domingo, 21 de marzo de 2010

24 horas y siete minutos

Los dígitos del reloj marcaban las tres de la madrugada en punto, cuando sonó el teléfono de emergencias nacionales en la habitación del presidente de los Estados Unidos.
Despertó de manera súbita, aunque sintiendo alivio enseguida por haber sido sacado de una pesadilla; miró el cielo de la recámara durante unos segundos, como dando gracias por no encontrarse más dentro de aquel espantoso sueño. El timbre del aparato ya había sonado varias veces sobre la mesa de dormir. El hombre se incorporó, permaneció sentado en el borde de la cama y decidió por fin contestar.
-¿Hola?
La voz de un alto mando de la guardia militar dijo secamente – Señor presidente, le tenemos que evacuar inmediatamente de su residencia, junto con la familia; seremos atacados-. La voz colgó sin dar tiempo a ninguna pregunta.
Barak Obama, quien tenía poco más de dos semanas de haber sido reelegido presidente de la nación, miró a su esposa recostada, ya despierta. -Cariño, algo sucede-. Enseguida llamó a un auxiliar por medio de una clave. En un minuto llegó John Harp, unos de los hombres de confianza en la Casa Blanca, quien ocupaba una habitación de ésta en el costado noroeste. -¿Sabe usted algo sobre lo que acabo de escuchar?
-Si señor, me llamaron en cuanto le notificaron a usted, es algo grave, sin duda, lo lamento mucho.
Bill Perkins, del personal de logística de la residencia oficial, llamó a la puerta de ingreso a las habitaciones de la familia presidencial -Señores, dijo éste, al entrar después de anunciarse - es preciso abordar el helicóptero en un máximo de veinte minutos, así que les ruego se tenga todo listo de inmediato, incluyendo su familia, señor presidente-
-John, escribe un mensaje.
-Diga usted señor
Obama comenzó a dictar: -El espíritu que anima esta gran nación americana no quiere que bajo ninguna circunstancia, así sea la más extrema, un solo ciudadano pierda su ánimo y su fe. Hoy amanecimos enfrentando uno de los peores momentos que ha vivido América en toda su historia. Los padres fundadores reclaman valores y coraje para enfrentar a cualquier enemigo de la nación. Por razones de seguridad tendré que permanecer en algún lugar desconocido, en tanto que tengamos evaluada la situación y sea superada la crisis. De manera que no se olviden de que el presidente de los Estados Unidos está unido y lucha junto a cada uno de ustedes, los ciudadanos de nuestra querida América. Así entiéndanlo y honremos a nuestros héroes, a nuestra familia y a nuestra patria.
-Envíelo a los jefes de prensa
-Sí señor
La familia del presidente lo esperaba junto a la aeronave. La esposa y los hijos se cubrían con sus gruesos abrigos del viento otoñal. Éste por fin apareció, besó a cada uno, enseguida hizo el saludo militar a la tripulación del helicóptero y lo abordaron. Las turbinas rugieron con suma potencia y el aparato se elevó con bastante rapidez para tomar un rumbo desconocido.
12:00 del día en el palacio de los emperadores en Pekín. El general Li Xhiang Wong, se dirige a las habitaciones del presidente de la república de china. Éste le recibe rodeado de sus consejeros, observan una pantalla donde aparecen algunos mapas de ciudades y regiones estadounidenses. En otras paredes se iluminan varios más, de distintas partes del mundo. Los hombres conversan en voz baja. Llamada para el presidente, interrumpe la voz de un ministro. El presidente Hu Jintao recibió el aparato para contestar a un interlocutor iraní, quien le pidió tomar la llamada de su presidente. La línea fue enlazada a un intérprete anónimo que permitía a ambos presidentes la facilidad necesaria para comunicarse.
-Señor, dijo Mahmoud Ahmadinejad, elegimos la opción del ataque sorpresivo y se tienen listos los dispositivos. La primera fase avanzó con éxito. En dos horas tendremos noticias desde los Estados Unidos. Yo personalmente volveré a informar si algo sucede en el ínter.
4:15 de la madrugada. El centro de Manhattan lucía propaganda navideña por todas partes. Los empleados del aseo se afanaban por las calles retirando todo lo que le gente dejó después del Macy`s Thanksgiving Day Parade, celebrado en Broadway.
El prefecto de policía Ismael Gutiérrez, ocupaba la habitación 505 del Hotel Plaza Bronx. Pasaba la noche con Wanda Sperone, a quien había conocido hacía poco más de una semana durante la cena de la celebración del día de los veteranos, el 11 de noviembre. Wanda fungía como agente secreto al servicio del FBI en la OTAN. Sacó de la bota de ante una pequeña pistola y sin más disparó a la nuca del policía mientras éste dormía. Se vistió con calma, retiró el silenciador del arma y la guardó nuevamente en la chaqueta. Se colocó un gorro de lana y salió de la habitación rumbo al elevador. Abordó un auto que la esperaba el cual enseguida se perdió en el tráfico de la Novena avenida. Hacía bastante frío, de manera que las calles no mostraban tanta gente a esa hora.
4.20. La comandancia de pilotos de West Point recibió la orden de embarcar a las tripulaciones de diez aparatos F16. En menos de 8 minutos las naves pasaron sobre el centro de Nueva York y giraron a la izquierda rumbo al Atlántico.
4:25. En cuanto se perdió de vista la nave que se llevó al presidente, la Casa Blanca se sumergió casi por completo en la oscuridad. Todas las alertas del país estaban activadas, desde los primeros segundos en que los reportes de inteligencia revelaron el ataque con armas nucleares.
4:30. El teléfono móvil de Gutierrez sonaba constantemente. Él yacía muerto sobre la cama.
4:35. Los ocupantes del vehículo que recogió a Wanda: Almir el Said, de la red de informantes de Palestina, Matías Brent del Shin Bet [Servicio de Seguridad General de Israel, rebautizado como SAVAK. ] reza Magen velo Yerahé, o sea «escudo, sin tacha e invisible», tomaban la salida de la ruta 51, después de haber cambiado a Wanda de automóvil. En cuanto pasaron el entronque del eje central, una bomba detonó en el chasis del coche convirtiéndolo en añicos que volaron por los aires. Los cuerpos quedaron dispersos junto con los fierros chamuscados, sobre cien metros a la redonda del lugar donde tuvo lugar la explosión.
5:10. Los aviones casa ven algo en los radares: se trata de un misil que se encamina hacia la costa del Este de Estados Unidos y a los treinta y dos segundos perciben otro más que viene desde el sur. Ningún escudo antimisiles construído hasta ahora puede detectar estos artefactos a una distancia mayor a 32 kilómetros. Una voz interrumpe la comunicación entre los pilotos y la base. Se trata de un vocero presidencial, quien cumple con la misión de anunciar a todas las fuerzas armadas que se ha puesto en operación un plan de defensa total, contra un ataque sorpresa por parte de varias fuerzas internacionales.
5:43. El submarino de la armada Zeus A-21, localizó una nave igualmente submarina a 350 millas de la costa y se le tenía en la mira de los proyectiles. Desde un satélite se había proporcionado información que confirmaba que transportaba armas nucleares. Era de procedencia china.
Se comprobó que China e Irán estaban participando en el ataque. Había también alguna sospecha sobre Venezuela y algún otro país sudamericano.
5:50. Wanda contesta una llamada desde el automóvil que la recogió en la ruta 51. – No dejes de voltear hacia atrás, le dice una voz que cuelga rápidamente.
5.54. Irwin Leic, sale a realizar ejercicios en el bacón de su apartamento en el suburbio de Erie y quedó estupefacto al ver una luz que aumentaba de intensidad desde la zona de Manhattan. Después de unos 18 segundos se escuchó un ruido agudo que se hizo más intenso, hasta lastimar los tímpanos. De pronto la ciudad refulgió con una luz tan intensa o más que el sol de medio día. En pocos segundos todo desapareció en un radio de unos quince o tal vez veinte kilómetros. Una nube de vapor lechoso cubría el cielo y comenzó a caer lluvia con olor ácido. Pronto aquello se volvió insoportable para quien hubiera sobrevivido a esa que era la peor de las pesadillas. No hubo ese alguien, ni un sólo sobreviviente podría estar en aquella tumba de escombros. Era imposible que lo hubiera dentro de ese cráter de lava seca en que quedó convertida esa parte de la ciudad de Nueva York. Los restos de edificios que no se desmoronaron, parecían esqueletos gigantes que se recortaban en la penumbra.
6: 17. Una segunda bomba, probablemente de 20 megatones, estalla en el corazón de San Francisco y a los dos minutos otra más potente aún, hace reacción en el centro de Washington.
6.55. Obama recibe mensajes de altos mandos militares chinos e iraníes que le piden la rendición. Sin embargo, conserva en la mente la ordenanza de ataque en legítima defensa, contra cualquier blanco enemigo que sea localizado. Los informes de los daños causados en las tres ciudades son aterradores. Medita unos segundos antes de dar instrucciones a Grand Forks para que se lleve a cabo el lanzamiento de varios misiles nucleares contra Teherán y Pekín, pero decide esperar. Un poco más.
La junta militar recibe datos de una avanzada por mar desde China; una flota de alrededor de 500 buques, destructores, portaaviones y submarinos navega por el Pacífico hacia América.
7:18 En el Pentágono se hayan refugiaron altos mandos que deciden la defensa del ataque sin la orden presidencial, mientras el resto de la ciudad se encuentra envuelta en vapor ácido. Ordenan la movilización de tropas que se embarcan en los 12 puertos situados en ambas costas del país, que se sumarán a varias flotas navales dispersas en el Pacífico, en el Atlántico y en el Índico. Todas las armas son convocadas para luchar por los Estados Unidos.
Las acciones estadounidenses comienzan a colapsar en los mercados que se encuentran operando, por lo que el presidente interrumpe la conferencia que celebraba con varios ministros y el vicepresidente. Deciden de manera unánime firmar la rendición. Desde ese lugar sale la orden de bloquear señales de comunicación para evitar el pánico entre la población. En tal situación les parece a los consejeros y al propio presidente, que es mejor la incertidumbre que el desengaño total,debido a lo que pudiera desencadenar en cuanto a daños perores de los que padecen en ese momento tres ciudades de la unión americana.
7.45 Las armadas se enfrentan en los océanos. Los mares se vuelven infiernos en varios miles de kilómetros cuadrados. Los representantes de la Unión Europea conferencian en Londres. Varios de ellos han recibido contactos de oriente que les piden abstenerse de intervenir en el conflicto, para evitar ataques en sus ciudades. Los únicos enemigos de esas fuerzas son los Estados Unidos de Norteamérica y su vástago Israel.
8.00 Los funcionarios que rodean al presidente reciben noticias acerca de las batallas que se libran el Alta mar. Informan al jefe del gabinete sobre los detalles que obtienen por medio de sus agentes. Éste se prepara para enviar un mensaje televisado a toda la nación. En cuanto los satélites reestablecen las comunicaciones entra en la sala de prensa y comienza su discurso:
Queridos ciudadanos de los Estados Unidos de América, estoy consciente de que por algún medio ustedes ya han sido puestos en aviso de lo que ocurre en nuestra patria. Algo terrible sin duda, que jamás hubiésemos esperado de las naciones amigas. Nos han atacado de forma artera y terrible, con toda la crueldad que pueden exhibir los enemigos de la paz y las democracias. En medio de la sorpresa consideramos destruirles de inmediato, sin embrago, esto implicaría más sacrificios al pueblo americano, puesto que ellos han desplegado un cerco que estrechan a cada momento en que se aproximan a nuestras fronteras. No estamos en este instante en condiciones de contraatacar sin exponer al fuego nuclear a ustedes, a las familias de ustedes. Dios nos ha dejado sufrir este tormento y sólo él sabe por qué. De manera que os pido continuar unidos y encomendados para salir de esta lamentable prueba. Acabo de acordar con los miembros del gobierno, firmar una rendición condicionada con las autoridades de quienes por alguna extraña razón se volvieron nuestros enemigos. Les abraza con amor su presidente.
8.25, A.M. en Washington, 6, de la tarde en Pekin, 4. 20 de la tarde en Teherán. En estas dos ciudades se inflama el firmamento. El palacio de los emperadores, queda en ruinas, en tanto que los jefes de gobierno y el cuerpo de asesores y guardias se han refugiado en el subsuelo, a más de 25 metros de profundidad. La marina de EU, entonces había respondido a los ataques con una ofensiva que conviertió en polvo miles de kilómetros cuadrados de ciudades iraníes y chinas. Las flotas de ambos países vieron mermada su capacidad en más de un 60 por ciento, en tanto que las batallas navales no llevaban más de dos horas. Las bajas estadounidenses no son menores. Miles de cuerpos flotan en las aguas agitadas de ultramar. Los mandos militares del Pentágono ordenan la prisión del presidente y su gabinete, para lo cual dirigen una misión especial que de con su paradero. Éste abandona el país en su propio aeroplano a su vez escoltado por varios aviones de la Fuerza Aérea.
Los presidentes europeos reciben a Obama en Ginebra a las 10 de la mañana del día 26 de noviembre, exactamente 12 horas después de haberse iniciado los ataques.
La Otán y el ejército israelí, confirman los daños en el oriente y en el medio oriente, sin embargo, los reportes indican que el poderío chino es suficiente como para proseguir su ofensiva contra occidente.
Toda la fuerza militar de Israel se dirige hacia Irán. Lo mismo ocurre en Rusia, donde miles de activos militares se reúnen a desfilar en la Plaza Roja. Se prepara desde ahí una ofensiva que sumará sus fuerzas con la República Comunista de China. Rusia tiene en sus manos el acabose del poderío occidental y con ello el final de la guerra.
Israel, considerado por sus enemigos como un one state bomb, efectivamente fue arrasado con una sola bomba atómica a las once de la mañana con veinte minutos. La pureza de las armas (toar haneshek) y de la seguridad absoluta (bitakon) fracasaron como habían previsto los atacantes.
La kippa, el talith (el chal de franjas) y el muro de las lamentaciones, símbolo de civilización pero también barrera (muro del templo) ante la maldición divina, se desvanecieron en menos de treinta minutos de fuego nuclear. La tela de araña en forma de estrella que, según la tradición, protegió a David de Saúl en la cueva, se rasgó cuando la ciudad de Tel Aviv fue borrada de la superficie de la tierra.
Corea del Norte anunció su ingreso a la guerra de no confirmarse la rendición de EU en las próximas cinco horas.
En tanto que las jefaturas de Estado y los cuerpos diplomáticos de todo el mundo se agitan en una vorágine que se vuelve cada momento más histérica, las autoridades y ciudadanos se devanean por continuar la vida en las ciudades; desde los grandes conglomerados urbanos, hasta las pequeñas poblaciones de las provincias.
El pánico por la escasez de víveres ensombrece la vida de las multitudes que se vuelven como tribus de salvajes y comienzan los asaltos a los almacenes y fábricas. No hay ejércitos para contener a las turbas. Los cuerpos policíacos sucumben ante las hordas que los desarman y golpean. Todo es confusión en la mayor parte de las zonas habitadas de los países que entraron en el conflicto y lo mismo está a punto de suceder en el resto de las naciones, donde la realidad se ha prestado a toda clase de especulaciones. Un cuerpo de élite se instaló secretamente en Londres bajo la orden del arresto de Barac Obama y su círculo cercano. Inclusive se les ha indicado matarles si llegase a haber algún tipo de resistencia o llegara a complicarse la misión.
Scotland Yard, advertido por sus contactos se dispone a enfrentarlo. Toda Inglaterra está en alerta. Al igual que el resto de Europa: El fantasma de la Segunda Guerra Mundial saluda al fantasma de la Tercera. El mundo tiembla de pánico, pero los bandos prosiguen su lucha. Se revela que los antimisiles provistos de ojivas nucleares eran en realidad ineficaces, ya que la deflagración paralizó todo el equipamiento electrónico en tierra. El concepto de intercepción, aún con su modernización y extensión a dos tipos de artefactos: los que se desplegaron en tierra y otros desplegados en el espacio, conocidos como interceptores hit-to-kill junto con un vehículo “asesino” (EKV) y sistemas de láseres antimisiles y antisatélite, no pudieron evitar la destrucción de quienes fueron sorprendidos.
Los sistemas de alerta temprana desplegados en tierra o en el espacio, pese a la capacidad de intercepción llamada “multicapas” para lograr la destrucción de un misil en cualquiera de sus diferentes fases de vuelo, no cumplieron con el objetivo. La mejor solución había sido la intercepción intermedia [o a media carrera, a medio trayecto], o sea en el momento en que el misil pierde velocidad, justo antes de recuperarla en el descenso. Demasiado tarde, Estados Unidos e Israel perdían la guerra en menos de un día.

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