sábado, 25 de julio de 2009

Encrucijada 2010

El complicado clima social que atravesamos acentúa la urgencia de tomar las decisiones más adecuadas, de reducir el error a su mínima expresión, pues de lo contrario el naufragio será inminente.
La situación no permite más yerros en terrenos económicos y políticos, los cuales generalmente se han cometido por flaquear ante las presiones de elite que ante todo se aseguran el estatus financiero, dejando a la deriva la política social innegablemente prioritaria. Algunos expertos ya no se cuestionan si es necesario un golpe de timón radical en términos de política económica, simplemente lo recomiendan como única salida de la crisis.
Quizá lo conveniente sea un viraje paulatino, hasta un punto que devuelva al Estado su carácter rector, a través de transparentar los procesos políticos, fundamentalmente. Es urgente reconstruir un Estado con visión nacionalista que recupere los bienes de capital e insumos estratégicos para el desarrollo, los cuales en la coyuntura neoliberal fueron dados al mejor postor o por simple asignación, desde las cúpulas del poder de la República. La corrupción promovida desde el ámbito gubernamental empobreció más a la sociedad.
El debilitamiento programado fue causado en gran parte por las directrices empresariales trasnacionales, cuyos intereses entrelazados con los que dictaminan los poderes políticos y financieros locales, impusieron un panorama global que ha hecho estragos en el ochenta por ciento de la población que desafortunadamente carece de un Estado protector, porque éste fue trocado por el Estado amenaza, incapaz de ofrecer cualquier garantía salvo para los que lo sostienen y ni siquiera éstos pueden estar totalmente seguros.
Se ha quedado el país sin rumbo ni proyecto alguno, la sociedad civil expuesta a los poderes fácticos, a las leyes del mercado y a los trastornos económicos estadounidenses, sin mencionar la vulnerabilidad ante la delincuencia en todas sus variantes.
Se requiere entonces fortalecer el Estado social, con una definida vocación popular que sea el eje primordial. Es necesario abandonar el esquema global hasta el punto que se permita resucitar la producción y el mercado interno. Además, es muy importante acelerar una diversificación de las importaciones y sobre todo las exportaciones. Ampliar al máximo posible las relaciones comerciales, puesto que la dependencia de EU (80%) es inconveniente desde cualquier lógica del nuevo contexto económico del mundo.
El panorama para la próxima legislatura se torna particularmente difícil por múltiples factores que van desde el desgaste de los órganos de gobierno, del agotamiento e inoperancia de las instituciones, hasta el menguado equilibrio social que mantiene encendidas prácticamente todas las alertas.
El descenso vertiginoso de la economía, ha generado la suficiente presión que pudiera desembocar en un maremágnum donde la barbarie se convierta en el nuevo dictador, como está a punto de suceder.
Si los poderes criminales se han apropiado de los mandos, lo que sigue es la intervención Yanqui bajo las estipulaciones del Plan Mérida. ¿Qué harán los diputados? ¿Aprobará el Congreso de la Unión la figura de Estado de Excepción para abrir paso a una escalada de ocupación de EU, lo cual seguramente está en los proyectos de expansión y control de la región?
Al parecer ya nada puede frenar la violencia de los cárteles y bandas que se hicieron del territorio nacional: al caos económico y político se suma el caos sangriento. Es difícil saber exactamente por qué mueren tantos, como si fueran predestinados a morirse en medio de una especie de purga macabra que alguien maneja desde alguna parte.
Probablemente faltan pocos meses para las grandes manifestaciones, marchas, movilizaciones, más lo que tengan preparado los grupos contestatarios y los abiertamente anarquistas que ven en los acontecimientos la confirmación y cauce de sus motivaciones. Se pudiera decir que estamos en las goteras del caos generalizado por obra de la incompetencia de unos y la actitud extremadamente aviesa de otros. Lo más grave de todo esto es que hemos dependido tanto tiempo de las decisiones que tomaron los que en su momento estuvieron en los lugares donde se decide y que por su perversidad e incapacidad perdimos.

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