Suceden tantas cosas y pasan tan de prisa que se nos escapan. Pareciera que todo hace crisis a la vez, hasta nosotros mismos de tanta incomprensión que no nos cabe en la mente.
El tiempo tiene que seguir, esto es claro y habrá un desenlace para cada momento que hoy es incertidumbre en evolución.
Se encuentran iniciados o por iniciar innumerables debates, porque casi todo se convirtió en debatible.
Vivimos una crisis de sentido y a la vez el no sentido es la crisis. Todo se vuelve pregunta a falta de certezas. Es el imperio de la duda. En plena era de la información se impone la ignorancia y la inopia.
La viabilidad del país es igualmente incierta, el territorio es inseguro y del futuro nada se sabe, estamos envueltos en bancos de neblina y a punto de perder la brújula.
¿Durará el régimen hasta completar su periodo? ¿Habrá un magnicidio en el corto plazo? ¿Invadirá algún tipo de fuerza yanqui nuestro territorio o espacio? ¿Se devaluará pronto el peso? ¿Habrá más errores y debacles financieras? ¿Hasta dónde va a llegar el narco? ¿Se atreverían los militares a tomar el poder de seguir las tendencias actuales de inseguridad y crimen? ¿Habrá en el corto plazo hambrunas que desencadenen disturbios y movimientos sociales reprimidos por la fuerza? ¿Continuará y hasta dónde la espiral de la violencia?
Esas son las preguntas realistas y a continuación anotaré las optimistas:
¿Nos salvará económicamente la abundancia de recursos, al menos para no ir a la quiebra total y de seguro a una segunda o tercera revolución?
¿Nos darán más préstamos para paliar la crisis? ¿Nos gobernará por fin alguien capaz y sobre todo honesto? ¿Se respetará el voto ciudadano o continuarán los fraudes electorales?
Con estas preguntas abro un espacio de reflexión para mis lectores del blog, invitándoles a tratar de responder una o varias de ellas según su criterio y ánimo.
Igualmente me pondré a pensar en esta serie de acertijos y trataré de hacer otros más, con la idea de abrirnos nuevos caminos que nos ayuden a transformar, poco a poco, nuestro país, en ese otro que tantos hemos soñado.
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