo que les viene en gana. Junto con las tendencias mundiales de corte ultra conservador, se han vestido de creyentes devotos y con ello impregnan sus transmisiones. Ahora resulta que también esgrimen la verdad a tono con los discursos dominantes del planeta. ¿Y si de pronto el mundo se volviera ateo o de otra creencia? ¿Se pondrían la misma camisa?
Como periodista de televisión me llevé una sorpresa cuando de pronto uno de los estudios del canal donde trabajé se convirtió en templo donde ofició una misa el cardenal. Con sus hábitos y utencilios bendijo cámaras y bancos de edición, lo mismo que a reporteros y a cuanto fiel se acercó. También las cabinas de radio y otras instalaciones lucen en ocasiones estampas y objetos de culto, como pinturas de vírgenes y crucifijos. Los guiones de las telenovelas de pronto se inclinan hacia la presentación de rituales y vemos y escuchamos un alud de mensajes de índole religiosa que se transmiten por las frecuencias. Cabe preguntar después de observar este fenómeno, si tenemos medios de comunicación laicos o confesionales. Me parece que ya se puede anticipar una respuesta y solamente faltaría averiguar qué tanto impacta esta circunstancia en el comportamiento de las audiencias, sobretodo ante asuntos relevantes como la aprobación de leyes.
Se supone que la cultura moderna o posmoderna se dirige hacia estadios más adelantados que se caracterizan precisamente por la apertura ideológica y la posibilidad de convivir plena y pacíficamente entre diferentes. Eso al menos es lo que se observa en países o regiones que muestran mayores adelantos culturales y sociales. Allá no dominan tanto los fundamentalismos y las leyes que igualan a los individuos son más respetadas, aparentemente.
Aquí, los dueños y directivos son capaces de poner una circular en las cabinas donde, entre otros puntos de un reglamento, se contempla como prohibido “atacar la religión”, pero no se especifica qué se entiende por ataque a la misma y tampoco a cuál religión se refiere el texto, aunque sea esto algo bastante obvio.
El catolicismo tiene en los medios mexicanos, al menos en los más fuertes financieramente, un nuevo aliado para tener ingerencia en los imaginarios colectivos. Los empresarios y clérigos trabajan conjuntamente y sus acuerdos no solamente son para cubrir cuotas económicas de beneficio mutuo, sino para reforzar un poder que controla y manipula a millones de ciudadanos y quiere, a toda costa, prevalecer e imponer su voluntad.
El estudio que pretendo realizar tratará de dar cuenta de cómo se conforma esta articulación, sus orígenes, estrategias y propósitos. También se plantea hacer un balance sobre los efectos de este fenómeno y dar una perspectiva de lo que puede llamarse la audiencia fiel seguidora y la que prefiere utilizar su propio juicio y buscar otras opciones ante lo que le “ofrecen” los medios de comunicación.

Lo que dice la ley
El laicismo es la fórmula de convivencia que hasta el momento ha ofrecido mayores garantías para la convivencia pacífica entre diferentes, dentro de un espacio sociopolítico. El Estado mexicano es laico desde el siglo antepasado. De ahí que los enfrentamientos religiosos e ideológicos hayan sido atenuados aunque no totalmente desterrados de la sociedad. Históricamente el catolicismo desde que se implantó con la conquista, ha dominado sobre otros cultos o doctrinas en cuanto a influencia cultural, económica y política. Consecuencia de ello fueron las leyes de reforma de mediados del siglo XIX, así como los conflictos que enfrentaron a la iglesia católica con el Estado durante los períodos presidenciales de Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles (¿1920-1928?) desencadenándose entonces la llamada Guerra Cristera. También debemos añadir a esta correlación de poderes la modificación constitucional que realiza el gobierno de Salinas en 1992 y que posibilita una política de mayor apertura con el Estado Vaticano y su representatividad en nuestro país.
La llegada al poder de un partido de orientación conservadora donde tanto militantes como simpatizantes son mayoritaria o totalmente católicos, ha puesto un acento ideológico en la forma como se conducen las instituciones gubernamentales que más acercamiento mantienen y por tanto más diálogo con la sociedad como son las de los sectores de salud o educación, en materia de prevención de enfermedades, control natal y educación sexual, entre otras.
El interés material y social de la iglesia católica llevado a la práctica por agentes que se declaran al servicio de ésta y a su vez ligados al gobierno, favorece a ambas instancias. Por una parte la primera se privilegia en el trato que recibe de la autoridad que representa al Estado. Ejemplo de ello es el nulo efecto que han tenido en la Secretaría de Gobernación las denuncias y señalamientos hechos al clero por su abierta participación en la elección federal de 2006 y la consecuente fractura que ha tenido la sociedad a partir de las irregularidades y actuación de los políticos y líderes que protagonizaron roles en los primeros niveles del proceso. Los editoriales de la diócesis primada de México se inmiscuyen abiertamente en temas que son materia de Estado y no aparece autoridad alguna capaz de llamar al orden a tal poder asentado desde el siglo XVI. Por el contrario, la autoridad más bien se presta para el discurso vaticanista.
Por otra parte, quienes ejercen cargos por méritos más ligados al ámbito ideológico que a las habilidades profesionales, en esta época de “transición” política, se mantienen en las nóminas públicas gracias al imaginario construido al amparo del círculo de poder que han formado las elites empresariales y el gobierno asociado al clero. En este núcleo hegemónico gravitan los medios de comunicación más influyentes del país. La preocupación por ello parte de la sinergia que mantienen éstos e imposibilita o limita la participación de las múltiples identidades ideológicas que conforman las audiencias.
En espacios pagados sí se ven y escuchan agentes de distintas prácticas religiosas ajenas al catolicismo. Pero es claro que las cadenas mexicanas restringen lo no católico. Por ejemplo, la única confesión que evidencian los actores en las ficciones es la católica, sobre todo si éstos representan roles que los distingan como “buenas personas”. A menudo los guiones y libretos ligan los ritos de esta especie con la trama. Y también la televisión y la radio ofrecen espacios gratuitos para mensajes de corte religioso desde el punto de vista de adoctrinamiento en la fe dominante.

Los pescaditos de ámbar

Por Carlos Villa
Le dictaba unos reportes a Lucía, cuando se acercó Beatriz con tres papelitos enrollados sobre la palma de la mano.
– Escoge uno, Miguel. Sólo quedan estos.
“MARTHA LAURA”, leer su nombre me cimbró.
El fin de semana me propuse buscar el regalo ideal, algo que se acompañara de su hermosura. Acudí a lugares donde la gente admiraba infinidad de artículos, dentro de los escaparates iluminados.
Después de caminar por varias calles, encontré en un establecimiento unos aretes que figuraban pescaditos de ámbar, montados en plata. Me parecieron ideales para que ella los luciera junto a su cabello claro.
La semana transcurrió de prisa y finalmente llegó el sábado, día de nuestra posada. La cajita apenas ocupaba un poco de espacio en la bolsa de mi saco, de manera que no coloqué mi obsequio junto a los regalos que se hallaban sobre una
mesa en espera de ser repartidos entre el personal del departamento administrativo de la compañía.
No sé cuántos grupos de personas estaban platicando, cada uno con distintos temas, yo mientras tanto, bebí unas cuatro o cinco cubas. Como nos encontrábamos en el jardín, con el fresco se me antojó el ponche.
Después de la cena y los infaltables chistes, dieron comienzo los intercambios. Se me aceleró el corazón. Sentí una ligera descarga en la piel a medida que pronunciaban los nombres y disminuían los regalos de la mesa.
En eso, noté que Martha Laura se encontraba frente a mí, a unos seis pasos, por supuesto junto al director, quien no paraba de hablarle, mientras ella, incapaz de ofenderlo, le miraba atenta y con media sonrisa.
Nuestros horarios pocas veces coincidieron, de manera que no tuve oportunidad de dirigirle la palabra a solas. Sin embargo, la llegué a esperar en la calle al entrar o al salir del turno, disimulando alguna situación, pero invariablemente apareció alguien que me arrebataba sin querer la intimidad que buscaba al lado de ella; esos instantes en los que éramos únicamente los dos, así fuera entre el apresurado trabajo de la empresa.
La vi en ocasiones subir en su Renault y alejarse. Cuánto me hubiera gustado seguirla, averiguar dónde vive y con quién.
Era cuando mi imaginación iba a su lado hasta parar en lugares recónditos, donde aparecía de pronto el inefable magnetismo que es capaz de fundir cuerpos y conciencias.
Estaba absorto, recreando mentalmente algún detalle de aquellos fortuitos encuentros y fantasías, por lo que tardé un poco en reaccionar después de que me llamaran. Víctor me obsequió una corbata y era el momento para entregar el presente navideño a la mujer que ocupaba mis pensamientos.
La tuve muy cerca, pude olerla. Al abrazarnos, aspiré su silencio perfumado y sonriente.
Saqué la cajita del bolsillo y la puse ante su mirada, que no paraba de reír.
– Gracias, Miguelito, ¿qué es?
– Espero que te guste, respondí un instante antes de que se diera la vuelta.
– Alberto Sánchez.
Las miradas se dirigieron hacia Beto, mientras que éste dio unos pasos y fue al lado de Martha Laura. Recibió el paquete y ahí mismo quitó la envoltura.
Pudimos ver una chamarra de piel. Se besaron. Ella se apartó de sus labios y dio a conocer a todos la fecha de su próxima boda en febrero. Enseguida levantó los brazos y en cada mano enseñó un pescadito.
– Miren lo que me regaló Miguelito, unos pescaditos de ámbar y son de buena suerte.