lunes, 12 de mayo de 2008

Que hablen bien o mal de mi pero que hablen

Que hablen bien o mal de mi, pero que hablen. Esta es ahora la doctrina del innombrable, quien aparece en escena justo cuando su enemigo favorito nuevamente ha dado muestras de estar en condición de dar la pelea contra todo el sistema y su kit de perversidades.
Una de las figuras más siniestras y extrañas de la política mexicana, en toda la historia, asoma desde su alejado e intermitente ostracismo, mientras se promueve un mamotreto que seguramente es tan indigesto como su autor.
El clan Salinas llevará siempre el estigma del crimen organizado que caracterizó al sexenio del terror, lapso donde la ley de las balas fue la constante y la corrupción no se contuvo. Solidaridad sobre todo para beneficiar a los facinerosos cómplices. Capitalismo Crony.
El hijo mayor de la familia gobernó con la estrategia de imponer el miedo y vaya que se le tenía, le rondan historias negras desde la infancia.
La conocida silueta de baja estatura y enorme calva orejuda, con un par de ojillos que reflejan una vivacidad apta para acaparar riquezas a cualquier precio, se lanza en pos de otra aventura política. Sus extraordinarios recursos financieros alcanzan para sufragar ataques contra quien representa la antípoda de su sustancia. Sabedor de que sus credenciales no están como para pasar por el arco de la decencia sin que suenen las alarmas, acude a la estratagema de hacer ruido por su cuenta.
El apellido Salinas se fusionó al de Colosio y al de Posadas; son fantasmalmente indisolubles. Se quedaron como espectros que provocan pesadillas. Asustan en la memoria de millones que no pueden olvidarlo. ¿Cómo? si ahí comenzó el fin que no termina y puso a todo el país a temblar; desde el EZLN hasta el “ni los veo ni los oigo”, pasando por el “error de diciembre” y el “no se hagan bolas”. Toda una colección de trapacerías, dobles discursos y crímenes que hasta la fecha mantienen a la sociedad en vilo, porque los sucesores se fueron por la misma grieta (ni modo que digamos camino).
¿A qué vino el pelón al mundo (agitado de la política)? A agitar más las aguas. Aguas leguas. ¡aguas!
Tiene caminando un plan, junto con Lorenzo Servitje, Slim (compró la franquicia) y otros de medio pelo, como Alberto Cárdenas. Un partido de derechas que llevará por nombre Solidaridad. Una nueva corriente con miras a hacer algo millonario en las próximas elecciones.
Viene o reaparece, para sumar todas las fuerzas contra el movimiento de AMLO y principalmente contra él.
Está cuidando los candados, entre ellos las televisoras, que impiden que se ejerza la justicia en el país y que se respete la voluntad ciudadana.
Es uno de los operadores que se encargan de que individuos como Beltrones, Labastida y hasta el propio Calderón, protejan el curso de los negocios, donde el secretario de gobernación es pieza clave como beneficiario de los mismos y prestanombres para su jefe, tanto él como su familia. Es un amarre completo.

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