En reciente entrevista con un piloto de aviación comercial que tiene más de veinticinco años de experiencia en vuelos sobre la ciudad de México, me fue proporcionada información muy importante para tener en cuenta sobre este acontecimiento que ha causado tanto impacto en la vida política del país.
El capitán entrevistado prevé que en los próximos días el Aeropuerto de la Ciudad de México (el Benito Juárez, aunque no les guste a las autoridades) volverá a estar en entredicho por una posible causa del accidente, que muchos dan por atentado. Así anda la crispación y no faltan razones.
La causa de la caída del avión donde perdió la vida Juan Camilo Mouriño y demás personas, pudo ser un fenómeno que en aeronáutica se conoce como “turbulencia de estela” y consiste en el remolino, en este caso dos gigantescos remolinos de aire, que se forman al paso de los aviones.
El Lear Jet de nueve toneladas de peso enfrentó un turbulencia que despidió un minuto antes (así estaba el tráfico) un jet 967 de Mexicana de Aviación que venía de Buenos Aires y cuyo peso es arriba de ciento cincuenta toneladas.
El enorme avión que tenían por delante a tres y medio kilómetros los pilotos del aparato siniestrado, dejaba en el camino una fuerza de vientos en rotación (dos tornados horizontales) que pudieron ponerlos literalmente de cabeza. Como ir en balsa detrás de un barco. O como lanzar un avión de papel contra el ventilador.
Si no se lleva el control en al menos una mano (en la columna según la jerga de los pilotos) una turbulencia súbita puede sorprenderlos y si no están muy lejos del suelo, con resultados fatales como el acontecido en la ciudad de México.
Me confió el piloto que a él le ha ocurrido lo mismo en dos ocasiones exactamente en ese punto. La turbulencia del que iba por delante no puso su avión totalmente de cabeza, pero sí fue ladeado bruscamente y llevó unos instantes valiosísimos recuperar el control y la posición, que son dos cosas diferentes que llevan su tiempo y su método, cada una.
La maniobra de aproximación y enfilamiento para el aterrizaje me la describe así: Los controladores aéreos del aeropuerto capitalino, detectan en el radar las aeronaves que en número considerable llegan constantemente, cuándo éstas se ubican a cincuenta millas de la ciudad de México.
Según el tráfico son acomodados y orientados (rumbo 160) para aterrizar en fila después de un descenso controlado que reduce su altura de los 11 mil pies a unos nueve mil.
Cuándo los aviones pasan por el Radiofaro de San Mateo, (un punto de referencia) en el Estado de México, siguen 9. 2 millas y viran por la izquierda al rumbo 052 que es el de la pista del aeropuerto que les van a asignar. De ahí recorren cinco millas descendiendo unos ocho mil ochocientos metros hasta el controlador exterior de un edificio ubicado en Xola e Insurgentes, prácticamente al tocar tierra.
Según los datos que se tienen, se le pidió al piloto reducir la velocidad hasta los 160 nudos, unos trescientos sesenta kilómetros por hora y así se mantuvo hasta que se perdió de vista en el radar faltando unos cuarenta y cinco segundos para su aterrizaje.
Es muy probable que el golpe de aire dejó al Lear jet de cabeza y con la nariz apuntando al suelo, que le quedaba a sólo ochocientos metros. Lo primero que trata de hacer la tripulación es recuperar la vertical. Aquí se pueden perder unos seiscientos metros y estar prácticamente frente a los edificios. Todo esto puede llevar entre diez o veinte segundos, no más.
Si el piloto alcanzó a hacer alguna maniobra, ésta pudo haber sido tratar de recuperar altura, después de hacerse del control, sin embargo, la falta de zonas claras para evitar la colisión no les permitió salvarse.
La turbulencia de estela es una explicación bastante lógica y sustentada que pudo ser la causa de este hecho trágico.
De comprobarse esta hipótesis, se confirmaría la elevadísima peligrosidad que representa el Aeropuerto de la Ciudad de México para los pasajeros, tripulaciones y habitantes.
Por fortuna y asombrosamente, no hubo más pérdidas dado que la zona donde cayó la aeronave y el horario en que ocurrió, son factores que elevan potencialmente la posibilidad de haber causado mucho más víctimas. Es un lugar repleto de centros de actividad y era una de las llamadas horas pico. Qué bueno que no hubo más daños humanos.
Los expertos abundarán seguramente con más datos que en los días venideros estarán en circulación, una vez que revisen en un centro especializado en Washington las dos cajas negras de la aeronave.
Añado a la información que surja estos comentarios de un experto piloto y asesor en aeronáutica civil.
2 comentarios:
Buenas tardes. La información difundida este día por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes parecen reforzar la hipótesis.
Saludos. Excelente trabajo.
Hola, buenas noches, acabo de ver un noticiero de CNN donde efectivamente aparecen las grabaciones de comentarios de la tripulación que dejan de manifiesto lo que sucedió en la cabina en los instantes anteriores a la tragedia.
Puse en circulación la información obtenida precisamente para ofrecer elementos que ayudaran a un juicio más certero.
Necesitamos una cultura del periodismo reflexivo e informado y también de lectores y ciudadanos exigentes para allegarse la verdad.
Le agradezco mucho su comentario y también por su tiempo dedicado a visitar el blog. CAVG
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