martes, 11 de agosto de 2009

Cumbre

El término cumbre es separatista en sí mismo, nos remite a un punto geométrico o geográfico apartado de lo que hay abajo. En la cumbre están los de arriba, los que se elevan sobre los demás, muy por encima del resto.
Vaya forma de tratar de resolver las crisis de América del Norte, separada al nacer y cada día más distante entre sus tres partes políticas.
Cada quien de los mandatarios reunidos en la Cumbre vio desde diferente ángulo y obedeció a órdenes distintas según el interés de cada cual.
La reunión estaba pactada desde tiempo atrás como parte de la agenda automática, la de rigor: Se tienen que reunir porque así lo establece el canon, por el simple hecho de mandar un mensaje de que por lo menos hay diálogo, aunque éste sea con traductores.
La diplomacia ya se ve más como el arte del cinismo. Tres individuos pueden sentarse a platicar como si fueran estrellas de cine, al mismo tiempo que en el país de uno de ellos las élites golpistas se anotan una victoria violenta e ilegal, en una nación pequeña que busca su camino sin la tutela del imperio.
Mientras que el risueño basquetbolista Obama, todavía no es presidente según lo que ha hecho hasta hoy, se entrevista con sus vecinos en una nación anfitriona al borde del colapso, por descomposición social y la pérdida del Estado de Derecho, los halcones preparan el camino para allegarse por cualquier medio los recursos de Sudamérica, principalmente el petróleo venezolano y las rutas de la droga.
El parapeto desinflado llamado cumbre de los países de América del Norte, no tiene nada que ver con la realidad que opera en cada una de las naciones participantes. Canadá decidió controlar el ingreso de migrantes mexicanos porque advierte la oleada que se aproxima, con narcotraficantes incluidos.
El éxodo de mexicanos de otros niveles sociales comenzó. Ya no son solamente braceros u otros trabajadores de oficios de rango inferior los que huyen del país, sino que miles de ciudadanos se aprestan a partir hacia donde les sea posible. Los consulados están atiborrados de solicitudes. El autollamado presidente del empleo los despachó y los sigue despachando cada día de su lúgubre gobierno. Este individuo que sonríe para que lo capte así la prensa, parece no tener otro fin en su vida que brindar facilidades para que los adinerados aseguren e incrementen fortunas, al igual que él y su familia.
No se puede decir algo distinto de sus antecesores totalmente seducidos y confundidos por la verborrea y el temple de los norteamericanos que no nos consideran norteamericanos. ¿Qué sienten Salinas y Zedillo al vivir y tener propiedades en EU? ¿Sueñan que les cambia el color de la piel, el cabello y los ojos? De Fox ni hablar, mister Coca Cola es capaz de poner los bigotes en el suelo ante un tejano poderoso como el desquiciado de su homólogo ex presidente.
Los serviles gerentes del patio trasero están de plácemes con los acontecimientos que muestran el interés que tiene EU en terminar de hacerse del control en México y más al sur. Saben que es importante su ayuda al vecino para que éste entre más libremente hasta las entrañas del continente.
La cumbre se tapó con nubarrones de tormenta. Lloverá sobre mojado seguramente.

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