domingo, 25 de noviembre de 2007

Circo de humo

Por Carlos Antonio Villa Guzmán

Las principales fuerzas políticas que se enfrentaron en 2006, se preparan ahora para disputar la presidencia de la república en 2012, pero ¿quién aguantará hasta entonces?
Los acorazados actos públicos del presidente legal, se han convertido en cortinas de humo que están sirviendo para desviar la atención de las reformas que avanzan y que verdaderamente repercuten en los niveles de vida que tendremos en los meses que se avecinan. Habrá desde aumentos en gasolinas y tarifas eléctricas, hasta escaladas de precios en alimentos y servicios básicos como transportes y agua potable. Esto en forma paralela a los cambios que se promueven en materia electoral, participación política en medios de comunicación, sector energético, sistemas pensionarios, entre otros.
Pareciera que Calderón está consciente de la parte que le corresponde en el libreto donde tiene que enfrentar rutinariamente el repudio constante de aquéllos que le recuerdan los excesos cometidos para llevarlo donde se encuentra. Convertido en blanco de increpaciones, enérgicos desafíos verbales y hasta insultos, se desplaza rodeado de un escudo formado por decenas de policías y soldados, con y sin uniformes. En consecuencia, el aparatoso montaje de dispositivos de toda clase que cumple con la tarea del resguardo, provoca constantemente incidentes que van más allá de simples roces con la enardecida gente que se reúne y agolpa para disparar, aunque sea desde la garganta, las palabras necesarias para dejarse una sensación de que le han depositado los justos términos en los oídos, para que le retumben en el cerebro y en lo posible queden sin olvido.
Es preciso asegurarse de que entienda que no se le quiere a causa de todo lo que se cometió para favorecerle e imponerlo como presidente de los mexicanos. Donde va surgen reclamos, se gritan adjetivos o se le muestran letreros que no alcanza a ver por impedírselo las vallas metálicas o por las filas de agentes que cubren sus pasos; aún así no puede ignorarlos.
Las salidas de emergencia constituyen los puntos principales de la logística de dichos actos. Es, con todas las de la ley que aún prevalece, un presidente acosado por una marea incontenible de ciudadanos que reclaman el acatamiento a su voluntad, en este caso el reconocimiento del triunfo del presidente al que consideran legítimo.
Por lo que se ve, no se abandonará el clamor y el reclamo por este fin, al contrario; cada actividad que emprende el representante del gobierno proporcional al fraude que lo instaló, se convierte en un problema mayúsculo para los anfitriones y organizadores de sus intervenciones y apariciones.
Al parecer sus manejadores se han dado cuenta del beneficio que conllevan todos esos incidentes que hacen que se agrie el humor que todavía conserva su predecible marioneta y le sacan provecho. El juego de cubrirlo y acomodarle escenarios que invariablemente alguien desacomoda, se ha vuelto sumamente atractivo para los escandalosos medios y para mucha gente.
Lo volvieron un patiño que recibe cáscaras y escupitajos, en tanto quienes mueven los hilos preparan el terreno para embolsarse millonarias sumas que compensarán con creces lo invertido en torcer el proceso electoral de 2006.
Desde esta perspectiva, no sería entonces recomendable seguir en la espiral que disipa los verdaderos motivos por los que se mantiene la resistencia, que no son si no la conservación de los bienes del pueblo como patrimonio legítimo y soberano.
Allá el que se prestó, seguramente dominado por la fuerza de una banda presidencial, para subirse a cuestas el papel estelar de superhéroe descafeinado que enfrenta a las fuerzas del mal y rescata a los humildes de sus desastres.
Su capacidad de adaptarse a un guión propio de historieta y el empeño que tienen sus incondicionales e interesados seguidores, le mantienen ocupado pronunciando discursos, grabando spots y avalando hipotecas.
La intención y el deseo avieso de los titiriteros magnates es que el ego resista hasta que les sea posible atar todos los cabos o “conductos” que les aseguren a futuro las fortunas que han comenzado a extraer con mayores facilidades a partir del gobierno de Miguel de la Madrid y que fueron prácticamente un regalo durante el periodo que encabezó uno de los personajes más indignos de la historia mexicana; Vicente Fox.
Habrá que considerar hasta qué punto es útil a la causa del movimiento alternativo de nación prestar atención al circo que acompaña a la comitiva presidencial “mona”, en lugar de atender lo que está en juego y sí impacta en la sociedad.
Quizá las baterías deberían apuntar hacia el Palacio Legislativo, a las dependencias oficiales, a los medios de comunicación y hasta a las instituciones tambaleantes, titubeantes, o de plano vueltas contra el pueblo, como esa que presta sus campanarios para que se haga escarnio de una reunión democrática y pacífica.
La mayor atención probablemente la necesiten los actores que finalmente están resolviendo o dando al traste con lo que constituye el porvenir en términos de democracia y las opciones que nos quedan sobre el rumbo que nos conviene seguir.

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