viernes, 29 de mayo de 2009

Trino Padilla

Esta agencia individual cibernética de propaganda y noticias, junto con el blog.www.carlosvillaguzman.blogspot.com, así como el programa radiofónico “A ciencia Cierta”, que me honro dirigir y conducir en la frecuencia 1280, de AM, dentro del grupo Radiorama de Occidente y Radiofórmula, tenemos el agrado de presentar a todos mis amigos y conocidos que comprenden la lista de mis contactos, la audiencia del programa y lectores de mi página, un candidato que trabaja para ocupar una curul federal en el Congreso de la Unión. (Distrito VIII)
Comienzo por manifestar a quienes lo desconocen, mi profundo lazo amistoso que se remonta aproximadamente a 1964 y más allá, porque nuestros padres fueron grandes amigos y después lo han sido las respectivas familias, inclusive nuestros hijos ya se han hermanado.
Crecimos juntos, literalmente. La mayoría de la gente que nos conoce a ambos sabe que es mi mejor amigo, lo digo así, aún cuando he sido muy afortunado para tener excelentes amigos que tienen todo mi afecto e igualmente cultivamos la amistad desde la infancia o la adolescencia, como sucede normalmente con este tipo de lazos humanos, lo que distingue el que tengo con Trino y su familia, es que nos viene de herencia, como lo he señalado, independientemente de una enorme química o empatía con las dos ramas: los Padilla y los López, quienes son personas con quienes me une un cariño auténticamente familiar.
Trino fue un niño notable en muchos aspectos, principalmente en el estudio, siempre figuraba su nombre en los respectivos salones que ocupó en la primaria del Colegio Cervantes Colonias y más tarde, en secundaria, en la Escuela Técnica 61, creo que ahora es la 4. Tenía entonces y yo creo que todavía algo conserva, una habilidad para la música y el canto, recuerdo verlo ganar varios concursos donde me tocó ser testigo y porrista. También actuó en un largometraje del cine local de los años sesenta. Juntos cultivamos una afición por la música en distintos géneros, incluida por supuesto la música orquestal sinfónica, llamada “clásica” y no se diga el gran amor por la literatura: en su casa los libros y los discos eran prioridad sobre todo lo demás.
Su madre, a quien llamo tía desde la niñez, me representa una figura dulce y a la vez tenazmente culta, que me llevaba al campo casi cada semana durante años, me daba consejos, dialogábamos sobre la vida, los misterios de lo que nunca podemos esclarecer del todo porque están más allá de la racionalidad o qué se yo, de política, de artes; una belleza en toda la extensión de mis recuerdos. Tengo hacia mi tía Abi el más enorme cariño que puedo concebir y la gratitud más sincera que puede existir; la admiré y la admiro con todo lo que soy y siento.
Soy mayor que Trino por seis meses, así que prácticamente llegamos al mundo en la misma camada. Paradójicamente nunca coincidimos en alguna escuela, él cursó en pocos planteles, en cambio yo recorrí más colegios y escuelas que un inspector de la SEP.
Solamente estuvimos juntos en los cursos de la Alianza Francesa, sin embargo, fue durante un periodo muy breve porque no tuve constancia. Él si se graduó y eso le facilitó años después la estancia en París, donde hizo estudios de posgrado. Se desenvuelve muy bien en la lengua de los franceses, al igual que en inglés, desde muy joven. Siempre me ha dicho que nada es más placentero en las letras que leer un autor favorito en su lengua original. Definitivamente estoy de acuerdo, aunque yo solamente he experimentado con libros académicos escritos en el idioma sajón. Es verdad, una buena traducción no es fácil de encontrar.
La trayectoria académica y personal de Trino, me consta, es impecable. Tuvo bondad a raudales para aprender y nutrirse desde las dos vertientes familiares. Sus abuelitos paternos vivían en San Pedro Tlaquepaque: una casona con un corral y unos tejabanes donde había “montañas” de sorgo, salvado o maíz, que almacenaban para hacer pastura. Para nosotros era parque de diversiones.
Con el tiempo se hizo político, igual que su padre y que su hermano mayor: Raúl.
Primero como estudiante y más tarde como funcionario de la universidad. La honestidad, la transparencia, la vocación conciliadora, entre otras cualidades como un don de gentes excepcional, hacen de Trino un personaje en toda la extensión de la palabra. Lo quieren muchísimo, tanto alumnos como colaboradores y no se diga un verdadero contingente de amigos que coincidimos en conocerle y valorar su gran espíritu, la calidad y calidez humana que irradia siempre.
Él si piensa como un estadista (es sociólogo con estudios de posgrado) aunque nunca haya ejercido como tal. Gracias a una formación intelectual suficientemente sólida como para haber llevado intercambios de tipo cultural en repetidas ocasiones, con personas sumamente distinguidas en el mundo: artistas de todas las ramas y disciplinas, estadistas, líderes sociales, figuras públicas, vaya, de todo lo que puede estar en la agenda de un rector de una universidad de la importancia que tiene la UdG. Además, le otorgaron dos títulos de Doctor Honoris Causae en sendas universidades de Corea y China.
Ambos somos académicos en la Universidad, y en casi veinticinco años, solamente estuvimos juntos en el proyecto de la Fil, durante los dos primeros años: 1987-89. Cada quien ha ido por su lado, con vocaciones y actividades diferentes, inclusive tenemos rasgos que no compartimos tanto: yo no tuve mucha disciplina al principio y hasta me pasé de soñador, idealista, inquieto, curioso y poco fiel a lo que emprendía. En cambio, mi amigo desde joven trabajó de manera formal, a la vez que estudiaba, porque su padre dejó este mundo cuando él apenas salía de la infancia, era un adolescente demasiado joven. Lo vi sufrir esa pérdida, entre otras desdichas que no faltaron en su vida, al igual que los momentos verdaderamente sublimes donde el calor de la familia ardía con más vigor que la chimenea.
Siempre ha sido un ser humano íntegro, capaz como el más preparado de los mortales, me consta que tiene una biblioteca formidable, una memoria prodigiosa, al igual que la inteligencia que irrefutablemente distingue a toda su familia.
Trino ha sido y será siempre una persona que puede tomarse como ejemplo de ética, congruencia y lucidez, por mencionar varias de sus cualidades, porque tiene en su haber tantas facetas como puede tenerlas un diamante bien tallado.
La sociedad se verá beneficiada en la medida en que los políticos de verdad ocupen los cargos. Digo político como sinónimo de hombre o mujer que son intrínsecamente honestos. Que practiquen esta actividad motivados por un claro y sólido compromiso de servir con lo mejor que esté a su alcance, a la sociedad.
Como hijo y hermano, como estudiante, como líder y funcionario, como amigo; Trino se ha comportado como uno de esos seres que la historia se reserva para honrar sus páginas.
Espero, deseo vehementemente, que mi amigo tenga más espacios e instrumentos para desempeñar lo que tan bien realiza: meterse en los engranes del poder con un propósito definido: que cambie para bien este país.

4 comentarios:

Pepe Cabrera-Martinez. dijo...

Vaya!! a quien no le gustaria tener un amigo como Ud. Bueno amigo no lo es, sino hermano de vida. Es un texto muy conmovedor, en lo particular no conozco al señor pero si Ud. se expreso de tal modo lo creo, como creo que deberian estar en los puestos de eleccion popular los verdaderos estadistas y politicos.

Saludos.

voces libres dijo...

Pepe, le agradezco en verdad su comentario. Uno quisiera que efectivamente ese trabajo que implica tanta responsabilidad lo desempeñen personas de trayectoria impecable, que se pueda comprobar. Así, la política estaría en niveles más dignos, lo mismo nosotros como ciudadanos. El individuo es el que dignifica los cargos, no al revéz.
Le saludo cordialmente y agradecido de nuevo por participar en esta página. Que tenga la mejor de las suertes. Su amigo. Carlos Antonio Villa

Unknown dijo...

Que belleza de redacción, honestamente la leí, no sin dejar de sentir cierta envidia, del Sr. Padilla, a quien no conozco, pero el hecho de que un amigo -casi hermano- escriba de semejante manera sobre él, es digno de admirar, no pude percibir -por más que busqué- en ningún momento un halago deshonesto. No acostumbro salir del anónimato, pero el día de hoy lo hago, por el simple hecho de felicitar a ambos, por una amistad sincera de esas que escasamente se encuentran hoy día.
Espero que el político tenga la misma calidad que tiene el Ser humano, que Ud. describe.
Saludos

voces libres dijo...

Estimada Silvia ruth, de verdad que me conmueve su bello comentario sobre este escrito que deja constancias y recuerdos para que sigan recordándose. me halagaría mucho contar con su amistad y y me enorgullece contar con alguien como usted, que regala unos minutos de su vida para lerr eso, se lo agradezco siempre. Con un retraso porque no había tenido oprtunidad de encontrarme con sus palabras, por distracción, ahora, le mando mi aprecio. Suyo, carlos antonio villa