Y no deduzco lo anterior porque les falte algo a dichos aspirantes, si no porque el PRD en Jalisco se ha despeñado que no desempeñado, que es muy distinto.
Sus diputados en lugar de capitalizar políticamente las constantes trastadas que cometen los gobernantes y funcionarios fieles a la costumbre de equivocarse en todo o casi todo, se unen al corifeo de privilegiados que viajan por cualquier pretexto y se venden como tapaderas o negocian las pifias para que no se hagan demasiadas olas en este de por sí mar embravecido, todo con tal de seguir en el presupuesto.
No se les conoce realmente una trayectoria con propuestas e iniciativas a favor de las clases más desprotegidas según el espíritu del partido amarillo, si no más bien se les ve actuar en el montaje, casi diría pillaje, al que se ha rebajado la política, donde los que se reparten el pastel procuran apurarse para que no se les pasen los trienios o sexenios sin hacerse de algo que les resuelva el problema económico, muchas veces hasta por varias generaciones. O sea, los del PRD aquí se hacen como los del PRI antes y el PAN ahora, incluso algunos de ellos ya han probado suerte en dichas franquicias políticas. Amenazándose entre sí, según alguna denuncia judicial y tildándose de locos, no creo que lancen una buena imagen hacia ningún lado que no sea otra cosa que un bumerang de estiércol que se reflejará en las urnas.
Tampoco acusar a RPL de todos los males que aquejan a las corrientes que se duelen de su enorme influencia y capacidad de convocatoria, es una vía recomendable para medio comenzar a construir algo que pueda enfrentar electoralmente a los contrincantes mucho más posicionados en Jalisco.
Le huyen a Raúl como si se tratara del mismo Belcebú y eso es un error garrafal porque si alguien tiene reconocimiento de propios y extraños es el líder del grupo universidad. Independientemente del oficio político de ligas mayores que le distingue, el licenciado está muy por encima de las bravías huestes que todavía no superan la etapa de los cachazos y montoneadas. Pobres cachorros, no basta con haber andado en grupitos o tener apellidos conocidos en el mundillo de la política local para ascender en esta carrera. Como en todas, se necesita en primer lugar amplia cultura, estudios, lecturas, pulir el intelecto y con ello los modales y las formas que más tarde serán aplicadas en los despachos, congresos o con el patrón de todos que es el pueblo.
Con trajes o autos de marca y tertulias con vinos importados no se cubren las carencias y mucho menos pagando la cuenta con cargo al erario. “Por sus frutos les conoceréis”.
Lástima por esta opción de la izquierda que no más no se haya en la tierra del tequila. No ha sabido oponerse a las aplanadoras de las mafias locales para frenar asuntos como Arcediano o aquél famoso crédito japonés al que se opuso y venció la iniciativa del entonces diputado por el PRD, el mismo RPL que no quieren, nada más por que invariablemente les impone su voluntad, es decir les gana de todas, todas. Así cómo.
A menos que se dispongan a aprender, escuchar consejos de alguien mucho más experimentado y exitoso en la política, no se levantarán del polvo donde se devanean jugando a que se les respete por quien sabe qué motivo.
Será mejor sin duda irse por caminos sensatos y salvar la posibilidad de hacer algo digno en Jalisco en las internas y en las federales.
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