Veo algunos simpatizantes del PAN muy dolidos por el trepidante fracaso que resultó el partido como gobierno. Pensaban que harían algo por el bien de un país que no conocía, ni conoce aún, la democracia.
A otros, les tiene sin cuidado malograse como opción de cambio y apuestan a permanecer en el poder con los mismos recursos que lo hiciera el PRI, durante generaciones, o sea: trampas, golpes, y los medios de comunicación comprados y/o aliados.
La alternancia nos ha significado, hasta ahora, el desastre al que puede llegar un gobierno representado en uno de los presidentes más corruptos de la historia de México. Un pillo con botas que se pasea como si no hubiera dejado un país más empobrecido de como lo encontró, dividido, sin rumbo, manejado por mafias. Su personalidad es una mezcla patética de ignorancia, fanatismo, estupidez, soberbia, fanfarronería y muchos deseos de enriquecer a los parientes y a sí mismo: Vicente Fox, a quien los países debieran negar la visa por tantos delitos que no ha purgado legalmente, él y la familia que favoreció con las influencias de su investidura. Todos documentados, aunque traspapelados o archivados, gracias a la protección que le ofrece su partido, convertido en agencia de empleos y contratos, pero también en oficina secreta que vela por intereses del Yunque, y de las trasnacionales a las que se les entrega México.
Sus escasas luces no le permitieron darse cuenta de que modernizar una nación no significa hipotecar y hasta regalar recursos estratégicos, como el agua del sub suelo, que aseguró para la Coca Cola, Co., cuyos dirigentes fueran amos del ranchero de marras. Seguramente invirtieron fortunas para hacerlo presidente y usarlo. Se siente tan yanqui el infeliz.
Lo mismo sucede ahora con Calderón. Nuevamente se instaló como presidente un personaje que denota animadversión hacia la cultura universal. Educado en la ultra derecha, sus credenciales son; la pobreza de ideas reflejada en sus palabras y acciones; el carácter pusilánime ante los ambiciosos que lo rodean; la nula tolerancia hacia quienes prefieren otra opción política, entre otras carencias que denotan que no es alguien preparado intelectual y moralmente, para ocupar el cargo de presidente de la República, ni por equivocación. Está ahí porque lo impuso el capital y los grupos ultraconservadores que ven en su llegada, al igual que sucedió con el anterior, la posibilidad de hacer grandes negocios y de paso instaurar el reino de Dios en México o algo parecido.
Para desgracia nuestra, ahí se encuentra este presidente; a fuerza de miles de millones de pesos; de los sermones de los curas activistas; más todas las horas de mentiras repetidas por los medios de comunicación.
Azares de la política y del destino de un país abandonado en las manos sucias de gobiernos ajenos a la coherencia y la honestidad, pero que explotan muy hábilmente a un pueblo subyugado por sus bajos niveles de educación y escasa cultura.
Por eso, no hay nada tan esperanzador para una nación que ser conducida por alguien que en su discurso y acciones denota inteligencia y amor por su pueblo. Ambos ajenos a este individuo que es capaz de lanzar fuerzas armadas contra quienes se oponen a su forma de proteger intereses económicos privados, de los de aquí y de los extranjeros.
La historia de México guarda el registro de lo que hicieron o intentaron hacer quienes tenían semejantes inclinaciones: López de Santana, Ignacio Bonilla, Nepomuceno Almonte, Miguel Miramón, Tomás Mejía, Santiago Vidaurri, y el propio don Porfirio, tan dado a poner a su país a modo de los deseos de los de afuera. Un viejito acomplejado a quien su joven esposa (antes de serlo le daba clases de inglés) lo convenció de que lo extranjero era lo bueno y quién sabe por qué, (teniendo sangre indígena) quizá la moda de entonces entre los adinerados, ridículamente se afrancesó. (Tal vez se le reveló en sueños el futuro globalizado)
¿Qué extrañas fuerzas del exterior seducen a estos personajes, como sucedió a Malinalli o Malintzin, (la malinche) ante los europeos Hernández de Puerto Carrero y Cortés, con quienes estuvo unida antes de ser dada en matrimonio, bendecido por el padre Olmedo, al viejo Francisco Montejo, estando visiblemente preñada del extremeño? (Se anunciaba desde entonces la moral que manda sobre la lógica de los que gobiernan con el PAN)
Lo mismo les sucedió a los que se educaron en universidades gringas, becados, para servir años después a los planes yanquis desde la presidencia de México: el innombrable y su sucesor Zedillo. Ambos besaron los anillos de las manos del clan Bush, tal vez fueron incorporados a la CIA y ahora gozan de la riqueza que le saquearon a México. Ah, con todo y pensión definitiva; guardias, fuero, etcétera. Todo a cambio de entregar pedazos de la patria.
Así vemos que ocurre con la atracción que ejerce el español convertido en secretario de gobierno, sobre su presidente, de origen mestizo él, con rasgos marcadamente indígenas. Su nariz y boca recuerdan figurillas Olmecas. Le protege tanto, que el país puede ir a la deriva mientras lo afianza en el cargo.
Nada bueno le espera a México de continuar el PAN en la administración pública a la cual ha convertido en botín.
Ha fracasado en lo económico y en lo político; áreas indispensables para mantener el equilibrio social necesario para crecer.
Ha dilapidado la credibilidad de los ciudadanos que tuvieron la esperanza de renovar la sociedad gracias al trabajo de políticos y gobernantes honestos, capacitados para ocupar los cargos públicos. Gente comprometida con el servicio a la comunidad y con una visión de progreso incluyente para todos los ciudadanos, con especial atención hacia los menos favorecidos.
¿Qué tenemos a cambio? Todo lo contrario: gobiernan una camarilla de rufianes. Individuos cuya sed insaciable de fortuna no tiene escrúpulos para usar los símbolos de una doctrina con tal de satisfacerse. El peligro para México que tantos vieron en otra parte.
Una estampa que sella con nítida precisión esta escasa calidad humana, la encontramos en el todavía, no se por qué, gobernador de Jalisco. Un sujeto cuya conducta ha rebajado como nadie la investidura de un cargo de esa importancia.
Adolece de los más elementales principios morales y aún así sus correligionarios lo sostienen y encubren. Aplauden su demencia.
Junto a él, gobierna el estado un cardenal que cada vez que habla en público desata una tormenta. Porque ofende, porque se equivoca, porque agrede, porque incita a los fieles a odiar al prójimo.
Todos estos dislates, esta orgía provocada por sinvergüenzas, cuenta con la complicidad de los medios de comunicación que reciben grandes sumas de dinero. Qué lamentable es tener éstas televisoras y radiodifusoras con programas y conductores tan deplorables y cínicos. No me explico cómo no hay alguien ahí dentro que les haga sensibilizarse sobre el daño que le hacen al país por tergiversar los hechos y maquillar la verdad. Sirven a los aviesos propósitos de las mafias y nos invaden, nos hartan con sus mensajes pletóricos de engaño, distorsionadores de la realidad. Tienen mucha culpa en este desastre. Les doblegó totalmente el interés económico, sin dejar ni un resquicio para las manifestaciones del pueblo, las auténticas, no las que lo rebajan al folclorismo de sus elementales guiones y formatos maniqueos.
Por si fuera poca cosa el coctel de infamias, saca la cabeza un sujeto que según eso representa un consejo de cámaras industriales en Jalisco ¿sólo habrá uno? qué pena. Fue el mismo que dijo que “hacía buches” con agua del Río Santiago para demostrar que no estaba contaminada. Esa lengua ahora sale de su alocada boca para escupir incoherencias tales como señalar a quienes se inconforman ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, cerca de seis mil ciudadanos hasta el día de hoy, que se manifestaron contra las abusivas limosnas y regalos discrecionales que hace el gobierno jalisciense, “son gente que no asiste a trabajar”. “Deberían pasar lista de asistencia en sus trabajos”. Vaya oscuridad en una cabeza. ¿No les molesta a los verdaderos empresarios que hablen así por ellos?
La fama del bajo nivel intelectual, de la inmoralidad de estos gobernantes y sus comparsas, se ha internacionalizado. Eso es muy grave a más de vergonzoso.
No creo que los movimientos civiles esperen a las elecciones, falta mucho y esta tribu de bárbaros caníbales puede acabar con lo poco que tenemos, comenzando por la precaria paz social y garantías humanas.
Hay un clamor popular cada día más sonoro que pide la salida del espurio y su acólito de Jalisco. No quieren más daños a México. Tienen razón.
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