Presidencia de México a partir de 2024: ¿quién va a llenar el
vacío que deje AMLO?
Esa es la pregunta que muchos se hacen. La otra pregunta que
va ligada sería ¿quién de los de la izquierda?, dando por descontado que el
triunfo sobre la raquítica oposición está prácticamente asegurado para el
movimiento que encabeza el presidente López Obrador.
Veamos quien de ellos:
Claudia Sheinbaum. La menciono en primer lugar porque me
parece que lleva hasta hoy una cierta ventaja. Además, su condición de mujer
puede ser un factor que aumente sus preferencias por la participación de otras
mujeres en lo que pudiera comenzar a ser un movimiento nacional. La aparición
de espectaculares, la movilización en las redes sociales, aparte de las giras
continuas, son en realidad actos anticipados de campaña que sirven para lo que
en términos de mercadotecnia se conoce como “posicionamiento de marca o de
imagen”.
Los años que lleva su carrera muy cercana al presidente, le
hacen ser reconocida como una virtual continuadora del proyecto, por lo que
estaría ceñida a las ideas de su “padrino” político no sabemos durante cuánto
tiempo. No más de un 30% del padrón votarían por esta opción, suponiendo que
lograra mantener el apoyo a ella y al proyecto, por el mismo margen de votantes
que dieron el triunfo en 2018. Para ello requiere de una participación igual o
mayor de simpatizantes con la causa morenista que llamamos Cuarta
transformación. Ya en el cargo estaría obligada a seguir el guion casi intacto
de lo que se lleva hasta ahora; es decir, el impulso a los proyectos de instituciones
nuevas, junto con obras que tengan gran impacto como el Plan Sonora, por mencionar
algunas de mediano y largo plazo.
Sin embargo, la envergadura de los problemas nacionales, el
tamaño de las dificultades que se enfrentan todos los días como representante
del Ejecutivo, las múltiples y distintas agendas donde convergen intereses casi
generalmente contrapuestos, los caprichos y vaivenes de la economía y del mundo
en general, la codicia y ambición de los colaboradores o pseudo amigos, toda
esa vorágine de energías humanas, ¿se alinearán o someterán ante un mandato
firme que intente conseguir esta joven mujer?
Desde luego que su carisma y habilidades como gobernante
están fuera de toda duda y rebasan con creces a las mediocres y criminales
administraciones anteriores a 2018, pero el saco que va a ocupar, o la “silla”,
para decirlo en términos mexicanos, es muy grande. Sin adelantarnos tanto,
¿será Capaz de ganar con
su campaña la elección federal Claudia Sheinbaum? La respuesta estaría muy
comprometida a lo que suceda durante la campaña, comenzando por las manos en
las que se ponga su candidatura para ser promovida y llevada hasta el posible triunfo.
En ese sentido, las redes digitales constituyen una de las claves para lograr
movilizar al electorado e igualmente los demás aspirantes o contendientes
cuando comiencen las campañas harán lo mismo, de hecho, todos los precandidatos
de la totalidad de las corrientes políticas se hayan bastante activos en
diversas plataformas. Es lo esperado para la contienda que viene el año próximo:
que comiencen a ser proactivos desde ahora. En
lo personal, me han llegado de manera virtual algunos cuestionarios que tratan
de indagar las preferencias que tienen hasta ahora los aspirantes a la
candidatura para lograr la mayor investidura pública del país. Los he
contestado con mucha curiosidad por saber de la metodología que aplican dichas
encuestas. Imagino que quienes las realizan tendrán un panorama en el que los
resultados sean confiables para, ahora sí “destapar a la corcholata”. Hago
cálculos de que va a ser Claudia la elegida por ser lo más parecido al “aura”
del movimiento morenista, en esa inspiración se basarán quienes voten por ella
que no es otra cosa sino el pragmatismo de los futuros votantes que no desearán
perder lo hasta ahora conseguido, socialmente hablando. Claudia puede sumar más
para ganar a la oposición que seguramente llegará robusta.
Marcelo Ebrard.
El secretario de Relaciones Exteriores se mueve en otras
esferas más lejanas del imaginario de la gente, pero no menos importantes para
sus aspiraciones. Teje fino con los de arriba, los dueños del dinero, los publirrelacionistas
y lobistas profesionales de las grandes ligas mundiales. Él ve el futuro
económico, los indicadores que seguramente son la brújula para el proyecto en
ciernes que seguramente prepara con todos los detalles posibles. Sus equipos de
trabajo son profesionales y variados, sobre todo discretos, algo tan importante
en la política.
No obstante, sus dotes de individuo del Estado no son
popularmente reconocidas, las tareas que ejecuta pasarían desapercibidas si no
fuera por los espacios que se les dedican en las conferencias mañaneras que
hace el presidente, por lo regular acompañado de personas del gabinete. Tanta
reserva hace pensar en otra estrategia que está siguiendo para conseguir la
candidatura, pero ¿cuál? Las encuestas que se llevarán a cabo hasta fin de año serán
supuestamente entre la militancia de morena y también de forma abierta, como las
encuestas en Facebook que aparecen en estos días. Si la consulta es a la gente
no se verá favorecido Marcelo Ebrard. Lo más seguro es que ha hecho sondeos que
le corroboran esta información. Se encuentra en una verdadera encrucijada en la
que cualquier oferta política puede ser tentadora. ¿Irse con la oposición? Ya
se han escuchado voces que suponen esa posibilidad. Tal circunstancia
significaría el fin de un largo recorrido junto al presidente de México, más no
la ruptura entre ambos, es parte del juego democrático. De suceder esto
cambiarían todos los balances que se hacen los grupos de poder, junto con los
planes de muchos aspirantes a cargos públicos y políticos de todas las
corrientes o partidos, se cimbraría el escenario abriendo las compuertas a lo
desconocido y probablemente a lo desafortunadamente conocido. Tiene, por tanto,
algunas limitantes que se deben considerar para ser el candidato de la continuidad
de la izquierda.
Adán Augusto López
Su aspecto de veterano de la política es y no es favorable a
sus aspiraciones. Salvo con un cierto aire que lo semeja con el presidente,
además del carácter provinciano y el origen igualmente tabasqueño, llega tarde
al proceso como para que su imagen pública alcance a penetrar en todos los
ámbitos del país. De ahí su apuración por realizar giras. Sin duda su reconocimiento
entre los posibles votantes crece y formará grupos de seguidores que alentarán
su candidatura, ya lo siguen muchos en las redes digitales, su forma de ser y
comportamiento político le ayudan bastante para ello, sin embargo, va contra
reloj, se puso a competir mucho después de sus compañeros de grupo político.
Aún así, puede desplazar a Marcelo Ebrard y eso es lo que se propone hacer,
incluso con declaraciones y señalamientos, como al parecer está sucediendo en
estas horas.
Gerardo Fernádez Noroña
¿Qué hará con tanta popularidad y reconocimiento de la gente
si no logra conseguir la candidatura?
Esta es la paradoja que abriga a este político mucho más
conocido que los demás aspirantes a la Presidencia de la República. Sabe cómo
ganar, conoce perfectamente lo que tiene que hacer para conseguirlo, le siguen
decenas de miles de mexicanos, es el más activo en las redes sociales y a nivel
de calle. Él sólo puede reunir matemáticamente mas votos en las internas de izquierda que los
otros tres aspirantes mencionados juntos, pero no lo van a elegir, el sistema
no va a aprobar su candidatura y él lo sabe. Es tremendo lo que está viviendo
Noroña, como lo conoce la gente, aunque trate de ocultarlo se trasluce su
decepción, su rabia. Por muchas razones sería el candidato idóneo, sin embargo
por otras tantas no es factible que lo sea y quizá tampoco lo más conveniente al
proyecto obradorista, no porque le falte capacidad o arrestos, carácter, que
tiene de sobra todos estos atributos y más, es el mejor orador que ha pasado
por las tribunas legislativas de los últimos años, junto con Pablo Gómez. Gerardo
no pasa por su estilo, porque confronta abierta y directamente, eso incomoda a
muchos, sobre todo a los timoratos y de esos hay de sobra en la política mexicana.
Es de esperarse que le cierren filas para que no consiga el fin que tanto desea
que es regir los destinos del país desde la presidencia.
Entonces, ¿qué va a suceder con su gigantesco capital
político? ¿Con quién se va a ir? Puede ser que en las manos de este “incandidateable”
se encuentre el triunfo del siguiente presidente o presidenta de México.
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