jueves, 25 de marzo de 2010

Mi respuesta a esta carta abierta

Juan Carlos. Muchas gracias por tomarte la molestia o el tiempo sin molestarte, para enviar este mensaje. Tú sabes que soy un extranjero en Argentina y no me encuentro en condiciones de profundizar hasta donde quisiera, en los asuntos de la política de este valioso pueblo, que está por demás decir que lo considero grande, no tan sólo en lo geográfico, sino en la grandeza de sus gente, en especial por la forma en que ha encarado su destino. Por supuesto que coincido, con la limitada mirada de recién llegado, con todas y cada una de las palabras aquí vertidas por esta valiente mujer argentina, como tan acertadamente la has definido.
He tenido la oportunidad de viajar en años recientes a varios países europeos, a los Estados Unidos y otros latinoamericanos (Chile, Uruguay, Brasil y Paraguay) y en ningún lugar he respirado el clima social de empuje y estabilidad que se tiene en esta tierra. (Excepto en Suiza) Y vaya, que en EU presumen de libertad, progreso, democracia y bla, bla. Ni siquiera ellos tienen en sueños la política social que ha logrado el gobierno de una mujer que me parece brillante, según lo aprecio en sus discursos y acciones. Allá te cuesta todo y muy caro, si te da alguien alguna ayuda se trata de iglesias o centros, donde hacen que la gente se sienta humillada, como si pidiera limosna, ni se diga del clima de terror y paranoia en que viven los que tienen algo que les puedan quitar, y los que no, pues la pasan en una miseria material y espiritual comparable a otros infiernos del mundo. El sueño americano es en realidad una pesadilla, me consta. A menos que seas de la élite yanqui, porque las clases medias, que son mayoría, se pasan toda su vida endeudadas. Por su parte los españoles están que revientan por creer que el ingreso a la Unión Europea con dinero prestado, los iría a sacar de sus atrasos; se creyeron ese cuento y pagan caro por ello. Ni qué decir de México, caído en el último lugar de las economías latinoamericanas, sometido eternamente a los caprichos de Washington y ahora a las mafias del crimen re organizado por la DEA. Hoy el que avanza es China y quien sabe hasta dónde llegue.
Un amigo argentino me ha compartido sus observaciones y experiencia, por lo cual me motiva informarme de lo acontecido en los regímenes que antecedieron al de Cristina F K. Me habló de la crisis y devaluación del 2002, cuando se llegó al trueque y la emisión de billetes; del cierre de fábricas como la que se tenía en Córdoba (de aviones) donde él y otro conocido que tengo laboraban. Despidieron miles de empleados solamente de esa industria. Otros más perdieron sus trabajos en los ferrocarriles, que eran, como en mi país antes de la fiebre de las privatizaciones, un transporte seguro, económico y cumplía una función social de enlace entre las poblaciones grandes y pequeñas de la mayoría de provincias, además de generar empleo, comercio, etc., ¿Por qué los argentinos que denuestan a la señora presidente no hablan de esos miserables vende patrias? Qué flaca es a veces la memoria. En México llegué a conocer en esos años a varios argentinos que salieron en busca de oportunidades, porque aquí no veían ningún futuro. Algunos de ellos han regresado en esta etapa, obviamente.
Y si vamos a cuestiones más simples mas no por ello menos significativas, diré que veo las calles y las rutas saturadas de automóviles nuevos o semi nuevos, encuentro turistas argentinos en todas partes (Estuve durante casi tres meses en Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe,) y veía gente haciendo fila en los aeropuertos y terminales, en los hoteles, en los supermercados con los “carritos” repletos de víveres. No eran millonarios sino ciudadanos comunes. Los comerciantes no se cansan de abrir sucursales, en fin, a los que trabajan les va bastante bien. Se percibe dinamismo y hasta optimismo, excepto el que divulgan los nefastos medios de comunicación, comenzando por el “Clarín” desafinado.
Contra esa clase de medios manipuladores y mentirosos, causantes del clima social de angustia, es contra quienes habría de responder la gente con esa misma enjundia con que culpan a la principal representante del gobierno. Son una verdadera amenaza, pues pareciera que invocan a los demonios del caos, la desestabilización, las protestas a control remoto y las consecuentes represiones y reacomodos de fuerzas. Para que se beneficien más los mismos de siempre. Detrás de los entretelones del estridente complot orquestado por los medios y otros pillos, seguro hay algo de esto que menciono. Se frotan las manos por lo que pudieran arrebatar si llegan a desfondar la piñata: “a río revuelto abundancia de pescadores”.
Es verdad que hay gente que vive o sobrevive precariamente, sobre todo en las provincias que históricamente han tenido grandes atrasos de toda índole, sin embargo esto no lo generó el actual gobierno, son asignaturas pendientes de muchas décadas atrás y es difícil cuando no imposible resolver tales asimetrías en uno o dos periodos presidenciales. Sin embargo, si este régimen se viera apoyado, no me parecería tan imposible erradicar mucho de esos males que se han vuelto endémicos. Me sentiría más feliz en Argentina si la opinión pública fuera menos manipulable e independiente, para no dejarse arrastrar por los mal informadores mediáticos, dolidos porque el gobierno actual decidió tocarles un pedazo de su imperio, aunque falta mucho por hacer en ese sentido, de mi parte hasta les quitaría concesiones, pues la hacen de agencias antagónicas muy peligrosas para el orden social.
También se critica al gobierno actual por las concesiones mineras entre otras cuestiones que efectivamente causan graves daños ecológicos y desplazan gente humilde de sus tierras. El gobierno debiera ser más enérgico y correr el riesgo de enfrentarse a las trasnacionales, algo sumamente peligroso, que pudiese desencadenar severas medidas ya que estos monstruos poseen, uno sólo de ellos, más recursos que un país. Sin embargo, cuando la gente se decida a respaldar por fin un mandato presidencial, independientemente de su ideología o preferencia política, más allá de si votó o no a favor o en contra, estas calamidades serán sometidas, doblarán las manos, dejarán de hacer lo que en sus países les tienen prohibido hacer.

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