A tono con el tempestuoso comportamiento del clima, la política local se puso turbulenta. Han aparecido como centellas los intercambios entre actores convertidos en plato favorito de los diarios. Los medios de comunicación se ven en la necesidad de trabajar horas extras con tantas cosas que suceden. Incluso se les dificulta ocuparse de todas para sacar sus notas.
Decenas o cientos de familias han abandonado sus hogares completamente anegados por el tipo de suelo donde fueron construidos, generalmente cuencas hidrológicas invadidas por traficantes de terrenos, constructores sin escrúpulos que fueron autorizados a especular y engañar a la gente por funcionarios emponzoñados con la corrupción que sofoca al país.
Todavía no ha transcurrido la mitad de la época lluviosa y gran parte del estado de Jalisco tiene afectaciones desastrosas. Han ocurrido deslaves en la mayoría de las carreteras y los baches vuelven intransitables grandes trechos de caminos vecinales, así como gran parte de las calles de las ciudades y pueblos.
La capital es para desquiciar a cualquier automovilista, peatón o pasajero del transporte público. La vialidad se interrumpe con cruceros atiborrados, desviaciones por reparaciones y obras que pareciera que a propósito las iniciaron al mismo tiempo con la finalidad de entorpecer la circulación vehicular y provocar la ira de la gente.
El sábado pasado quedaron atrapados cientos de automóviles en las calles de la zona aledaña a Plaza del Sol, volviendo aquello un caos donde los automovilistas apeñuscados se desahogaban con el claxon. Un trayecto de cinco cuadras podía durar media hora o más. Todo ocasionado por el fracaso de la obra del túnel de las avenidas de Las Rosas y López Mateos. Hasta los agentes de vialidad se veían desesperados al ser rebasados por la situación.
Sin embargo, no todo el ajetreo tiene que ver con lo que la lluvia ha revelado en cuanto a las deficiencias con las que se pretende adecuar la ciudad de Guadalajara a su nueva realidad demográfica y urbana. También cayó una tromba en el Hospital Civil y no precisamente una “culebra de agua”, como se les conoce popularmente a estos fenómenos atmosféricos, sino más bien un culebrón que daría como para un programa de esos chismosos que tantos dividendos les dan a las televisoras y otros medios.
Uno de los más renombrados cirujanos transplantólogos del país resultó acusado de varias irregularidades que pueden ser tipificadas como delitos. En este momento se encuentra arraigado por la justicia estatal, en tanto demuestra pruebas que lo pudieran absolver o se le finca una orden de aprehensión para iniciarle un procedimiento penal.
El servicio de transplantes inexplicablemente se encuentra cerrado desde hace cuatro meses ¿Qué sucedió durante todo este tiempo? ¿Quién se hizo cargo de los pacientes? ¿Es culpable el doctor Rodríguez Sancho de tráfico de órganos? Si, como dice, el cobro lo destinaba exclusivamente a financiar los órganos y la operación de pacientes que no tenían recursos para ello, a la vez que evitaba trámites burocráticos, dado la premura requerida en este tipo de intervenciones, tendrá que demostrarlo fehacientemente y convencer a las instancias correspondientes de la bondad de sus procedimientos, aunque éstos parezcan inmorales o delictivos.
El caso pudiera pasar como uno de tantos abusos de poder o de autoridad a los que estamos habituados los ciudadanos en México, si no es por varias circunstancias. La primera de ellas es que el médico trabaja en un nosocomio que se sostiene con dinero del erario público estatal y mediante algunas obras altruistas procedentes de fundaciones y otros particulares que apoyan la obra que iniciara Fray Antonio Alcalde a fines del siglo dieciocho. Por cierto, el notable fraile y obispo, financiaba con los entierros de los ricos, los funerales y entierros para la gente pobre. Nadie dudaba ni mucho menos se oponía al sistema de cobros de entierros que ordenaba que se practicara. Por supuesto que tampoco exigía bienes en garantía a quienes los tenían, como sucedió en este asunto de la medicina moderna que seguramente traerá otras noticias.
El hospital constituye además una parte muy importante de la Universidad de Guadalajara, pues funciona como escuela de prácticas de la Facultad de Medicina. Hogar de médicos notables, como ellos mismos lo sienten, goza de prestigio que se extiende por muchos estados del país. Incluso, han salido de ahí facultativos que fueron motivo de reconocimiento mundial, como el doctor Sánchez Borunda, con su tratamiento para males hepáticos, entre otros.
Conozco médicos decanos que le conservan un verdadero amor y lo manifiestan en cada ocasión que se les presenta, tal es el caso de los doctores Horacio Padilla, Gómez Vidrio, Mario Rivas Souza, José Dorazco Valdez, entre otros.
A partir de finales de la década de los años setenta, el Hospital Civil tuvo un impulso decisivo para adecuarlo a la época actual, con la habilitación del edificio que hasta entonces se le conocía como el “elefante blanco”, por su abandono de años. Poco a poco se acondicionaron los pisos y se le puso el nombre de Juan I Menchaca. Este hospital tiene instalaciones de primer nivel, como la unidad de niños con cáncer, que cuenta con lo último en tecnología para la atención especializada que requieren estos pacientes.
El mismo hospital “viejo”, con su “repartidor” y pabellones que han recibido a decenas de de miles de enfermos, igualmente se adecuó a los tiempos con una torre de especialidades anexa.
A través de los años se formaron equipos muy competentes que llevaron a cabo operaciones históricas como lo fue el primer transplante de corazón realizado por el doctor Jaime López Teylor. Así mismo, el doctor Rodríguez Sancho, ahora acusado, formó un equipo de cincuenta personas y con ello se ayudó a llevar a cabo una tarea que resolvió muchos casos para gente sin recursos. Recuerdo el primer transplante de hígado que se hizo en el hospital y en la ciudad, hace aproximadamente seis años. La paciente era una pequeña a quien su hermanita, menor aún que ella, le donó una parte de su hígado para que lograra superar una enfermedad terminal en su órgano. La operación fue del todo exitosa, por lo que hice entrevistas al doctor y a los familiares de las niñas, las cuales se transmitieron por Tv Azteca, en una sección que tenían los noticiarios con la idea de divulgar temas de ciencia (Objetivos Universitarios). Los medios lo buscaban para obtener su testimonio, fue un acontecimiento que puso al cirujano ante la atención de los propios colegas y del resto de la sociedad que seguía los acontecimientos hospitalarios a través de las noticias.
Hoy la vida dio un giro total para el galeno quien tendrá que enfrentar lo que se venga, quien sabe si sólo o alguien más le acompañará. Por ahora únicamente se ha mencionado a dos personas más que pudieron al menos estar enterados con antelación sobre el “sistema de cobros” que motivó las denuncias, según reveló el rector Briseño a la prensa. Se trata de los dos ex directores del OPD Hospitales Civiles de Guadalajara, Raúl Vargas, ahora presidente del PRD estatal, y Leobardo Alcalá Padilla, regidor por el Ayuntamiento tapatío. “Al parecer ellos tenían conocimiento. El doctor Luis Carlos Rodríguez Sancho me dijo que tanto el doctor Raúl Vargas y el doctor Leobardo Alcalá tenían conocimiento de este sistema de cobros”. Estas fueron las palabras del universitario.
Aquí llama la atención la actitud del rector que anticipó a la prensa y otras instancias sus sospechas, antes de hacer contacto con quienes mencionó como posibles involucrados para tratar de esclarecer en primera instancia los hechos y actuar en consecuencia. Pero, no. Su estrategia provocó la reacción inmediata y airada de quienes se sienten ofendidos por los señalamientos y de paso logró crear una auténtica bomba mediática que más bien será como castillo de feria con toritos, buscapiés y cohetería.
El antes grupo compacto Udg ya no lo es tanto. Uno de sus principales activos, precisamente quien ocupa el cargo principal, se siente más seguro poniendo en tela de juicio ajena lo que sucede en su casa.
¿Piensa que apuntando hacia donde ni la justicia ha señalado nada, lo verán bien los que de alguna manera están en el gobierno del estado? ¿Carece de interlocución hacia el interior de la universidad o no la quiere buscar o emplear?¿Es un mensaje al grupo para que entienda que ya no pertenece a él y buscará otros horizontes y abrigos?¿Marca otro estilo que quiere decir que la universidad se abrirá como una institución más cercana del ejecutivo estatal para que se ajuste y se rija según la visión y misión del gobernador o grupo de poder en turno?¿Una universidad más acorde con los grupos sociales dominantes, dependiente de ellos y menos controlada por el grupo tradicional? ¿Manejada desde fuera, pese a su organismo autónomo o concejo universitario y sobre todo con la influencia menguada de su líder y artífice de la evolución y los cambios que junto con otras empresas la ubican entre las mejores del país?¿Eso busca Briseño Torres, darles gusto a los militantes de la derecha y simpatizantes empresarios?
Hasta ahora ha mostrado un fuerte gusto por traer y exhibir gente de fuera como sucedió en su polémico informe. Lo mismo hizo con su secretaría técnica al contratar a un periodista del Distrito Federal, ex director de una revista especializada en temas de comunicación. ¿No confía en los de aquí?
Preguntas que por lo pronto quedan en el aire y que tal vez ni siquiera se formularían en circunstancias “normales”. Ahora todo es posible; las tormentas destapan las entrañas de los errores administrativos y vicios que practican los funcionarios, en tanto que el error de un doctor que saca millones de la gente desesperada, desata un diluvio de acusaciones y dudas sobre profesionistas, políticos y una institución bicentenaria que es legado de nobleza y ciencia. Qué río, qué lío. Aguas revueltas que no tienen para cuándo apaciguarse, no hay remansos.
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