martes, 13 de diciembre de 2011

AMLO, los medios y el otro peligro para México.


Desde que comenzó a destacar en actividades de carácter político, Andrés Manuel López Obrador ha tenido una relación peculiar con los medios de comunicación. Conocedor del poder que éstos representan, se le adjudica la autoría, hace años, de una campaña de la PROFECO en la cual se invitaba a llamar a determinado número telefónico para hacer denuncias de abusos al consumidor. Desconozco la veracidad del dato, sin embargo, me parece que AMLO efectivamente es una persona que sabe comunicar las ideas; simplemente habla con conocimiento de causa sobre los distintos temas que se presentan a su paso. Lo hace de una manera clara, sustentando sus palabras con estadísticas u otros indicadores, aunque en ocasiones le gana su lado sentimental y trasluce con facilidad el estado de ánimo que denota un dejo pesimista. Aunque no duda en la posibilidad del triunfo por parte de su agrupación política.

Cuando fungió como Jefe del Gobierno del DF, marcó la agenda nacional con sus conocidas reuniones citando representantes de los medios, en su casa y a las seis de la mañana. El efecto mediático de esta estrategia fue contundente, se le posicionó como uno de los posibles candidatos a contender por la presidencia de la República, lo cual tuvo lugar meses después con un amplio margen de preferencias, según las encuestas que se realizaron por aquellas fechas cercanas a julio de 2006.

Enseguida vendría una serie de acontecimientos ampliamente conocidos y difundidos por diferentes medios no cooptados por las élites políticas dominantes, ni tampoco aliados de ellas. Lo que más destaca de estos hechos es la llamada “guerra sucia” mediática, donde se le acusó de ser “un peligro para México”. Varios empresarios unieron sus capitales para financiar dicha campaña que se transmitió principalmente por Televisa, además de las principales cadenas de medios que a nivel nacional se unieron en contra de este candidato y de quienes le apoyaron. Lo mismo hicieron empresarios como uno de apellido Coppel del estado de Sinaloa, quien incluso llegó a amenazar a los empleados para que negaran el voto a AMLO.

A estas calamitosas andanadas de falsedades, se sumaron los curatos y finalmente se dio una de las páginas más vergonzantes en la historia de nuestra incipiente democracia, al grado de que la confianza en las instituciones que se relacionan con actividades electorales, como el IFE el TRIFE, quedó en entredicho. No se diga los propios partidos, que no han dejado de verse envueltos en conflictos escandalosos desde que asumió Felipe Calderón, con muy poca legitimidad.

Ha sido un sexenio brutalmente trazado. Un periodo de tragedias continuas, con y sin premeditación. Cinco años sangrientos que hacen pensar y presentir lo peor. El peligro es que transmute este derrotero en otra persona del mismo partido o a través del inflado Peña Nieto. El peligro es que el equipo de comunicación de Andrés Manuel continúe cometiendo lo que desde mi humilde punto de vista son errores que cuestan caro, como el haber faltado a aquel primer debate televisado y años después aceptar la invitación de Televisa, donde se prestó a legitimar al medio que se ha dedicado por más de cinco años a deslegitimar, a él y a su movimiento.

Si se hubiera negado categóricamente, el impacto mediático sería totalmente favorable para la causa. No lo vieron así los asesores, ignoro quienes sean, pero ya llevan varios desaciertos graves. Yo fui colaborador free lance durante unos seis años en esta empresa y conozco algo de sus resquicios. Sé de sus lógicas, sus intereses inmediatos y de largo aliento. Coordiné un programa que en principio era debate público y también fui reportero asignado a fuentes que son materia de Estado, como la investigación de casos de narcotráfico, de lo cual hablaré cuando lo considere oportuno. Conozco a Televisa por dentro.

Una negativa oportuna de AMLO hubiera generado conflicto al interior de la televisora y al haber cambiado las reglas del juego, con respecto a lo acontecido en 2006, ahora los dados habrían caído a favor del Morena, pero dejaron ir la ocasión. La credibilidad de Televisa recibe en estos momentos crítica de diversos frentes. Después de lo acontecido con Peña Nieto en la Fil, AMLO estaría en primer lugar en las encuestas, sin embargo, fue sumiso a Televisa.

Tengo información de que gente de su círculo cercano estuvo de acuerdo con su visita al noticiario de López Dóriga. Vi la entrevista y estoy en desacuerdo con esta gente. Al principio se mostró un tanto desubicado, hizo críticas a la casa anfitriona en un soliloquio un tanto desesperante, por el tono de voz demasiado pausado para el ritmo que demanda la Tv. Así llegó a concluir lo de la fraternidad y el amor, que tanto ha dado pasto a los medios de siempre y a las redes sociales. Según los propios medios, la entrevista le ganó 5 puntos en las preferencias, ¿a poco hubo tiempo de medir y dar tan pronto los resultados? Seguramente lo hacen para que le den más deseos de presentarse en las televisoras. AMLO vende mucho, logra más raiting que cualquiera de los que contienden.

Los que voltean un poco hacia esta opción después de haber elegido al que hundió al país, lo hacen por lo mismo, es una reacción de miedo ante lo que nunca imaginaron que llegaría a suceder. Algunos de sus simpatizantes comentan que se debe a que ya moderó el discurso y hasta se acerca con empresarios a los que antes desdeñó. No lo considero de esta manera. No es por este factor de comunicación que tenga más adeptos, sino por el rotundo fracaso de Felipe Calderón. Televisa estuvo siempre con Calderón aunque ahora ya lo está con Peña Nieto, quien igualmente resbala en el primer escaño. Si no tuvieran al peje de su parte capaz que temblaban, pero el peje es bueno, sus asesores son cándidos y aceptaron con extrema cortesía la invitación de este gran elector.

Es un peligro para México si no cambia de equipo de comunicación o éste no se dedica con más atención a sus tareas. Porque se puede perder de nuevo la presidencia y con ello la corrección del rumbo.

1 comentario:

ferecillo dijo...

En definitiva necesitan nuevos elementos capaces de entender el manejo de medios encaminado hacia lo que en 2012 serán, unas elecciones mediáticas. Saludos Doctor.