lunes, 29 de junio de 2009

Calderón: más estúpido y peligroso que Fox

Muchos pensamos que como producto de su ignorancia y el carácter impulsivo, Vicente Fox se quedaría con el record del presidente con mayor número de tonterías dichas o hechas en la historia contemporánea de México. Sin embargo, en sólo tres años, ya lo supera el sucesor que resultó torpe a más no poder.
Alguien advirtió antes de que se revelara a sí mismo, que Felipe Calderón es la marioneta ideal por sus limitaciones, producto seguramente de una formación mediocre conforme al modelo inquisitorial de la visión del Yunque o de alguna secta parecida, que son, entre otros, semilleros de los políticos que ha incrustado Acción Nacional en el gobierno. De ahí que se le apoyara con todo el lodazal posible en la sucia campaña y dizque elección que, infelizmente para la mayoría de mexicanos, lo instaló en los Pinos. Es notorio el desafecto de los políticos del PAN que llegan inclusive a presumir, por leer literatura universal o siquiera periódicos, como el antecesor de este señor, que no más no puede, porque no sabe, porque no debiera, gobernar a los mexicanos. De ahí los magros resultados en todos los renglones que ya pusieron al país al borde del colapso total.
Una persona que no se construye a sí misma en forma racionalmente independiente, sino sumergida en los dominios del dogma, no debiera presidir ninguna asociación humana que no sea de su propia ideología, como juntas de padres, sectas, e inclusive institutos políticos de perfil confesional como lo es el PAN. Ir más allá es muy peligroso para la indispensable estabilidad social que solamente puede lograrse en un clima impecablemente laico y democrático.
Obviamente el enorme vacío, las lagunas culturales e intelectuales de esta clase política que de la mano del clero católico, junto con decenas de empresarios vivales, llegó al poder, se tratan de rellenar con ideas hilarantes que destruyen libertades y derechos de las mujeres, así como principios irrenunciables del orden social que se respalda en una constitución laica. El Estado mexicano es esencialmente laico, condición de la cual los dos últimos presidentes y sus colaboradores se burlaron cínicamente.
¿Qué más puede soportar el pueblo mexicano que esta combinación de ignorancia, fanatismo y deshonestidad, como características de la clase política que padecemos?
Por supuesto que los beneficiarios de este gran descontrol social y político que ha significado la fatal alternancia, son los grupos que han llegado a constituir poderes fácticos, como lo son las organizaciones criminales, los monopolios mediáticos, las trasnacionales, que ya se han apropiado de una bastedad enorme de recursos naturales, así como las familias de los políticos que se reparten botines tales como los servicios que deriva el IMSS a particulares recomendados, aunque éstos no cumplan las normas y desencadenen tragedias como la sucedida en la “guardería” sonorense.
Nueve años de gobiernos de esta corriente han precipitado la inconformidad social. Principalmente por la forma errónea, dijera, criminal, con que se ha manejado la economía. No se abandonó el modelo adoptado desde Miguel de la Madrid, e inclusive éste fue implementado más vigorosamente, convirtiendo a México en una de las fábricas de pobres más activas del planeta; un expulsor de mano de obra cuasi esclava y caldo de cultivo para toda clase de delitos.
El Estado ha sucumbido ante el embate de los grupos de interés, sobre todo trasnacional, que han esquilmado la soberanía de las generaciones de mexicanos, ya endeudados de nacimiento con cuarenta mil pesos cada uno, suma que seguramente se multiplicará indefinidamente. Hipotecaron literalmente el bienestar social. Lo condicionaron para unos cuantos, en tanto las mayorías se debaten por sobrevivir en ambientes cada día más deshumanizados a base de ser pasto del mercado y la delincuencia.
México tenía la fama de ser un lugar limpio, de clima envidiable y gente alegre. El país de las oportunidades, tierra de promisión.
Hoy, es poseedor de los peores indicadores mundiales en lo económico, educativo y demás componentes de la calidad de vida. Es un suelo de miedo, terrorismo que no se sabe de dónde proviene, porque la delincuencia se confunde con el aparato institucional: se diluye la legalidad. Los delincuentes llevan uniforme y ahora hasta capuchas. Por si fueran poca cosa estas pesadillas, enfrentamos lo mexicanos un deterioro ambiental desproporcionado e irreversible.
Los dislates que Calderón exhibe cada vez que opina sobre lo que sea, nos permiten conocer más de cerca a un individuo cuyo perfil corresponde al de un sacristán, no el que debiera tener el presidente de la nación. Esta verdadera vocación es la que imprime un sello de sermón a lo que pretende ser discurso de Estado.
México requiere una dirección en primer lugar honesta y patriota, que sería el revés de lo que tenemos: corrupción y entreguismo al capital extranjero.
Es muy difícil en las condiciones mexicanas, lograr la transición pacífica, sobre todo por la fuerza que ejercen los grupos económicamente vinculados con el poder de los países que rigen la economía mundial, principalmente el “socio” EU.
El desmantelamiento del Estado, junto con la infiltración de los intereses trasnacionales, pusieron los componentes esenciales para la descomposición que vivimos y que nos lleva aceleradamente a la violencia del caos. El problema fundamental de esta clase de crisis, es que desembocan en golpes de Estado militaristas o totalitarios, ya sea derechistas o de extrema izquierda. Calderón es la pieza clave de los grupos y el mayor peligro para el bienestar social. Un tonto a la medida. Más aún que Fox.

1 comentario:

anteskseatarde dijo...

Estoy de acuerdo con lo aqui expuesto, pero pienso que tenemos que hacer algo somos mayoria los que estamos en desventaja con este sistema politico y peor aun con estos estupidos en el poder, no podemos permitir que esto siga.